Burgos
Presidente.- Director del Instituto Tecnológico de Castilla y León, delegada del Gobierno, autoridades, amigos y amigas, señoras y señores,
Solemos decir que estamos inmersos en un cambio de era, de grandes transformaciones, de nuevos paradigmas, de fronteras científicas, y es evidente, después de las visitas que hemos realizado en el día de hoy, que es así. Tenemos noticias de ello a diario en la radio, en la prensa, en internet. Y es verdad, como bien comentábamos antes, que su velocidad, la velocidad de estos cambios abruman. Pero todas las épocas han conocido grandes innovaciones, desde el inicio de las Revoluciones industriales. Es decir, no estamos en la primera de esas transformaciones sino que ya son unas cuantas.
Y lo importante es saber liderar y gestionar los cambios, anticiparse ponerles cabeza, dirigirlos. En definitiva, no permitir que nos arrastren, y tampoco quedarnos atrás. Pasar de la retórica de las amenazas a las oportunidades que es como tenemos, creo, esta gran revolución en la que estamos inmersos.
Eso es exactamente lo que hacéis, si me permitís el tuteo, tanto vosotros como vosotras, en este Instituto. Y por eso, vuestro trabajo trasciende cada uno de vuestros logros cotidianos que son muchos y muy importantes.
Vosotros y vosotras estáis dando forma al futuro, que ya es, evidentemente, un presente como bien podemos ver detrás de mí.
Y también estáis marcando un camino para esta provincia, para Burgos, y, sin duda alguna, para España. Antes, me comentaban que en estos pocos kilómetros es donde se concentran el mayor número de robots de nuestro país.
Así que, no hay mejor ejemplo que el que ofrecen nuestras instalaciones. Y, por eso, esta Cuarta Revolución Industrial, la digital, también tiene una enorme potencial para revertir muchos de los efectos perversos que estamos viendo en las dinámicas globales como puede ser, por ejemplo, la despoblación.
Yo creo que este Instituto y, también, la empresa que hemos visto antes, demuestran, no solamente el potencial emprendedor, sino también la gran suerte que tiene provincias, como Burgos, de contar con ingenieros de primera, como es el caso que nos ocupa.
Y por eso, como decía antes, creo que la España interior tiene ante sí una oportunidad extraordinaria. No ya sólo para perder el tren de la economía 4.0, que es lo que comentábamos antes, sino también para la liderarla.
Y la conectiva en esta nueva era implica relativizar el impacto que antaño eran decisivos, como era la geografía. No se trata sólo de volver a prestigiar sectores como el primario, que creo que es, sin duda alguna, importantísimo, y en plena transición ecológica, sino complementarlos con una industria de la innovación puntera al servicio de todo el tejido económico industrial y productivo. Una innovación capaz de servir de tracción de una comarca, de una región, como es el caso, y, sin duda alguna, también, de un país.
Tuve oportunidad, y me ha hecho también bastante gracia porque se ha dicho antes en las puertas de este centro; tuve oportunidad de estar hace poco en Granadas, donde fuimos a presentar la Estrategia Española de I+D+i vinculada con la inteligencia artificial, que está ahora mismo liderando el Ministerio de Ciencia de Tecnología y de Universidades.
Y, en Burgos, como en Granada, pues, es evidente que tenéis también un patrimonio histórico, cultural y gastronómico extraordinario. Pero habéis decidido no abandonaros a la inercia de esos potenciales motores, que, lógicamente tenéis en esta provincia y en esta ciudad, conscientes, como sois, de que el mejor pasado lo fue algún día porque se imaginó y se luchó antes como futuro.
Yo creo que España se juega mucho con el trabajo que vosotros y otros centros hacéis en materia de innovación y de tecnología. Sabemos que los países más desarrollados lo son, porque han invertido en I+D+i, porque han invertido en ciencia. Porque han anticipado muchos de los avances que se están viendo en otras partes del mundo. Porque no se han conformado, porque no han querido resignarse a importar los conocimientos que otros desarrollan.
España, y esto hay que decirlo muchas veces, es uno de los 10 primeros países del mundo, en producción científica de impacto. Es un poco lo que comentábamos antes. Pero yo creo que debemos hacer, y podemos hacer mucho más y hacerlo mejor. Y una de las cosas en las que debemos mejorar y centrarnos es algo en lo que este Instituto destaca, y es en la transferencia y en la aplicación de ese conocimiento hacia las empresas. Esos dos años de periodo que os habéis dado. Especialmente hacia las Pymes, hacia la sociedad, tan importantes en nuestra economía, y a las que debemos ayudar a crecer y a acompañarlas también en su labor innovadora. Sólo así la ciencia, la tecnología cumplen toda su función. Y, además, consiguen transformar el miedo a los cambios, que es lógico que haya ciudadanos y ciudadanas que tengan miedo ante los cambios, que no sepan exactamente cuál va a ser su impacto en el mundo del trabajo, pues convertir toda esa ciencia y esa tecnología en cambios que den esperanzas de mejora a la ciudadanía: prosperidad, progreso inclusivo, no exclusivo.
Porque eso es el sentido genuino de lo que estáis haciendo en Institutos como este: mejorar y facilitar, en definitiva, la vida de la gente con los proyectos como el que hemos visto antes del Alzheimer, sin duda alguna.
Sois expertos en ello, de laborales esenciales en cualquier sociedad avanzada, en trabajos cada vez más necesarios en esta era de la digitalización; los conceptos como el "blockchain", o la inteligencia artificial, que antes me comentaba uno de los líderes de uno de vuestros proyectos, en los procesos industriales, en el desarrollo agrícola o en la telemedicina que hemos visto algún ejemplo, estos avances aportan ya un valor añadido, progreso y bienestar.
Vuestra labor facilita el impulso de la tecnología, en el tejido empresarial, para mejorar la competitividad, la productividad, y con ello creo que estáis ayudando a crear empleo de calidad; lógicamente también a crear empresas de calidad, competitivas, que puedan internacionalizarse. Y algo también muy importante, y es a mejorar la calidad en el trabajo de vuestros empleados y empleadas: la conciliación, la corresponsabilidad, el tener horarios y jornadas laborales racionales y razonables, creo que también va muy en hilo, en línea con lo que estáis haciendo en los avances tecnológicos.
Detrás de todo ello, bien sabéis que hay personas, hay anhelos, hay esperanzas que se colman gracias a vuestro futuro y a vuestro esfuerzo.
Y por si todo ello fuera poco, además destacáis por otra cosa, a mi juicio, igualmente necesaria y es por el desarrollo de tecnología de eficiencia energética. Esto es algo que yo, desde luego, estoy muy comprometido con ello, en la adaptación, ya no solamente tenemos que hablar de la lucha contra el cambio climático, sino también de la adaptación al cambio climático. Y los proyectos que hemos antes de mejora en la eficiencia energética no solamente van a mejorar la competitividad de nuestras empresas, sino que también van a ayudar a dar respuesta a algunos de los desafíos más importantes que tenemos por delante como es el del cambio de paradigma, nuestro sistema energético.
Está claro que la lucha contra el cambio climático tendrá dos ejes fundamentales: Uno, es el de la conciencia ciudadana, que creo que cada vez, simplemente por el entorno en el que nos movemos se ve que esa conciencia va ganando peso, sobre todo, cuando estamos viendo a chavales de 5, de 6 años, de 7 años que se están movilizando en esos viernes por el futuro. Pero la segunda pata tiene que ver con el avance científico y técnico.
En definitiva, creo que sin vuestro trabajo, el que tratamos de hacer desde otros ámbitos, también desde la institución pública, no serviría de nada.
En Tardajos, un pueblo de esta provincia, a finales del siglo XIX, y a principios del siglo XX, hubo un paisano vuestro, que se adelantó a su época, se llamaba Mariano Díez Tobar, y habréis oído, me imagino, hablar de él. Era sacerdote, era maestro y pese a que España, la pobre, carecía de medios entonces, su curiosidad infinita le llevó a anticipar muchos de los inventos que pocos después transformarían el mundo, y que darían fama mundial a sus creadores y a sus creadoras. Entre otras cosas, y sin que nadie reparara en su genio, creó el cinematógrafo o una globoautógrafo para recoger la voz humana y convertirla en escritura, Uun reloj accionado con la voz, e incluso, una nueva lengua para uso exclusivo de la ciencia.
Yo tengo que deciros que hasta que no me puse con esta visita, desconocía lo que había hecho Mariano Díez Tobar. Pero su relativo anonimato yo creo que dice muchas cosas. Primero, trata una injusticia, una injusticia y una pena, porque se olvidó, en todas sus consecuencias. Que fuera de su tierra, y que además, fuera de su tierra pocos conozcan su nombre, síntoma de la posición que tenía España en una era de cambios, ¿no? Un lugar que la mantenía sumida en el subdesarrollo y a sus ciudadanos en la miseria.
Pero la historia de Diez Tobar es un recordatorio de que el talento existe. Antes decía uno de los líderes que mucha gente muy talentosa desperdigada y desaprovechada en muchos pueblos de nuestro país, de que las ganas, además, del talento existen. Y es tan importante tener ganas como tener talento, como bien sabemos. Y de que existen no sólo en las metrópolis más grandes, que también están aquí, en Burgos, en Ciudad Real, en otras muchas partes de nuestro país.
Y, también, existe en gente con menos recursos y que necesitan de apoyo público, como las becas, para desarrollar todas sus capacidades y todas sus potencialidades.
Yo creo que este es un recordatorio para que no pase, en esta Cuarta Revolución Industrial, lo que nos pasó en las anteriores. Estoy seguro de que no dejaremos que pase, porque ya estamos haciendo que no pase. Lo estamos haciendo entre todos y todas y yo creo que esto es lo importante.
Hemos estado antes con una empresaria bastante, digamos, vanguardista en esta provincia, pero también yo diría en este país, porque esta mañana he tenido la oportunidad de visitar en Madrigalejo del Monte las instalaciones de ASTI Mobile Robotics, dirigidas por Verónica Pascual. Y ASTI ha conquistado mercados internacionales y tiene una posición líder en la producción de vehículos de conducción autónoma, como bien sabéis, que es uno de los campos con más desarrollo del futuro.
Yo creo que las mujeres, también lo saben, están rompiendo todos los techos, y uno de los más importante también es este, el cobrar protagonismo decisivo en el mundo tecnológico y en el I+D+i. Y, en ese sentido su labor a través de la Fundación para la Educación Stem, de las niñas de nuestro país, me parece que es fundamental.
En definitiva, ya con esto termino, todo esto; ASTI, este Instituto Tecnológico de Castilla y León, y ese núcleo cada vez más importante de empresas nos obligan, creo, a construir una España moderna, científica, tolerante. Una España a la altura de sus innovadores, de sus científicos, de sus científicas, de aquellos que tocan el futuro con sus manos y nos lo acercan para que vivamos mejor.
Por tanto, yo con esta visita quería reconoceros el extraordinario trabajo que estáis haciendo. Y, sin duda alguna, también el extraordinario impacto que estáis teniendo en términos de oportunidades yde cohesión social. Y, sin duda alguna, de cohesión territorial que es uno de los grandes desafíos que tenemos como país.
Gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)