El encuentro ha sido organizado por el Grupo Custodio de la Declaración de Estambul, integrado en la Sociedad Internacional de Trasplantes (TTS en sus siglas en inglés) y la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN en inglés), en colaboración con la ONT. En él también han participado responsables del programa de trasplantes de la OMS y del Consejo de Europa. Su objetivo: analizar el turismo de trasplantes y las medidas para prevenir que los viajes para trasplantes se realicen en condiciones ética y legalmente inaceptables.
El Grupo Custodio define el turismo de trasplante como 'el viaje de donantes, receptores o profesionales para trasplante cuando éste implica el tráfico de órganos o su comercialización, o cuando los recursos (órganos, profesionales y centros de trasplante) dedicados a trasplantar a pacientes extranjeros compromete la capacidad de un país de ofrecer servicios de trasplante a su propia población'. El turismo de trasplante se reconoce como un problema universal, con implicaciones éticas, legales y de salud pública, cuya dimensión y características están todavía poco definidas y su abordaje poco organizado y estructurado.
La recomendación del grupo, representativo de la comunidad internacional de profesionales del trasplante de establecer este sistema se extiende a los distintos gobiernos y a las organizaciones nacionales de trasplantes. El grupo también recomienda que la información así registrada a nivel nacional sea recopilada a nivel internacional en el Observatorio Global de Donación y Trasplante que la ONT gestiona como centro colaborador de la OMS.
Prevenir riesgos para la salud pública
La creación de este sistema de notificación se sustenta en aspectos legales y éticos, pero también en la necesidad de prevenir riesgos para la salud pública. La evidencia científica demuestra que entre un 40 y un 70% de los turistas de trasplante desarrollan al menos una complicación infecciosa y de ellos un 20-50% una infección mortal. Algunas de estas infecciones están causadas por organismos resistentes a los tratamientos antibióticos disponibles, que serían importados al país de origen de estos pacientes cuando regresan después de un trasplante realizado en condiciones no adecuadas.
La OMS estima que entre un 5 y un 10% de los trasplantes en el mundo se realizan bajo alguna forma de comercialización o son ética y legalmente inaceptables. El sistema de notificación y su vínculo con el Observatorio permitiría evaluar la dimensión del problema de manera más precisa, identificar los países implicados y monitorizar esta actividad.
La Declaración de Estambul contra el tráfico de órganos y el turismo de trasplantes se firma en Estambul (Turquía) en mayo de 2008. Su firma fue promovida por la TTS y la ISN. Se trata de una declaración profesional que define el tráfico de órganos, la comercialización de órganos y el turismo de trasplante, establece unos principios básicos y unas recomendaciones para la lucha contra estas prácticas, su prevención y la protección de sus víctimas.
Este documento- que supone un compromiso de los profesionales sanitarios que se dedican al trasplante de luchar contra el tráfico de órganos - ha tenido un enorme impacto en todo el mundo y ha logrado influir en cambios legislativos que penalizan este tipo de prácticas. España ha sido un país pionero en este ámbito al tipificar en 2010 como delito en el Código Penal el tráfico de órganos y el turismo de trasplantes, con penas de hasta 12 años y dispone de una serie de artículos para prevenir el delito y a proteger a sus víctimas.
El Grupo Custodio de la Declaración de Estambul (DICG) se crea en el año 2010 con el objetivo de salvaguardar los principios de la Declaración. Con el apoyo continuado de la Sociedad Internacional de Trasplantes y de la Sociedad Internacional de Nefrología, este Grupo cuenta con un Comité ejecutivo con dos presidentes y un Consejo en el que están representados profesionales de diferentes países del mundo. En el momento actual, los dos presidentes del Grupo Custodio son Elmi Muller (Sudáfrica) y Beatriz Domínguez-Gil (España).
España, un país pionero
Nuestro país, a través de la ONT, participa desde hace tiempo en numerosas iniciativas internacionales para combatir esta nueva forma de esclavitud. Entre otras actuaciones, participó en la redacción de la Declaración de Estambul; también promovió la elaboración de la denominada Resolución de Madrid de la OMS, a través de la que se llama a los gobiernos y profesionales a progresar hacia el logro de la autosuficiencia en trasplantes, como estrategia fundamental para luchar contra la compra-venta de órganos.
El año pasado España fue el país anfitrión del Convenio de Santiago de Compostela contra el tráfico de órganos, promovido por el Consejo de Europa, que decidió realizar la apertura de la firma de este tratado en nuestro país en reconocimiento al sistema español de trasplantes y a la labor que viene desarrollando España en la lucha contra el tráfico de órganos. Este Convenio es el primer tratado internacional para combatir de forma efectiva este tipo de delitos.