Convencido de que el modo más eficaz de atajar cualquier manifestación de violencia contra la mujer consiste en educar y en sensibilizar, el Gobierno ha dado luz verde al Real Decreto por el que se establece el Currículo Básico de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato, en el que se consolida la enseñanza en igualdad. Se constata así la premisa ya incluida en Primaria: contenidos obligatorios en todas las fases educativas para conseguir una sociedad libre de violencia de género.
Fruto de las conversaciones entre los ministerios de Educación, Cultura y Deporte y de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el Real Decreto que ayer aprobó el Gobierno supone un paso más en el abordaje de la prevención de la violencia de género. Estudios recientes de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género muestran tendencias preocupantes, como la aceptación por parte de las adolescentes de una serie de conductas que buscan el control, en ocasiones un control abusivo, por parte de sus parejas. Casi un 30% de las encuestadas en un informe de este mismo año así lo aseguraban.
Tras reflejar en el Real Decreto que establecía el Currículo Básico de Primaria esta apuesta por la educación en igualdad, ambos ministerios acuerdan ahora consolidar contenidos obligatorios al respecto en Secundaria y en Bachillerato, y cubrir así todas las etapas educativas. Si hay un modo eficaz de atajar una lacra que en lo que va de año ha costado la vida de 51 mujeres (más de 750 en la última década), ése es la educación y la sensibilización: educación en igualdad y en prevención de violencia de género. También se destaca el refuerzo de la prevención ante actitudes discriminatorias o violentas contra personas con discapacidad.
La inclusión de tales contenidos en Secundaria y en Bachillerato se recoge en el artículo 6 del Real Decreto, referido a los elementos transversales. Se señala aquí que "las administraciones educativas fomentarán el desarrollo de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la prevención de la violencia de género o contras personas con discapacidad, y los valores inherentes al principio de igualdad de trato y no discriminación por cualquier condición o circunstancia personal o social, así como el aprendizaje y resolución pacífica de conflictos en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social".
La programación, por tanto, habrá de incorporar dichos contenidos en todas las materias sin perjuicio de su tratamiento específico en asignaturas concretas como Valores Éticos.
El artículo 11 hace alusión a los Objetivos, y en el epígrafe se subraya la importancia de una educación en igualdad para prevenir violencia de género. Hay una referencia expresa a la promoción entre el alumnado del rechazo a la violencia contra la mujer, en concreto el rechazo a "los estereotipos que supongan discriminación entre hombres y mujeres, así como cualquier manifestación de violencia contra la mujer".
Como el objetivo claro consiste en trasladar a todas las etapas educativas esta premisa, el artículo 25, acerca de los Objetivos en Bachillerato, define lo siguiente: "Fomentar la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, analizar y valorar críticamente las desigualdades existentes, y en particular la violencia contra la mujer".
No termina en estas alusiones la prioridad por atajar la violencia de género desde la educación, ya que la disposición transitoria sexta aborda la necesaria colaboración entre los ministerios implicados (Educación y Sanidad) para, junto a las administraciones educativas y organizaciones interesadas, fomentar entre el alumnado actividades de información o sensibilización, y "cuantas otras sean necesarias" con la finalidad de promover la igualdad y la no discriminación, en especial a las personas con algún tipo de discapacidad, y la prevención de la violencia de género.
La educación en igualdad es una de las líneas de trabajo más destacadas que se ha marcado el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad desde el arranque de la presente legislatura. De hecho, en la Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer figuraba como objetivo del proyecto este mismo punto.
Durante los últimos años, además, se han sucedido actuaciones y medidas en los campos de la prevención, el conocimiento y la sensibilización. Así, aparte de esta consolidación de la educación en igualdad en las etapas educativas, sobresalen diversos informes destinados a ofrecer un retrato más exhaustivo de la incidencia que en la juventud tiene la lucha contra la violencia de género y campañas como la de "Hay Salida" de este mismo año, enfocada a las adolescentes.