Estos datos forman parte de la evaluación de la 'competencia global', que se analiza por primera vez. España supera en 13 puntos la media de la OCDE.
"Para encarar la globalización, esta generación requiere nuevas capacidades. Tanto en ambientes empresariales tradicionales como en los más innovadores, los jóvenes necesitan colaborar con personas de diferentes disciplinas, culturas y sistemas de valores, con el propósito de solucionar problemas complejos y crear valor económico y social", explica Andreas Schleicher, responsable de Educación de la OCDE, en la introducción del informe.
El organismo define la competencia global como la "capacidad pluridimensional que aúna el saber examinar cuestiones locales, globales e interculturales; comprender y apreciar distintas perspectivas y puntos de vista; saber interactuar de forma respetuosa con los demás; y emprender acciones para el bien común y el desarrollo sostenible". Consiste en una combinación de conocimientos, destrezas, actitudes y valores en relación con cuestiones globales.
Para evaluarla, el informe se basa en una prueba cognitiva (en la que han participado alumnos de 15-16 años de 27 países, 11 de ellos de la OCDE) y en un cuestionario de contexto (al que han respondido escolares de 39 países, 18 de ellos de la OCDE).
Entre los índices analizados para evaluar esta competencia global, España (con un valor positivo de 0,38) es el país o región en el que el alumnado muestra un mayor grado de respeto por las personas de otras culturas, por delante de Canadá (0,30) y de Escocia (0,25). En el otro extremo se encuentran Hungría (-0,54) y Bulgaria (-0,51). España es también el país en el que alumnado acredita una mayor adaptabilidad cognitiva (0,28), definida como la capacidad de amoldar el pensamiento y el comportamiento propios al entorno cultural predominante o a contextos novedosos. Le siguen México (0,22), Turquía y Canadá (ambos 0,20). El alumnado con menos adaptabilidad cognitiva se encontraría en Italia (-0,33), Grecia (-0,29) y República Eslovaca (-0,26).
Estos dos índices forman parte de la segunda dimensión analizada por el informe, que se detiene en la capacidad para comprender y apreciar las perspectivas de los demás. Las otras tres dimensiones son la capacidad de examinar cuestiones locales, globales e interculturales; la capacidad por interesarse por la comunicación intercultural; y, por último, la capacidad de emprender acciones para el bien común. En la práctica totalidad de los índices, España se encuentra en la media o por encima de la media OCDE.
El 68% del alumnado español supera el nivel básico de rendimiento
En total, España obtiene un rendimiento medio de 512 puntos de capacidad global, 13 puntos más que la media OCDE (499), por detrás solo de Canadá (554) y Reino Unido (534). Por nivel de rendimiento, el 68% del alumnado español alcanza o supera el nivel básico de rendimiento, situado en el nivel 2. En detalle, el 6% del alumnado alcanzó el nivel 5, el más alto, (la media OCDE se sitúa en el 5%), el 14% el nivel 4 (el 12% en la OCDE), el 23% el nivel 3 (20% en la OCDE), el 24% el nivel 2 (24% también en la OCDE) y el 18% el nivel 1 (21% en la OCDE).
Por Comunidades Autónomas, las que mayor puntuación obtienen son Castilla y León (534 puntos), Asturias (527) y Cantabria (526) y las que menor puntuación tienen son Extremadura (499), Melilla (473) y Ceuta (438).
Las alumnas puntúan mejor que los alumnos
Las alumnas tienen una puntuación media más alta que la de los alumnos en la prueba cognitiva de competencia global: en España la diferencia es de 24 puntos y en la media de la OCDE es de 26 puntos. Por niveles, el 24 % de las chicas en España alcanza los niveles más altos (4 y 5) por el 18 % de los chicos. Esta tendencia se repite en la media de los países OCDE participantes, aunque con cifras más bajas: el 21 % de las chicas por el 14 % de los chicos.
Igualmente, los estudiantes procedentes de ambientes más favorecidos (los del cuarto superior del Índice Socioeconómico y Cultural ISEC de PISA), obtienen mejores resultados que sus compañeros de entornos desfavorecidos (los del cuarto inferior del mismo índice). En la media de los 11 países participantes de la OCDE, los estudiantes favorecidos obtienen 84 puntos más que los desfavorecidos. En España, la diferencia es algo menor, del orden de 79 puntos.
La enseñanza de esta competencia global no debe verse como una asignatura más, sino que el organismo recomienda integrar ese enfoque en las actividades docentes de forma transversal. En este sentido, las actividades más frecuentes son las relacionadas con el aprendizaje sobre culturas diferentes (73% en España, 76% en la media de la OCDE) y las que abordan la resolución de conflictos (71% en España, 64% en la OCDE).
Más de 1000 centros educativos españoles y 35.000 estudiantes, en una amplia muestra representativa del total del alumnado de 15-16 años en todas las comunidades y ciudades autónomas, han participado en esta edición de PISA. Los datos se recogieron en los centros españoles durante la primavera de 2018.