En su intervención, el ministro ha hecho hincapié en la importancia de alcanzar un pacto al que se sumen todos los grupos parlamentarios: "Necesitamos un acuerdo social y político para incrementar de forma sostenida y sin vaivenes la inversión en ciencia e innovación", ha dicho.
El ministro ha comparecido en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades de la Cámara Alta para informar sobre la situación y medidas adoptadas desde el Ministerio ante la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 y exponer las líneas generales del Departamento en esta legislatura.
Tras recordar que el papel de la I+D+I está siendo clave para la toma de decisiones y la búsqueda de soluciones a esta emergencia sanitaria, el ministro ha explicado que es necesario reducir la brecha de inversión en I+D entre España y la media de la UE, que se ha agravado en la última década. En este sentido, ha subrayado que hay que aumentar la inversión pública en ciencia y sentar las bases para estimular la inversión privada en I+D+I. Éste, ha explicado, era ya un objetivo del Gobierno cuando arrancó la Legislatura y lo seguirá siendo.
Ciencia frente a COVID-19
El ministro ha explicado que, en estas semanas, el Ministerio ha centrado su política científica en buscar soluciones que reduzcan el impacto de la pandemia, impulsando la investigación biológica y sanitaria en tratamientos, vacunas, métodos de diagnóstico y demás aportaciones al manejo de la enfermedad y apoyando investigaciones en otras áreas de conocimiento que pueden aportar soluciones, como estudios de movilidad, estudios de materiales y filtros o el uso de la supercomputación y la biología estructural.
Para fomentar la investigación, el Ministerio y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) diseñaron el Fondo COVID, un programa de urgencia de subvenciones de concesión directa con 24 millones de euros, una de las convocatorias que más recursos ha movilizado en la Unión Europea para proyectos de investigación sanitaria. Según ha precisado el ministro, se han aprobado 85 proyectos con una aportación pública total de cerca de 19 millones, que han sido seleccionados por una Comisión Técnica de Evaluación de entre más de 1.300 proyectos. Está previsto que en los próximos días se concedan los últimos proyectos.
Este Fondo COVID, ha recordado el ministro, apoya proyectos que busquen soluciones a corto plazo en los distintos frentes del combate científico: encontrar tratamientos de la enfermedad, desde antivirales a vacunas; mejorar el diagnóstico y el manejo clínico de pacientes infectados por SARS-CoV-2, y facilitar el diseño, desarrollo e implantación de medidas de salud pública para responder eficazmente a la epidemia actual y a posibles epidemias futuras.
El ministro ha añadido que se ha aprobado una financiación directa de 4,45 millones de euros para el Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un centro reconocido a nivel mundial y que ya disponía de una amplia experiencia en la investigación de los coronavirus, con relevantes casos de éxito en el desarrollo de vacunas frente al zika, el chikungunya o el ébola.
Otra de las acciones que ha movilizado esfuerzos económicos y materiales, ha continuado el ministro, es la Plataforma Temática Interdisciplinar que ha puesto en marcha el CSIC y que ha coordinado a más de 150 grupos de investigación de diferentes especialidades para buscar soluciones a la crisis sanitaria. Por el momento, el CSIC ya ha prefinanciado 25 proyectos con una aportación nueva de recursos de 2,9 millones de euros, gracias en parte a donaciones de empresas.
En concreto, el ministro ha explicado que el CSIC ha recibido donaciones por 8,6 millones de euros de 22 empresas y 470 donativos de personas físicas que suman 73.000 euros, un esfuerzo que ha querido agradecer: "Es un nivel de donaciones altruistas nunca vista antes por la ciencia española, otra señal clara del apoyo social de la investigación en nuestro país", ha afirmado.
Por su parte, las Instalaciones Científico-Técnicas Singulares (ICTS), en especial los nodos de supercomputación y de bioseguridad, también están trabajando para buscar soluciones. En concreto, el Centro Nacional de Supercomputación - Barcelona Supercomputing Center, ha desplegado una actividad muy intensa en la lucha contra COVID-19 con todos sus investigadores teletrabajando y con los supercomputadores funcionando a su máxima capacidad. Sus actividades se centran en tres frentes: la investigación sobre el virus y sus posibles tratamientos gracias a la capacidad de cálculo de los procesadores del MareNostrum; el uso de la inteligencia artificial, big data y procesamiento del lenguaje natural para analizar la propagación y el impacto de la epidemia, y la puesta a disposición del superordenador MareNostrum 4 a investigadores internos y externos para proyectos relacionados con el COVID-19.
Tras presentar los detalles de la actividad más destacada de la investigación española frente a esta pandemia, el ministro ha agradecido el trabajo y el compromiso de los miles de investigadores y técnicos que han estado trabajando durante estos casi dos meses, muchos de los cuales han cambiado sus líneas de investigación para centrarse en la lucha contra COVID-19. Y, además, les ha dado las gracias por su esfuerzo para comunicar su trabajo y resolver dudas y aclarar conceptos. "Hoy más que nunca necesitamos que los investigadores participen en el debate público y contribuyan a una sociedad más informada", ha señalado.
Pruebas PCR
Por lo que se refiere a la necesidad de aumentar la capacidad de diagnóstico del COVID-19, el ministro ha explicado que se ha trabajado para ayudar a las comunidades autónomas a reforzar su capacidad de realizar pruebas PCR, las más fiables para el diagnóstico de la enfermedad.
Por un lado, el ISCIII ha coordinado la puesta en funcionamiento y dotación de reactivos a 21 sistemas robotizados de análisis clínico que ya están en hospitales de 12 comunidades autónomas (CCAA). Por otro, el Ministerio ha puesto en marcha un procedimiento para poner a disposición de los hospitales los laboratorios de centros de investigación y universidades que cumplan con los requisitos para hacer pruebas PCR. Hasta ahora, el Sistema de Salud solo ha precisado de la colaboración de unos 20 centros científicos, pero hay más de 50 disponibles en caso de necesidad. El ministro ha explicado que es previsible que los nuevos protocolos de la fase de desescalada requieran un incremento de cantidad de pruebas diagnósticas diarias y la Sanidad de cada CCAA necesite del apoyo de más centros científicos.
También ha explicado que se ha trabajado para fomentar las capacidades de las empresas biotecnológicas españolas o asentadas en España en la producción de los elementos relacionados con las distintas pruebas disponibles en el mercado. El ISCIII les ha ayudado prestando sus capacidades técnicas para validar sus técnicas comerciales: ya se han validado seis de cuatro empresas españolas y se sigue estudiando la de otros nueve kits en desarrollo.
Por otro lado, el Ministerio está en contacto con empresas españolas que fabrican o pueden fabricar test diagnósticos de PCR y serológicos con el objetivo de hacer seguimiento de sus actividades y necesidades. Algunas de ellas ya han cerrado acuerdos para suministrar grandes partidas de kits al sistema sanitario español.
Por lo que se refiere a los investigadores y las investigaciones que no se centran en la lucha contra el COVID-19, el ministro ha explicado que su Departamento ha trabajado para sigan desarrollando sus proyectos. Los investigadores, ha dicho el ministro, han continuado trabajando sobre la base de las recomendaciones de las autoridades sanitarias, preferentemente teletrabajando, pero también de forma presencial cuando así era necesario sin comprometer su seguridad. En todo caso, han sido las direcciones de los centros de investigación las que han acordado con los trabajadores la aplicación concreta de las medidas de seguridad, higiene y distanciamiento en los centros de trabajo, y concretamente en los laboratorios.
También ha avanzado que en estas nuevas fases de desescalada se van a dar instrucciones para que la investigación pública retome toda la actividad presencial que sea posible, siempre teniendo en cuenta las directrices de seguridad e higiene del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Política Territorial y Función Pública y con el acuerdo de los representantes de los trabajadores.
Para reducir los perjuicios que pueda suponer esta crisis en la investigación, se ha permitido la prórroga de los contratos laborales temporales del personal investigador que vayan a finalizar este año, tanto en las convocatorias gestionadas por organismos del Ministerio de Ciencia e Innovación como por otras entidades y otros agentes del sistema. De esta forma, la duración de los contratos prorrogados en aplicación de esta disposición adicional podrá exceder los límites máximos previstos para los mismos en la Ley de la Ciencia de 2011. Esta prórroga, de hasta tres meses adicionales sumados al periodo de alarma, ha beneficiado ya a 1.236 investigadores predoctorales, postdoctorales y de personal técnico cofinanciados por la Agencia Estatal de Investigación, así como de 495 científicos con contratos laborales sujetos a las convocatorias del personal investigador del ISCIII. Va a suponer una inversión extra de más de 16 M de € en la prórroga de estos contratos.
En cuanto a los proyectos de investigación financiados por la Agencia Estatal de Investigación que finalizan este año, se han prorrogado de forma automática por el tiempo del estado de alarma y sus prórrogas; y en casos justificados, por hasta tres meses adicionales.
Innovación empresarial
Por otra parte, el ministro ha presentado las acciones del Ministerio para dar apoyo a la innovación empresarial en la búsqueda de soluciones a la pandemia, centralizadas en el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI). Entre otras cosas, se ha modificado el Fondo del Programa Cervera para destinar 500 millones de euros en créditos a proyectos de I+D+I de pymes y empresas de mediana capitalización, añadiendo un fondo de exención de garantías que asciende a 147 millones de euros.
También se ha aprobado un procedimiento rápido de ayudas para proyectos de I+D en COVID-19, que ya ha seleccionado ocho proyectos con una aportación de financiación pública de 3,4 millones de euros y se va a lanzar una convocatoria extraordinaria de 12 millones de euros para empresas que presenten soluciones innovadoras en COVID-19, que se publicará próximamente.
Cooperación autonómica
En su intervención, el ministro ha destacado la importancia de la cooperación internacional y la coordinación autonómica en la lucha frente a la pandemia. El Ministerio, ha dicho, ha propiciado un diálogo y una cooperación real entre el Gobierno y las comunidades autónomas, que se ha puesto de manifiesto en las tres reuniones telemáticas que ha mantenido el ministro con los consejeros autonómicos. Uno de los compromisos que se han alcanzado es el de coordinar la financiación de proyectos de investigación, con el objetivo de que haya una política "coherente y única para todo el país".
El ministro ha destacado "la buena sintonía y la colaboración leal" de todos los consejeros con competencias en esta materia y ha explicado que esto demuestra que "hay posibilidades reales de acuerdos y consensos" en ciencia e innovación.
Por otra parte, ha detallado el papel del Ministerio en relación con la nueva fase de transición a la normalidad, en la que son necesarios datos fiables para mejorar la toma de decisiones. A esto ayudará el estudio epidemiológico de seroprevalencia diseñado y liderado por el ISCIII para conocer el grado de infección de COVID-19 en España, que comenzó el pasado 27 de abril. El ministro ha explicado que el estudio, que pretende contar con hasta 90.000 personas, proporcionará estimaciones de prevalencia de infección presente o pasada con suficiente precisión como para tener datos a nivel provincial y permitirá disponer de información continua sobre la evolución de la epidemia aún en curso.
También en esta fase es crucial la labor del Grupo de Trabajo Multidisciplinar, puesto en marcha con tres objetivos: asesoramiento científico a los planes de desescalada de todos los sectores que van a poner en marcha los Ministerios; diseño de mediciones y métricas para conocer en el menor tiempo posible el efecto de las decisiones de desescalada, y recopilación continua del estado de las investigaciones más relevantes en la lucha contra la pandemia.
Como primer mandato, este grupo compuesto por 16 científicos está trabajando en un análisis sobre estrategias posibles para la desescalada y, en colaboración con otros expertos, está preparando informes ad hoc sobre medidas necesarias para esta fase. En paralelo y bajo la coordinación del Ministerio, el CSIC está diseñando otros estudios, algunos de los cuales ya ha finalizado como son un estudio de filtros y otro sobre la seguridad de playas, piscinas y balnearios.