Intervención del presidente del Gobierno en la clausura de la XV edición del foro financiero internacional 'Spain Investors Day'

16.1.2025

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Madrid.

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Muchas gracias a todos y a todas y un saludo, en primer lugar, a la secretaria de Estado de Comercio, al presidente del Spain Investors Day y por supuesto también a los miembros del Consejo Rector. Enhorabuena, como no puede ser de otra manera, por esta XV edición de un foro que podemos decir que es único y de referencia ya en nuestro país; le comentaba antes a los organizadores el impacto mediático que está teniendo este foro desde su inauguración por parte del jefe del Estado, el rey Felipe VI. También gracias a los empresarios, a las empresarias y a los inversores que nos acompañáis un año más en este evento.

Señoras y señores, me gustaría comenzar por evocar una imagen, la imagen de un toro cabizbajo y herido, un toro que está solo, rodeado de un campo seco, marrón y sobre el que se puede leer el nombre de nuestro país en inglés, "Spain". Excepto que la ese cae al vacío, de forma que revela la palabra "pain", que en inglés sabéis que significa dolor. Bueno, esta fue, lo recordarán todos ustedes, la portada del semanario The Economist hace pocos años, en el año 2012, y mostraba con extrema crudeza y dureza la percepción de que España no estaba en su mejor momento desde el punto de vista interno, pero tampoco desde el punto de vista de la imagen exterior. Un país herido por las consecuencias de la crisis financiera y, como bien antes se recordaba, uno de los PIGS, como se nos denominaba a los países del sur del Mediterráneo de manera peyorativa.

Hace apenas un mes, y creo que es importante reivindicarlo, ese mismo semanario que por cierto no regala para nada este tipo de reconocimientos, destacaba España como la mejor economía del mundo del año 2024. Antes es verdad que alabaron ese desempeño instituciones también importantes como la OCDE, como la Comisión Europea, como el Fondo Monetario Internacional, lanzando un mensaje claro, y es que nuestro país encabezaba el crecimiento económico del mundo desarrollado y contaba además con unas perspectivas de futuro muy favorables, mucho más que otros muchos países de nuestro entorno. Hoy, sin ir más lejos, comentaba antes en la entrada, que la AIReF acaba de elevar las previsiones de crecimiento económico para el año 2024 al 3,1% y también las del año 2025 que acabamos de comenzar.

Bueno, yo creo que esto también nos quiere decir algo, y es que el modelo español funciona y que por tanto es algo que tenemos que reivindicar, sentirnos orgullosos, y también es un modelo a seguir y a imitar por otros muchos países. Cuando yo tengo la ocasión de poder hablar con líderes europeos, me trasladan también no solamente el reconocimiento a las instituciones públicas, también al empresariado, a los trabajadores y trabajadoras, al conjunto del país, al conjunto de la sociedad española, porque estamos atravesando un buen, un magnífico momento económico, en un contexto muy complejo desde el punto de vista europeo y también desde el punto de vista internacional.

Ayer leía precisamente las previsiones de crecimiento económico que tenía la principal economía europea, que es Alemania, donde por segundo año consecutivo se está previendo nada más y nada menos que una recesión. A poco que mejore Alemania, a poco que mejore Francia, eso sin duda alguna va a ser muy positivo también para las perspectivas de crecimiento económico de nuestro país.

Por tanto, bueno, pues como no hay una sin dos, ni dos sin tres, nuestra ambición, la que nos ha llevado al año 2024 a tener ese hito y a cumplirlo, pues es que queremos también volver a ser la mejor economía del mundo en el año 2025. Y vamos a por ello y v vamos a trabajar porque así sea.

En todo caso, volviendo a esa imagen del año 2012 y la de 2024, yo creo que hay múltiples factores que explican el porqué de ese giro de 180 grados. Evidentemente, la recuperación de la actividad económica después de la pérdida de la misma tras la pandemia está influyendo, ha influido. Pero creo que lo importante no es mirarlo todo en términos cuantitativos, sino también cualitativos. Y es que lo estamos haciendo primero, mucho mejor que nuestro entorno. The Economist, como bien saben, no regala a ningún gobierno y menos a un gobierno progresista, una matrícula de honor, lo sabemos todos muy bien, pero creo que con una política económica adecuada y repleta de ambición, que es la que nosotros estamos desplegando desde hace siete años casi a esta parte, pues estamos sembrando las semillas, creo, que de un crecimiento sólido, sostenible, con los que estamos obteniendo unos resultados muy positivos desde el punto de vista de país.

Una política en la que venimos trabajando siete años, que también han dado cuenta muchísimos de los ministros y ministras y vicepresidentes que han estado en este foro, además de secretarios de Estado. Y me gustaría, como decía antes, no solamente centrarlo en la cantidad sino en la calidad, porque esta vez estamos creciendo, estamos creciendo de una manera equilibrada y lo estamos haciendo sin burbujas ni pelotazos, si me permiten la expresión coloquial.

Y por eso quisiera hablarles de tres de los pilares que sostienen la base de este modelo. Podría hablar de muchos más, pero me gustaría trasladar esa imagen de un triángulo virtuoso de crecimiento, de progreso económico y de justicia social, en tres ejes fundamentales. El primero, el de la modernización de nuestro tejido productivo. El segundo, el de la apertura de nuestra economía exterior. Antes comentaba que el mensaje del jefe del Estado ayer en la inauguración me encantó, porque precisamente en un momento en el que el mundo está en repliegue, las principales economías del mundo están en repliegue, el Gobierno de España -también sus instituciones, al frente el jefe del Estado- lo que dice es que España lo que quiere es no cerrarse en sí misma, sino abrirse al mundo y no solamente a un mercado tradicional como es el europeo. Por tanto, el segundo eje, la apertura de nuestro, de nuestra economía exterior. Y finalmente, algo que se ha trasladado por parte de la Secretaría de Estado y es nuestra situación financiera, nuestra situación financiera.

Por tanto, en estos tres ejes me gustaría ir desarrollando algunas reflexiones a compartir con todos ustedes.

Primero, transformación productiva. Como he dicho antes y ha dicho antes la Secretaria de Estado, terminamos el año 2000 24,1 crecimiento superior al 3% interanual de nuestro Producto Interior Bruto. Para que lo miremos en términos relativos, estamos creciendo más del doble de la media, o mejor dicho, de Alemania, de Francia o de Italia. Y se estima, como he dicho antes, que hasta el año 2026 las cifras de crecimiento económico de nuestro país estén por encima del 2%, de nuevo, entre las más altas de las grandes economías de la Unión Europea.

Crecemos más y lo hacemos, además, reduciendo la desigualdad. Yo creo que es muy importante el que traslademos también que este modelo de éxito en España no solamente es impulsando el Producto Interior Bruto, creando empleo, sino también reduciendo desigualdades. Y hoy hemos tenido un dato extraordinario por parte de la Organización Internacional del Trabajo, que en su Informe Mundial sobre Salarios sitúa a España como una de las economías avanzadas con menor desigualdad salarial. Y en buena medida es por el esfuerzo que también están haciendo los empresarios y empresarias, vinculado con el impacto de la subida del salario mínimo interprofesional.

Actividades de alto valor añadido como la tecnología, como las telecomunicaciones, como los servicios profesionales y financieros, representan hoy más del 18% de nuestra economía. Otro ejemplo, por ejemplo, lo constituyen las actividades ligadas a la protección al medio ambiente, que ya suponen cerca del 3% de nuestro Producto Interior Bruto. En definitiva, lo que quiero decir es que estos números no son fruto del azar, son el resultado de una apuesta decidida del Gobierno de España por la innovación, por el despliegue de la tecnología en las pequeñas y medianas empresas, que son al final el corazón de nuestro tejido productivo y también en sectores punteros. Y sintetizan una senda en la que el gobierno central va a seguir actuando durante esta legislatura con la máxima determinación y la máxima ambición: hacer de la formación de nuestro capital humano la base de nuestra prosperidad presente y futura.

Algunos datos hoy vistos en perspectiva, creo que de manera elocuente, pues ejemplifican el esfuerzo que hemos hecho durante estos últimos seis años en una de las principales competiciones que está atravesando el mundo y todas las economías, fundamentalmente las economías más desarrolladas, que es la atracción del talento. Antes se hablaba del talento, de la atracción, de la competición por ese talento. En los últimos seis años hemos incrementado la inversión pública educativa en un 38%, que es la que garantiza la igualdad de oportunidades y la meritocracia.

Hemos materializado un compromiso sin precedentes en la Formación Profesional, que no solamente lo representan las nuevas leyes, la actualización de la regulación en la Formación Profesional, sino la creación de más de 300.000 plazas de formación profesional y una actualización constante de la oferta formativa en la Formación Profesional.

Y el éxito de esta apuesta repleta de ambición se mide, no solo en la extraordinaria capacidad de atracción de la nueva Formación Profesional -que todos ustedes conocen-, sino en la vocación decidida de alinear nuestra oferta a las demandas profesionales de los tejidos o de los sectores productivos, donde también estamos volcando muchos de los recursos vinculados al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y los fondos Next Generation. Hace escasas semanas tuve la ocasión de estar con la ministra de Educación y Formación Profesional y con algunas de las grandes empresas para crear cuatro grandes hubs vinculados al audiovisual, al medio ambiente, a las tecnologías y al sector aeroespacial o también al sector ferroviario.

Por lo tanto, lo que queremos decir es que la Formación Profesional, la inversión que estamos haciendo en universidades y también, lógicamente, en la educación primaria y secundaria de nuestros jóvenes, es fundamental y es la base para mejorar la capacidad de nuestro talento, que ya de por sí es extraordinario.

De igual manera, y aquí se ha dicho antes, nuestro gasto público en ciencia y en innovación ha crecido en estos seis años en un 50%, y eso ya está teniendo una materialización en patentes, en innovación que duplican las que teníamos hace una década. El 40% de las grandes empresas y el 8% de las pequeñas y medianas empresas ya están incorporando integralmente tecnologías avanzadas de Inteligencia Artificial. Y contamos, además, con uno de los ecosistemas de ciberseguridad más avanzados del mundo. Tenemos que mejorar y mucho en ciberseguridad, este último Consejo de Ministros hemos aprobado lo que es una trasposición de una directiva de ciberseguridad para ordenar la gobernanza, la gobernabilidad de la ciberseguridad en nuestro país. Y lideramos, como bien saben ustedes, los proyectos de inversión de hidrógeno verde en Europa y estamos entre los países de la OCDE con un mayor número de empresas dedicadas, por ejemplo, a la biotecnología.

Ninguno de estos logros hubiera sido posible sin la aportación de las empresas, de los trabajadores y, por supuesto también, de los inversores que han sabido ver la oportunidad única para que nuestro país fuera también un motor de transformación en estos sectores. Una transformación que a mí me gustaría también subrayar, porque fue además -se me recordaba antes que la primera vez que estuve aquí estábamos con mascarilla por el covid 19, ahora probablemente deberíamos ponernos mascarilla por la gripe que muchos sufrimos-, pero en todo caso, cuando salieron adelante los fondos Next Generation se criticaba mucho y se decía 'cuidado' que no fuera solamente para las grandes empresas, sino que también en cascada pudieran beneficiar a las pequeñas y medianas empresas. Bueno, pues estos fondos llegan ya nada más y nada menos que a 637.000 pequeñas y medianas empresas de nuestro país, 637.000 empresas de pequeño y mediano tamaño que son, al final, el tejido productivo preponderante en España. Es decir, concentran 2 de cada 5 € de las convocatorias resueltas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Con todo, y creo que en este tema, y siendo muy consciente como antes se me ha dicho de la necesidad de que tanto en España como en Europa escalemos la dimensión de las empresas, el número de empresas con más de 250 trabajadores y trabajadoras en nuestro país aumenta a un ritmo superior al 6% anual, al 6% anual, y el porcentaje de los trabajadores empleados en grandes empresas es superior al 38%, cuando en el año 2018 era del 34%. 18 compañías españolas -es verdad que podrían ser más-, pero 18 compañías españolas han logrado el estatus de unicornio y según el Global Startup Ecosystem Index, estamos entre los 15 primeros países del mundo con un mejor ecosistema emprendedor.

Bueno, lo que quiero decir con esto es que hay una extraordinaria confianza en las posibilidades y en las potencialidades de nuestra economía, tanto presente como futura. Nos estamos situando en el top 10 mundial en confianza para la inversión extranjera, y eso es porque la España de hoy cuenta con activos claves para la competitividad empresarial. Infraestructuras -no hace falta que me extienda porque lo conocen bien-. El potencial inmenso para auto abastecernos de energía limpia y barata; venimos de un país en el que se le ponía un impuesto al sol, ¡pero bueno!, y hoy, en cambio, el autoconsumo es una de las principales palancas de independencia energética en una coyuntura -imagínense- geopolítica y energética, donde hemos tenido que dar un giro copernicano de dependencia de gas ruso a otras fuentes de energía y también, lógicamente , a otros continentes para la provisión de esas fuentes de energía. Y, en tercer lugar, una red de banda ancha y de 5G desplegada por todo el territorio nacional y que, por cierto, durante la pandemia todos vimos cómo efectivamente era un elemento de competitividad respecto a otras economías muy importantes también en el continente europeo.

Antes lo ha dicho la secretaria, yo viniendo de ser presidente del Gobierno durante la pandemia, y siendo consciente del reto que representa en términos de impacto social, de convivencia y también en el sector de la vivienda, tengo que dar las gracias al turista extranjero que viene a visitar España. Porque evidentemente cuando recordamos las cifras de turismo que teníamos en el año 2020 y vemos hoy, efectivamente, como Madrid y otras muchas capitales, nuestro país y nuestras ciudades se visitan por parte de turistas extranjeros, solamente puedo dar las gracias. El que haya habido en el año 2024 94 millones de personas de todas las partes del mundo que hayan pensado que España es el lugar para pasar sus días de vacaciones y que encima gasten 126.000 millones de euros, pues, en fin, yo creo que las cifras están ahí; la potencialidad de España es la que es: son 11 millones de visitantes extranjeros más que el año 2019, es decir, el año previo a la pandemia.

Por tanto, yo recuerdo haber estado junto con Manolo -el ministro no está y por tanto no me puedo referir a él-, y el secretario de Estado para Asuntos Económicos hablando con muchísimas empresas del sector turístico, de empleos y negocios indirectamente afectados por esa pandemia… y hoy ver cómo están… pues creo que es una prueba viva de la resiliencia (ahora que está muy de moda ese término) de la economía española y, también, de nuestro tejido productivo. Con lo cual, total orgullo y agradecimiento a los empresarios y los trabajadores de sectores tan importantes como el sector turístico y derivados.

Bien, decía antes la cantidad/la calidad. El objetivo del Gobierno de España -y puede parecer raro decir esto- no es crecer por crecer. Yo creo que es importante también crecer para progresar y para mejorar la vida de nuestros ciudadanos, porque al final la cohesión, la convivencia -antes se ha hecho referencia, por ejemplo, a la estabilidad-, bueno, pues todos estos conceptos tienen mucho que ver con la cohesión y con la convivencia. Si hay sociedades desiguales hay mayor inseguridad y, por tanto, hay menos capacidad para poder progresar y crecer. Por tanto, luchar contra la desigualdad, redistribuir de manera justa los beneficios de ese crecimiento, siempre va a ser una de las guías de actuación, una hoja de ruta para mi gobierno.

Queremos que España sea un país atractivo para los inversores e inversoras, sin duda alguna, pero también queremos que sea un buen país para nuestros trabajadores y trabajadoras, para nuestros autónomos y para nuestros empresarios y empresarias, para el conjunto de la ciudadanía. Porque creo que también una de las paradojas que estamos entre todos rompiendo respecto a lo que sucedió durante la crisis financiera y años posteriores, es que crear riqueza y compartirla son compatibles; y son dos pedales de una misma bicicleta que nos lleva a un mismo horizonte, que es el desarrollo de nuestras sociedades en términos equilibrados y justos.

Los datos están ahí, no me quiero tampoco extender, pero permítanme también que algunos de. En estos seis años con crisis como la guerra o las guerras y también la pandemia, hemos logrado crear entre todos -fundamentalmente las empresas- 2,4 millones de empleos; situar el paro en mínimos desde el año 2008. Hoy casi siete de cada diez personas, entre 20 y 64 años están ocupadas. ¿Queda trabajo por hacer? Sin duda alguna. Pero también reconozcamos lo que hemos hecho durante estos años tan complejos que nos está tocando vivir. Hay 2,2 millones de mujeres más trabajando que hace una década. Y la participación laboral de los mayores de 55 años, que siempre ha sido uno de los retos en nuestro país por el paro de larga duración, es la más alta de la historia reciente de nuestro país.

Bueno, yo creo que tenemos una fuerza de trabajo -y antes se ha dicho- entre las mejor formadas del planeta. Eso lo saben ustedes. Y con este activo creo que podemos decir en términos realistas que el objetivo que tiene el Gobierno de España, de aquí al año 2027, es alcanzar el pleno empleo a finales de esta legislatura. Y hacerlo con un modelo alejado de la precarización y los salarios bajos. Un modelo que avance en el poder adquisitivo y que permita también conciliar la vida laboral y familiar en nuestro en nuestro país.

Creo que muchos de los elementos que tienen que ver con algunos de los aspectos que antes se han señalado es, lógicamente, por una jornada laboral y una imposibilidad, una incapacidad para las trabajadoras y para los trabajadores de poder conciliar la vida laboral y familiar que, de alguna manera, entre todos tenemos que resolver.

Hoy tenemos más empleo que nunca, con una tasa de temporalidad que es la mitad del año 2018 y unos salarios que crecen de media un 4%, sin que ello suponga un lastre para nuestra competitividad, como posteriormente voy a decir.

Porque, junto con esta transformación del tejido productivo, esta modernización del tejido productivo, el segundo vértice que quiero exponer es el que dijo su Majestad el Rey en la inauguración, que creo que tenemos que sacar pecho de ello, y es la apertura tan extraordinaria al exterior que está teniendo la economía española, que cada vez es más, es mayor y es más profunda. Fíjense, desde la gran recesión, la crisis financiera, España ha logrado diversificar sus fuentes de crecimiento dando cabida a una mayor actividad internacional. Imagino que este dato se habrá compartido por todos ustedes, pero hoy cuatro de cada 10 euros de la renta que generamos en España procede de lo que vendemos al exterior, al resto del mundo. Hemos dejado, por tanto, de ser un país importador para convertirnos en un gran país exportador. Nos estamos abriendo al resto del mundo más, y yo creo que eso es posible gracias a tres factores que me gustaría compartir con todos ustedes.

Primero, estamos vendiendo más que nunca al exterior. En el último año, nuestros ingresos por exportaciones en bienes y servicios -cuando he visto este dato, me he quedado absolutamente impactado en términos positivos- han alcanzado los casi 600.000 millones de euros. Secretaria de Estado, 600.000 millones de euros. Para que nos hagamos una idea, en diez años es un 70% más. Casi un 70% más, para ser exactos.

El superávit de la economía española con el exterior, que siempre era el talón de Aquiles, el lastre para el crecimiento económico de nuestro país porque no aportaba positivamente al crecimiento, alcanza ya el 3,4%. Un registro históricamente alto que nos coloca para, que nos hagamos una idea, en magnitudes similares a grandes economías exportadoras, como por ejemplo la japonesa. Esa es la transformación que está viviendo en nuestro país.

Antes se ha dicho. No somos dados a hablar bien de nosotros mismos, salvo cuando salimos fuera. Creo que sería bueno que sacáramos estos datos a relucir más, no como un éxito de uno o de otro, sino como un éxito de país, porque lo estamos haciendo en un contexto muy difícil, como todos ustedes saben, y con unas incertidumbres presentes y futuras, ya veremos que lógicamente, pues nos preocupan y nos deben ocupar a todos para ir resolviéndolas paso a paso.

Vendemos más. Estamos aumentando la cuota de mercado en el comercio europeo y mundial. Estamos diversificando nuestra cesta de exportaciones con un peso creciente de los servicios no turísticos. En muchas ocasiones leo que es que es gracias al aporte de la del turismo por lo que está creciendo España. Bueno, afortunadamente tenemos ese turismo al cual antes he hecho referencia, pero no solo. Tenemos, como digo, un creciente peso de los servicios no turísticos que ya nos reportan -para que se hagan una idea- un 7,5% del Producto Interior Bruto en ingresos.

Y muy importante. También estamos incrementando el número de empresas que venden al exterior con regularidad. Yo creo que eso también tiene mucho que ver con esa tarea pendiente que tenemos de ganar más dimensión, más escala a nivel nacional y a nivel europeo como antes se me pedía.

Segundo, y yo creo que esto es muy importante también y algunos de ustedes, cuando he tenido ocasión de poder hablarlo bilateralmente, me lo han escuchado en otras ocasiones. Tenemos que hacer una apuesta por la autonomía estratégica. Para que nos entendamos en términos coloquiales, tenemos que reindustrializar, reindustrializar y reindustrializar nuestro continente. Y España tiene que ganar en ese contexto. Y esto tiene mucho que ver también con el extraordinario desempeño de nuestro sector exterior, porque nuestra independencia energética hoy es seis puntos superior a la que teníamos en 2018, cuando llegue al gobierno. Nuestra independencia energética. Y si cumplimos con los objetivos que, imagino, presentó la vicepresidenta de Transición Ecológica en la charla y en la presentación, si cumplimos lo que hemos marcado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que enviamos a Bruselas, es decir, alcanzar el 81% al final de la década, en el año 2030 de electricidad renovable. Bueno, pues estaremos ahorrando para que nos hagamos una idea 85 mil millones de euros en importaciones de combustibles fósiles en una década. 85 mil millones de euros que no estamos transfiriendo a otras economías riqueza, sino que la podemos estar destinando a crear más riqueza en nuestro país.

Esa también es una apuesta clara, no solamente por la sostenibilidad medioambiental, tan necesaria después de venir de un año, el año 2024, en el que la ciencia nos ha dicho que por primera vez el mundo ha rebasado los 1,5 grados que nos marcó los Acuerdos de París. Por tanto, creo que también tenemos que hacer pedagogía y didáctica a nuestros ciudadanos de que esa apuesta por la sostenibilidad medioambiental no solamente es necesaria desde el punto de vista de la viabilidad de nuestra especie en el medio y en el largo plazo, sino también desde el punto de vista de la oportunidad del desarrollo económico. Y nosotros, desde luego, no vamos a dar pasos atrás, como bien saben algunos de ustedes, porque se lo he dicho en privado y en público.

Y el tercer factor es el posicionamiento de España como un hub global de acceso a mercados como el europeo y latinoamericano y el norte de África. Nosotros hemos mirado, por ejemplo, siempre al norte de África, en todas nuestras relaciones diplomáticas con el norte de África, como un lugar geográfico en el que podemos desplegar un desarrollo compartido. Y el que le vaya bien a estos países también es bueno para España. Y podemos crear complementariedades y sinergias con esos países. En todo caso, ese posicionamiento nos ha hecho que el stock de inversión extranjera - como recordaba antes la secretaria de Estado- haya aumentado más del 33% entre el año 2018 y el año 2022, y que represente ya, para que nos midamos en términos relativos, más del 40% de nuestro Producto Interior Bruto, es decir, por delante de economías tan potentes y tan poderosas como por ejemplo la alemana o la o la francesa.

Y el último de los ejes con los que quería terminar esta intervención, y siento ser extenso en la misma, es la posición financiera saneada. Porque creo que esto es algo que, a diferencia de lo que ocurrió durante una fase expansiva como la que fue antes de la crisis financiera -y lo saben bien aquí algunos inversores financieros y el sector financiero al que siempre agradeceré su trabajo-, es bastante elocuente.

Nuestros hogares y nuestras empresas gastan e invierten, pero también están ahorrando más que en anteriores fases expansivas. Y si miramos, por ejemplo, las ratios de endeudamiento son propias, por supuesto, de una economía que crece, pero que lo hace de una forma no especulativa.

Nuestro sistema bancario goza de una extraordinaria salud. También creo que lo hacen nuestras finanzas públicas. Saben que la Comisión Europea acaba de avalar la credibilidad del plan fiscal del Gobierno, comprometido con la reducción del déficit público y también de la deuda pública.

Vamos a cerrar el año 2024 con un déficit público del 3% del PIB, que yo creo que es una reducción significativa del mismo. Y, sobre todo -y esto es lo que me gustaría poner en valor porque sé que les preocupa- hemos logrado que el peso de la deuda pública en relación al PIB haya caído nada más y nada menos que más de 20 puntos porcentuales al pico posterior a la pandemia. Para que nos hagamos una idea, e imagino que lo habrá dicho el ministro Cuerpo, porque lo dice en muchas ocasiones, hemos reducido la deuda pública en cinco puntos al año desde el pico de la pandemia.

Yo creo que esto es un dato extraordinario, que sobre todo nos fija un horizonte de que en el año 2027, al final de la legislatura, España cuente con una deuda pública inferior al 100% de su Producto Interior Bruto. Con lo cual, yo creo que es un objetivo posible, que está previsto en nuestro Plan Fiscal Estructural y por el que por el que trabaja nuestro Gobierno. Y lo hacemos, además, yo creo que esto es lo importante, volviendo al crecimiento y a la redistribución sin comprometer la calidad de los servicios públicos, a diferencia de lo que ocurrió en el pasado.

Por tanto, yo creo que transformación productiva, apertura al exterior, saneamiento fiscal, este es el triángulo virtuoso que defendemos y el que está otorgando credibilidad y resultados a nuestra política económica, que nos ha permitido estar en los rankings, en la posición en la que estamos. Y este éxito de nuestra política creo que se ve reforzado también por otros tres activos que en muchas ocasiones, hablando con inversores y también con empresas extranjeras que invierten en nuestro país, con CEOs me refiero, valoran y mucho. En primer lugar, la paz social. Yo creo que es muy importante, porque vemos otros países, hemos tenido que abordar reformas muy importantes, la reforma del mercado laboral lo ha sido, sin duda, la reforma del sistema de pensiones… Y vemos cómo todas esas reformas se han hecho gracias a la responsabilidad, principalmente de los agentes sociales, con el concurso del Gobierno de España y por tanto, garantizando una paz social que da lógicamente predictibilidad a los operadores económicos. Segundo, y pese al ruido interesado, pues la estabilidad política, Llevamos siete años gobernando, haciendo grandes reformas, importantes reformas, gestionando yo creo que de manera correcta el horizonte del país. Y finalmente, algo que dicen mucho los empresarios de fuera que vienen aquí a convivir con nosotros la extraordinaria seguridad de la que goza nuestro país, el poder pasear por calles con una garantía de seguridad. La seguridad también, desde el punto de vista jurídico, hace que nuestro país sea uno de los países más seguros en el contexto europeo y también en el contexto internacional.

En todo caso, y con esto termino, el diagnóstico que acabo de hacer no nos lleva para nada a la autocomplacencia. Queda muchísimo por hacer. Empecé esta semana precisamente hablando del sector de la vivienda, de uno de los principales problemas que afecta sobre todo a los jóvenes, pero no solamente a los jóvenes, y que es una fuente principal de desigualdad en nuestro país. Necesitamos, por tanto, modernizar e impulsar el sector de la construcción y de la vivienda. Necesitamos ser más productivos, necesitamos innovar más. Necesitamos seguir invirtiendo en talento humano. En fin, creo que toda la ambición para que España haga de la formación y de su transformación, uno de sus principales señas de identidad.

¿Cómo quiero concluir? Quiero concluir con un anuncio, que creo que puede ser, además de noticia, interesante para los inversores y también para las empresas que trabajan en este en este aspecto. Les quiero anunciar que vamos a crear un Comité de Inversiones Estratégicas, un órgano con dos cometidos esenciales. El primero de ellos, vamos a identificar necesidades y a orientar las prioridades de inversión en digitalización, en innovación y en transición verde. Y junto con esa identificación en sectores que lógicamente están detrás de la competitividad de nuestras economías, en segundo lugar, lo que va a hacer este Comité de Inversiones Estratégicas es acelerar los proyectos de mayor impacto y relevancia para nuestra economía y para nuestro territorio. Eso creo que también responde a esa petición de agilizar en muchas ocasiones los trámites, la burocracia, que algunas veces paraliza, cuando no ralentiza, importantes proyectos de inversión para nuestro país y para nuestro territorio. En definitiva, se trata de una iniciativa que dota a las empresas de un marco estable y también facilitador para acometer las decisiones de inversión en proyectos estratégicos que ustedes, todos, tienen en mente.

Concluyo, y concluyo diciendo como terminé la intervención el año pasado, diciendo que invertir en España sale a cuenta, que no lo duden, que el compromiso del Gobierno es claro, es garantizar un entorno regulatorio que genere confianza, certidumbre, seguir impulsando la red de infraestructura sin parangón en todos los ámbitos y buscar no solamente el entendimiento, sino también la complicidad con el sector privado para propiciar el que esas inversiones que son tan necesarias para nuestro país y para las empresas se puedan ir desplegando, generando valor para ambos, para la sociedad y para las empresas que apuesten por nuestro país. Y quiero concluir con un mensaje y una invitación muy claros al respecto: Inviertan en España, inviertan en España si, por ejemplo, creen en la transición ecológica y en que es posible producir de otra manera más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Inviertan en España si están comprometidos con la igualdad real efectiva entre hombres y mujeres en los órganos de dirección de sus organizaciones. Inviertan en España si consideran que el progreso económico debe ir de la mano de la justicia social y el bienestar de las generaciones futuras. Inviertan en España si sus trabajadores, sus familias y sus hogares les preocupan tanto como su cuenta de resultados. Inviertan en España si consideran que la seguridad, la conectividad, el emprendimiento y una apuesta por una inteligencia artificial con una aproximación humanista, deben ser los motores del desarrollo y el progreso económico y la cohesión social de las naciones. Inviertan en España y háganlo, además, buscando oportunidades en todo nuestro país, no solamente en las grandes ciudades, porque hay grandes oportunidades en la España interior.

En definitiva, inviertan en España si creen en nuestro país y en nuestro modelo. Un modelo que defendemos porque es un modelo en el que ganamos todos y esa es la inversión en la que creemos y la inversión que queremos para España. Gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)