Intervención del presidente del Gobierno en el foro 'Fondos Europeos: hacia la autonomía estratégica', organizado por elDiario.es

28.3.2025

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Auditorio El Beatriz, Madrid

COMPARECENCIA DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Buenos días y muchas gracias a los ministros y a las ministras que me acompañan. Al presidente de elDiario.es, a José Sanclemente, por supuesto también a la directora adjunta a elDiario.es Neus Tomàs, a todos los periodistas de este grupo de profesionales que forman elDiario.es y al resto de autoridades, señoras y señores, patrocinadores también, que es importante recordarlos como ha hecho la directora Neus.

Lo primero me gustaría de nuevo, como he hecho todos los años que he participado, agradecer a elDiario.es la organización de este foro, que es un foro importante desde el punto de vista también de la pedagogía y de la reflexión sobre esta gran transformación que se está acometiendo desde el año 2020, cuando se pusieron en marcha, al menos conceptualmente, los fondos europeos. Por tanto, para mí es un placer estar un año más aquí.

Sé que muchos de ustedes lo que esperan es que hoy les hable de un sinfín de datos macroeconómicos que ilustren la buena marcha de la economía española.

Hoy mismo hemos vuelto a tener un dato magnífico, siete décimas de bajada de la evolución de los precios en nuestro país. Yo creo que esto, si demuestra algo también de la inflación subyacente, es un acierto claro de la política económica y desde el punto de vista energético también por parte del Gobierno de España.

Podría también citar las últimas previsiones de crecimiento económico de 2025 por parte de la OCDE, arrojados la semana pasada, que vuelven a situar a nuestro país a la cabeza de las principales economías avanzadas en términos de previsión económica. Y yo creo que esto también, en un contexto tan incierto como el que estamos viviendo, cobra un mayor valor.

O podría referirme otro año más a ese récord de un sector tan importante para la buena marcha de nuestra economía como es el sector turístico. Estamos hablando de 94 millones de visitas o las exportaciones de bienes que están en máximos cercanos a los 400.000 millones de euros, en un contexto también de guerra arancelaria, como desgraciadamente hemos visto en estos últimos días por parte de la administración estadounidense.

O, lo más importante, el mercado laboral, con 21,5 millones de afiliados y afiliadas a la Seguridad Social, es decir, una cifra que no habíamos visto nunca en nuestra historia.

O podría, simplemente, volver a reproducir los elogios que, desde el punto de vista más objetivo que da la perspectiva, los medios internacionales reconocen a España como una economía avanzada y el desempeño de la misma en estos años tan inciertos.

De todas formas, hoy me gustaría centrarme no tanto en las grandes cifras, sino en cómo estamos logrando que ese extraordinario desempeño económico de España se traslade a la realidad cotidiana de la gente, de la gente de a pie.

Un logro que debe mucho a la contribución decisiva, lo comentaba antes con algunos de los patrocinadores de los fondos de recuperación, transformación y resiliencia.

Y lo estamos consiguiendo, como he dicho antes, en medio de un escenario nada fácil durante los últimos años. Yo creo que hemos sufrido casi de todo. Como todas las economías desarrolladas. Hemos sufrido particularmente una dura espiral inflacionista, hemos tenido que afrontar una pandemia que, no por superada, desde luego, nos tiene que hacer recordar la gravedad de la situación. La respuesta que se dio, inédita por parte de Europa y de los estados miembros, y ahora que estamos viendo cómo hay grandes potencias que están retirando la ayuda al desarrollo y el impacto que puede tener sobre determinadas enfermedades en continentes, como por ejemplo el continente africano, creo que tenemos que recordar la importancia siempre de la salud pública y de la cooperación y la solidaridad internacional.

En todo caso, en un contexto como este, lo que estamos logrando tiene sin duda alguna aún más mérito. Hemos demostrado que se puede crecer y se puede redistribuir con una política económica que pone en el centro a las personas, asegurando que la riqueza creada llegue también a las clases medias y trabajadoras.

Lo hemos hecho con ese aumento del salario mínimo en un 61% en estos últimos seis años; también con una elevación, un incremento del salario medio de los trabajadores y trabajadoras en nuestro país; con la creación del ingreso mínimo vital que ya beneficia a más de dos millones de personas, sobre todo diseñado ese ingreso mínimo vital en la lucha contra la pobreza infantil, que sigue siendo uno de los lastres, uno de los talones de Aquiles, por ser más precisos de la desigualdad en España; y con una reforma laboral con la que hemos conseguido reducir la tasa de temporalidad a cifras inéditas desde el año 1987.

Y todo, además, con una política fiscal rigurosa, seria y responsable.

Yo creo que los datos que ayer compartió la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda son muy elocuentes de cómo es posible impulsar las cifras de crecimiento económico y de creación de empleo, de redistribución de la riqueza a través de políticas públicas, públicas y por tanto, sociales, pero al mismo tiempo podemos ir cerrando ese déficit público y cuadrando las cifras.

Cerramos el año 2024 con una reducción del déficit público de siete décimas respecto al año 2023. Por tanto, estamos hablando de unas cifras que están por debajo del 3%, en concreto, del 2,8%. Suben por encima del 2,8% y por tanto, del 3% como consecuencia de ese impacto de la DANA. No deja de ser curioso, lo dejo ahí, el que el total de la inversión y del gasto de la DANA en Valencia en un 93% corresponda al Gobierno de España, repito, un 93%.

En todo caso, volviendo a las cifras de déficit público, estamos hablando del mejor dato desde el año 2018. Y luego vinieron las pandemias y vinieron las guerras y vinieron las derivas inflacionistas. También la crisis energética. Pero volvemos a unas cifras muy semejantes a las que teníamos en el año 2018. Y una vez más, pues supone una mejora sustancial de nuestras previsiones y de lo comprometido a la Unión Europea.

Y además, seguimos reduciendo la deuda pública que ya se sitúa en 22,5 puntos por debajo del máximo que alcanzamos en la pandemia, ya muy cerca del 100% del Producto Interior Bruto.

Es decir, no solo estamos cumpliendo con los objetivos fijados con Bruselas, lo que nos permite salir, como habrá dicho la vicepresidenta imagino, del protocolo de déficit excesivo, sino que lo hacemos además con una cierta holgura, proyectando solidez, confianza al exterior y también capacidad y margen fiscal para acometer algunos de los desafíos que tenemos por delante.

Yo creo que estamos demostrando que es posible fortalecer la cohesión social y cohesión territorial, gestionando también con rigor y con eficiencia las cuentas públicas.

Esta es la senda que nos ha llevado a lograr otros hitos que afectan directamente a la economía de las familias. Para que se hagan ustedes una idea, según la OCDE, España es la única gran economía de la Unión Europea, repito, la única gran economía de la Unión Europea en la que los salarios reales superan los niveles previos de la pandemia. Y eso creo que, si significa algo, es que los hogares están ganando poder adquisitivo y sobre todo las rentas más bajas, las que sufren más la inflación y, además, según el Banco de España, la riqueza de las familias está en máximos históricos.

Luego incorporaré algún matiz a esta afirmación, pero sí quisiera decir y subrayar que lo macro y lo micro hoy van de la mano en nuestro país, gracias al esfuerzo de nuestros trabajadores, de las empresas, de los autónomos, de la economía social, por supuesto, en primer lugar. Pero, también, porque hay un gobierno que desde el año 2018 hemos priorizado una política económica más centrada en la gente por encima de cualquier hoja de cálculo.

Evidentemente, yo soy consciente, desde el Gobierno somos plenamente conscientes de que queda mucho por hacer para llevar los frutos del crecimiento a los hogares.

Y las preguntas podrían ser bueno, ¿De qué sirve, mirando, por ejemplo, al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, que el aceite de oliva haya bajado un 32% en este último año, como ha bajado, si hay que elegir todavía, por parte de muchos ciudadanos, entre comprar ese aceite de oliva para la cena de los hijos o llevarlos al cine? O que la ley de vivienda esté funcionando allí donde se aplica, por ejemplo, en los datos que hemos recientemente conocido de Cataluña, cuando la nómina de muchas familias se evapora precisamente el día 5 de cada mes, porque tiene que o bien hacer frente al alquiler o tiene que hacer frente a la hipoteca.

Y a todos ellos y a todas ellas les digo que desde luego tampoco para el Gobierno esto es suficiente.

Mientras haya un solo pensionista que tenga que pedir ayuda a su familia para estar bien atendido, mientras una sola trabajadora se vea obligada a pedir ayuda a sus padres porque el sueldo no le da, quedará por delante mucha tarea, mucha tarea.

Y frente a los que optan por la mano invisible o, de una manera mucho menos sofisticada, por la motosierra del mercado, el Gobierno, mi gobierno, lo tiene claro: No hay mejor receta que actuar con decisión, con solidaridad, con la mano visible de una buena política económica que se tiene que diseñar también desde el poder público.

Y esta convicción nos ha llevado a desplegar el mayor estímulo fiscal de nuestra historia y, por tanto, una respuesta completamente diferente a la que se dio por parte de los neoliberales durante la crisis financiera para proteger las rentas de los ciudadanos, de las empresas, del embate de la pandemia. Y creo que eso, además, ha sido una gran lección, porque evidentemente hemos recuperado los niveles previos de PIB a la pandemia con menor tiempo del que sucedió durante la crisis financiera y la respuesta neoliberal, y es la que gracias a la solidaridad de nuestros vecinos europeos, me refiero a los fondos NEXT, en este caso, nos permiten afrontar la mayor transformación de nuestro tejido productivo en décadas.

Y, por tanto, hoy me gustaría hablarles con ejemplos concretos de cómo el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia está impulsando esa transformación.

Pero antes, permítanme recordar algunos datos, o mejor dicho, una máxima que parecen en algunas ocasiones en la conversación publicada olvidar. Y es que sin reformas no hay fondos, sin reformas no hay fondos. Y España está cumpliendo. Somos el país que más hitos y más objetivos de transferencias ha cumplido, y gracias a ello hemos recibido ya casi 48 mil millones de euros en transferencias, más que ningún otro Estado miembro de la Unión Europea. Son solo una parte de esos 80 mil millones de euros de fondos no reembolsables que junto a los préstamos que nos corresponden, suponen el equivalente nada más y nada menos que del 10% del Producto Interior Bruto de nuestro país.

Por tanto, la idea que quiero trasladarles es que sin reformas no hay fondos. O dicho de otra manera, sin avances en fiscalidad verde, sin políticas de conservación del litoral y por ejemplo, de los recursos hídricos, sin el impulso a la movilidad sostenible, sin el despliegue de las energías renovables, sin el impulso a la transformación ecológica de la agricultura y la pesca, España habría dejado escapar la mejor oportunidad que hemos tenido para modernizar nuestro país Sin visión y compromiso con la transformación que queremos , tanto ecológica como digital, no tendríamos los recursos que hoy tenemos para hacer realidad esa reindustrialización digital y verde que queremos para nuestro país y para nuestro continente . Y conviene esto tenerlo bien presente ahora, cuando algunos reniegan del Pacto Verde Europeo y que lo hacen, además, por puro oportunismo o por una cuestión ideológica.

Y quiero recordar a esos gobiernos autonómicos que han gestionado un tercio de las cuantías hasta ahora lanzadas en las distintas convocatorias. Uno de cada tres euros han sido gestionados por las comunidades autónomas y yo creo que eso es un ejemplo de cogobernanza, de lealtad institucional que, además, refuerza nuestra cohesión territorial y el Estado autonómico. Pero ello, evidentemente, también exige de una lealtad mutua. Porque la condicionalidad de esos fondos a esas reformas orientadas, por ejemplo, al Pacto Europeo Verde, nos vincula a todos y particularmente a la Administración General del Estado, que es quien tiene que responder ante Bruselas. Y, por tanto, no vamos a permitir que las veleidades ideológicas de nadie, el negacionismo de nadie, pongan en riesgo la llegada de los fondos Next Generation a nuestro país.

No vamos a permitir que ningún gobierno controlado de manera directa o indirecta por la ultraderecha negacionista ponga en riesgo un solo euro de los fondos europeos, que al final repercute positivamente en los territorios, tanto desde el punto de vista empresarial como social y laboral. Porque equivale a negar oportunidades de futuro para miles de empresas en esos territorios y, por tanto, en nuestro país.

Un dato solamente. El Banco de España señala que casi la mitad de las compañías no habría realizado inversiones sin la fuerza tractora de los fondos Next Generation. Y muchas de ellas son pequeñas y medianas empresas. Son autónomos. Es economía social y representan más del 40% de las ayudas resueltas de esos fondos Next. Y sin el músculo adicional del plan de recuperación, no habrían dado ese paso decisivo que les está permitiendo crecer, abrirse al mundo y exportar.

Por tanto, lo que quiero decirles con esto es que España está avanzando en un contexto muy complejo, muy difícil, del que ustedes también son testigos y probablemente víctimas de esas guerras arancelarias. Pero esta vez no lo estamos haciendo ese avance a golpe de pelotazo como se hizo en el pasado, sino con un crecimiento equilibrado, con un crecimiento inclusivo y con un crecimiento sostenible. Y en esta senda yo creo que el impacto de los fondos Next está siendo decisivo.

Lo está siendo decisivo en tres aspectos que me gustaría compartir con todos ustedes. El primero. Según los datos del Ministerio de Economía y Comercio, los fondos NEXT han contribuido a incrementar un 2,6% nuestro Producto Interior Bruto hasta el año 2024, en concreto hasta diciembre del año 2024.

Es decir, ha aumentado un 2,6% más nuestro PIB hasta diciembre de 2024 gracias a los fondos europeos.

En segundo lugar, porque nos ayudan a reducir eso que estábamos todos pendientes durante la crisis financiera y es la prima de riesgo.

Y, en tercer lugar, este es un dato que a mí me ha llamado mucho la atención cuando lo han compartido desde el Banco Central Europeo. Los fondos NEXT han logrado que podamos reducir la deuda pública en nuestro país 7,8 puntos.

Por tanto, estamos hablando de unas cifras macro, desde luego muy positivas y de un impacto que está teniendo sobre nuestras cuentas públicas, sobre el crecimiento económico, sobre la reindustrialización y la transformación de nuestro tejido productivo yo creo que formidables, inéditas en la historia democrática de nuestro país.

Esas son las magnitudes que yo creo que marcan la diferencia entre tener o no tener el impulso adicional de este plan de recuperación. También entre dar la batalla o renunciar a hacerlo, porque lo más sencillo hubiera sido durante la pandemia, bajar los brazos y esperar a que otros hicieran o propusieran. Entre callar, por tanto, cruzarse de brazos o lograr que la voz de nuestro país, de España, se escuchara con fuerza en un momento tan decisivo para la Unión Europea.

En todo caso, gracias a ello, aunando esfuerzos entre todos estamos transformando la economía española en dos grandes ejes que a mí me parece que son los ejes rectores. Por mucho ruido que haya y por muchos discursos anti digitales en la perspectiva humanista de esta transformación digital, o anti, o mejor dicho, negacionistas del cambio climático, yo creo que estos dos grandes ejes, el de la transición energética y el de la transformación digital, son los vectores presentes y futuros de la competitividad económica española, europea y también mundial.

Pero tal como les decía al comienzo, para apreciar toda la magnitud de este cambio creo que debemos acudir a la distancia corta. Y por eso me gustaría esbozar a través de cinco ejemplos concretos cuál ha sido el formidable impacto que está teniendo o están teniendo los fondos europeos en nuestro país. El primero que quisiera poner de relieve es la innovación en sectores como la inteligencia artificial. Se suele decir que la inteligencia artificial es poco menos que ajena a Europa y, por tanto, también a España. Algo de verdad hay en ello.

Pero también es cierto que hay miles de empresas españolas que están trabajando ya en la inteligencia artificial. Y a mí me gustaría poner en valor una startup vasca Multiverse Computing, que ha logrado algo increíble y es un software en comprensión de modelos de lenguaje que reduce el consumo de energía hasta un 80%. Y eso ha sido gracias también a los 18,5 millones de euros del plan de recuperación, una coinversión de 67 millones de euros financiados con fondos europeos.

El segundo ejemplo que quiero compartir está vinculado a la tecnología de la salud. Yo recuerdo en el año 2022 visité a un chaval, a Jorge, un adolescente con una enfermedad rara, en concreto GNB1, el día antes de que le operaran. Era su cumpleaños el día que tuve ocasión de conocerle. Y ese día recibió el mejor regalo posible y era un exoesqueleto pediátrico fabricado por una empresa madrileña, MARSI Bionics, que es una spin-off del CSIC. Gracias a los 2,2 millones de euros del PERTE de salud de vanguardia y al trabajo, sobre todo de 75 investigadores e investigadoras, MARSI ha desarrollado el primer exoesqueleto pediátrico del mundo, y además es 100% español. Yo creo que esta es una innovación extraordinaria porque crece y se adapta a los menores de 2 a 17 años, imitando el funcionamiento natural del músculo. Y creo que es un impacto tan trascendental en la vida de personas que realmente necesitan del aporte de la innovación y de la ciencia, que para mí es un orgullo ver que efectivamente se ha consolidado lo que entonces era un proyecto con muchísimas incertidumbres.

El tercer ejemplo está vinculado al urbanismo sostenible. Saben ustedes que tenemos un parque de viviendas muy antiguo, muy antiguo, y que cuando hablamos en muchas ocasiones de vivienda se nos olvida la parte más relevante, que es la rehabilitación, la renovación urbana. Quisiera poner de relieve y en valor la rehabilitación de un centenar de viviendas en la colonia de San Antonio, en el municipio de La Vall d'Uixó, en Castellón. Este barrio es un barrio de gente trabajadora, de gente de a pie, con unas rentas medio-bajas, construido hace más de medio siglo y que se va a beneficiar de una inyección de 2,5 millones de euros de fondos europeos. ¿En este barrio quién vive? Bueno, viven sobre todo muchas personas mayores solas, como ocurre en muchos cascos antiguos de nuestras ciudades y casi un cuarto de las viviendas están vacías. Este plan integra mejoras de movilidad, la instalación de ascensores, el diseño de calles, de aceras, también para las personas que tienen dificultad de movilidad, y por supuesto, algo muy importante una mayor eficiencia energética a través de la aerotermia que va a permitir a las familias ahorrar nada más y nada menos que 400 € anuales.

Yo creo que esto también da una imagen de cómo estamos uniendo no solamente la cohesión social, sino también la economía de un sector que desgraciadamente sufrió y mucho durante la crisis financiera por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y que ahora de nuevo está tomando bastante tracción y es tan importante para el empleo y el desarrollo económico de nuestros territorios como es el sector de la construcción.

El cuarto ejemplo tiene que ver con la transición energética, que saben ustedes que este gobierno está súper comprometido. Y además me ha alegrado mucho saber que la vicepresidenta primera de la Comisión va a participar en este foro. Está aquí el secretario de Estado, Hugo Morán, que es también uno de los principales exponentes de esta transformación energética que estamos haciendo. Una palanca clave que creo que está resultando muy importante no solo para la competitividad de nuestra economía, sino también para la seguridad económica y a la que España está dedicando, como saben ustedes, el 40% de las inversiones de este plan de recuperación.

Los resultados están ahí, hablan por sí solos. Hoy el precio de la energía ya no es una debilidad crónica que lastra nuestra competitividad, sino una ventaja competitiva para nuestra industria. Hay todavía mucho que hacer porque efectivamente tenemos que seguir siendo más competitivos. Pero, bueno, yo quiero recordar que el precio mayorista de la electricidad en España es la mitad que el de Italia y un 40% inferior al de Alemania. Esto tiene mucho que ver también con el impulso que le hemos dado a las energías verdes. Uno de los elementos centrales, ¿cuál es? Es la apuesta, como saben ustedes, por el desarrollo del hidrógeno renovable, que además está mostrando muchísimo apetito por parte de inversores extranjeros -hoy hemos conocido también alguna información sobre fondos de inversión soberanos que vuelven a apostar por estos proyectos de hidrógeno verde en nuestro país-. Solo en el año 2024, para que se hagan una idea, triplicamos los objetivos de una hoja de ruta, la del hidrógeno verde, que se despliega en todo el territorio y singularmente en comarcas donde esto de la reindustrialización era un sueño imposible y que hoy son sinónimo de empleo de calidad, de nuevas oportunidades. Y estoy pensando en Andalucía, en Extremadura, en definitiva, en lugares donde efectivamente la revolución industrial de los combustibles fósiles pasó de largo.

Y un buen ejemplo lo constituye la labor de la empresa NORDEX, centrada en el diseño, en la fabricación, en el ensamblaje de electrolizadores modulables que van a permitir escalar la producción para utilizar hidrógeno verde en diferentes sectores, como la producción del acero y también de los fertilizantes.

El último ejemplo -que tiene que ver con algo que formado parte de la conversación de estas jornadas de elDiario.es- es la autonomía estratégica, la autonomía estratégica abierta, porque efectivamente tenemos que reindustrializarnos, tenemos que tomar nota de lo que está sucediendo y los discursos que estamos viendo en otras geografías del mundo. Tenemos que espabilar desde el punto de vista europeo y tenemos que reindustrializarnos, apostar por lo tecnológico y por las energías verdes. En todo caso tiene que ser abierta porque tenemos que buscar nuevos socios aliados comerciales ahora que otros nos quieren cerrar las puertas con tarifas y con aranceles.

Esta semana la Comisión Europea ha publicado la primera lista de proyectos estratégicos europeos vinculados con materias primas críticas. En total, son 46 proyectos en toda Europa, de los cuales, y es lo que me gustaría poner en valor,
siete se localizan en España. Estamos hablando del 15% del total. Siete proyectos repartidos por todo nuestro país, para extraer y producir algunos de los minerales más necesarios si queremos ser capaces de liderar o continuar liderando la transición verde y, por supuesto también, la transformación digital. Estamos hablando de litio, de cobre, de níquel, en fin, de minerales que son muy importantes para la autonomía estratégica de nuestro continente.

En fin, yo creo que, con todo ello, lo que les quiero decir es que estamos preparados, que España está haciendo sus deberes, ha hecho sin duda alguna los deberes. Como he dicho antes, sin reformas no hay fondos, y si somos el primer país receptor de esas transferencias y de esos desembolsos, es como consecuencia de que estamos haciendo las reformas.

Son reformas, por cierto, que venían en las recomendaciones de país que ha hecho sistemáticamente la Comisión Europea y que el Gobierno de España, con fragmentación parlamentaria, con un gobierno de coalición en minoría parlamentaria, ha sacado adelante -por cierto- con paz social, y yo creo que eso también es muestra de la capacidad de negociación y de acuerdo del actual Gobierno.

España, por tanto, ha hecho sus deberes. Creo que eso nos permite mirar el futuro con una cierta confianza, pese, insisto, a las dificultades de un contexto internacional que, si nos obliga a algo, es a remar con más fuerza. Dentro de unos días (ha sobrevolado un poco mi intervención) se prevé la entrada en vigor de los mayores aranceles que Estados Unidos ha impuesto nunca a la Unión Europea. Y hoy, desde aquí, me gustaría hacer una llamada de nuevo a la Administración estadounidense a que recapacite, a que dialogue con la Comisión Europea y a que detenga este sinsentido. Y hoy también vuelvo a ser claro. Si nos imponen aranceles, pues deberemos responder con decisión, y Europa se defenderá. Actuaremos con rapidez, con proporcionalidad y con unidad. Yo creo que esos son los tres criterios de la respuesta que daremos desde el punto de vista europeo.

Rapidez porque el Gobierno estará del lado de nuestros agricultores, de nuestras empresas y, en definitiva, de nuestra gente. Desde el primer momento venimos elaborando y desarrollando, ya desde los primeros anuncios o al menos las primeras amenazas, un Plan Nacional de Contingencia para ayudar a los sectores más afectados. En segundo lugar, con proporcionalidad, porque creemos que una guerra comercial evidentemente no beneficia a nadie, perjudica a todos, sobre todo a los más débiles. Y con unidad, porque vamos a responder de forma coordinada con nuestros socios europeos. No olvidemos nunca que Europa es el primer bloque comercial del mundo y, por tanto, somos una potencia comercial; y como potencia comercial podemos responder a este sinsentido que se está planteando, en este caso, por la Administración estadounidense.

Sabemos bien, en todo caso, señoras y señores, a dónde conduce el repliegue y la autarquía. Por eso nosotros, y es lo que decía antes cuando hablaba de la autonomía estratégica abierta, pues decidimos ser un proyecto europeo, un proyecto político abierto y, por tanto, próspero, y no cerrado y pobre. Donde otros buscan la confrontación, nosotros vamos a seguir tendiendo la mano al diálogo; donde otros generan incertidumbre con las amenazas y los anuncios que están haciendo, nosotros aportamos certezas, y donde algunos levantan muros, nosotros forjamos nuevas alianzas.

Y yo creo que ahí, España ha tenido mucho que ver en esa diversificación de alianzas con México, con Chile…bueno, ahora estamos avanzando hacia un acuerdo comercial con India, la renovación del ya existente con Canadá... En unos días, como saben, voy a viajar a China -se está cumpliendo este año el 20 aniversario de la Asociación Estratégica España-China-, viajaré también a Vietnam, dos socios estratégicos en Asia para atender nuevos vínculos económicos, y mantendré también, lógicamente, una nueva ronda de contactos con nuestros socios en América Latina y el Caribe para tratar de apuntalar el acuerdo de la Unión Europea-Mercosur, que hoy se me antoja mucho más importante que nunca.

Nunca habíamos estado tan abiertos al mundo, pero tenemos muy claro que debemos desarrollar nuestras propias capacidades. La autonomía estratégica abierta que defendemos para España y para Europa es la única forma de preservar nuestro modelo, que es un modelo democrático, de respeto a los derechos humanos, de libertades, y también, lógicamente, que se incorpora y que es parte activa de los grandes debates que tiene la humanidad, como es el cambio climático o también la revolución tecnológica y las implicaciones que puede tener sobre el mundo laboral, y económico y social.

Por eso -concluyo- diciendo de nuevo que España avanza pese a todo y contra todo. Lo hace creciendo, como está haciendo Europa, hacia dentro, y lo hace también creciendo hacia fuera, abriéndonos, contribuyendo como nunca desde el cuadro de mando de la Unión Europea.

Y ahí están los datos. Los datos son, yo creo, que muy rotundos y creo que tienen, también, que trasladar un orgullo de país, porque no es de un gobierno este éxito, sino del conjunto de la sociedad española, el que España hoy aporte el 50%, nada más y nada menos, del crecimiento de la eurozona. ¿Se puede decir que Europa necesita hacer mucha tarea para la competitividad y mejorar su crecimiento económico? Sin duda alguna, pero que España está a la cabeza y que representa al 50% del crecimiento de la eurozona, es un dato absolutamente impresionante, formidable , teniendo en cuenta que representamos el 10% del Producto Interior Bruto.

Que somos una gran economía europea. Y, por cierto, la que más productividad por hora ha ganado desde el año 2019, la que más trabajo crea de toda la Unión Europea, uno de cada tres nuevos empleos, y hemos logrado reducir la desigualdad a mínimos en la serie histórica. Insisto, seguimos teniendo problemas serios de desigualdad, pienso sobre todo en la vivienda, en la pobreza infantil, pero tenemos un gobierno comprometido en esa causa, en la lucha contra la desigualdad.

Y alcanzamos estos hitos mientras avanzamos hacia un nuevo modelo productivo que garantiza la cohesión social y territorial, con empleo de calidad, con una apuesta clara por la formación y por la inversión en I+D+i como fundamentos de nuestra prosperidad presente y futura.

Bueno, yo creo que estas son las credenciales de España, y son reconocidas fuera de España. A ellas contribuye decisivamente el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Yo creo que el éxito de los fondos Next Generation es el mejor ejemplo de que la respuesta a los retos que enfrentamos pasa por más Europa, y trabaja cada día el gobierno en esa dirección: en construir la mejor España desde una Europa que tiene que ser, inevitablemente, mucho más fuerte y más integrada.

Ese es el debate que tenemos ahora, de cómo avanzar en esa integración en algunas políticas que durante muchos años hemos dejado a un lado. Recordaba en el Congreso de los Diputados cómo en los años 50 del siglo pasado se hablaba ya de la Comunidad Europea de la Defensa, cómo la arquitectura de la seguridad después de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría hizo que Europa delegará muchas de esas competencias y esas políticas en terceros países. Y cómo ahora, después de lo que ha sucedido en estos tres años de invasión de Rusia a Ucrania, pues desde Europa tenemos también que dar un paso para integrarnos y, por qué no, en un futuro -estoy convencido de que lo lograremos- tener unas Fuerzas Armadas europeas, porque si hacemos eso, estoy convencido de que nuestra capacidad de disuasión será mayor.

Y también estoy convencido de que la capacidad de influencia en un nuevo orden internacional que se está ahora mismo diseñando, Europa será una pieza central. Y eso será muy importante para que podamos garantizar un orden multilateral, el respeto al derecho internacional, la salvaguarda del derecho internacional humanitario y, por tanto, la prosperidad y, en fin, la consolidación de dinámicas de paz fundamentadas en la diplomacia, y no en la ley del más fuerte.

Ese será el debate que tengamos -estamos teniéndolo ya- durante estos meses y los próximos años, y en los cuales España, como gran economía europea, está dispuesta también a aportar su granito de arena.

Así que nada, muchas gracias a elDiario.es, gracias a los patrocinadores y gracias también, lógicamente, a todos aquellos que nos hayan seguido por streaming. Buenos días.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)