Intervención del presidente del Gobierno en la inauguración de la III edición del Día del Hidrógeno de Enagás

29.1.2025

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Madrid

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Buenos días a todos y a todas, vicepresidenta, presidente de Enagás, autoridades, embajadora, querida embajadora. Señoras y señores:

Buenos días a todos y gracias por la invitación.

Antes de nada, quisiera agradecer a Enagás la organización de este día importante para nuestro país, que es el Día del Hidrógeno que ya alcanza su tercera edición. Creo que la continuidad de este foro es buena muestra del compromiso de Enagás con el desarrollo de una tecnología que es fundamental para el futuro de nuestro país y por supuesto también de nuestro planeta. Un compromiso que comparte España, el Gobierno, con muchas empresas que están aquí presentes.

Dicen que las buenas historias empiezan a escribirse por el final. Así que permítanme que empiece por el año 2050. Para entonces, nuestro país debe tener, tendrá, estoy convencido que haber alcanzado la neutralidad climática.

¿Eso qué significa?, eso significa en cifras que tendremos que haber reducido nuestras emisiones de gases de efecto invernadero nada más y nada menos que en un 90% y haber encontrado formas económicamente viables de compensar las restantes, con sumideros, tecnologías de captura y otras alternativas que la tecnología nos vaya ofreciendo.

Es evidente que la electrificación va a ser, lo está siendo ya, una de las claves para lograr esta reducción drástica de la emisión de gases de efecto invernadero. Pero también que no podrá ser la única, como bien se ha explicitado en el vídeo, porque, como todos sabemos, hay procesos industriales y sistemas de transporte pesado que no pueden funcionar con la densidad energética que nos aporta una batería o una conexión a la red eléctrica. Es ahí donde entra de lleno el hidrógeno verde. Una alternativa renovable que está creciendo de manera absolutamente exponencial desde hace un lustro por las inmensas posibilidades que ofrece.

Ese crecimiento tiene algunos epicentros mundiales. Y los españoles y españolas deben saber que nuestro país es uno de esos epicentros. Tal vez, el más prometedor, si me permiten, de todos ellos. Y deben saber también que tal situación no es fruto de la casualidad ni de la inercia. Todo lo contrario. Es y seguirá siendo una revolución que estuvimos a punto de perder.

Fíjense: España tiene una media de horas de sol, querida embajadora, hasta un 50% superior a Alemania. Qué le vamos a hacer… Cuenta además con 150.000 km2 más de superficie, y además somos uno de los países con una densidad media de población más bajas de la UE y, por supuesto, más bajas que la gran economía, que el gran país que es Alemania. A pesar de todo ello, hasta 2018 -es decir, hasta antes de ayer- Alemania superaba con creces a España en producción de energía solar. ¿Por qué? Creo que una de las principales razones es que aquí, en aquellas fechas, apenas contábamos con 5GW de fotovoltaica instalada en España frente a los 45GW instalados en Alemania.

Porque los gobiernos que nos precedieron no apoyaron el desarrollo de las renovables. De hecho, eliminaron todos los incentivos a su desarrollo y despliegue, e impusieron un impuesto al sol.

Nosotros cuando llegamos al Gobierno dimos un giro de 180 grados al timón. Apostamos por las energías limpias. Por convertir España en una potencia renovable. Cambiamos la legislación, dimos y estamos dando bonificaciones fiscales, y decidimos dedicar a la transición cuatro de cada diez euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, de los fondos Next Generation.

Nos lo jugamos todo al verde. Como también buena parte del sector privado hizo y está haciendo. Con innovaciones punteras, con inversiones multimillonarias, y con transformaciones que yo calificaría de valientes de las plantas y de sus sistemas de producción, y por eso también quiero agradecer a las empresas ese esfuerzo porque vuestras empresas hicieron y vieron la oportunidad y el tiempo os está dando la razón.

Hoy, España es nada más y nada menos que la quinta economía más sostenible entre las grandes economías del planeta. Hemos logrado que el 56% de nuestra producción eléctrica proceda de fuentes renovables. Algo que nos está permitiendo generar miles de empleos y tener la electricidad un 30% más barata que la de nuestros competidores europeos, superando la mayor debilidad competitiva que arrastraba nuestro país desde hacía muchas décadas.

Por tanto, la industria del hidrógeno verde está desempeñado un papel muy importante en este proceso de ganancia de competitividad de la economía española. En apenas cinco años hemos multiplicado por tres nuestro objetivo inicial de potencia instalada de electrolizadores, hasta los 12 GW. Y hemos logrado arrastrar un apoyo masivo de inversores y empresas hasta convertir España en un líder global en hidrógeno renovable.

Y los datos están ahí. Según la Agencia Internacional de la Energía nuestro país concentra nada más y nada menos que el 20% de los proyectos de producción de hidrógeno verde anunciados en el mundo, a pesar de que representamos el 1,3% del PIB mundial. Ocupamos el segundo puesto mundial en el Hydrogen Investability Index. Se estima que en el año 2030 estaremos produciendo nada más y nada menos que el 20% de todo el hidrógeno verde del conjunto de la UE.

No en vano, 3 de los 7 proyectos elegidos en la primera subasta del Banco Europeo del Hidrógeno son españoles. Vamos a apoyarles en todo lo que haga falta. Y, además, vamos a anunciar 400 millones de euros a los proyectos que se han quedado fuera pese a contar con una evaluación positiva de la Comisión Europea. Esa es la apuesta que está haciendo el Gobierno de España por el desarrollo del hidrógeno verde en nuestro país. Para que no haya una sola oportunidad en este campo que no sea aprovechada.

En un futuro no muy lejano, buena parte de los aviones, como hemos visto, de los barcos y de los sistemas de almacenamiento energético que se usarán en Occidente y particularmente en Europa van a funcionar con hidrógeno verde. Con hidrógeno made-in-Spain. Y creo que este es uno de los principales atractivos que representa el hidrógeno verde para nuestro país.

Crecemos más que nadie y crecemos más verde que nadie. Y estas dos realidades, lejos de resultar antitéticas, como en algún momento o incluso ahora se están planteando, están íntimamente ligadas. Yo creo que el éxito de nuestro modelo energético es la base también del éxito del momento económico que está viviendo nuestro país, el que nos ha permitido cerrar el año 2024 con un crecimiento trimestral, nada más y nada menos, que del 3,5% del Producto Interior Bruto, tal y como hoy ha revelado el Instituto Nacional de Estadística (INE). En crecimiento de empleo hemos creado casi medio millón de nuevos puestos de trabajo y registramos la tasa de paro más baja de los últimos 16 años, Se dice pronto,16 años, antes de la crisis financiera de 2008. El modelo que nos ha convertido en una potencia exportadora y que nos está ayudando a mejorar el poder adquisitivo de millones de hogares y a ser uno de los países del mundo que más ha reducido la desigualdad salarial entre sus trabajadores y trabajadoras.

En pocas palabras, la transición energética se ha convertido en el puntal de un modelo de éxito guiado, si me permiten, por las tres 'c': crecer, compartir y cuidar. Crece la economía, compartimos mejor esa riqueza y cuidamos el planeta como nunca antes habíamos hecho desde España. Y el modelo funciona. Está dando grandes resultados. Por eso les garantizo que vamos a continuar con esa senda, que nosotros vamos a reafirmarnos en el "Green, baby, green", porque el futuro siempre termina adelantando al pasado por mucho que se obceque el pasado en bloquearle. Y porque estamos convencidos de que el hidrógeno verde no solo va a ayudar a alcanzar la neutralidad climática, que es un objetivo que debe fijarse y reafirmarse diariamente la humanidad y, por tanto, evitar el colapso del planeta, legar a nuestras generaciones futuras un planeta sostenible, habitable, porque no se puede tener una vida saludable en un planeta enfermo, sino porque también nos va a ayudar a mejorar nuestra soberanía energética, tal y como decía el presidente de Enagás, a generar empleos e industrias en todo el territorio.

Vivimos, como bien saben ustedes, tiempos convulsos, pero, y como bien ha dicho antes el presidente de Enagás, el orden geopolítico está mutando a marchas forzadas. Es probable que se vea sumido en un periodo prolongado de tensiones, de incertidumbres. Y España y Europa deben fortalecerse fortaleciendo y diversificando sus vínculos comerciales, como estamos haciendo, por ejemplo, con México, con el Mercosur, como hicimos con Canadá o también con Chile. Tenemos que impulsar la renovación de la arquitectura multilateral, fundamentalmente la financiación al desarrollo. En junio de este año Sevilla va a albergar una importante cumbre para la financiación al desarrollo, reduciendo en consecuencia también al mínimo sus dependencias energéticas.

El otro día veía un dato que me parecía lo suficientemente ilustrativo como para saber cuál es el enorme coste de oportunidad de no seguir avanzando en esa autonomía energética. En el año 2030, si llegamos al 81% de producción eléctrica proveniente de energías limpias, eso va a significar que vamos a reducir nada más y nada menos que más de 80.000 millones de euros las transferencias que estamos haciendo a otras economías, a otros países productores de combustibles fósiles, fundamentalmente el gas.

Para que se hagan una idea, en España, los Presupuestos Generales del Estado dedicamos 2.500 millones de euros a las becas para garantizar la igualdad de oportunidades y el mérito de la gente que se merece tener esa ayuda por parte de la sociedad para poder escalar y hacer y desarrollar todas sus potencialidades. Imagínense 83.000 millones de euros que podemos reducir de dependencia energética y ese coste de oportunidad que podemos estar destinando a otras políticas públicas, como por ejemplo las becas, para que se garantice la igualdad de oportunidades y el mérito de nuestra sociedad. Por tanto, no podemos seguir dependiendo del petróleo, del gas extranjeros para encender nuestras calefacciones, para hacer circular nuestras ambulancias. El riesgo es demasiado alto, antes lo ha dicho el presidente de Enagás. Hay autocracias que nos miran con miedo, con temor, porque como consecuencia de la expansión y la consolidación de un proyecto de libertades y de democracia como es la Unión Europea se sienten amenazados. Y en ese sentido creo que ese monopolio de los hidrocarburos, hidrocarburos ha condicionado la voluntad económica y también la geopolítica de nuestro país y de nuestro continente durante demasiado tiempo, lo estamos viendo desde el inicio de la guerra hasta este momento. Ha llegado el momento, por tanto, de liberarse y, por tanto, creo que las renovables son ese pasaporte a la soberanía energética y el hidrógeno, un vector clave para para lograrlo.

Estamos muy ilusionados apostando por la creación de plantas de electrolisis en España, también muy ilusionados, lo sabe bien Arturo, apostando por proyectos como el H2Med, que será solo una pieza, como hemos visto en el vídeo, de ese entramado de la red troncal del hidrógeno, el primer gran corredor continental de energía verde, junto con la ruta del transporte marítimo, que va a conceder una importancia tan relevante al puerto de Algeciras en su conexión con el puerto de Rotterdam. Lo tuvimos que pelear, lo hemos logrado y ahora seguimos trabajando con nuestros socios europeos para que el H2Med sea cuanto antes una realidad y, además, con esa visión ibérica de la Península Ibérica entre Portugal y España.

Ayer mismo, de hecho, en el Consejo de Ministros y Ministras aprobamos la concesión directa de 142,91 millones de euros para apoyar otros dos proyectos seleccionados por la Comisión Europea en la cuarta ola de proyectos de interés común, la de la movilidad 'Hydrogen to Move'. Y gracias a estas iniciativas creo que vamos a poder exportar a nuestros socios 2 millones de toneladas de hidrógeno cada año. Se dice pronto. Yo creo que esa es la mejor contribución a la reducción de la dependencia energética del conjunto de la Unión Europea y reforzar en consecuencia nuestra autonomía e insisto en un contexto geopolítico de enorme incertidumbre como el que vivimos pero que también representa una gran oportunidad para la Unión Europea si sabemos aprovecharla.

El hidrógeno verde al mismo tiempo nos va a ayudar a impulsar algo que para el Gobierno de España es fundamental y es la reindustrialización con cohesión territorial de todo nuestro país. Es decir, que haya territorios con la oportunidad de poder crear industria, de reindustrializar a diferencia del modelo obsoleto de los combustibles fósiles. Ya lo está haciendo. A fecha de hoy ya se han ejecutado más de 1.500 millones de euros del proyecto estratégico del PERTE y en las próximas semanas se va a dar a conocer la propuesta de resolución provisional de la convocatoria del programa Valles del Hidrógeno por valor de otros 1.320 millones de euros. En fin, buena parte de todos estos recursos han ido a parar a zonas de nuestro país afectadas por la despoblación, por el reto demográfico, por la pérdida de tejido productivo o el desmantelamiento de viejas industrias estratégicas. Me refiero a zonas como Los Barrios en Cádiz, As Pontes en A Coruña, territorios con problemas demográficos o con el reto demográfico como es por ejemplo Teruel y provincias que necesitan nuevos estímulos económicos como por ejemplo Ciudad Real, Cartagena, Burgos, Huelva, Castellón, Tarragona… En fin, hay una larga lista de territorios, provincias, municipios que sin duda alguna van a poder verse beneficiados de esta transición energética en verde que estamos haciendo.

Fíjense, algunos estudios estiman que la industria del hidrógeno verde puede crear en nuestro país hasta 180.000 nuevos empleos de aquí al año 2040. Yo estoy convencido de que incluso pueden ser más, porque lo que tenemos entre manos es un cambio de paradigma que acabará afectando a casi todo, desde el gran buque en el que se transportan las mercancías al pequeño tractor con el que se hará la tierra del producto local. Por tanto, creo que tenemos una oportunidad muy, muy relevante y que, al igual que decís desde Enagás en vuestro título, que el hidrógeno es ahora, también nosotros desde el Gobierno de España sentimos ese momento, porque es ahora el momento de apostar por una tecnología de la que depende en buena medida que seamos capaces de cumplir con los objetivos de descarbonización que nos hemos marcado. No olvidemos que, en el año 2024, según nos aporta la ciencia, ha sido el primer año que hemos superado 1,5 grados centígrados de incremento de la temperatura fijados en los Acuerdos de París.

Por tanto, estamos en un momento muy crítico para la adaptación y la mitigación al cambio climático como por desgracia estamos viendo también en nuestro país en tierras muy queridas, como por ejemplo la Comunitat Valenciana. Y también ahora es el momento de aprovechar nuestras bazas, que tenemos muchas, territorio, recursos naturales, marco institucional, capacidad industrial, recursos económicos, apetito inversor para hacer de España el gran proveedor europeo de electricidad e hidrógeno renovable. Imaginémonos España exportando energía. Ese es un cambio de paradigma y una potencia que puede y debe aprovechar España en beneficio de nuestros compatriotas. Sé que comparto esa visión con todos ustedes. Una visión que aborda el reto de la transición verde en clave de oportunidad que nos llevó a librar en Bruselas batallas a las que nadie se había atrevido entonces, que nos ayudó a salir de la crisis inflacionista antes que nadie y que nos está ayudando a posicionar a España como un polo de atracción industrial en el mundo.

Yo acabo de venir de Davos y el interés, el apetito, la imagen que tiene España ahora mismo desde el punto de vista económico, de atracción, de inversión y de reindustrialización, es absolutamente extraordinaria. E, insisto, tiene un doble mérito en el contexto geopolítico en el que Europa se está desarrollando y desplegando.

Vamos a seguir impulsando la colaboración público-privada. Seguiremos afrontando la transición verde como lo que es, una inmensa oportunidad que representa para nuestro país y seguiremos comprometidos en la mitigación y en la adaptación al cambio climático y en alcanzar la plena descarbonización de nuestra economía, con más ambición si cabe, pero sobre todo con apuestas de futuro como la que representa el hidrógeno renovable.

Acabamos de ver a la vicepresidenta primera, Teresa Ribera, que es sin duda alguna una aliada de todo este proyecto, porque ha sido una de las principales hacedoras del mismo al frente del Gobierno de España, ahora al frente del Gobierno de Europa, pero también contamos con una nueva vicepresidenta de ese mismo departamento, la vicepresidenta Sara Aagesen, a la cual, por supuesto, le doy las gracias y sobre todo el honor de poder compartir este momento tan importante, tan crucial, para seguir de manera consistente apostando por la política de transformación energética y de reto demográfico que impulsamos desde el año 2018 hasta este momento.

Creo que tenemos por delante muchas oportunidades, quiero agradecer a las empresas su participación, su colaboración y su interés en esta política energética del Gobierno de España y, sin duda alguna, felicitar a Enagás, a su equipo directivo, por la celebración de este tercer día, de este proyecto tan interesante e inteligente para el interés general de nuestro país como es el hidrógeno verde.

Así que un placer inaugurar este tercer día y mucha suerte a todos y a todas.

Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación.