Escuela de Organización Industrial (EOI) , Madrid
INTERVENCIÓN INICIAL DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ
Ministros, ministras, secretarios de Estado, secretarias de Estado, director de la EOI y, también, señoras y señores. Me comentaba antes el director -un buen amigo-, que es la primera vez que este centro cuenta con la presencia del presidente del Gobierno de España. Yo creo que estamos, desgraciadamente, poco acostumbrados desde lo institucional a estar presentes en centros de formación tan relevantes que durante décadas -lo ha dicho antes el ministro-, pues ha contribuido a la formación, al desarrollo y, por tanto, al crecimiento económico de nuestro país, dando protagonismo a quienes son realmente los protagonistas, que son las pequeñas y medianas empresas.
Con lo cual, sirva esta primera vez para que no sea la última; que vengan otras muchas veces más. Y, desde luego, sirva también nuestra presencia para rendir tributo a esa formación que da la Escuela Organización Industrial al conjunto del tejido productivo en nuestro país.
Y dicho esto, antes de entrar en la cuestión que nos ocupa, sí me gustaría hacer una breve referencia a los medios de comunicación que están aquí presentes porque lo agradecerán. Yo creo que ante la gravedad de los acontecimientos que estamos viendo en los medios de comunicación durante estos últimos días en Oriente Medio, me van a permitir que haga un llamamiento de nuevo a la contención y a la responsabilidad de las partes implicadas. Porque es necesario evitar a toda costa una escalada de consecuencias imprevisibles para la región y también para la paz en el mundo, que es algo que el Gobierno de España hace ya casi un año -desde que se perpetraron esos atentados en Israel- viene reclamando en Oriente Medio.
Evidentemente condenamos, como hemos hecho desde el principio, los ataques de Irán contra Israel del pasado martes, del pasado martes. Pero al mismo tiempo lo que hacemos es exigir que se acuerde un alto el fuego inmediato en Gaza, una tregua en el Líbano y que, en definitiva, el derecho internacional sea respetado.
En muchas ocasiones lo hemos hablado -también en la guerra de Ucrania-, pero la integridad territorial, la soberanía de los Estados, la protección de los civiles, el acceso a la ayuda humanitaria allí donde se necesite -sin duda alguna en Gaza o ahora también en Líbano- son principios básicos para la coexistencia pacífica entre naciones que ahora mismo, por desgracia, estamos nuevamente viendo socavarse.
Debemos, por tanto, poner fin a esta espiral de violencia que solo está trayendo muerte y destrucción. Son más de 1.200.000 las personas que se han desplazado en estos escasos días desde la intervención de Israel en el Líbano y, por tanto, apelamos de nuevo desde el Gobierno de España a un ejercicio de diplomacia, y no la guerra, para lograr un futuro de paz y de seguridad en una región tan castigada durante muchas décadas como es, precisamente, el conflicto que se está viviendo en Oriente Medio.
En fin, resulta difícil después de esto, pues, entrar en materia sobre una cuestión que también nos afecta y que es muy importante, por esperanzador, que es toda la transformación que están sufriendo las pequeñas y medianas empresas gracias al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Pero creo que es de justicia hacerlo. Cada año en la Escuela de Organización Industrial, más de 13.000 pequeñas y medianas empresas pasan por esta casa, se benefician de la formación que se imparte en ella, gracias singularmente a los fondos europeos. Y, por eso, no hay marco más idóneo para que un acto como este, centrado en la transformación que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia está facilitando en la pequeña y mediana empresa de nuestro país -sea puesto de relieve. Porque, como ha dicho antes el ministro Jordi Hereu, hablar de pequeñas y medianas empresas es hablar de economía real, del lugar de trabajo de más de un 60% de nuestros asalariados y asalariadas, de negocios de los que depende -nada más y nada menos- que 2/3 de nuestro Producto Interior Bruto anual, y de una categoría que engloba, nada más y nada menos --antes se ha dicho-, al 99% de nuestras empresas.
En definitiva, hablamos de la columna vertebral de nuestro tejido productivo, y las pequeñas y medianas empresas son esas células madre de ese tejido productivo español, las principales garantes, en consecuencia, de la vitalidad de todo el organismo económico de España.
Creo que el extraordinario momento económico que atraviesa España en un contexto tan difícil, tan complejo como el que acabo de relatar, se explica en buena medida gracias a la resiliencia y a la visión que tienen los pequeños y medianos empresarios y empresarias de nuestro país. Fíjense, superamos los 21,2 millones de afiliados y afiliadas a la Seguridad Social. Recuerdo que hace muy poco, hace pocos meses, se hablaba de que esos 20 millones de afiliados eran como el techo de cemento que prácticamente era imposible superar. Bueno pues estamos en los 21,2 millones de afiliados, con más -y esto me gusta mucho repetirlo- de 10 millones de mujeres trabajando, que es algo que nunca se había visto, se había registrado, en el mercado laboral de nuestro país. Duplicamos, respecto al nivel prepandemia, las cifras de creación de empleo de grandes economías como la francesa o también como la italiana.
En fin, no se trata de cuánto empleo creamos solo, aunque también, sino de dónde y en qué condiciones se crea ese empleo; en sectores -y es lo que me gustaría también subrayar, porque lo hemos visto en el video- de alto, de altísimo valor añadido. Y eso significa que, efectivamente, las pequeñas y medianas empresas están siendo la vanguardia de ese cambio de modelo productivo en nuestro país.
España está avanzando en la transformación de su modelo productivo. Hay más digitalización, hay más formación, hay también más internacionalización, que siempre es el talón de Aquiles de las pequeñas empresas, no tanto de las medianas. Y solo un dato al respecto, casi una de cada tres pymes hace venta online al exterior muy por encima de la media europea. Yo creo que esto es algo que tenemos que poner en valor, porque efectivamente el proceso de internacionalización que está viviendo nuestra economía, y del cual las pymes están siendo la vanguardia, me parece que es muy significativo de la potencia que está teniendo y del fundamento que está teniendo nuestro crecimiento económico en estos últimos años.
Insisto, por tanto, nada de esto sería posible sin el dinamismo y sin la ambición de las pequeñas y medianas empresas y, por tanto, desde los sectores públicos y desde, en este caso el Gobierno de España del conjunto de la Administración General del Estado, lo que tenemos que hacer es poner herramientas al alcance de las pymes.
Lo hacemos destinando más de 1/3 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a las pymes. Se hablaba mucho al principio que los fondos europeos no se queden en las grandes corporaciones, bueno, desde el Gobierno de España siempre tuvimos claro que debían ser las protagonistas las pymes. Dos de cada 5 € de las convocatorias resueltas del Plan llegan directamente a las pymes, y una de cada cinco pymes ya son beneficiarias directas del Plan de Recuperación. Estamos hablando -para que nos hagamos una idea-, en términos absolutos, de más de medio millón de empresas.
Por eso hoy podemos decir que ha merecido la pena. Ha merecido la pena protegerlas con créditos ICO, por ejemplo, y con los ERTEs como consecuencia de la pandemia de la COVID 19, que mereció la pena afrontar aquella caída sin precedentes de la actividad, sin destruir empleo ni dejar caer al que no tuviera un colchón para aguantar, porque -efectivamente- esa protección de renta nos ha permitido recuperar a un mayor ritmo respecto a otras crisis precedentes -como la crisis financiera- nuestra economía. Y eso es lo que pedían algunos, que nadie lo olvide, porque sencillamente era lo que siempre se había hecho, y es bueno, pues que el sector público se retrae y no acude al rescate de nuestro tejido productivo y también del empleo en nuestro país.
Hacer lo contrario, en definitiva, proteger a nuestro sector productivo, a todo el tejido y singularmente a las pequeñas y medianas empresas es lo que nos permite ser hoy lo que somos y tenemos que decirlo con orgullo en este, insisto, complejo escenario internacional. Y es que España es la locomotora del crecimiento y la creación de empleo del conjunto de la Unión Europea. En esta década hemos parado golpes potencialmente devastadores para la economía y para nuestras empresas. Hoy miramos con una cierta perspectiva y satisfacción (evidentemente siempre vamos a echar mucho de menos y en nuestro corazón y en nuestra mente estarán las víctimas de la COVID 19), pero la pandemia desde el punto de vista institucional, y también de colaboración público privada, pues ha traído esa gran transformación derivada de los fondos europeos. (Y golpes como) crisis inflacionarias y shocks en la cadena de suministro, como también se ha padecido en sectores muy importantes para nuestro país.
Y ahora, por tanto, no se trata solamente de resistir -lo tuvimos claro- sino también de avanzar, de transformar nuestra economía, de ganar competitividad. Y por eso creo que es importante el anuncio que vamos a hacer hoy de destinar, nada más y nada menos, que 4.500 millones de euros en subvenciones y cerca de 50.000 millones de euros en préstamos e instrumentos financieros del Plan de Recuperación a nuestras pequeñas y medianas empresas. Por tanto, 4.500 millones de euros que se van a destinar a subvenciones, y cerca de 50.000 millones de euros que vamos a destinar a través de instrumentos financieros también a esa transformación de las pymes en nuestro país.
Para dimensionar este esfuerzo, porque en muchas ocasiones nos perdemos con estos datos provenientes de los fondos europeos y del diseño que estamos haciendo desde el Gobierno de España, insisto, para dimensionar este esfuerzo, simplemente darles un ejemplo: Solo las líneas del Instituto de Crédito Oficial verde y el ICO empresas incluidas en esta dotación, equivalen a multiplicar por tres la inversión total que supuso la línea del AVE Madrid-Barcelona. Por tres, destinado a las pequeñas y medianas empresas para su transformación a través de subvenciones y también de préstamos financieros.
En definitiva, lo que quiero decir es que nunca en la historia, nunca en la historia, se ha puesto semejante volumen de recursos económicos para modernizar nuestro tejido productivo. Y, por tanto, tenemos una gran responsabilidad, pero también una gran oportunidad.
Con fondos, por cierto, que peleamos en Europa a brazo partido durante la pandemia. Desgraciadamente, no con el concurso y el apoyo de todos, pero ahí está. Y quienes nos acompañan representan bien lo que caracteriza, evidentemente, ese espíritu de la pequeña y mediana empresa, que es el espíritu innovador, la vertebración territorial que siempre hemos tenido muy en cuenta en el diseño de todos los fondos y los planes de recuperación, transformación y resiliencia. Es decir, que no solamente sea un territorio, sino todos los territorios los que se puedan ver beneficiados de esta ingente cantidad de recursos para la transformación de nuestro tejido productivo. Y junto con esa vertebración territorial, la agilidad para asumir la transformación digital y también la transición verde como lo que son, una enorme oportunidad para ganar competitividad.
Yo siempre lo digo, ahora que estamos dejando atrás la crisis inflacionaria que vivimos al principio de la guerra y la invasión de Putin en Ucrania, España ha salido de esta crisis inflacionaria, por primera vez en su historia, ganando competitividad. Creo que esto es muy relevante y dice mucho también de esa alianza entre lo público y lo privado, de esa visión que hemos tenido compartida de hacer de la transformación digital y la transición verde un eje de oportunidad para ganar competitividad y, en consecuencia, prosperidad del conjunto de la sociedad española.
El impulso al desarrollo rural, por ejemplo. Del compromiso para hacer frente al reto demográfico saben mucho responsables de pequeñas y medianas empresas que estáis aquí presentes como Rincón dos Sentidos, Abejas del Moncayo, o The Mindkind. También lo sabe Lourdes Perona, heredera de una larga tradición familiar vinculada con la agricultura y con la ganadería. Me gusta poner estos nombres porque, efectivamente, en muchas ocasiones pensamos solamente en los miles de millones de euros, pero no pensamos en cómo se materializa y que hay nombres y apellidos de personas, de aventuras, de ilusiones y de esperanzas que se ven beneficiadas de este compromiso europeo y también del conjunto de las instituciones públicas para la transformación de las pymes.
Aquí también están presentes empresas que han asumido el Reto verde, y me gustaría agradecerlo en primera persona porque este es un gobierno muy comprometido con la Transición verde, y que trabajan en el ámbito de la movilidad sostenible como Scoobic Urban Mobility, Veltium, Skylife y Beeplanet Factory.
En fin, he hablado de las oportunidades que la transformación digital ofrece a las pymes. Hoy hay empresas que nos acompañan que han apostado por las tecnologías de vanguardia. Tuve la ocasión hace muy pocos días de estar en Huelva, en El Arenosillo, y ahí recordé cómo PLD Space lanzó su primer cohete al espacio y vimos que Wimmic, Pixelabs o Patrones y Escondites con sus videojuegos. En definitiva, yo creo que hay un amplio elenco también de pequeñas y medianas empresas que han apostado por la transformación digital.
Y, por cierto, estos videojuegos orientados a algo muy importante también para todos los padres y madres como es la lucha contra el acoso escolar.
En fin, también están aquí presentes pymes que lideran la fabricación de materiales avanzados como como Meltio, Avanzare, o Polykey.
Nuestras pymes también buscan oportunidades de desarrollo y capacidades de formación de los jóvenes, tanto empleados como desempleados, como por ejemplo la empresa Vértice. E igualmente exploran las nuevas tecnologías aplicadas a las ciencias de la vida, como hacen Ledartis, BioSmartData, y Lactapp Women Health.
En definitiva, hay un amplísimo elenco de experiencias innovadoras y exitosas en lo que representa la transformación de nuestro tejido productivo.
Señoras y señores, los anuncios de productos de inversión siempre incorporan esta advertencia de que las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Yo creo que en el caso de las políticas públicas este es un axioma que nunca debemos olvidar. Pero también es cierto que los logros alcanzados, si de algo nos deben servir, es para dar ánimo sobre nuestras capacidades.
Frente a aquellos -y los hay, no solamente en el mundo de la política, también en el mundo de la empresa, del mercado laboral-, que enmascaran la falta de ambición con la prudencia, y frente a aquellos que hablan de realismo para ocultar la falta de confianza en este en este país, yo estoy convencido de que de que España está en condiciones, por primera vez en su historia, de liderar las dos grandes transformaciones de nuestro tiempo, que son la digitalización y la transición ecológica.
Se trata, por tanto, de mirarnos como lo que somos. Somos un país extraordinario. Somos el mejor país del mundo para vivir y para emprender una empresa. Repleto de talento, de creatividad y que se ha desprendido durante estos 45 años que llevamos de historia democrática de muchos miedos y de muchos complejos que nos han impedido durante muchas décadas avanzar.Un país, por tanto, que ofrece, además, un valor intangible único, que creo que es muy relevante en estos tiempos y es el de la estabilidad, de la paz social y el de las reformas impulsadas desde el acuerdo.
Y para abordar esa gran empresa de país necesitamos, como decía antes el ministro, a las células madre del tejido productivo de nuestra economía, que son las pymes. Y por eso es importante apelar a las experiencias de quienes han salido adelante en momentos difíciles para inspirar a otros y a otras, o que han podido consolidar su crecimiento gracias a los fondos de recuperación, transformación y resiliencia.
También para informar a otros pequeños y medianos empresarios que han permanecido ajenos a toda esta gran revolución que estamos haciendo en positivo. Por tanto, gracias por compartir la receta del éxito con todas y todos nosotros en el día de hoy. Yo creo que es muy importante también esa labor de pedagogía que hacen los pequeños y medianos empresarios.
Y concluyo. Concluyo trasladando una ambición, una idea que trato siempre de compartir con los agentes sociales cada vez que tengo una oportunidad. Yo creo que, a diferencia de otros, debemos creer en las capacidades de nuestro país. Y en estos años yo creo que lo hemos vivido y lo hemos visto de cerca. Cuando uno sale fuera y habla con otros líderes políticos, como es mi caso, miran a España hoy como un ejemplo de admiración, de transformación y resiliencia ante impactos, como he dicho antes, de una envergadura devastadora si no hubiéramos acertado en el diseño de las políticas económicas y sociales, como fueron los ERTE, los avales ICO, o también la respuesta compartida que lideró España en esos momentos tan difíciles de la pandemia, con la consecución de esos fondos europeos que nos están permitiendo no solamente crecer y crear empleo, sino también a la vez reformarnos y transformarnos en la profundidad que lo estamos haciendo.
Y yo estoy convencido, además, de que todos ustedes comparten esa confianza. En todo el empresariado siempre hay un optimista, porque sin esas dosis de confianza, de osadía incluso, no se emprendería nada. Y, por tanto, nuestro trabajo, el de la administración, en este caso el del Gobierno de España es que quien se lanza a esa aventura no necesite vencer mil obstáculos y superar mil incertidumbres, que sé que la tienen. Probablemente la administración tenga que hacer muchas más cosas mejor, sin duda alguna. Ese ánimo también lo tenemos y lo compartimos todos los ministros aquí presentes y yo personalmente.
En fin, que para ser un pequeño, mediano empresario o empresaria no haga falta ser un héroe o una heroína. Suyas son las ideas, el esfuerzo, la ilusión, también el talento. Y nosotros lo que vamos a tratar de hacer es lo imposible para no defraudar ese optimismo que crea empleo, que crea riqueza y prosperidad en nuestro país.
Así que muchísimas gracias por la invitación, director, en fin, ahora, ya que hemos roto el hielo y es la primera vez que tengo ocasión de estar aquí, pues que no sea la última. Sobre tod, para dar testimonio de la importancia que tiene esta escuela y que tiene el tejido productivo de la pequeña y mediana empresa para el desarrollo y la transformación y el crecimiento de nuestro país.
Gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)