Intervención del presidente del Gobierno en el acto de clausura de la 39ª Reunión Anual del Cercle d'Economia

24.5.2024

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Barcelona

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Muchas gracias, en primer lugar. Alcalde de Barcelona, presidenta de la Diputación, autoridades, señoras y señores. Voy a recoger el guante de Jaume y, si me permitís, también os voy a tutear en esta intervención.

Quisiera comenzar, creo que es un comienzo obligado, trasladando mi pésame por la muerte de cuatro personas en el accidente de ayer en Palma de Mallorca. Y también quiero expresar mis mejores deseos de pronta recuperación a los heridos y a las heridas. Ayer tuve la posibilidad de trasladar personalmente, tanto a la presidenta de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares como también al alcalde de Palma de Mallorca, toda la solidaridad del conjunto de la sociedad española.

Presidente del Cercle d'Economia, estimado Jaume, gracias por vuestra invitación, un año más, a uno de los foros de reflexión política y económica que creo que es de los más importantes de Europa. Y es, creo que acertado ponerlo de relieve.

Hace un año en un acto semejante a este, en la clausura de la reunión del año 2023, el presidente del Cercle utilizó la palabra vértigo para referirse al horizonte incierto que se abría tras la convocatoria de las elecciones generales de forma anticipada. Razón no te faltaba. Se abrían muchas incertidumbres y había, efectivamente, a mi juicio, un riesgo y un vértigo real, sobre todo aquí en Cataluña, donde el riesgo de involución en la apuesta por la convivencia y también por la normalización política que llevábamos desplegando desde hace ya seis años pudiera irse al traste.

Y aquel día, en tu intervención, además de mencionar la palabra vértigo, tuviste la visión de mencionar tres certezas que hoy me gustaría evocar. La primera, y probablemente es la que más quiero agradecerte porque también lo has hecho en esta introducción, es la constatación ya entonces visible de la mejora del clima político y social en Cataluña. La segunda, que los augurios sobre una recesión de la economía española, que algunos, por cierto, no se cansaban de invocar, afortunadamente no se cumplieron. Es más que España, lo que hemos visto con los datos y con el desempeño económico, es que resistía un contexto geopolítico muy complejo al cual, estoy convencido habéis hecho referencia en vuestras reflexiones. Y la tercera certeza a la que hacía referencia en esa intervención de clausura es un anhelo en clave europeísta: la necesidad de reforzar el proyecto de la Unión Europea como una auténtica política económica y fiscal europea. En definitiva, una mayor y mejor Europa.

En síntesis, lo que propusiste fue una concordia entre catalanes y catalanas. La confianza de la solidez de la economía catalana y española y una firme vocación europeísta. En otras palabras, compromiso con Cataluña, con España y con Europa.

Hoy, además de reconocer el valor de ese triple compromiso, traigo un mensaje de profunda gratitud a este foro, a esta institución, al Cercle d'Economia, porque cuando más falta hacía esta institución respaldó la vigencia de valores que son propios de la sociedad catalana: el diálogo, la convivencia y el encuentro. Y, visto lo visto, quiero deciros a todos y todas los miembros del Cercle d'Economia que teníais razón. Es más, que teníamos razón muchos de los que desde Cataluña, y también desde fuera de Cataluña, invocamos y trabajábamos por esos mismos valores. Vuestro compromiso con la prosperidad de Cataluña, vuestro sentido de responsabilidad han desempeñado, de verdad, un papel fundamental, crucial en la superación de una de las mayores crisis políticas, también de convivencia, económica y social que hemos sufrido en Cataluña y en el conjunto del país durante demasiados años.

Evidentemente no ha sido un camino fácil. Lo que nos queda por delante tampoco es un camino fácil, pero miembros del Cercle d'Economia, permitidme deciros que esta vez lo que no habrá es un vértigo a mirar hacia el futuro, porque hay confianza ante un porvenir repleto de oportunidades para Cataluña y, por tanto, para España. Porque Cataluña se va a implicar -eso es lo que ha dicho también la ciudadanía catalana el pasado 12 de mayo- en el progreso y la construcción de forma activa de esa España plural en lo político y diversa en lo territorial. La Cataluña que liderara la construcción de una Europa abierta y tolerante, dinámica y competitiva, tal y como nos ha recordado el ex primer ministro italiano Enrico Letta.

Quiero agradecer al pueblo de Cataluña su voluntad, manifestada en las últimas elecciones del pasado 12 de mayo, de comprometerse a liderar la construcción de esa España y esa Europa tan necesarias para el progreso de nuestras sociedades y tan necesaria en el mundo. Una Cataluña que lidera el despliegue de los fondos europeos para modernizar su tejido productivo, reindustrializar su economía y, en definitiva, reforzar la pujanza económica de España.

Señoras y señores. Para saber dónde estamos creo que es muy relevante también recordar de dónde venimos. En noviembre de 2017 el diario El País publicaba una noticia con el siguiente titular y abro comillas: "El procés deja Barcelona sin la Agencia Europea del Medicamento". El cuerpo de la noticia hablaba de un cruce de acusaciones entre el Gobierno de Madrid, el Gobierno central y el Govern de la Generalitat de Catalunya por perder aquella oportunidad que se abría tras el Brexit y el traslado de la Agencia Europea desde Londres. A estas alturas, evidentemente, no importa de quién fue la culpa, sino la enorme oportunidad que se perdió, porque la Agencia del Medicamento tiene casi un millar de altos funcionarios y un presupuesto de más de 400 millones de euros. Y era entonces- hoy lo es más después de la pandemia-, un auténtico acelerador para la industria farmacéutica, que sin duda alguna es muy relevante en Cataluña y en el conjunto del país. La incertidumbre nos privó de ese acelerador, lastró las opciones de una gran ciudad como Barcelona, que tenía condiciones absolutamente inmejorables para librar y ganar aquella competición. Pero, o no se quiso, o no se pudo, o no se tuvo la fuerza necesaria.

Meses después, otro diario de referencia catalán y español, La Vanguardia, se hacía eco del precio de esa incertidumbre y decía: "España será, entre las grandes economías mundiales la única que sufrirá una revisión a la baja de su previsión de crecimiento económico por parte del Fondo Monetario Internacional". ¿El motivo? La situación que se vivía en ese momento en Cataluña.

Afortunadamente, gracias a todos aquellos que hemos trabajado, que habéis trabajado para que el reencuentro avanzara, ese tiempo ha pasado. Así, hace unos días tuvimos un ejemplo gratificante de una agencia que tampoco es muy dada a valorar positivamente estas cuestiones. La agencia de calificación de riesgo Moody's confirmaba que el resultado de las elecciones en Cataluña reducía los riesgos para la economía catalana y para el conjunto de la economía española. Eso se llama confianza. Y vosotros y vosotras, empresarios empresarias, sabéis mejor que nadie lo difícil que es ganarla y lo fácil que resulta perderla.

Hoy creo que Cataluña y España inspiran confianza. Lo hacemos con reformas transformadoras forjadas desde el acuerdo y el diálogo social de la mano de la Comisión Europea y de las instituciones comunitarias, en el ámbito laboral, en el ámbito educativo, en el sistema de ciencias. También en la reconstrucción del Pacto de Toledo, que junto con los fondos europeos lo que están haciendo es cambiar nuestro modelo productivo y, sin duda alguna, expandir el crecimiento económico en estos años de incertezas geopolíticas que nos ha tocado vivir. Con una consolidación fiscal que se afianza tras el esfuerzo realizado, como es lógico, para dar una respuesta social a la pandemia.

Y con una voz, la de España y Cataluña, que creo que es influyente hoy en Europa. Lo es, sin duda alguna la asertiva y siempre brillante dialéctica de un catalán español europeísta como es Pepe Borrell al frente del Alto representante de la Unión Europea, el ministro de Asuntos Exteriores Europeo, para hablar en términos coloquiales. Lo es nada más y nada menos que la presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño, la ex vicepresidenta del Gobierno de España, y lo es la vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

Hoy, a diferencia de lo que ocurría hace seis años, queremos, podemos y creo que tenemos la fuerza necesaria, no solo para librar los grandes debates, sino también para ganarlos. Lo demostramos, por ejemplo, con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; fuimos España e Italia, lógicamente los principales damnificados por la eclosión de ese covid-19, los que lideramos el debate sobre la mutualización de la deuda, la articulación de los fondos europeos y, lógicamente también, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia como guía, como hoja de ruta. Lo es también la reforma del mercado eléctrico impulsada tras el éxito de la solución ibérica.

Esa es la España y la Cataluña que hoy sí cuentan en Europa. Hoy las principales instituciones lo que hacen es revisar al alza sus previsiones de crecimiento económico para España. Acreditan un modelo, el modelo español si me permitís, que funciona. Lideramos el crecimiento económico entre las cinco grandes economías europeas. Estamos superando los 21 millones de trabajadores y trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Creamos cuatro de cada diez nuevos empleos en la Unión Europea. Reducimos la temporalidad a las tasas que por fin son homologables a la de nuestros vecinos. Y aquí en Cataluña el desempleo juvenil, que siempre es uno de los principales talones de Aquiles del mercado laboral en Cataluña y en España, se reduce seis puntos sobre la cifra de 2018. La tasa de paro cae desde el 12,2% de 2018 al 9,5% en la actualidad, y trabajan casi medio millón de personas más que hace seis años.

Bueno, todos estos datos si algo a nos conducen es a decir que, evidentemente, crece el empleo, crece también la productividad por hora trabajada, no el uno a costa del otro, sino ambas a la vez, algo que no sucedía desde el siglo pasado, allá por la década de 1990.

Lideramos en la Unión la ejecución de los fondos europeos con proyectos emblemáticos, también aquí en Cataluña, como el impulso al vehículo eléctrico en el ámbito de la microelectrónica, con la apuesta que estamos haciendo tanto el Govern de la Generalitat como también el Gobierno de España por ese Barcelona Supercomputing Center, que es sin duda alguna una de las piedras angulares en toda la estrategia de inteligencia artificial que estamos diseñando desde el Gobierno de España, o el diseño de los microprocesadores.

Cataluña es la segunda comunidad en términos demográficos y en contribución de PIB estatal. En fin, lo tiene todo para liderar a nivel europeo. Lo tiene todo para liderar, sin duda alguna, todo lo que representa la reindustrialización, pero por encima de todo, os tiene a vosotros y a vosotras, a un empresariado dinámico, abierto, a la innovación que cree en su tierra.

Por eso hoy más que nunca os pido que continuemos unidos, tirando del carro; que continuéis liderando con el ejemplo, como habéis hecho a lo largo de estos difíciles años, sobre todo y particularmente desde la pandemia. Yo soy consciente de los desafíos que tenemos pendientes; hablaremos posteriormente en el coloquio, desafíos como la competitividad, que estuvo muy presente en el diálogo que mantuviste con Enrico Letta en estas jornadas. No me puedo quitar gobernador de la cabeza la cifra -no sé dónde está el gobernador- no me puedo, Pablo, quitar la cifra de la cabeza dada por el Banco Central Europeo en ese informe de Enrico Letta sobre el enorme coste de oportunidad que representa no contar en Europa con una unión de capitales: 300.000 millones de euros del ahorro europeo que financian el crecimiento económico de Estados Unidos. Imagínense, si buena parte de ese ahorro se quedará en Europa, lo que podríamos hacer con él.

Y junto a ello, la exigencia de aumentar nuestra productividad, que centra uno de los documentos de trabajo de esta reunión y a las cuales habéis hecho referencia, y tú particularmente en tu intervención.

Sí me gustaría detenerme -por repetir algunas de las cosas que tú has dicho, Jaume, sobre este documento-… se identifican cuatro factores de actuación prioritaria para la mejora de la productividad, y que comparto plenamente, la educación y la formación profesional; el impulso a la investigación y a la ciencia; la necesidad de mejorar la ejecución de las infraestructuras y, por último, la reforma de la Administración.

Por cierto, en este ámbito os invito a reflexionar sobre las extraordinarias posibilidades que ofrece la inteligencia artificial en el sector público, una cuestión a la que me referí en el último Mobile World Congress de Barcelona. Este yo creo que es uno de los momentos en los que podemos avanzar con determinación en este propósito en toda España y, singularmente, aquí en Cataluña. Y me vais a permitir que haga alguna lectura sobre las elecciones del pasado 12 de mayo, recogiendo un poco el guante del presidente del Cercle.

En mi opinión, señoras y señores, el resultado de las elecciones del pasado 12 de mayo, que han catapultado a Salvador Illa a una destacada primera posición, si confirman algo es que Cataluña quiere el reencuentro, en primer lugar, no el enfrentamiento. En segundo lugar, que opta por el diálogo y no por el empecinamiento. En tercer lugar, confirma que la moderación de la que ha hecho gala Salvador Illa durante toda su gestión al frente de la oposición y también durante la campaña electoral, ha ganado en Cataluña. Y, finalmente, se escoge el camino del perdón, dejando atrás cualquier fórmula de rencor.

En síntesis, a mi juicio, Cataluña ha lanzado un mensaje claro y es abrir una nueva etapa de convivencia, de acuerdos y de buena gestión. Y, pese a la complejidad del Parlament, que es propia de una sociedad plural como es la sociedad catalana, se puede extraer una conclusión evidente: es indiscutible que no hay posibilidad de conseguir una mayoría de Gobierno sin la participación de la primera fuerza política, que es el partido de los socialistas catalanes.

Así que, para liderar la nueva etapa en Cataluña, todos los caminos pasan por Salvador Illa y todos los caminos llegan a Salvador Illa. Y por eso estoy convencido de que Salvador Illa encontrará el mejor camino para hacer avanzar a Cataluña.

Creo que a lo largo de mi trayectoria he demostrado mi profundo respeto hacia la historia, la cultura y la lengua catalana. Digo esto porque creo que es bueno que no haya dudas. El Govern de la Generalitat de Cataluña se decidirá en Cataluña y obedecerá exclusivamente a los intereses, necesidades y demandas de la sociedad catalana.

Por mi parte, y aprovechando esta tribuna que me ofrece el Cercle, como presidente del Gobierno central quiero trasladar cuatro compromisos y que, subrayo, son abiertos en el inicio de la nueva legislatura catalana y también del Gobierno que se forme como consecuencia de las negociaciones entre los distintos partidos políticos.

En primer lugar, Cataluña va a tener un Gobierno central que respeta y respetará la historia de Cataluña, que apoya y apoyará la lengua y la cultura catalana.

En segundo lugar, Cataluña contará con un Gobierno que redoblará la inversión en infraestructuras, con herramientas ágiles como la encomienda de gestión, como el mantenimiento y el impulso en la ejecución de obras estratégicas como, por ejemplo, el Corredor del Mediterráneo; y también, lógicamente, redoblando el esfuerzo en Rodalies, donde luchamos contra la inercia del abandono, los recortes y la desinversión de la pasada década.

El tercero de los compromisos abiertos es que el Gobierno de España va a mantener los compromisos adquiridos con el Govern de la Generalitat de Cataluña durante el pasado mandato. En los ámbitos, por ejemplo, de la condonación de la deuda pública, de los traspasos competenciales para desarrollar y reforzar el autogobierno de Cataluña.

Y en este punto, me permitiréis que, pese a la distancia que, lógicamente, en cuestiones de fondo mantengo con el partido de Esquerra Republicana, quiero reconocer el trabajo desplegado y la cooperación desarrollada con el presidente Aragonés y con Esquerra Republicana. Desde aquí quiero mandar un saludo y una gratitud al president Aragonés.

Y, por último, el Gobierno central se compromete con Cataluña, al igual que con el resto de territorios, a una mayor y mejor financiación, cumpliendo con los principios establecidos en el Estatut de Cataluña y validados ante el Tribunal Constitucional.

En resumen, lo que proponemos desde España para Cataluña ante esta legislatura que acaba de echar a andar es un respeto a la historia, la cultura y la lengua catalana; es una mejor y mayor financiación, cumpliendo con los compromisos adquiridos; y redoblar nuestra inversión en infraestructuras.

Todo en un interés mutuo que hemos aprendido durante todos estos años que han calificado antes por estériles. Y es que, con una Cataluña más fuerte, España también es más fuerte. Este es el compromiso del Gobierno que yo presido.

Este foro afirmó en la apertura de estas jornadas que Cataluña no se podía permitir el lujo de una repetición electoral. Yo coincido.

Pero tengo además la convicción de que Cataluña abrirá un nuevo tiempo de estabilidad y de prosperidad de la mano de un gran político al que admiro, que además es amigo, como Salvador Illa.

Acabo. Superar el estancamiento político, también impulsar la dinámica economía catalana, que habéis sufrido durante toda esta última década, evidentemente está en nuestra mano y va a exigir el compromiso del conjunto de la sociedad.

Antes lo ha dicho Jaume, ya no solamente son los partidos políticos, no solamente son las instituciones públicas, evidentemente son los sindicatos, la patronal, el tejido productivo de nuestro país.

A vosotros y vosotras más que nadie, conocéis la relación que existe entre paz social y crecimiento económico, entre convivencia y desarrollo económico.

El pasado mes de enero, en la intervención que tuve la ocasión de hacer ante el Foro de Davos, pedía a las empresas que se implicaran en la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras, en adaptarnos y mitigar entre todos la emergencia climática.

En defender también la democracia y la convivencia, como ahora, recientemente, ha reivindicado el empresariado alemán.

Yo creo que estos son valores colectivos que nos unen por encima de las ideologías, los que nos hacen pensar en la ética de la responsabilidad más que en el beneficio inmediato, por compromiso con la idea que tenemos con la sociedad de lo colectivo, como he dicho antes, de lo que nos une.

Y por encima de todo nos une la democracia, hoy amenazada por personajes histriónicos y reaccionarios que nos quieren hacer retroceder al pasado.

Sé que hoy me dirijo a un auditorio que nunca ha dejado de apostar por avanzar, y os lo agradezco, porque si algo habéis demostrado con creces es vuestro compromiso con los principios democráticos, con la convivencia y el bienestar y la prosperidad de los catalanes y catalanas. En definitiva, con el compromiso con Cataluña, con España y con Europa.

Así que, continuemos avanzando.

Y de nuevo, muchísimas gracias por su invitación.

COLOQUIO

Jaume Guardiola: Presidente, muchas gracias por la intervención. Empezaré un poquito como empezamos ayer con el jefe de la oposición, pidiéndole una valoración de las elecciones catalanas que se acaban de celebrar. En tu explicación, yo creo que has sido claro, en tanto que la decisión estará en el ámbito del PSC, su representante, Salvador Illa. Pero puedes ¿abrirnos un poco más el escenario, los escenarios a los que tú les das probabilidad de ocurrir?

Respuesta: Yo entiendo esa pregunta, pero creo que es muy relevante lo que he dicho. Creo que todos los caminos conducen a Salvador Illa y pasan por Salvador Illa, como así han decidido democráticamente los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña el pasado 12 de mayo. Y creo que además estamos ante un político que tiene oficio, que tiene capacidad para no solamente negociar, sino llegar a acuerdos. Y creo que una de las visiones que vosotros y vosotras desde el Cercle habéis apuntado después del pasado 12 de mayo, es que tiene que existir transversalidad. Creo que durante demasiados años en Cataluña lo que ha habido es una política de bloques y tiene que haber una política de transversalidad, que lógicamente trascienda lo que ha sido la política catalana durante los últimos diez años, 15 años. Si conseguimos eso, si logramos eso, creo que habremos dado un paso muy sustantivo para resolver una de las mayores crisis constitucionales de España y también de Cataluña. A partir de ahí, como he dicho antes, el Gobierno de Cataluña se eligirá en Cataluña. Serán los partidos catalanes, en base a las necesidades, demandas y exigencias de la sociedad catalana los que decidan qué gobierno formar. Y lo que sí puedo garantizar es que, desde el Gobierno de España, nosotros vamos a mantener los compromisos asumidos con la anterior administración. Vamos a abordar el debate sobre la financiación autonómica, vamos a redoblar todos nuestros esfuerzos en el ámbito de la inversión y creo que también es muy sustantivo e importante decir que vamos a tener y vais a tener un gobierno que va a respetar la historia, la cultura y la lengua catalana. Lo estamos haciendo, lo estamos promoviendo, defendiendo en muchísimos ámbitos, ante instituciones también nacionales, europeas, la promoción de la lengua y la cultura catalana, como también del resto de lenguas y culturas cooficiales. Y ese es el compromiso que asumo ante los representantes de la sociedad catalana, elegidos en el Parlament el pasado 12 de mayo.

Jaume Guardiola: Muy bien. Aprovechando este comentario que has hecho también sobre el modelo de financiación, acabas de decir modelo de financiación que trataremos de obtener la mejor financiación en el contexto de lo que dice el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que ha sido avalado por la Constitución. Esto no invita mucho a pensar que esté en el escenario la posibilidad de hacer una redefinición del sistema de financiación, que es un poco donde desde el Círculo queremos abrir el debate, porque nos parece que el modelo actual tiene muchas limitaciones. ¿Le das espacio a ese diálogo? En los acuerdos que firmasteis con los partidos para la investidura sí parecía que se abría un poco, al menos, a constituir un grupo de trabajo para explorar nuevas fórmulas. ¿Dónde está un poco el gobierno?

Respuesta: A ver, yo creo que, uno, es importante también reconocer lo que ha hecho el Gobierno de España durante estos últimos seis años, porque cuando hablamos de financiación autonómica, por ejemplo, desde el año 2018 que tengo el honor de ser presidente del Gobierno hasta la actualidad, Cataluña ha recibido unas entregas a cuenta históricas, más de 49.000 millones de euros más de lo que se recibía en el año 2018 han venido a Cataluña. Y no estamos contando con los fondos europeos, con las inversiones que estamos haciendo en infraestructuras y demás políticas. Y por supuesto, cuando he dicho que vamos a mantener los acuerdos asumidos para mi investidura como presidente del Gobierno, evidentemente vamos a abordar una condonación de la deuda pública que, en definitiva, al final, es una reasignación de esos compromisos, en este caso a la Administración General del Estado, que van a representar en torno a 15.000 millones de euros, sino un poco más, para las arcas públicas del Govern de la Generalitat de Cataluña. Esto es un esfuerzo que está haciendo la Administración General del Estado, que nosotros asumimos, porque creemos además que es justo para Cataluña y para otras comunidades autónomas. Y a partir de ahí, creo que el Estatuto de Autonomía de Cataluña nos da muchísimas palancas para mejorar el autogobierno de Cataluña con más recursos económicos. Y eso es lo que va a hacer el Gobierno. Lo queremos hacer evidentemente de manera bilateral con la nueva administración y lo haremos también en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera, de forma multilateral. Y creo que, en fin, que aquí lo que tenemos que hacer más allá de los partidos políticos, haría un llamamiento a los responsables políticos a no caer en el agravio territorial, a no pensar que renovar, reformar el modelo de financiación autonómica es un juego de suma cero, porque evidentemente todos los territorios están interconectados y, en consecuencia, todos los territorios, mejoran su capacidad y su dinámica económica si también el resto de territorios cuentan con recursos económicos lo suficientemente adecuados a sus necesidades. Yo creo que es un debate vidrioso, es un debate complejo, pero es un debate necesario porque, como bien has apuntado, venimos sin renovar el sistema de financiación autonómica desde el año 2009 y creo que todos los partidos políticos, singularmente los grandes partidos políticos del Estado, estamos llamados a lograr un acuerdo en una materia tan necesaria para defender lo que nos une, que son los servicios públicos, que es el Estado del Bienestar, que fundamentalmente está en manos de las Comunidades autónomas.

Jaume Guardiola: Déjame que te pregunte, también se lo preguntamos también al jefe de la oposición ayer. ¿Podemos tener alguna esperanza, con una sociedad civil que está muy agotada de esta tensión política, de la polarización, que sabemos que no es un tema exclusivo de España, pero tenemos alguna esperanza de que se abran caminos de diálogo que permitan superar esta confrontación?

Respuesta: A ver, yo primero creo que es necesario que reivindiquemos muchas de las cosas que hemos hecho durante estos últimos cinco años, seis años. Antes he hecho referencia a ello, el haber superado desde la razón, desde el entendimiento, con valores que desgraciadamente no priman mucho ahora mismo en la política europea y global, como es la convivencia, como es el encuentro, como es el diálogo, el perdón, la generosidad y no tanto el rencor, creo que es un éxito colectivo de Cataluña y también del conjunto del país, de España. En segundo lugar, hemos llegado a acuerdos muy importantes La reconstrucción del Pacto de Toledo también, pero singularmente la reforma laboral o la reforma educativa o la reforma del sistema de ciencia. Quiero decir que ha habido grandes acuerdos desde el punto de vista del país, ha habido grandes acuerdos, que si miramos a democracias no muy lejanas, por ejemplo, en Francia, cuando ha habido que reformar el sistema público de pensiones, la gente se echó a la calle. Aquí, en cambio, se lograron acuerdos muy importantes entre la patronal y los sindicatos. Creo recordar que llevamos ya 18 grandes acuerdos durante estos últimos seis años, muy vinculados lógicamente muchos de ellos a la respuesta que tuvimos que dar a la pandemia, pero también a reformas sustantivas, como es por ejemplo la reforma laboral. Evidentemente, Jaume, tú me estás preguntando por el debate político y hacía referencia a un gran filósofo y pensador político como como Daniel. Bueno, yo pregunto: ¿es racional que un partido político que aspira a gobernar vote en contra de la revalorización de las pensiones?, ¿Es racional que un partido político que aspira a gobernar y que gobierna la mayoría de los ayuntamientos y la mayoría de las comunidades autónomas, ante un problema tan trascendental como es el sector de la construcción en nuestro país, donde necesitamos garantías y seguridad jurídica, por ejemplo, en la política del suelo, a la petición de la Federación Española de Municipios y Provincias, presidida por ese mismo partido político, nosotros abordemos de la mano del sector de la construcción, fundamentalmente de la clase empresarial, una reforma de la ley del suelo y se anuncie que se va a votar en contra?, ¿es racional?, ¿es racional votar en contra de una reforma laboral que fue acordada entre la patronal y los sindicatos? No lo es. Al final creo que hay un ser rehenes de un dogmatismo que se ha impuesto porque desgraciadamente en el ámbito conservador de nuestro país y también a nivel a nivel global, lo que ha ocurrido es una renuncia a la legítima y necesaria competición y debate de ideas y de propuestas políticas. Y entonces en lo que estamos es en otra cosa completamente distinta, que es en la destrucción del adversario político. A ese adversario político se le deshumaniza, se le dice que todo lo que hace es el interés de mantenerse en la poltrona y, por tanto, se le convierte en el enemigo público número uno. Y claro, si el enemigo público número uno es el presidente del Gobierno, ¿cómo vas a pactar con él? Al final acaba siendo rehén y víctima de tu propio dogmatismo. Por tanto, hombre, sobre el papel todos querríamos llegar a más acuerdos. Sin duda alguna tenemos una reforma pendiente, un acuerdo pendiente, que es el desbloqueo del Gobierno de uno de los principales poderes de nuestro Estado, que es el Poder Judicial. Pero yo no opero sobre el vacío, Jaume, opero sobre una realidad concreta. Y la realidad concreta es que ahora mismo lo que tenemos es una derecha tradicional que ha optado por gobernar con la ultraderecha española y europea y, por tanto, en tratar de estigmatizar y deshumanizar, en este caso, a quien ostenta la responsabilidad y el honor de ser presidente del Gobierno. Esta es la cuestión. Pero yo, desde luego, allí donde he podido pactar con los sindicatos y con los empresarios, lo he hecho; allí donde he podido pactar con las grandes familias europeas en múltiples ámbitos, no solamente en los representantes para la Comisión, el Consejo y el Colegio de Comisarios o los fondos europeos o la solución ibérica o la reforma del mercado eléctrico, lo he hecho. Por tanto, ¿hay una polarización? Sí, la hay, es evidente. Pero yo creo que hay una polarización asimétrica, una polarización donde unos insultan y otros somos insultados. Y yo creo que si se revisa esa estrategia y por tanto no se deshumaniza al adversario y se retoma la sana costumbre de competir en los proyectos políticos, en las ideas y en las propuestas, yo creo que será mucho más posible y factible el poder llegar a acuerdos. De lo contrario, será muy difícil. Yo en todo caso, tengo una visión muy particular de la derecha tradicional en nuestro país. Creo que desde el expresidente Aznar, que importó muchas de esas fórmulas vinculadas con el Tea Party y con el Partido Republicano y que se han exacerbado aún más como consecuencia de la aparición de un personaje como Donald Trump, eso resulta francamente difícil. Ayer mismo, el líder de la oposición en este mismo escenario vino a decir que no renunciaba a pactar con el Vox europeo. Y yo creo que eso es una pena, porque si algo creo que es la gran lección de la construcción europea durante estos últimos seis años es que cuando nos entendemos las grandes familias tradicionales europeas, la democracia cristiana, los liberales y la socialdemocracia podemos hacer cosas tan impensables como realizar la deuda pública, o centralizar la compra de vacunas y hacer un reparto equitativo en el porcentaje poblacional que tenga cada uno de los países miembros, ante una emergencia sanitaria como fue la pandemia de la covid 19.

Jaime Guardiola: Entrando un poco en este tema, Europa. Has empezado hablar de las alianzas, escenarios de alianzas. ¿Dónde está, creo que es fácil adivinar, el Partido Socialista? Pero ¿le ves riesgo a que la fórmula no sea la tradicional del acuerdo populares, socialistas, verdes y liberales para un poco seguir con esta estrategia de construcción europea? Y acto seguido, si te parece, porque andamos ya un poco justos de tiempo, prioridades en Europa. Hemos tenido hace un ratito a Enrico Letta y él ha hecho unos comentarios muy interesantes en su informe, pero uno que a mí me ha llamado la atención, es decir, Europa fue realmente extraordinaria en conseguir crear un mercado único y una unión monetaria, pero, en cambio, una vez tiene esas herramientas no ha sido capaz de escalarlo. Y seguimos teniendo un mercado en el fondo fragmentado y que, por lo tanto, hay que hacer grandes procesos. Tú has hecho el comentario, sin duda de los 300 mil millones del mercado de capitales. ¿Cuál es la prioridad? ¿la prioridad es esa, avanzar en la unión bancaria, conseguir realmente consolidar ese mercado único o la prioridad va a ser seguridad o inmigración? ¿Cuál es tu visión de los temas?

Respuesta: Yo hace cinco años fui el responsable negociador de la familia socialdemócrata y por tanto sé cómo se negocia en Bruselas. Sé lo difícil que es, lo complejo que es y cuáles son los códigos que se plantean cuando uno negocia. Yo me senté con el representante que eligió el Partido Popular, los liberales y yo mismo para llegar a un acuerdo. Esa es mi fórmula. Junto con los Verdes. Y si hacen falta votos, también con otras izquierdas. Yo en la ecuación le puedo garantizar que no me voy a sentar con Vox. No me voy a sentar con Vox porque la gente tiene que entender y creo que, además, cuando no se plantea en estos términos se está engañando, que quien elige la Comisión Europea, nosotros proponemos, pero quien la elige, quien la valida, son los diputados y diputadas del Parlamento Europeo. Por tanto, son los grupos parlamentarios los que votan las candidaturas, la candidatura a la presidencia de la Comisión, de los vicepresidentes que haya, de los Comisarios y comisarios que se propongan. Los responsables de los de los gobiernos lo que votamos es quién va a presidir el Consejo, que es otra cosa bien distinta a la Comisión. La Comisión es un acuerdo entre las grandes familias políticas y es una votación en el Parlamento Europeo. Y, por tanto, cuando se dice yo me abro a pactar con los aliados de Vox en España, por entendernos, el Vox europeo, donde no solamente está la presidenta Meloni, sino también está Éric Zemmour en Francia o la ultraderecha sueca, o por ejemplo, alguien contra quien combate precisamente el primer ministro Donald Tusk en Polonia, que es el Partido de la Justicia en Polonia, pues evidentemente es absolutamente incompatible con el planteamiento de negociación que tuvimos hace cinco años y que tiene la socialdemocracia europea , no solamente la española, la europea. Por eso creo que es muy grave lo que lo que ayer dijo el jefe de la oposición de que evidentemente iba a abrirse a un entendimiento con el Vox europeo, para entendernos, porque creo que es romper…

Jaime Guardiola: ¿Meloni, no?

Respuesta: Bueno, pero es que insisto, es que no estamos hablando de un gobierno, estamos hablando de un grupo parlamentario donde hay distintos partidos políticos de Polonia, de Italia, de Suecia, de Francia y que son marcadamente ultraderechistas. Es más, es muy relevante esto porque, efectivamente, cuando hablamos de las prioridades estratégicas -a las cuales antes has hecho referencia, Jaume-, evidentemente estamos hablando de lo mismo. Porque es muy difícil pactar una agenda de transición ecológica y de adaptación y mitigación al cambio climático con aquel que niega la evidencia científica sobre la emergencia climática. O, por ejemplo, plantear una política exterior más componedora con las grandes potencias globales, como pueda ser por ejemplo China o Estados Unidos, con aquellos que abiertamente están en contra de algunas de estas grandes potencias. Por tanto, yo creo que hay que ser claros en estas elecciones europeas, que nos estamos jugando mucho, y yo por eso creo que, aquello que no quisimos para España, pues no lo queramos para Europa. Creo que esta es la conclusión más elocuente que pudiera compartir con vosotros y vosotras. Sobre las prioridades. Evidentemente yo creo que la principal prioridad es definir qué significa un bien público europeo. La seguridad es un bien público europeo ¿sí o no?, yo creo que sí, lo estamos viendo desgraciadamente en Ucrania, y también en el Mediterráneo. La adaptación y la mitigación al cambio climático y, por tanto, la transición energética que se haga que no se expulse industria, sino que se reindustrializar en nuestro continente, ¿puede ser o no un bien público?, yo creo que lo es. Yo tengo una anécdota muy buena con un banquero central, que luego devino primer ministro, al cual vosotros disteis hace unos años el premio en el Cercle d'Economia, que fue el ex primer ministro Draghi, que cuando estábamos ahí en el Consejo Europeo decía: bueno, entonces tenemos que gastar los estados, tenemos que invertir más en defensa, más en transición ecológica, más en educación, más en seguridad de nuestras fronteras, más en acción exterior para frenar la migración irregular, más digitalización…. De dónde sale el dinero si, además, lo que queremos es consolidar nuestras cuentas públicas como evidentemente tenemos que hacer. Bueno pues todo eso, si definimos que son bienes públicos europeos, necesitarán una financiación pública europea; que yo creo que ese es uno de los principales aciertos del informe de Enrico Letta, el abrir el gran debate de qué vamos a hacer con esta Europa, no a 27 -Jaume-, a más de 30; con países tan importantes en dimensión territorial, tan destruidos como consecuencia del imperialismo de Putin, y tan debilitados desde el punto de vista institucional y económico, una potencia agraria, por ejemplo, como es Ucrania, o Moldavia, o los Balcanes Occidentales. Todo eso nos va a exigir a todos los europeos a tener que definir una nueva Unión Europea que tiene que ser mucho más eficaz. Evidentemente nosotros somos -si me permitís la expresión- un animal muy distinto a Estados Unidos, no vamos a tener nunca los Estados Unidos de Europa, pero bueno podemos caminar hacia una federalización mucho más relevante de los de lo que son los bienes públicos europeos. ¿Por qué digo esto? Porque volviendo al principio de la de la pregunta que me hacías y de mi reflexión, la gran paradoja que se está dando ahora mismo en Europa es esa: Necesitamos más Europa, más Europa federal, compartir muchos de estas decisiones, y lo que tenemos en los países es corrientes de fondo que lo que buscan es una mayor soberanía nacional. Hoy leía el principal lema de la Liga Norte de Salvini, que es uno de los socios de la presidenta Meloni, ¿sabes cuál era su lema para la campaña electoral? 'Menos Europa, más Italia'. Como si una cosa fuera contraria a la otra. Y yo pregunto ¿a dónde vamos? No digo Italia, o España ¿a dónde va Francia, Alemania, a dónde vamos si no es con más Europa? Esta es la conclusión de lo que nos estamos jugando el próximo 9 de junio y de los cinco años que tenemos por delante. Yo confío en que en que impere la sensatez el 10 de junio y, evidentemente, no rompamos uno de los consensos históricos que nos ha traído los mejores años de progreso, de convivencia y de libertades en Europa, aunque evidentemente todo eso está en riesgo.

Jaume Guardiola: Acabamos. Una última pregunta. Hay varias preguntas de la audiencia, pero todas giran un poco en torno a temas que hemos tratado. Hay muchos temas referentes al déficit fiscal, al sistema de financiación, al tema de la polarización, etcétera; pero hay una en concreto, y con esa acabamos, que me parece que en este foro especialmente es importante. ¿Qué piensa hacer para potenciar la creación de riqueza y empleo? Es decir, de cara a empresas y empresarios para que encuentren atractiva a Cataluña y al resto de España. Yo creo que hay una cierta queja de, a veces, posiciones del Gobierno respecto al rol del empresario. ¿Qué va a hacer para reconocer la importancia de los empresarios en todo el proceso de creación de riqueza y de cohesión social? Yo creo que esa es una última pregunta.

Respuesta: A mí, Jaume, todos los empresarios y empresarias, algunos de los que estáis aquí presentes, que me conocéis personalmente, este es un Gobierno que es business friendly. Es un Gobierno que, ante la pandemia, puso en marcha los avales, los créditos y las transferencias a los trabajadores autónomos, los esquemas de ERTE, donde los financiamos a pulmón nosotros, pero también peleamos, en este caso la exvicepresidenta Nadia Calviño, junto con el entonces canciller de Finanzas alemán y el canciller Olaf Scholz. Yo creo que nosotros somos un Gobierno que hemos intentado que las principales transformaciones que afectaban al tejido productivo de nuestro país lo hiciéramos de la mano de los empresarios y empresarias. Tanto es así que, hasta incluso los fondos europeos, que se podrá criticar o no la ejecución de los mismos en cuanto a su ritmo, también creo que ese ejercicio de empatía tiene que ir en la otra dirección. Nosotros también tenemos que relacionarnos con la Comisión Europea y la Comisión Europea nos exige muchas cosas para poder desembolsar todos esos fondos. Pero lo hemos hecho también de la mano de los empresarios, tratando de establecer en España, en Cataluña, y en el conjunto de España la cadena de valor; de los chips semiconductores, de las baterías para los vehículos eléctricos, de la industria farmacéutica, tan importante para Cataluña y, particularmente, para Barcelona… En definitiva, yo creo que cuando se miren dentro de muchos años estos años que estamos viviendo, se mirarán con un enorme orgullo porque estamos transformando y cambiando el modelo productivo de nuestro país. Que, evidentemente, podemos hacer más. Sin duda alguna. Que no estamos satisfechos. Sin duda alguna. Pero en este contexto geopolítico tan difícil, el que tengamos una economía que crece o que va a acabar este año creciendo al 2% del PIB; que el año pasado creciéramos cinco veces más que la media de la zona euro; que tengamos 21 millones de personas trabajando y cotizando la Seguridad Social; que estemos haciendo una transformación de nuestro sistema energético y también en la digitalización de nuestro país, del capital humano y también, lógicamente, del tejido productivo, yo creo que es una siembra que, lógicamente, hará que ganemos competitividad y productividad en el presente y en el futuro. Creo que hay palancas que tenemos que aprovechar mucho más. Este Gobierno las interpreta como tales. Por ejemplo, la inteligencia artificial. Imagino que el ministro de Economía ayer sobre la burocracia y cómo desburocratizar, planteó ese proyecto piloto que estamos ahora mismo liderando en Europa, con cargo a los fondos europeos, de ver cómo las pequeñas y medianas empresas se pueden relacionar con las administraciones públicas a través de la inteligencia artificial y, por tanto, desburocratizar mucho y acabar ya con esa sempiterna promesa de los políticos de la ventanilla única. Bueno, pues la ventanilla única va a ser la inteligencia artificial. Y, en definitiva, creo que cuando pasen los años y veamos en perspectiva lo logrado en el ámbito económico, en el ámbito político y en el ámbito también social, yo creo que nos sentiremos extraordinariamente orgullosos de una época apasionante, pero muy compleja, donde están saltando por los aires las certezas que teníamos. Y una de las principales certezas es tener un orden internacional basado en reglas, respetuoso con el derecho internacional. Y eso ahora mismo no es tan evidente. Ni lo es en Ucrania, ni lo es en Oriente Medio y particularmente en Palestina. Por eso yo, concluyo, Jaume, con esa reflexión. Nosotros la decisión que vamos a tomar el próximo martes de reconocer al Estado palestino es una decisión que tomamos en coherencia con nuestra política exterior. Nosotros defendemos la paz en Ucrania y defendemos la paz en Palestina. Y la defendemos porque creemos que tenemos que preservar un orden internacional basado en reglas, donde no se deshumanice, donde no convirtamos en cotidiano el sufrimiento, los desplazamientos y la muerte indiscriminada de personas. Muchas veces hacemos una reflexión sobre la inteligencia artificial, pero lo que más me preocupa es la deshumanización del debate público y el cómo ya damos por hecho que puedan morir personas indiscriminadamente, que son niños y niñas y que representan el futuro que tenemos todos que preservar. Lo hacemos por eso. Y creo que, para mí, ser presidente de un Gobierno que toma esa decisión, que abre camino en Europa, que es reconocido como tal en buena parte del mundo, como un país solidario y comprometido con estos grandes debates, pues me hace pensar que estamos en el lado correcto de la historia. Porque mira, Jaume, cuando acabe la guerra y la gente sea consciente de lo que ha sucedido en Gaza, nos daremos cuenta de que hemos sido testigos de uno de los momentos más oscuros del siglo XXI. Eso va a pasar. Y yo quiero que los españoles y españolas, cuando pase eso, cuando ocurra eso, tengan el orgullo de ver que su Gobierno y su país defendió y estuvo del lado correcto de la Historia. En Ucrania y en Palestina.

Jaume Guardiola: Con esta parte tan trascendente cerramos. Te agradecemos muchísimo tu presencia, que hayas contestado a nuestras preguntas y que estés en esta casa. Muchas gracias.

Respuesta: Muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)