Santiago de Chile
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ
Buenos días y feliz Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo.
Querido ministro, presidentes de la CEOE, de la Confederación de la Producción y del Comercio, y de la Cámara de Comercio de España, representantes de las empresas chilenas y españolas, amigos y amigas.
Chile fue el primer país iberoamericano que tuve el honor de visitar como presidente del Gobierno en agosto del año 2018. Y, desde entonces, hemos trabajado mano a mano en muchos ámbitos. Entre otros, quiero recordar el que hizo posible la celebración de la COP25 en la ciudad de Madrid y que trabajamos conjuntamente con el Gobierno chileno.
Nos unen muchas cosas: nos une la lengua, nos une una historia compartida, una cultura -se ha dicho ya, no me quiero extender en ello-. Nos une también, como consecuencia de este foro, un profundo vínculo económico, como muchas y muchos de ustedes pueden acreditar hoy.
Nuestras economías comparten un atributo muy valioso en tiempos de grandes transformaciones, y es que son especialmente complementarias. Las fortalezas de un país se apoyan y se acentúan en fortalezas del otro.
Se ha comentado, y es verdad, que la firma del Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea, en vigor desde el año 2003, fue un auténtico acelerador en ese ámbito y contribuyó a relanzar las relaciones comerciales entre nuestros dos países. Y, desde entonces, el valor de las exportaciones españolas de bienes en Chile se ha multiplicado casi por cuatro, alcanzando en el año 2023 nada más y nada menos que la cifra de 1.675 millones de euros. En ese mismo periodo, las importaciones se han más que duplicado. Y en lo relativo a las exportaciones de servicios, aumentaron casi un 40% en el año 2022, hasta superar los 1.200 millones de euros.
En fin, como saben, España mantiene una relación estratégica con seis países de toda América Latina. Chile es uno de ellos, y las cifras, además, justifican plenamente el porqué de este permanente vínculo.
La inversión española en Chile supera los 16.500 millones de euros de inversión acumulada y se concentra de forma prioritaria en sectores estratégicos como los servicios financieros, como hemos visto en el vídeo, las infraestructuras viales, y las ferroviarias. También en áreas de enorme potencial, y me refiero a campos vinculados con esa doble transformación, a la cual antes se ha hecho referencia, verde y digital, como las telecomunicaciones, como las energías renovables y como esa extraordinaria oportunidad para Chile y para España que representa el hidrógeno verde.
Y gracias a los acuerdos bilaterales en el ámbito económico y comercial, España y Chile cuentan con un marco regulatorio que ofrece una plena seguridad jurídica a los inversores de las empresas en ambos países.
Y este marco regulatorio, además, está permitiendo algo que ha comentado el presidente de la CEOE y que me gustaría subrayar, que es la colaboración público-privada. Se trata, a mi juicio, de una vía estratégica para hacer realidad las transformaciones de nuestro tiempo y convertirlas, además, en oportunidades para modernizar nuestras economías.
Chile ofrece, de verdad lo creo, una oportunidad excepcional de colaboración para las empresas españolas. Empresas, muchas presentes hoy aquí, que ya han aportado alta tecnología, conocimiento y gran experiencia inversora al desarrollo económico chileno.
Pero, más allá de los intereses económicos y también comerciales compartidos, creo que es digno de reseñar que España y Chile comparten otro activo igualmente valioso, que es el de los valores, el de los principios, el de las prioridades de gran potencial transformador de nuestras sociedades y de nuestras economías.
¿La primera de ellas cuál es? Pues, evidentemente, es la apuesta por las energías renovables. No es coincidencia que Chile genere más electricidad con energía solar y eólica que con carbón, ni es tampoco coincidencia que España se haya convertido en el año 2023 en el primer gran país europeo que obtiene más del 50% de su electricidad de fuentes renovables.
El mundo, lo saben ustedes, se prepara para acelerar la transición energética, y las empresas españolas son ya actores clave en esta transformación en cualquiera de los lugares del planeta, como de hecho ya está ocurriendo en Chile. El pasado mes de julio, además, tuve el honor de recibir al presidente Boric en Madrid, en el marco de su primera visita a Europa.
Allí ambos países coincidimos en la necesidad de reforzar nuestra alianza estratégica en este ámbito, en el ámbito de la transición energética. Y pocos días después, tuvimos ocasión de celebrar bajo la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea una histórica cumbre entre la Unión Europea y la CELAC en Bruselas. Quisimos hacerlo en Bruselas, no en Madrid. Quisimos hacerlo en Bruselas porque quisimos también trasladar a la opinión pública chilena y también a todos los gobiernos europeos la importancia que tiene el que haya una relación estratégica sólida entre la Unión Europea y el continente latinoamericano y el Caribe, en este caso, también.
Era una cumbre que no se celebraba desde el año 2015, desde el año 2015, y hemos logrado, no solamente asumir el compromiso de celebrar reuniones bilaterales bianuales entre ambos continentes, sino también hacer una agenda de transformaciones, de inversiones y de relaciones estratégicas que tengamos que ir siguiendo por parte de los distintos ministros y ministras de los departamentos encargados. Por lo tanto, creo que hemos reforzado la alianza estratégica entre Europa y la América Latina y el Caribe. Yo creo que eso es una extraordinaria noticia para ambos, ambos bloques regionales, pero también lo creo que es para el conjunto de la geopolítica global.
Y hay dos resultados tangibles de esa Cumbre que me gustaría también recordar. El primero de ellos aquí se ha mencionado es la firma del Memorando de Entendimiento entre Chile y la Unión Europea sobre materias primas sostenibles y la adopción de, lo que ha comentado antes Antonio Garamendi, la agenda de inversiones Global Gateway en infraestructuras y en sectores estratégicos para el desarrollo sostenible.
El impulso de la industria del litio, aquí se ha mencionado, el cobre, las inversiones, como el impulso a la producción del hidrógeno verde en Chile, demuestran hasta qué punto Chile y Europa y, por ende, España, comparten una visión estratégica de la descarbonización de nuestras economías, de la electrificación de nuestra economía como eje vertebrador del territorio.
En definitiva, creo que estamos sentando las bases de un nuevo paradigma de relaciones entre la Unión Europea y la América Latina y el Caribe basado en inversiones estratégicas en las que ambas partes salen ganando, porque no hay un enfoque extractivo, como sí ocurre con otros países, sino un enfoque de compartir la prosperidad, que es creo que la esencia del planteamiento del Global Gateway que hace en este caso la Unión Europea en relación con terceros países o con bloques, como es el caso de la CELAC.
Junto con la transición energética, la segunda prioridad compartida que me gustaría destacar en esta intervención es nuestro compromiso en un crecimiento económico inclusivo y socialmente justo. Creo que, ya se ha hecho referencia por parte de José Luis Bonet, en Europa tuvimos una mala respuesta a la crisis financiera que lo que hizo fue ensanchar aún más las desigualdades en nuestro país y también las desigualdades entre países dentro de la Unión Europea.
Y eso, al final, generó desafección política, generó desconfianza en los representantes públicos por parte del conjunto de la sociedad. Y aprendimos también de esa lección y supimos afrontar la pandemia con otro tipo de respuestas más positivas.
Y de ahí salió efectivamente los fondos Next Generation que son, en el caso de España, 160.000 millones de euros que nos van a ayudar a mejorar la competitividad, la productividad en base a esos dos pilares, que es el de la sostenibilidad medioambiental y también la transformación digital.
Con esa intención, con la de compartir ese crecimiento económico inclusivo y socialmente justo, hoy vamos a firmar, junto con el presidente Boric, la renovación de la alianza estratégica entre Chile y España para reforzar nuestra relación bilateral en ese horizonte compartido por ambos Gobiernos.
El nuevo Acuerdo Marco Avanzado Chile y Unión Europea, firmado en diciembre del año 2023 bajo la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea y aprobado la semana pasada en el Parlamento Europeo, representa un hito en las relaciones comerciales entre nuestros dos países. Un acuerdo además que va a permitirnos eliminar casi todos los aranceles todavía existentes, introduciendo compromisos compartidos de comercio y de sostenibilidad avanzados. Compromisos que cobran, como he dicho antes, especial relevancia en un día como hoy, el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.
Este acuerdo, por ejemplo, establece nuevos estándares en materia de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Es, de hecho, el primer acuerdo comercial de la Unión Europea que evidencia el compromiso de las partes en materia de comercio y de género.
Pero, por encima de todo, es un hito en las relaciones entre la Unión Europea y el continente americano. Y no es casual que sea Chile quien abra ese camino, tampoco lo es que este país registre hoy los mejores datos de su historia en reducción de la desigualdad de ingresos.
Las cifras de reducción de la pobreza en Chile hablan por sí solas: del 10,7% de la población en el año 2020 hasta el 6,5% actual, que es la cifra más baja desde que se registran datos aquí en Chile.
Y creo que merece la pena reivindicar esos logros y también avanzar en la senda de la inclusión, de la cohesión social y de la igualdad de género. No solo porque sea lo justo, porque sea una cuestión de derechos humanos, que lo es y ya con eso valdría, sería suficiente, sino porque nos permite dinamizar y fortalecer nuestra economía, porque contribuye a canalizar todo ese inmenso potencial y el talento de un país, el suyo, incorporando más personas a la actividad económica y empresarial y laboral.
Esa es la vía por la que avanza también, humildemente, mi país y la economía española. La gran economía de la zona euro en la que más se ha reducido la desigualdad de ingresos desde el año 2017, alcanzando también hoy mínimos históricos.
¿Eso significa que hemos acabado con la desigualdad? Sin duda alguna no, pero que avanzamos en el camino de reducir uno de los principales males, si no el principal mal, de todas nuestras sociedades, que es el de la desigualdad.
En fin, España y Chile aspiran a participar de ese cambio global de paradigma económico. El desarrollo económico debe ser más justo, debería ser más igualitario entre hombres y mujeres, debería ser más abierto y multilateral, debería basarse en una energía mucho más barata, limpia y además abundante, como es, en fin, las energías renovables.
Quiero decir todo esto porque son tiempos de transformaciones estructurales y de disrupciones también sociales como consecuencia de esas transformaciones. Y precisamente por eso también son tiempos de grandes oportunidades.
Y creo que Chile y España disponen hoy de las mejores herramientas para poder aprovecharlos y llevarlos a efecto. Tenemos las capacidades, tenemos el talento, tenemos los recursos naturales y, sobre todo, tenemos la ambición climática y la ambición social para aprovechar este momento sin duda histórico para nuestras sociedades.
Pero, por encima de todo, creo que contamos con un tejido productivo capaz de aportar un enorme valor añadido a esas transformaciones.
Por tanto, a todas y a todos ustedes, en representación del mismo, pues les animo a aprovechar este foro con el que dos países hermanos, unidos por tantos lazos, quieren afrontar un futuro lleno de oportunidades.
Estoy seguro de que así será.
Muchísimas gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)