Las Palmas de Gran Canaria (Canarias)
DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Muchas gracias a los medios de comunicación por atender esta comparecencia.
Gracias, presidente Ángel Víctor, ministra de Sanidad, ministro de Asuntos Exteriores, a todo el equipo, también, del Programa Mundial de Alimentos; y también a Roberto y Desirée, por las amables palabras para poder conocer de manera mucho más directa la experiencia de todo este Programa tan importante para España y para el mundo.
En este contexto de crisis alimentaria como el que estamos viviendo, embajadores, delegado del Gobierno, autoridades, amigos y amigas, me vais a permitir que, en primer lugar, quiera reiterar nuestras condolencias a la familia del sacristán Diego Valencia y nuestro deseo de una pronta recuperación a todos los heridos en el salvaje ataque que tuvo lugar en Algeciras.
También creo que es de justicia hacer un reconocimiento explícito a todas nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a todos aquellos que garantizan nuestra seguridad cada día. A todos los niveles de la sociedad española, lo hemos dicho muchas veces, se rechaza con total rotundidad el fanatismo, el odio y la violencia.
España, si es algo, es lo que hoy estamos representando: un país abierto, tolerante, cuyos principios están perfectamente recogidos en nuestra Constitución. Y, por eso, cualquier agresión, si va a contar con algo es siempre con la misma respuesta por parte de la sociedad española, que no es otra que el rechazo a esa violencia; el de la unidad, el de la tolerancia y el de nuestra alineación total y rotunda con los valores que se enmarcan en nuestra Constitución.
Dicho esto, sí quisiera, también, subrayar la importancia de este acto y la relevancia del trabajo que se está haciendo aquí por parte de las Naciones Unidas. Y quiero, en ese sentido, volver a reiterar mi felicitación y reconocimiento a todos los trabajadores y trabajadoras del Programa Mundial de Alimentos que, en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional, el Cabildo de Gran Canaria y las empresas suministradoras que aquí desarrollan su labor y lo hacen de una manera tan extraordinaria que, si me permiten compartir algo desde el punto de vista público, es el enorme orgullo por el trabajo que realizáis y que quiero trasladaros, no solamente en nombre del Gobierno de España, sino también del conjunto de la sociedad española.
Dear ambassadors, cher ambassadeurs,
It is a pleasure being here with you today.
C'est un honneur d'être ici avec vous aujourd'hui.
Thank you for coming to Las Palmas to visit these outstanding premises of the World Food Programme.
L'engagement de l'Espagne avec la lutte contre la crise alimentaire est très forte.
I am committed to working with you and the multilateral institutions to address this global challenge that affects us all.
Son 800 millones de personas las que están pasando hambre, uno de cada diez habitantes del planeta, nada más y nada menos. 200 millones de seres humanos más que hace muy pocos años, en 2019, antes de la pandemia. Y son, sobre todo, como hemos visto en el vídeo, queridos colegas, niños y niñas menores de cinco años. Algo que ocurre mientras el mundo arroja 1.300 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo humano a la basura cada año.
Y, como he dicho antes, el impacto de la COVID-19 ha sido, lógicamente, como decía antes el responsable del Programa, una causa muy importante en este aumento de la crisis alimentaria. Pero también la inestabilidad política, la violencia que se vive en muchos países, la emergencia climática que tiene un efecto devastador, como estamos viendo, en forma de sequía, y, por tanto, de recorte de la producción de alimentos que está provocando, evidentemente, exacerbar nuestra crisis alimentaria.
Sabemos que desde hace casi ya un año la guerra en Ucrania ha desatado además una triple crisis que afecta a los fertilizantes, a los hidrocarburos y también a los propios alimentos. Y el impacto lo sufren, sobre todo, en regiones muy cercanas a las Islas Canarias y, por tanto, a España: el África subsahariana, el Cuerno de África y también el Sahel, en Etiopía, en Sudán del Sur, en Somalia, en el Sahel, en Yemen.
Millones de personas se enfrentan al hambre cada día. ¿Cómo puede ser que en pleno siglo XXI en el que estamos sigamos hablando del hambre en el mundo? ¿Cómo es posible que teniendo conciencia de esta realidad no lo podamos solucionar? Creo que combatir el hambre es una obligación moral, pero también creo que es un mandato de la razón, porque si algo hemos aprendido durante la pandemia es que, en un mundo globalizado e interdependiente, ningún desastre nos es ajeno y, por tanto, una emergencia sanitaria en el centro de África, un desastre ambiental en América o una catástrofe natural en Asia afectan al mundo entero.
Actuemos, por tanto, movidos por la humanidad, pero también por la inteligencia, porque así no solo estaremos haciendo el bien, sino también estaremos protegiendo a nuestros conciudadanos aquí, en España.
El Programa Mundial de Alimentos es un instrumento único para combatir esta barbarie silenciosa y, por tanto, para nosotros, desde España, es un enorme honor el poder contar con su ubicación en esta maravillosa isla. Juntos llegamos donde solos no podríamos estar; y por eso España ya ha aumentado su contribución triplicando las aportaciones, pasando de 4 millones de euros a 13 millones de euros anuales.
En septiembre pasado, España, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, comprometió, nada más y nada menos, que un esfuerzo importante de 236 millones de euros en los próximos tres años para paliar esta inseguridad alimentaria, exacerbada como consecuencia de la guerra de Putin en Ucrania.
Hoy me gustaría también anunciarles que desde el Gobierno de España vamos a reforzar este compromiso. Hemos activado, junto al Programa Mundial de Alimentos, el Plan de Choque contra la Emergencia Alimentaria, dotado con 14,4 millones de euros y centrado en las siguientes prioridades:
En primer lugar, 4,4 millones de euros que se van a destinar a la iniciativa de "Granos desde Ucrania", ampliando así nuestro compromiso con un programa que financia el traslado de cereales ucranianos a países en desarrollo, aliviando la saturación de los silos de Ucrania y la escasez internacional.
Y junto con estos 4,4 millones de euros, 10 millones de euros que van a ir a países prioritarios. Tres países del área del Sahel: Mali, Níger y Mauritania -muchísimas gracias, embajadores, por compartir con vuestra presencia este importante anuncio-, que van a recibir 6,5 millones de euros; y en el Cuerno de África, Etiopía, Sudán del Sur y Somalia, que van a recibir 3,5 millones de euros.
Varios de los embajadores que estáis aquí presentes, también representantes de estos países, nos acompañáis; y a ellos quiero decirles, para concluir estas breves palabras, que España va a estar a la altura de esta emergencia.
Porque creemos en los valores que representa el multilateralismo aquí encarnado en Naciones Unidas y que también, lógicamente, esta iniciativa encarna. En segundo lugar, porque nos lo exige la sociedad española. Al fin y al cabo, nosotros solamente estamos materializando un deseo expreso de la propia sociedad española de solidaridad con los países que están ahora mismo sufriendo de manera mucho más intensa esta crisis alimentaria. Y porque es lo más decente también que un Gobierno puede hacer.
Así que, para terminar, me gustaría recordar una frase del libro titulado, precisamente, 'El hambre', de Martín Caparrós, que dice lo siguiente: "Ninguna enfermedad, ninguna guerra, ha matado a más gente. Ninguna plaga sigue siendo tan letal y, al mismo tiempo, tan evitable".
Bueno, pues hagamos todo lo que está en nuestra mano para evitar la hambruna, esta crisis alimentaria, y hacerlo además cuanto antes. Porque las imágenes de niños y niñas que hemos visto en este vídeo, si algo hacen es sobrecogernos, por un lado, pero también reafirmar nuestra convicción en luchar contra el hambre y contra esta crisis alimentaria.
Nada más. Muchas gracias.