Intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto inaugural de la III Cumbre UE - CELAC

17.7.2023

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Bruselas

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Señoras y señores jefes de Estado y de Gobierno, jefes de Delegación.

En nombre de la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, quiero darles la más cordial bienvenida a la capital de Europa, a Bruselas.

Esta cumbre, como se ha dicho antes, se celebra bajo la Presidencia española y no puedo ocultar la profunda satisfacción que este hecho representa para mí.

Siempre que España, y también recojo el guante de nuestra querida Portugal, siempre que España y Portugal hemos asumido esta alta responsabilidad, querido Antonio, el fortalecimiento de los lazos que unen a la Unión Europea con América Latina y el Caribe ha sido una prioridad absoluta que se pone de manifiesto, una vez más hoy.

En este foro, nos reunimos en representación de dos regiones que tenemos muchas cosas en común. Sin duda alguna tenemos sólidos nexos históricos, culturales, económicos y sociales. Ese acervo compartido es el mejor aval para renovar una alianza birregional estratégica que ofrece, si somos capaces de aprovecharlas, enormes oportunidades a las dos orillas del Océano Atlántico.

Hoy, más que nunca, queridos amigos, es preciso renovar nuestra común confianza en los valores del multilateralismo, singularmente, en la resolución pacífica de los conflictos; en los principios de Naciones Unidas; en la protección de los derechos humanos; en el respeto a la integridad territorial de los Estados; en la libertad de los pueblos

Esta vieja Europa, si me permiten la expresión, atravesada por cicatrices de antiguos y muchos conflictos, conoce bien lo que implica ignorar las enseñanzas de la Historia. Una historia amarga que motivó a un pequeño grupo de líderes valientes y visionarios para tomar, en palabras del gran escritor Borges, "la extraña resolución de ser razonables" y por tanto abandonar siglos de enfrentamientos. No hay mayor homenaje a esos pioneros del proyecto europeo que perseverar sin descanso en tal empeño.

Avanzar hacia una Europa más justa, solidaria y resiliente. Y con ese afán, España asume la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Alcanzarlo requiere consolidar nuestras relaciones estratégicas con socios clave, como sin duda lo son, lo sois, todos los dirigentes y todas las naciones de América Latina y el Caribe.

Es evidente que no partimos de cero. Nos avalan décadas de trabajo en esa dirección, profundizando en nuestras relaciones económicas y comerciales pero el actual contexto geopolítico, también la emergencia climática, la profunda desigualdad social, exige redoblar esfuerzos y adaptar la cooperación birregional a desafíos que no admiten demora.

Tenemos muchísimas experiencias que podemos compartir para avanzar en el común objetivo de construir sociedades más prósperas, más cohesionadas.

La prosperidad requiere inversión, también comercio. La Unión Europea y América Latina y el Caribe son socios comerciales de extraordinaria relevancia, con intereses comunes en la promoción del desarrollo sostenible y la resiliencia económica.

Algunas cifras así lo atestiguan. En los últimos cuatro años, el comercio bilateral de bienes ha aumentado en un 40%. Ese incremento se traduce en un volumen total de 369.000 millones de euros en intercambios birregionales en el año 2022.

Tal magnitud, esta formidable magnitud, debe mucho a la densa red de acuerdos comerciales forjada en los últimos años y nos marca el camino a seguir. Pero no puede conducir a la autocomplacencia.

Al contrario, es un indicador de todo lo que podemos alcanzar conjuntamente. Debemos completar, modernizar nuestra red de acuerdos, continuar impulsando nuestras relaciones comerciales de cara a establecer cadenas de valor más robustas, sostenibles y resilientes.

En definitiva, a lo que quiero ir es que la conclusión y la ejecución de acuerdos como los alcanzados entre la Unión Europea con Chile, con México, con Centroamérica y, sin duda alguna, querido Alberto, con Mercosur, van a ser beneficiosas tanto para Europa como para América Latina. Y ayudará, sin duda, a abordar las tres dimensiones del desarrollo sostenible: la económica, la social y la medioambiental.

Hoy, la Unión Europea es el primer inversor en América Latina, el primero. Contamos con herramientas de un gran potencial, como es, por ejemplo, la iniciativa Global Gateway. Y para mejorar su impacto y sostenibilidad, es fundamental profundizar en nuestra cooperación birregional. Este creo que es un elemento clave para comprender mejor las necesidades que compartimos y también para dirigir nuestros esfuerzos continuos a atenderlas eficazmente.La agenda de inversiones en la región que impulsamos en esta Cumbre, y que va a tener seguimiento a corto plazo en una Ministerial en la ciudad española de Santiago de Compostela el próximo mes de septiembre, va a servir para fortalecer las relaciones entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea vía inversión directa de empresas europeas.

Hablamos, amigos y amigas, de inversiones tangibles, no abstractas, generadoras de empleo local formal en la región y encadenamientos con, evidentemente, el ecosistema latinoamericano y caribeño. Con ese fin, nos proponemos fomentar la participación del sector privado, apoyar la triple transición justa, verde y digital en la región. Y, al mismo tiempo, vamos a dar continuidad a la Alianza Digital entre la Unión Europea y la América Latina y el Caribe.

A nivel nacional, España va a contribuir a la iniciativa Global Gateway con un paquete de financiación de 9.400 millones de euros para los próximos años, a través de diversos instrumentos de financiación pública, que van a permitir además apalancar una alta inversión privada.

En definitiva, construir prosperidad. Y hacerlo con el propósito de crear sociedades más justas.

Debemos hacer de esta relación birregional una oportunidad, una gran oportunidad para transformar el progreso económico en cohesión social. Y esa filosofía, presente en el corazón del proyecto europeo, debe guiar la relación estratégica de la Unión Europea con la América Latina y el Caribe.

Los lazos humanos que unen a nuestras regiones son profundos. Millones de europeos -italianos, portugueses, españoles, griegos, alemanes, croatas- encontraron refugio y libertad en América en un pasado aún relativamente cercano en el tiempo.

Esa herencia sigue viva. Sigue muy presente en nuestras sociedades. Define la historia de nuestros pueblos. Y facilita, por ejemplo, los casi 13.000 intercambios de profesionales, de estudiantes, que se han beneficiado durante estos últimos ocho años de nuestros marcos de movilidad existentes, como es, por ejemplo, el programa Erasmus+.

Creo que es muy importante poner en valor esta dimensión humana de nuestras relaciones birregionales, porque deben contribuir a forjar una relación aún más cercana. Que sirva para conocer mejor realidades, muy diversas, del continente de América Latina y el Caribe, como también de Europa, pero evidentemente atravesadas por intereses comunes.

Traslado este mensaje a ambos lados, desde una España comprometida con sus hermanos latinoamericanos y que nunca va a abdicar del ideal europeo, tan admirado desde América Latina.

Expresan esa admiración las palabras del autor colombiano Héctor Abad, quien acompañaba, queridos amigos, a la escritora Victoria Amelina el día en el que fue mortalmente herida en Ucrania: "el mundo", decía, "no será nunca el Paraíso; pero la Europa unida y solidaria es el experimento menos parecido al infierno que se ha hecho hasta ahora sobre la faz de la Tierra".

De esta Cumbre debemos salir con una hoja de ruta y con un mecanismo permanente de consulta, de concertación sobre desafíos globales que afectan por igual al conjunto de nuestras regiones, como el cambio climático, como la migración irregular o la desigualdad territorial que sufren nuestras naciones. Hay mucho sobre lo que conversar y mucho sobre lo que aprender mutuamente en estos ámbitos para encontrar soluciones que llevemos juntos, conjuntamente, a los foros multilaterales.

Concluyo, queridos amigos, queridas amigas, con un llamamiento explícito a que encuentros como el de hoy, querido Charles, no vuelvan a hacerse esperar por espacio de ocho años nunca más. No tiene ningún sentido. Es mucho más lo que nos une, y no debemos renunciar a una interlocución que debe ser obligatoriamente mucho más fluida entre las dos regiones.

Que esta Cumbre Unión Europea-CELAC sirva como plataforma de impulso renovado en el común interés de afianzar una asociación birregional estratégica tan beneficiosa para ambas partes y tan beneficiosa también para el mundo.

Muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)