Comparecencia del presidente del Gobierno ante el Pleno del Congreso

19.4.2023

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Congreso de los Diputados

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Muchas gracias, señora presidenta,

Buenos días, señorías,

Comparezco ante ustedes para, como ha dicho la presidenta, rendir cuentas de la acción del Gobierno ante la guerra de Ucrania, para informar sobre los Consejos Europeos del pasado mes de febrero y también el de marzo, y para dar cuenta de la reunión de alto nivel entre España y Marruecos.

¿Qué ha sucedido en estos menos de tres meses desde mi última comparecencia en este Congreso? Creo que la mejor forma de visualizarlo es recordando las imágenes que nos ha dejado esta Semana Santa: hoteles llenos, terrazas a rebosar de gente, playas hasta la bandera; en definitiva, optimismo en la calle.

O lo que es lo mismo, señorías, nuestra economía está resistiendo mejor que la media europea el embate de la guerra de Putin en Ucrania. Crecemos más que la media de Europa y también más que las grandes economías europeas. Se crea empleo como nunca. Tenemos las cifras más altas de afiliados y afiliadas a la Seguridad Social. También entre mujeres. La tasa más baja de paro en 14 años, entre los menores de 25 años.

Y muy importante, señorías, porque venimos de una legislatura que se inició con la pandemia, un sector tan fundamental para la buena marcha de nuestra economía y de muchos territorios de nuestro país como es el sector turístico se ha recuperado de la gran crisis provocada por la pandemia de la covid-19.

Quiero decirlo porque este Gobierno, lógicamente, está orgulloso de la buena marcha de la economía, pero lo es porque es un éxito de país, de los empresarios, de los trabajadores y de los autónomos, de la gente que ha sabido superar todas las adversidades imaginables -una pandemia, ahora una guerra- y a las que este Gobierno ha acompañado, protegiéndolas e impulsando las reformas necesarias que nuestra economía demandaba.

Por tanto, un éxito de país, un éxito del país del que nos felicitamos todos, mal que le pese a los profetas del Apocalipsis. Porque más allá del ruido, señorías, de la descalificación y del bloqueo de los de siempre que hemos visto durante estos cuatro años, hay un país que avanza pese a todas las dificultades, como he dicho antes, imaginables.

En estos tres meses el empleo ha crecido en casi 300.000 afiliados y afiliados. El pasado mes de marzo fue el mes de mayor afiliación a la Seguridad Social de la historia. Desde la mitad de marzo hasta la mitad de abril la Seguridad Social ha ganado 135.616 afiliados más en términos desestacionalizados, hasta lograr los 20.586.231 cotizantes. Repito, más de 20.500.000 afiliados a la Seguridad Social.
Nunca tuvimos un registro como este.

Tampoco hemos visto una tasa de temporalidad tan baja, con un mínimo histórico del 14,1%. Y el empleo que se está creando se centra en sectores que podríamos calificar de la nueva economía, como las actividades profesionales, científicas, técnicas, la informática, las telecomunicaciones, que han creado, señorías, y creo que esto es un dato muy elocuente de la transformación que se está produciendo en nuestro país, más de un cuarto de millón de empleos respecto a los niveles prepandemia.

Esta fuerte creación de empleo tiene como origen un intenso crecimiento económico. Cifra a cifra, previsión tras previsión, y en un contexto tan difícil como el que está viviendo Europa, los datos económicos sonríen a España. El último en hacerlo ha sido el Fondo Monetario Internacional, que ha elevado su previsión de crecimiento para España de este año al 1,5% del Producto Interior Bruto. Esto fuera de un análisis más en términos relativos puede parecer poco, mucho o nada, pero si nos comparamos con el resto de países europeos, vemos que es el doble de la media europea y muy por encima del nivel de las grandes economías europeas.

Y hay algo muy importante que me gustaría compartir con ustedes, señorías, y es que estamos creciendo económicamente sin perder competitividad en un contexto tan difícil como el que está atravesando Europa. Y buena prueba de ello es el extraordinario desempeño de nuestras exportaciones de bienes. Solamente un dato: 391 mil millones de euros el año pasado, en el año 2022, el máximo histórico, un 22% más que en el año 2021.

Y todo ello pese, insisto, una vez más a la guerra en Ucrania y a las tensiones geopolíticas mundiales que evidentemente están condicionando, y mucho, la evolución de las economías de todos y cada uno de los países.

Esto no significa que nos demos por satisfechos de la actual coyuntura económica, pero es cierto, y lo es también desde el punto de vista ciudadano, que la inflación continúa siendo una de sus principales preocupaciones. Y en este sentido quiero trasladar a la opinión pública española que el Gobierno, desde luego, se hace cargo y trabaja con todas sus fuerzas, teniendo en cuenta que no tenemos las competencias en política monetaria -son políticas que ahora mismo está residenciadas en Frankfurt, en el Banco Central Europeo-, pero trabajamos con todas nuestras fuerzas para amortiguar, en la medida de nuestras posibilidades, el impacto en el bolsillo de nuestras familias.

Al igual que reconocemos eso, señorías, creo que también es de justicia reconocer que tenemos una de las inflaciones más bajas de Europa. Solamente, por compararnos de nuevo con aquellos países con los que compartimos moneda y por tanto, también competimos desde el punto de vista comercial, darles un dato o dos: la mitad que la media de la zona euro es la inflación española y la segunda más baja de entre todos los países que formamos parte de la zona del euro.

Por tanto, señorías, me reafirmo en el compromiso que les manifesté a los españoles y a las españolas desde el inicio de la guerra: vamos a comprometer todos los recursos necesarios para proteger a las familias, a las industrias, a las empresas, a los hogares, a la gente, en definitiva, de nuestro país del impacto económico de la guerra de Putin en Ucrania, tal y como hicimos durante la pandemia.

De hecho, señorías, son más de 45 mil millones de euros en los poco más de 14 meses que llevamos, por desgracia, de esta guerra centrados en eso, en proteger a la gente, a las empresas y a las industrias.

Y esta política de protección de la gente -en definitiva, no dejarla a la intemperie, como ocurrió con la crisis financiera y la respuesta neoliberal que se dio entonces- no está reñida -y creo que esto también es muy importante compartirlo con ustedes- con la consolidación fiscal. Creo que, en efecto, el cambio de paradigma es ese: que promover el crecimiento económico y también la creación de empleo con sueldos dignos es lo que nos está permitiendo reducir el déficit público y la deuda pública.

Les daré dos datos. El ejercicio 2022 se cerró con un déficit público del 4,81% del Producto Interior Bruto. Es decir, una reducción del 23,1% respecto al año anterior y mejor que las previsiones que comunicó el Gobierno de España a la Comisión Europea de situarse en el 5% del PIB. Y en cuanto a la deuda pública, al cierre del año 2022 representó el 113,2% del PIB, es decir, más de cinco puntos menos del cierre del año 2021, que fue del 118,3%.

Yo creo, señorías, que este cambio de paradigma nos lleva a una conclusión evidente, y es que Europa aprendió los errores de la respuesta neoliberal a la crisis financiera. Lo hizo con la pandemia, claramente, con los fondos europeos. Y lo está haciendo ahora para responder a las consecuencias económicas de la guerra de Putin en Ucrania.

Lo hace cuando, por ejemplo, plantea la reforma de las reglas fiscales, cuando avanza en la reindustrialización verde y digital de nuestro continente. Lo hace también al aprobar la mutualización de la deuda para dar respuesta a la crisis de la pandemia y la creación de los fondos europeos, fondos que, por cierto, nos están permitiendo no solamente amortiguar el crecimiento económico, mejor dicho, el impacto sobre el crecimiento económico de esta guerra, sino también, y esto es muy importante, modernizar nuestro tejido productivo. En definitiva, sentar las bases de una economía mucho más justa, porque es más sostenible y más competitiva.

Una economía que inevitablemente, señorías, tiene que ser más respetuosa con el medio ambiente.

Como saben, la Comisión nos ha transferido ya unos nuevos 6 mil millones de euros por el cumplimiento de las reformas del Plan de Recuperación, transformación y resiliencia. Somos, señorías, y creo que esto es motivo de orgullo para el país, también para ustedes, porque han participado de ello, somos el único país de los 27 Estados miembros de la Unión al que se ha autorizado un tercer desembolso y ya hemos recibido 37 mil millones de euros. 37 mil millones de euros, es decir, el 53% del total, pese a que no se ha cumplido ni tan siquiera dos años desde la aprobación por parte de la Comisión Europea del Plan que presentó el Gobierno de España.

Y seguimos acelerando la distribución de esos fondos, señorías. Ya se han resuelto convocatorias y licitaciones por valor de más de 23.500 millones de euros para más de 290.000 proyectos beneficiarios. Los fondos europeos, señorías, como he dicho antes, nos van a permitir algo que yo creo que es muy importante y muy necesario, sobre todo después de la crisis financiera, y es elevar nuestro crecimiento potencial y sentar las bases, como he dicho antes, de una economía más justa y más sostenible.

La confianza de Bruselas se basa en el cumplimiento de las reformas económicas comprometidas. Los ciudadanos deben saber que estos desembolsos que estamos recibiendo por parte de la Comisión Europea son causa de todas las reformas que está poniendo en marcha el Gobierno de España y que fueron comprometidas con las instituciones comunitarias. Y, en este sentido, señorías, quiero aprovechar para agradecer a los grupos que han apoyado estas reformas a lo largo de estos difíciles años, porque también ha sido su éxito.

Ese agradecimiento, además, quiero hoy concretarlo expresamente en un apoyo mayoritario al último pilar de la reforma de nuestro sistema público de pensiones. La última pieza para reconstruir aquello que la derecha, y el neoliberalismo que infligió a nuestra economía y a nuestra sociedad destrozó, que es el Pacto de Toledo. Así que gracias, señorías. Gracias por su compromiso, no con este gobierno, sino con su país.

Y gracias también por haberlo hecho con paz social, por haber propiciado con su trabajo parlamentario el que nuestro país avanzara con paz social. Yo creo que esto es muy importante, señorías, porque en tiempos difíciles y de crisis como las que estamos viviendo, creo que es relevante superar las diferencias sociales a través del diálogo, reducir todo lo posible los conflictos. En dos palabras, creo que es primordial la paz social. Si a la crisis se añade la conflictividad o la agitación en la calle, las dificultades, lógicamente, se multiplican. Y gracias al esfuerzo de muchos, creo que podemos decir que hemos conseguido hacer una reforma laboral y una reforma de pensiones con paz social. Y con ello creo que hemos situado a España como uno de los países con mayor paz social de Europa.

Evidentemente, señorías, los nostálgicos del neoliberalismo, aquellos que identifican el verbo reformar con recortar y no con dignificar como nosotros con la mayoría de este Parlamento, miden la eficacia de las reformas y la seriedad y la solvencia de esas reformas en base a la contestación social que provocan, a la reacción social que vemos en otros países no lejanos de aquí, o por la conflictividad social que sus contrarreformas provocaron en España hace una década.

Pero creo, señorías, honestamente, que se equivoca, porque los españoles no quieren volver a ese pasado. Los españoles lo que reclaman son avances, claro que sí, reformas, transformaciones, pero con paz social. Y esa paz social, señorías, no es casual. Existe porque con mucho diálogo y con más acuerdos, el Poder Ejecutivo y ustedes, el Poder Legislativo, hacemos reformas que dignifican la vida de la gente. Reformas que suben las pensiones de hoy pero que también garantizan las pensiones del mañana. Reformas que suponen contratos estables y salarios dignos. No recortes, sino dignidad. Reformas que se publican en el Boletín Oficial del Estado y que son la respuesta, y subrayo, en positivo, a las multitudinarias movilizaciones sociales contra los recortes y la precariedad que el neoliberalismo impuso cuando gobernó o cada vez que tiene ocasión de gobernar.

Lo llamaron, señorías, milagro económico. Es verdad que algunos o muchos de ellos acabaron en la cárcel. Nosotros, señorías, no hacemos milagros. Pero después de una pandemia y en mitad de una guerra, España es el país que más crece en Europa, o de las grandes economías de Europa, para ser más precisos. Y que crea cifras récord de empleo. El país que más ha reducido la inflación y con los precios de la energía más baratos de Europa, el que más avanzado va con los fondos europeos y el que cuenta con mayor paz social. En definitiva, señorías, no se trata de milagros, tampoco de curanderos, por supuesto, no de telepredicadores, se trata de que las políticas progresistas gestionan mejor la economía que el liberalismo de la derecha.

Tampoco diré que España va bien, porque conozco de sobra las dificultades que soportan nuestros conciudadanos. Pero sí diré que hoy España avanza y que lo hace a pesar de todas las adversidades. España genera confianza en Bruselas y ahí están los desembolsos de la Comisión Europea. Y también generamos confianza entre los inversores extranjeros. El dato yo creo que es lo suficientemente elocuente para respaldar esta afirmación. En 2022, señorías, la inversión extranjera directa superó los 34 mil millones de euros. Es decir, la segunda cifra mayor de la historia, de la serie histórica. Y esta inversión, señorías, no es casual. Los proyectos industriales que están apostando por España tienen todo que ver con un precio de la energía que es muy competitivo, el más competitivo de Europa. Algo tendrá que ver la llamada solución ibérica, también la paz social y también, lógicamente, el impulso a la transición ecológica y la transformación digital que estamos haciendo. En definitiva, la apuesta por las energías renovables, nuestro compromiso con el cuidado del medio ambiente.

Y en este contexto, señorías, si me permitirán una breve digresión en un tema medioambiental de actualidad y, a mi juicio, de máxima gravedad, como es el atropello que se pretende perpetrar al Parque Nacional de Doñana.

Puede que haya gente que no sea consciente de la importancia del Parque Nacional de Doñana, pero Doñana es el único paraje natural de toda la Península Ibérica declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO. Es la mayor reserva ecológica de toda Europa, el parque nacional más extenso de España. Y lo más importante y relevante, señorías, a los efectos de amortiguar y adaptarnos a los efectos de esta emergencia climática, es un sumidero de carbono esencial que absorbe cada día el mismo CO2 de unos 1,4 millones de árboles. Doñana es su mecanismo natural esencial para amortiguar los efectos negativos de la emergencia climática, que tienen que ver con las tormentas y las inundaciones. El mayor refugio para las aves migratorias de toda Europa. Refugio natural de animales emblemáticos de nuestra fauna que están en peligro de extinción. Me refiero al lince ibérico y al águila imperial ibérica.

Señorías, la jurisprudencia española y la jurisprudencia europea son tajantes -repito, tajantes-, contra los planes que trata de imponer la derecha y la ultraderecha andaluza. Todas las alarmas están encendidas en la comunidad científica y, por supuesto, también en la Comisión Europea. De ahí que, en fin, en la sede de la soberanía nacional le pida de nuevo al Gobierno de Andalucía la retirada de sus planes. Que reconozca el error y que frene este atropello. Porque ni el negacionismo climático de unos, ni la soberbia de otros, salvarán Doñana. Doñana será salvada si hacemos caso a la ciencia, si cuidamos y no se engaña a los agricultores, y si cumplimos con la legislación y con las sentencias de los tribunales españoles y europeos.

En resumen, señorías, crecimiento económico y creación de empleo. Confianza nacional y también confianza internacional en España.

Hoy todos los datos objetivos desmienten el apocalipsis anunciado por la derecha y la ultraderecha, semana tras semana en estos largos y procelosos años que hemos vivido.

El aumento del salario mínimo no destruye empleo, al contrario, lo que crea empleo es tener paz social y una reforma laboral que favorece la creación de mejores empleos. La subida de las pensiones no descuadra las cuentas públicas, al contrario, ahí está la positiva evolución de la Seguridad Social. Son los salarios mínimos, que hemos subido durante estos años -el 47%- o también la calidad en el empleo, lo que hace nutrir las cuentas de la Seguridad Social. Y lo que hace garantizar la sostenibilidad del sistema público de pensiones es la reconstrucción y no el desmantelamiento del Pacto de Toledo.

La solución ibérica, señorías, nunca fue un timo. Al revés. Hoy España cuenta con la energía más barata de Europa y hemos ahorrado más de 5 mil millones de euros de factura energética a nuestros ciudadanos. Y seguramente por eso, señorías, España no sufrió un otoño ni un invierno 'calientes' como deseaba, desde luego, la ultraderecha, la derecha en nuestro país, sino que cuenta con un clima de paz social del que, por desgracia, no gozan otros países europeos.

Señorías, hay que seguir con esta hoja de ruta. Hay que seguir reforzando el Estado del bienestar. Hay que continuar con nuestra agenda de reformas para reducir yo creo que la principal enfermedad que tiene nuestro país, que es la desigualdad.

Según diversos estudios, el 70% de la desigualdad tiene una causa, solo una, y es la dificultad en acceder a una vivienda digna por parte de nuestros conciudadanos.

España, señorías, es el 4º país de la Unión Europea, el 4º de los 27 estados miembros en el que más personas deben hacer un sobreesfuerzo financiero para pagar un alquiler. 1 millón y medio de hogares dedican más del 40% de sus salarios a pagar la renta del alquiler. 2 millones de familias querrían comprarse una casa, pero no pueden. Y 5 millones residen en viviendas inadecuadas.

El encarecimiento que ha sufrido durante los últimos años en la mayoría de las ciudades españolas, ha hecho que la vivienda hoy sea un derecho inalcanzable para muchos ciudadanos y, especialmente, para nuestros jóvenes. La subida de los alquileres ha superado con creces al del precio de la compra. Por ponerles un dato, mientras el precio medio del metro cuadrado en venta en nuestro país aumentó un 11% entre el año 2014 al año 2021, el del alquiler lo hizo en un 45%. Un 11%, un 45%. Estos datos, señorías, si nos hablan de algo, es de un problema y, sobre todo, de un fracaso.

La vivienda hoy es un problema y no es un derecho tal y como está consagrado en la Constitución Española. Y ese fracaso trae causa de haber tratado la vivienda exclusivamente como una mercancía, cada vez más exclusiva y minoritaria, y no como un derecho para la mayoría. Señorías, mi compromiso es total y rotundo: junto a los pilares de la educación, de la sanidad, de la dependencia y de las pensiones, vamos a convertir a la vivienda en el 5º pilar del Estado del Bienestar.

Hay que dejar definitivamente atrás ese modelo neoliberal consagrado en la ley del suelo del Partido Popular. Aquel que apostó por la liberalización total del suelo, que privatizó la escasa vivienda pública que se construyó en nuestro país y que aprobó un modelo fiscal regresivo que lo que hizo fue cebar la burbuja inmobiliaria que sólo trajo -lo recordamos bien- paro, corrupción y desigualdad.

España, señorías, tiene un problema con la vivienda muy serio, muy grave. Somos el tercer país de la Unión Europea con más pisos vacíos. Y tenemos uno de los porcentajes más bajos, yo diría ínfimos, ridículos, bochornosos, de parque público, de vivienda: menos del 3%, frente a la media europea que es del 9%; y a una distancia sideral de países como Holanda, como Dinamarca, donde están en un 20% del parque público de vivienda. Mi compromiso, señorías, es que avancemos para que seamos como estos últimos países. Nuestra determinación es que la vivienda sea un derecho y no un problemón, como lo es hoy, para la mayoría de nuestros ciudadanos.

Desde el inicio de la legislatura, señorías, hemos dado pasos firmes hacia este objetivo. Y quiero recordar también algunas de las cosas que hemos aprobado con una mayoría parlamentaria de esta Cámara. Hemos multiplicado, por cierto, por ocho los recursos dedicados a la vivienda en los Presupuestos Generales del Estado. Les doy un dato solamente, en 2017 el presupuesto que dedicó a la política de vivienda la administración del Partido Popular supuso 470 millones de euros, en 2023 son 3.500.000.000 de euros los que estamos destinando a las políticas de vivienda. Ocho veces más, por tanto. Hemos puesto en marcha planes para la rehabilitación, la regeneración, de 500.000 viviendas con cargo a los fondos europeos. Hemos creado un bono de alquiler dotado con 400 millones de euros en ayudas, que están beneficiando ya a más de 70.000 jóvenes para su emancipación. Hemos limitado la subida de los alquileres al 2% como parte de las medidas que, saben ustedes, aprobamos para mitigar las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania.

En definitiva, estas medidas, señorías, han permitido no solamente orientar a esta Cámara y también al Poder Ejecutivo en uno de los principales compromisos que tenemos, que es convertir -como he dicho antes- la vivienda en un 5º pilar del Estado de bienestar, sino que han permitido, y eso es lo más importante, aliviar la situación de muchos de nuestros conciudadanos.

Pero sabemos que no es suficiente, señorías. Por eso quiero, en primer lugar, agradecer, después de un trabajo ímprobo de esta Cámara de las comisiones correspondientes, agradecer a los grupos parlamentarios que van a apoyar la primera Ley de Vivienda de la historia de nuestra democracia. Gracias. Gracias por el esfuerzo hecho y gracias por el resultado.

Y a otros partidos que continúan apoyando las fracasadas recetas neoliberales y que ya están amenazando incluso -señorías- con no cumplir con la legislación allí donde gobierna, yo les recuerdo simplemente que las leyes que aprueba este Parlamento democrático se cumplen, y que la Ley de Vivienda se cumplirá en todos y cada uno de los territorios de nuestro país.

En todo caso, sabemos que no es suficiente esta ley. De ahí que debamos aumentar la oferta de vivienda pública. Avanzar, como he dicho antes, de ese sonrojante 3% de vivienda pública del total del parque de vivienda, a ese 20% de los países más avanzados en vivienda pública. Y esa es la razón por la que ayer mismo el Consejo de Ministros y Ministras dio luz verde para movilizar las viviendas de alquiler asequible a través de la Sareb, poniendo 21.000 viviendas a disposición de ayuntamientos y de comunidades autónomas, regularizando la situación de 14.000 viviendas que están actualmente habitadas a través de la fórmula de alquiler social, y cediendo el uso de determinados suelos de la Sareb para la construcción de más de 15.000 viviendas públicas, así como también de otras infraestructuras como son hospitales, escuelas, espacios deportivos, centros culturales…, en definitiva, dotaciones públicas.

De este modo, señorías, vamos a incrementar en un 20% el número de viviendas públicas destinadas al alquiler público y también con precio asequible que hay en España, pasando de las 230.000 viviendas actuales a las 280.000 viviendas en un breve espacio de tiempo.

Desde el Gobierno pensamos que esta es una medida ambiciosa, pero también -y esto me parece lo relevante de cara a los ciudadanos- justa y acertada. Justa porque hace una década el Partido Popular se gastó 58 mil millones de euros -se dice pronto, señorías, 58 mil millones de euros- en rescatar a una serie de bancos quebrados, que solamente hemos recuperado el 10%. Y ahora, señorías, sí, repito, 58 mil millones de euros. Señorías, nos dijeron que iba a costar un céntimo de euro o cero céntimos de euro. Les veo muy revueltos [ruido en el hemiciclo].

Por tanto, es justo porque vamos a devolver parte de esa deuda a la sociedad, convirtiendo esas viviendas en viviendas públicas, sobre todo para la gente que lo necesita, nuestros jóvenes.

Es por lo tanto una medida acertada, o, mejor dicho, justa. Y es acertada porque pone al país en la buena dirección, como he dicho antes. Nos saca del fracasado modelo neoliberal, de la especulación inmobiliaria, de la corrupción y la exclusión social y sienta las bases de un modelo distinto que facilita el acceso a la vivienda. Un modelo que ya está funcionando, por cierto, en países avanzados de nuestro continente europeo.

Pero, señorías, no nos vamos a detener aquí. Vamos a seguir construyendo lo que he dicho antes, ese quinto pilar del estado del bienestar. Y por eso quiero hacerles el siguiente anuncio.

Quiero anunciarles que además de la movilización de 50.000 viviendas de la Sareb, vamos a financiar la promoción de otras 43.000 nuevas viviendas destinadas al alquiler a precios asequibles. Serán viviendas tanto de nueva construcción como de rehabilitación. Lo haremos creando una nueva línea del ICO, dotada con cuatro mil millones de euros de los fondos europeos para financiar esta actuación.

43.000 nuevas viviendas públicas y de alquiler asequible que se suman a las 50.000 procedentes de la Sareb, en total, 93.000 viviendas públicas y de alquiler asequible.

Todas estas actuaciones, señorías, van a cumplir dos condiciones. La primera es la eficiencia energética y el destino de la actuación al alquiler social, lógicamente, al precio asequible o a la cesión en uso durante al menos 50 años.

En definitiva, lo que quiero decirles con esto es que vamos a cumplir con el artículo 47 de la Constitución Española. Vamos a hacer del acceso a la vivienda un derecho y no un problema como es hoy para la mayoría de nuestros ciudadanos.

Porque no hay nada más constitucional, ahora que de nuevo la derecha, la ultraderecha, nos dicen "vamos a recurrir" antes de haber sido aprobada y haber leído la Ley de Vivienda, "vamos a recurrirla ante el Tribunal Constitucional", bueno, pues no hay nada más constitucional que la nueva Ley de Vivienda y que convertir la vivienda en el quinto pilar del Estado del bienestar.

Señorías, para acertar en las recetas y, por tanto, las soluciones que exige nuestro país para resolver lo que he dicho antes, el principal mal que tiene nuestro país, que es la desigualdad, hay que acertar en el diagnóstico. Hay que acertar en ese diagnóstico y analizar la realidad.

La realidad ¿Qué es lo que nos dice? Lo que nos dice es que, pese a toda la compleja situación que está atravesando Europa y por tanto España, los fundamentos de nuestra economía son sólidos.

Según la AIReF, este trimestre, el crecimiento interanual va a alcanzar el 3,4% interanual en nuestro país.

Las previsiones del Fondo Monetario Internacional, lo he dicho antes, las conocimos la semana pasada, si hacen algo es confirmar que España va a seguir liderando el crecimiento de la eurozona, por cierto, con una notable revisión al alza para el año 2023.

La realidad nos dice que España responde a esta crisis económica creando empleo como nunca, incluso en un contexto geopolítico tan adverso, e insisto, que tenemos que repetir una y otra vez para demostrar la resiliencia, la fortaleza de los fundamentos de nuestra economía.

Y lo que es más importante, estamos creando empleo estable, de calidad, en sectores que anticipan un cambio de modelo productivo real que ya se está dando gracias, sobre todo a la gestión y el impulso de los fondos europeos.

La realidad es que el déficit de la Seguridad Social cae por debajo del 0,5%, es decir, casi la cuarta parte de la existente al cierre del año 2017. Y el saneamiento de las cuentas de la Seguridad Social se produce mientras crecen las pensiones, casi un 28% de incremento de la pensión media en este mismo periodo.

En los dos primeros meses del año, los ingresos de las cotizaciones de la Seguridad Social aumentan casi un 24% en relación al mismo periodo del año 2019, el año previo a la pandemia. Son casi 5 mil millones de euros adicionales en ingresos para el sistema público de pensiones. En definitiva, un aumento de las cotizaciones que sólo se explica porque hay más y, sobre todo, mejores empleos.

Y la realidad nos dice que la inversión extranjera, insisto, en España, superó en el año 2022 34.000 millones de euros, es decir, la segunda mayor cifra registrada de la serie histórica.

Y la realidad va por un lado, y los apologetas del catastrofismo y del Apocalipsis por otro.

Una realidad, por cierto, que es muy terca y es muy valiosa a las puertas de la Presidencia Europea que ostentaremos a partir del 1 de junio, especialmente en un contexto tan complejo como el actual, que sigue condicionando la agenda europea.

Una agenda en la que yo creo que sigue ganando un peso importante uno de los principales debates en los que España va a seguir mostrando iniciativa, me refiero a la necesidad de avanzar en eso que se ha llamado la autonomía estratégica en Europa, que no es más que reindustrializar nuestro continente.

Debemos ser menos vulnerables, debemos ser mucho más autónomos. Lo hemos visto con la pandemia, con la carestía total, absoluta, que tuvimos de todo tipo de medidas para poder proteger a nuestros ciudadanos ante una emergencia sanitaria. O también ahora, con la guerra y la dependencia de otras economías, sobre todo de economías muy importantes para la buena marcha de Europa del gas ruso.

Pero también, insisto, para reindustrializar, para reforzar la competitividad y la cohesión social y territorial de Europa y de España.

Esto fue lo que reconoció el Consejo Europeo en su última reunión del pasado 23 de marzo, donde los gobiernos debatimos ampliamente, una vez más, diferentes medidas, también acciones para mejorar la competitividad de Europa, para reforzar su resiliencia, para acelerar la transición ecológica y también la transformación digital.

Previo al Consejo Europeo, también como consecuencia de una de las peticiones que hizo España hace ya unos cuantos meses, la Comisión Europea presentó el Plan Industrial del Pacto Verde, un Plan que contiene propuestas estratégicas que nosotros desde España vemos con interés y que apoyamos, como es la Ley de Materias Primas Críticas. En definitiva, cómo podemos reforzar nuestra autonomía no solamente en la reindustrialización, sino también en las materias primas que nos puedan impulsar esa reindustrialización verde digital.

La Ley de Industria de Cero Emisiones, el nuevo régimen de ayudas de Estado, las nuevas medidas para profundizar en el mercado único. Todas estas, a mi juicio, son medidas positivas que este Gobierno ha venido defendiendo y también empujando en Bruselas, pues como he dicho antes, van en la dirección de reforzar la reindustrialización de Europa y por tanto, en ganar en autonomía estratégica.

En los debates del Consejo Europeo también han estado muy presentes tres asuntos capitales que me gustaría compartir con ustedes.

El primero de ellos es la necesidad de seguir reforzando la seguridad energética, un debate en el que creo que España ha jugado un papel protagonista, reiterando en este caso la necesidad, la urgencia de reformar el mercado eléctrico.

En segundo lugar, la revisión de la gobernanza económica de Europa, las reglas fiscales, que acabe, en definitiva, con esta política austericida que infligió el neoliberalismo durante la crisis financiera al continente europeo y por tanto, a nuestras sociedades. Es una reforma que debe permitir, este es el planteamiento que siempre ha defendido el Ejecutivo de España en Europa, pues el lógico saneamiento de las cuentas públicas, la consolidación fiscal, pero también la creación de espacio fiscal para poder invertir en eso, en la transición ecológica, la transformación digital de nuestras economías.

Y en tercer lugar, el pacto de inmigración y asilo.

Y aprovecho este punto para hablar de la relación entre España y Marruecos. Un país, Marruecos, amigo, un aliado fundamental para el desarrollo económico de España, nuestra puerta de entrada en África. Un aliado esencial para nuestra seguridad y para la migración ordenada en nuestro país y en el continente europeo.

Como saben sus señorías, en abril de 2022, España y Marruecos adoptamos una hoja de ruta con objetivos claros. En este contexto, el trabajo realizado a lo largo de este último año yo creo que arroja un balance muy positivo que me gustaría compartir con ustedes.

Hemos abierto una nueva etapa sobre bases mucho más firmes que alejen las crisis recurrentes que hemos vivido con el país vecino. Y en esos términos tengo la certeza de que los objetivos de esa reunión de alto nivel se alcanzaron con creces.

En esa reunión de alto nivel se alcanzaron 20 acuerdos, que impulsó también la cooperación en dos áreas que definen nuestra relación bilateral y que me gustaría, aunque sea someramente, referirme a ellos ante ustedes.

En primer lugar, en lo referente a la gestión compartida de las fronteras comunes. Me gustaría destacar la importancia de una gestión eficaz, también omnicomprensiva de nuestra frontera común.

Hemos restablecido la conectividad aérea y marítima. Y en este nuevo clima de cooperación se ha permitido reanudar las negociaciones sobre la delimitación de los espacios marítimos en la fachada atlántica que llevaban 15 años inactivas.

Volvemos a tener la Operación Paso del Estrecho.

Se han retomado las conversaciones para restablecer la conexión entre Tarfaya y Fuerteventura, algo que reivindica la sociedad canaria desde hace 15 años.

Las fronteras de Ceuta y Melilla, ya reabiertas, han devuelto la normalidad a las dos ciudades autónomas. Y el pasado 27 de enero empezó la expedición comercial con la reapertura de la Aduana en Melilla tras cinco años de cierre, al tiempo que abrimos una nueva aduana en Ceuta.

Señorías, estoy convencido de que una apertura gradual, ordenada, va a impedir la reedición de escenas que no queremos volver a ver y vamos a instaurar una frontera y también aduanas que se rijan por los estándares internacionales, reflejo de la buena vecindad entre los dos países.

Esta gestión fronteriza también requiere el refuerzo de la cooperación en materia migratoria. Y creo que los datos son muy elocuentes, por evidentes. Hoy la Ruta Atlántica es la única ruta en Europa que decrece en un contexto de aumento generalizado de la migración irregular hacia el continente europeo.

Solamente un dato: en el primer trimestre del año 2023, las llegadas irregulares a la Ciudad Autónoma de Ceuta y también a la de Melilla han disminuido en un 78% comparadas con el mismo periodo del año pasado, un 63% a las Islas Canarias. Y estas cifras, si las comparamos y las contrastamos con otras rutas de entrada de esa migración irregular hacia el continente europeo, creo que son lo suficientemente elocuentes. En Grecia han aumentado en un 95% y en Italia han aumentado un 300%.

El segundo aspecto clave al que me gustaría referirme es el de la cooperación económica y comercial.

Señorías, el nivel de exportación de España a Marruecos se acercó a los 12.000 millones de euros en el año 2022 y la tendencia se mantiene. En esta reunión, a la cual antes hice referencia, hemos ofrecido a Marruecos nuestra experiencia en sectores clave para el futuro del país.

Las empresas españolas van a ser las principales beneficiarias de un proceso que debe tener un resultado claro y es que nuestras compañías estén presentes en los planes de desarrollo de Marruecos.

Y más que nunca en la historia de nuestra democracia, creo que tenemos una gran oportunidad de situar las relaciones entre España y Marruecos bajo el signo de la cooperación genuina y mutuamente beneficiosa. Una relación basada en el respeto mutuo, en la ausencia de acciones unilaterales y también en el cumplimiento sistemático de los acuerdos.

En todo caso, si alguien quisiera aplicar una política alternativa, debe explicar a los españoles si es compatible con todo este programa de profundización de una relación que es estratégica.

Un objetivo que yo diría, señorías, es fundamental para Ceuta, para Melilla y también, lógicamente, para Canarias y para Andalucía.

Señoras y señores diputados, la agresión de Putin a Ucrania sigue, lógicamente, centrando el debate multilateral y europeo; y muchas de las difíciles coyunturas que atraviesan nuestros ciudadanos tienen como origen, como hemos dicho en muchísimas ocasiones, desde esta tribuna, esta injustificada guerra.

La guerra, como saben ustedes, entra en su segundo año de duración y, contrariamente, a lo que algunos pensaron, sobre todo Putin, lo que ha hecho ha sido fortalecer la unidad europea y también la Alianza Atlántica en la respuesta.

Y en esos términos, España lo que va a continuar haciendo es apoyar a Ucrania con determinación, como tuve ocasión de trasladar al presidente Zelenski en el viaje que realicé a Kiev el pasado 23 de febrero.

Lo haremos, en primer lugar, apoyando a Ucrania a defenderse tanto en el plano militar como en el plano diplomático. Al poco tiempo del inicio de la agresión, tomamos la difícil decisión de enviar material militar. No fue una decisión tomada a la ligera, ni tampoco en solitario, señorías; se basa en un principio que creo que podemos compartir una mayoría de grupos parlamentarios y es el de garantizar el legítimo derecho a la defensa del país que está siendo agredido, que en este caso es Ucrania.

Las entregas de material se han hecho por dos vías. Las conocen ustedes, es público; a través de la Unión Europea y también, bilateralmente, con Ucrania. Y en ambos casos se ha actuado coordinadamente con nuestros aliados y también con Ucrania, lógicamente, para asegurar que los envíos tienen un impacto efectivo en las capacidades defensivas del agredido, sin resultar, en fin, una escalada de todo este conflicto y siempre sin merma significativa de nuestras capacidades nacionales de defensa.

España, como saben, se ha sumado al grupo de países que entregarán tanques Leopard 2 a Ucrania. La ministra de Defensa ofreció en esta cámara el pasado 29 de marzo detalles concretos sobre el acondicionamiento de las diez unidades comprometidas con el presidente Zelenski en Kiev. Y en el ámbito de la Unión Europea, España participa en el Fondo para la Paz con un compromiso financiero de más de 600 millones de euros.

Y, por último, estamos contribuyendo a la misión de asistencia militar a Ucrania mediante el adiestramiento en España de hasta 2.400 soldados ucranianos cada año. Y en el frente diplomático, en el marco de la Unión Europea, hemos adoptado, como saben, hasta diez paquetes de sanciones contra sectores claves de la economía rusa, que les están infligiendo mucho daño.

Seguimos comprometidos con la causa de Ucrania: su derecho a existir en todos los foros, también en las Naciones Unidas. Y, aun así, evidentemente, no se trata de hablar solo con países plenamente alineados con la postura de Europa o también con otros países de la Alianza Atlántica; y por eso, en mi reciente viaje a China, tuve la oportunidad de trasladar también la posición de España al presidente Xi Jinping. Es preciso que ese país se implique de forma responsable, también equilibrada, usando su capacidad de influencia para persuadir a Rusia.

En segundo lugar, señorías, España ha adoptado medidas de mitigación de los efectos de la guerra que tiene lugar en Ucrania. Las atrocidades cometidas por el ejército ruso no pueden, lógicamente, aceptarse como simples consecuencias de un conflicto. Hasta la guerra tiene límites, señorías, y las reglas no pueden traspasarse.

Hemos solicitado, como saben, a la Oficina del Fiscal General de la Corte Penal Internacional, que se investiguen posibles crímenes de lesa humanidad, estamos apoyando las labores de investigación desplazados con un equipo de policías, de forenses del Ministerio del Interior y, al mismo tiempo, hemos tramitado a 171.000 ucranianos y ucranianas llegados a España la aplicación de la directiva sobre protección temporal, incluyendo acceso a la sanidad y a la educación públicas.

Créanme si les digo que me siento orgulloso de la respuesta solidaria del conjunto de la sociedad española, también de la administración española, en un ámbito en el que nuevamente somos un auténtico ejemplo europeo como es el de la acogida de los refugiados.

Y, en tercer lugar, trabajamos por una Ucrania en paz en el futuro. Apoyamos, como saben ustedes, el estatuto de Ucrania como país candidato de la Unión Europea. Haremos cuanto haga falta durante, lógicamente, la Presidencia Española para impulsar ese proceso; también para apoyar la reconstrucción de Ucrania. Y lo tenemos que hacer por convicción moral y por memoria democrática, señorías, porque en el pasado también nuestra democracia, nuestro país, clamó pidiendo ayuda y sus súplicas, desgraciadamente, se ahogaron en una farsa diplomática que hoy y siempre contribuiremos a evitarle al pueblo ucraniano.

Señorías, este Gobierno, como el conjunto de la sociedad española, desea la paz. Y trabajamos por la paz. Rechazamos la idea de vivir en un mundo dictado por la ley del más fuerte, que es lo que está haciendo Putin. Reafirmamos nuestro compromiso con el derecho internacional y con la coexistencia pacífica entre naciones y vamos a trabajar para obtener la paz, pero una paz que tiene que ser justa, porque sólo una paz justa será una paz duradera.

Durante muchos años, Europa y Occidente y el mundo en general ha mirado hacia otro lado cuando, unilateralmente, Rusia ha ido anexionándose partes y partes de distintos países vecinos. Y por eso, señorías, creo que es importante reivindicar una paz justa y una paz duradera.

Concluyo, señorías, cuanto aquí he expuesto creo que tiene un efecto directo en la vida diaria de la ciudadanía española, porque creo que después de la pandemia, y ahora con la guerra, nos hemos dado cuenta, y también con la emergencia climática, de que tenemos desafíos globales que no obedecen en su respuesta a las fronteras típicas nacionales y que evidentemente tiene un impacto en nuestros ciudadanos y en su día a día.

En el mundo convulso en el que vivimos no hay nichos domésticos a los que uno se puede esconder y por eso creo que es importante seguir defendiendo los intereses de España fuera de nuestras fronteras. Los intereses de todos, señorías, los intereses de nuestras empresas exportadoras, de nuestras industrias punteras en la transformación energética, pero también los intereses de nuestras pensionistas, de nuestros trabajadores y trabajadoras, de los estudiantes. En definitiva, de las familias españolas.

Porque todo eso se trabaja ahí, señorías, en los foros internacionales y también en los foros europeos: en los Consejos Europeos, en el Fondo Monetario Internacional, cuyo consejo asesor preside la vicepresidenta Calviño, en foros económicos, como el de Boao, en China, en la Cumbre Iberoamericana, cuya dignidad y relevancia para España solamente se pueden poner en duda desde el más profundo desconocimiento. Se consigue en las reuniones preparatorias de la Presidencia Española de la Unión Europea, con diálogo y con ambición, como está haciendo España.

Y por eso, señorías, me gustaría compartir con el conjunto de la sociedad española y también con ustedes, esta perplejidad e incluso vergüenza ajena en ver cómo cuando España consigue una solución que es buena para Europa y también para España y para los españoles, la bancada de la derecha y la ultraderecha corre a Bruselas a desacreditarla.

Conseguimos los fondos europeos; a Bruselas a criticarlos. Conseguimos la solución ibérica para contener los precios de la energía; a Bruselas a torpedear. Conseguimos un acuerdo de las pensiones; a Bruselas a boicotearlo. En fin, lamentable. Da vergüenza ajena. Vergüenza ajena.

Señorías, los fondos europeos de recuperación no se negocian desde la última fila. La solución ibérica se batalla. Las cifras récord de inversión extranjera de nuestro país no son fruto de la casualidad. Las reformas pactadas con la Comisión Europea, con los agentes sociales, respaldadas por una mayoría parlamentaria en esta Cámara, son el fruto de horas interminables y de extenuantes jornadas de negociación, de diálogo y de acuerdo.

Hoy, por tanto, señorías, podemos decir que España pesa en Europa y cuenta en el mundo; y lo hace con una renovada proyección exterior. En un contexto tan duro como el que hemos vivido en estos últimos años, España responde, como ha hecho siempre, creciéndose ante la adversidad, levantándose tras superar una pandemia, enfrentándose a las consecuencias devastadoras para la economía de una guerra en suelo europeo.

En definitiva, señorías, España responde hoy como no lo hizo hace una década, protegiendo en lugar de recortar, avanzando en lugar de retroceder, acordando en lugar de imponer y con paz social frente a los conflictos sociales y los políticos del pasado.

La España vista como un problema en Europa hace una década, negra y neoliberal, es hoy origen de soluciones ante los desafíos globales, como fue la solución ibérica o los fondos europeos. Las dificultades, señorías, siguen estando ahí, pero España mantiene un rumbo claro en mitad de tantas incertidumbres.

Y ese rumbo, señorías, ya con esto termino, señora presidenta, se conjuga con dos verbos: proteger y avanzar. En definitiva, señorías, lo que hemos venido haciendo desde el principio de esta legislatura: defender a la mayoría.

Gracias.