Madrid
DECLARACION INSTITUCIONAL DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO ENFUNCIONESDESPUÉSDELCONSEJOEUROPEOEXTRAORDINARIO
Buenas noches.
Acabamos de concluir el Consejo Europeo extraordinario convocado para abordar los gravísimos acontecimientos que se están produciendo en Oriente Medio.
Es fundamental que la Unión Europea, la Unión a la que pertenece España, se mantenga bien coordinada y unida ante una crisis de esta trascendencia.
Porque nuestra fuerza nace de ahí, de la unión. Y hoy, ante la descomunal crisis humanitaria a la que asistimos, la unidad de Europa es la mejor contribución que podemos y debemos prestar en beneficio de nuestros conciudadanos y de la estabilidad de la comunidad internacional.
España está trabajando activamente, como Presidencia del Consejo de la Unión Europea, tanto en los instrumentos de política exterior, incluidos los consulares, como a nivel de ministros de Interior y de ayuda humanitaria.
Reitero por tanto, como ya he tenido ocasión de hacer durante estos días, la Unión Europea comparte una posición clara, una posición común, tal como refleja la declaración conjunta que aprobamos el pasado domingo los 27 Estados Miembros junto con el resto de instituciones comunitarias.
Una posición que quiero sintetizar en cuatro grandes líneas:
La primera de ellas es una condena rotunda, una condena rotunda por parte de la Unión Europea de los horribles atentados terroristas perpetrados por Hamás contra Israel.
En segundo lugar, la exigencia de liberación inmediata, sin condiciones, de todos los rehenes en poder de Hamás, incluido nuestro compatriota Iván Illarramendi.
En tercer lugar, el reconocimiento del derecho de Israel a defenderse en el estricto respeto al derecho internacional y, en particular, al derecho internacional humanitario.
En cuarto lugar, Israel debe garantizar en todo momento el acceso de la ayuda humanitaria a Gaza y la protección de la población civil en Gaza.
España ha trasladado en este Consejo Europeo, como viene haciendo desde el principio de esta dramática situación que se está viviendo en Oriente Medio, ha trasladado al conjunto de líderes, que es esencial que la Unión Europea y que también los Estados Miembros concentremos nuestros esfuerzos inmediatos en dos puntos: el primero de ello es lo urgente, es atender la crisis humanitaria y evitar, en consecuencia, a toda costa, una escalada que provoque la extensión de este conflicto a la región.
Debemos atender en consecuencia la crisis humanitaria incrementando la ayuda, como va a hacer la Unión Europea, anunciando que va a triplicar esa ayuda humanitaria a Gaza, y España también lógicamente. La Cooperación Española aportará más de 4 millones de Euros adicionales a Palestina de aquí a final de año.
En 2023, vamos a llegar en consecuencia a casi 21,5 millones entre cooperación y ayuda humanitaria, lo que supone un 30% más de esfuerzo que el desplegado en el año 2022. También es necesario que se mantengan los suministros esenciales, especialmente el agua, la electricidad en toda Gaza.
Debemos también detener la escalada de violencia en la región, reforzando el diálogo con nuestros socios, trabajando desde ahora mismo en la única vía para la solución de un conflicto que lleva enquistado más de 70 años.
Y esa vía es la solución de los dos Estados, el reconocimiento de Palestina como Estado. Porque solo a través de la solución de los dos Estados se podrá frenar la violencia y solucionar de modo definitivo un conflicto que causa tanto sufrimiento.
El próximo 27 de noviembre se va a celebrar en Barcelona, en el marco de la Unión por el Mediterráneo, una nueva reunión. Y en este foro, Israel y Palestina se sientan en igualdad de condiciones, y tanto los europeos como los árabes nos sentaremos en torno a la mesa.
Y es, a nuestro juicio, una buena oportunidad para aprovecharla y, en consecuencia, he propuesto que utilicemos esta plataforma al conjunto de Estados Miembros para relanzar el diálogo euro-árabe.
Y por último, España ha hecho hincapié en este Consejo Europeo en algunas de las lecciones que debemos extraer de lo que está pasando en Oriente Medio.
La primera de estas lecciones es que, en los últimos años, la comunidad internacional ha mirado hacia otro lado, no ha prestado suficiente atención a este conflicto; se ha actuado como si la seguridad y la estabilidad en la región y, por tanto, en el mundo, pudieran resolverse por sí solas o, al menos, convivir con la situación actual.
Los acontecimientos de los últimos días nos demuestran que esa idea era un error, un profundo error. El conflicto no sólo no se va a resolver por sí solo; la paz y la seguridad de la región no serán posibles si no ofrecemos un horizonte de esperanza al pueblo palestino. Y lo necesita.
La segunda es que, para la Unión Europea, esta es una cuestión de importancia vital para nuestra seguridad. Una cuestión que nos afecta por tanto de manera muy directa. Y por eso mismo debemos actuar de manera muy estratégica, tanto sobre las consecuencias del conflicto, como lo estamos haciendo como primer donante en la región, pero también sobre las causas.
A corto plazo, ¿eso qué significa? A corto plazo significa que la prioridad absoluta es proteger a los civiles, evitar que el conflicto escale. Debemos asegurarnos de incrementar la ayuda humanitaria y que llegue a los que realmente la necesitan.
Pero en el medio plazo, tenemos que implicarnos con todo nuestro capital político de influencia, de ejemplaridad para construir las bases para una paz justa y duradera. Y esa paz justa y duradera pasa forzosamente, indefectiblemente, por la solución de los dos Estados -Israel y Palestina- que puedan coexistir en paz y en seguridad.
Y creo honestamente que nuestro continente puede dar un testimonio único y valioso. Porque Europa ha superado tremendos antagonismos históricos hasta ser lo que hoy es. La Unión Europea ejemplifica como nadie la posibilidad de superar la hostilidad y el odio para abrir paso primero a la convivencia y después a la unión estrecha entre pueblos que ayer fueron enemigos y que hoy caminan de la mano en torno a valores y principios que nos guían, que son el de la prosperidad, la democracia y el respeto a la diversidad y pluralidad de las propias sociedades.
Es una lección única en el mundo la que podemos también, desde Europa, ofrecer.
Por grandes que sean las diferencias; por intenso que sea el odio, por profundas, muy profundas que sean las heridas siempre es posible garantizar un futuro de paz y de convivencia a los pueblos. Y Europa, insisto, es la prueba. Y debemos aportar nuestra ayuda para paliar el sufrimiento y evitar la extensión de este conflicto. Pero queremos ir más allá, aspiramos a contribuir a la superación definitiva de un conflicto que ha causado demasiado dolor, demasiada desesperación, durante demasiado tiempo.
Por último, quiero también informar a la sociedad española que, tras este Consejo Europeo, he pedido al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones que informe telefónicamente sobre las conclusiones de este Consejo extraordinario a todos los grupos parlamentarios a los que, lógicamente, vamos a mantener informados en función de cual sea el desarrollo de los acontecimientos.
Nada más.
Muchas gracias y buenas noches.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)