Madrid
DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Secretaria de Estado de Comercio; presidente del Spain Investors Day y miembros también de su Consejo Rector; estimados empresarios, inversores.
Quiero comenzar trasladándoos lo que para mí representa un honor el poder participar en este foro, que es un gran reflejo del dinamismo de nuestra economía y también del sector financiero inversor en España.
Este encuentro ha ido ganando, como se ha dicho previamente, relevancia y calidad con cada una de sus ya 13 ediciones, algo que lógicamente beneficia a todo el país y por lo que quiero felicitar a sus promotores, a Benito Berceruelo y también a Ladislao Azcona. Enhorabuena y muchas gracias.
La economía española arrastra desde hace décadas algunas carencias.Nuestra productividad laboral es más baja que la de nuestros homólogos europeos.
Generamos bienes y servicios con un menor grado de complejidad.Registramos unas tasas de innovación todavía inferiores a la media de la Unión Europea. Nuestro mercado interior aún continúa sufriendo la fragmentación y tenemos unas administraciones públicas -también la justicia, como ha dicho antes Benito-, demasiado lentas, burocráticas, a las que a menudo les cuesta seguir el ritmo al sector privado.
Estas debilidades están ahí. Entiendo que en un encuentro como este lo habitual sería tratar de ocultarlas e incluso alguno llegaría a negar. Pero yo no lo hago. No lo he hecho nunca. No lo hice cuando tuvimos que afrontar la pandemia. Tampoco cuando hemos tenido que afrontar las consecuencias económicas y sociales de la guerra. Es verdad que estamos rebajando la inflación, pero también es cierto que la inflación continúa siendo alta, sobre todo para aquellos ciudadanos y ciudadanas que están viendo cómo la cesta de la compra es aún mucho más cara de lo que era antes del inicio de la guerra.
En definitiva, en mi actitud no está el esconder cuáles son las debilidades seculares y también las coyunturales de la economía española. Y no lo hago porque sé además perfectamente, como también lo saben todos ustedes, que en realidad todo país tiene las suyas. También sufren debilidades. Incluso los países más ricos y los más poderosos también tienen debilidades. Por eso no las oculto, porque son estas carencias las que dan también sentido a la orientación de la política económica y la política en general del Gobierno de España; las que hacen que nos levantemos cada día, cada mañana, movidos por la firme voluntad de solventarlas y de transformar y hacer avanzar a nuestro país. Pero sobre todo porque estoy convencido de que estas debilidades palidecen cuando se comparan con las extraordinarias fortalezas a las cuales ha hecho referencia antes la secretaria de Estado, Xiana.
Después de la mayor crisis sanitaria y económica que haya vivido el mundo en el último siglo, como consecuencia de la pandemia de la covid-19; después de que estallara el pasado 24 de febrero del año pasado una guerra a las puertas de Europa, si no en Europa, porque Ucrania, lógicamente no está representando solamente el deseo y la firme voluntad de un pueblo por decidir libremente su futuro, sino también por cuestionar las bases del sistema político y democrático de defensa de las libertades y los derechos que encarna la Unión Europea frente a las autocracias como la de Putin.
Bueno, después de la pandemia, después de que estallara la guerra de España y aquí se ha dicho, alcanza los mejores datos de empleo de su historia, crece por encima de la eurozona y registra la tasa de inflación más baja de toda la Unión Europea.
Esto no significa que no continúe siendo alta. Esto no significa que nos continúa preocupando el desempleo juvenil, o esto no significa que, evidentemente tengamos que seguir trabajando porque nuestro crecimiento económico sea mucho más sólido y sostenible desde todo punto de vista en los próximos años. Pero en todo caso, incluso en esta coyuntura tan difícil y tan compleja que nos ha tocado vivir a ustedes como inversores, aquí se ha dicho por parte de Benito o incluso como empresarios, sin duda alguna, también nosotros, como responsables políticos, nuestro país ha continuado modernizándose. Y yo diría, además, que a un ritmo sin parangón, porque tras dos o tres décadas, o mejor dicho, tras décadas de deslocalización, hemos empezado a recuperar industrias estratégicas.
Por ejemplo, el mayor fabricante de automóviles del mundo ha elegido España para producir las baterías que van a alimentar los coches eléctricos del futuro.La segunda mayor naviera del planeta ha elegido también nuestro país, el sur de nuestro país, para generar el hidrógeno que va a mover los barcos del futuro. Y las grandes empresas digitales han decidido construir aquí sus nuevos centros de almacenamiento y procesamiento de datos para dar servicio al conjunto de Europa. Por todo el territorio, además por todo el territorio, no solamente en las grandes urbes, sino también en lugares como Huelva, como Sevilla, como tantos y tantos lugares desperdigados de nuestra geografía nacional.
Pero por todo ese territorio están surgiendo empresas nacionales también extranjeras, que innovan, que impulsan nuevos negocios. Nuestro tejido productivo está transformándose a una velocidad de vértigo, qué duda cabe que necesitan también del aporte de esa seguridad jurídica a la cual se hacía referencia también la inversión pública. Y de hecho, los sectores de la economía que más empleo han creado en el año 2022 fueron aquellos vinculados con las tecnologías, con la información, con los servicios de valor añadido tan elevado como los que ustedes conocen, es decir, todos los sectores del futuro.
Naturalmente, este progreso no es fruto de la casualidad. Es, sin duda alguna, fruto de la necesidad, pero también de que España cuenta con extraordinarias fortalezas que lo explican y yo, si me permiten, destacaría cinco.
La primera, ¿cuál es? Bueno, yo creo que a la primera se ha dedicado algún tiempo en estas jornadas, a mí se me ha hecho constar, es la posición geopolítica privilegiada con la que cuenta nuestro país. Nos convierte en una puerta de acceso a un gran mercado, como es el de la Unión Europea, no solo el que ofrece nuestro país con 47 millones de habitantes, más de 75 millones de turistas que nos visitan cada año, sino también el acceso sin restricciones que damos al mercado europeo y las conexiones privilegiadas que tenemos con mercados como el iberoamericano, como el norte de África, que suman en total nada más y nada menos que 1.600.000.000 de consumidores y consumidoras.
La segunda fortaleza que me gustaría compartir con ustedes es que España, creo, es una gran plataforma internacional de negocios. Contamos con un sector empresarial de primer nivel altamente internacionalizado que lidera rankings mundiales en ámbitos como el bancario, como el textil, como el turístico, que nos convierte en el exportador mundial número 11 de servicios comerciales. Tenemos estabilidad jurídica, claridad regulatoria y una de las mejores redes de infraestructuras físicas, pero también digitales, de todo el planeta.
En tercer lugar, me gustaría compartir con ustedes otra de las fortalezas, que es algo que se ha comentado por parte de Benito y de Xiana, y es la enorme calidad de nuestro capital humano, del talento de nuestra gente. Somos uno de los países europeos con mayor porcentaje de titulados superiores. El cuarto en número de científicos y de ingenieros. Y estamos haciendo una apuesta, yo diría también que revolucionaria, al menos para lo que ha sido la historia de nuestro país, en relación con la Formación Profesional, para llevarlos a los índices de vanguardia con los que cuentan otros muchos países de Occidente y en particular de Centroeuropa. Por lo tanto, para triunfar las empresas necesitan talento y en España tenemos a raudales.
Otra de las grandes fortalezas, a mi juicio, de nuestro país, es que contamos a día de hoy y creo que además va a ser una de las principales ventajas de nuestro país en el corto, en el medio y en el largo plazo, si las cosas no se tuercen, con una de las energías más baratas de Europa. Estoy hablando lógicamente de energías limpias, de energías renovables, de energías por tanto, consecuentes con ese gran reto que tenemos el conjunto de la humanidad, que es hacer frente a la emergencia climática, adaptarnos y mitigar los gases de efecto invernadero.
Y creo que además el hablar de energías baratas y, por tanto, competitividad industrial y sin duda alguna también alineadas con esos objetivos climáticos, es un punto esencial, porque en un futuro muy cercano, si no lo está haciendo ya, la competitividad de un país como el de cualquier empresa, en gran medida va a estar determinada por su capacidad para generar riqueza sin emitir gases de efecto invernadero y haciéndolo además, un uso, digamos, circular y sostenible de los recursos naturales.
Hay un índice que a mí me ha llamado mucho la atención, que pasa muy por encima de la conversación pública, pero que tiene que también llevar a orgullo a nuestro país, y es ese índice de performance medioambiental, si me permiten que lo diga de esta manera en castellano, de la Universidad de Yale, en donde España se sitúa entre los países del mundo que más cerca están en alcanzar ese nuevo paradigma del crecimiento sostenible. De hecho, si nos fijamos en estos últimos años, lo que hemos hecho ha sido desacoplar el crecimiento económico del crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero, y esto tiene una trascendencia enorme desde el punto de vista del presente, pero sobre todo del futuro, no solamente para las generaciones futuras, sino también, lógicamente, para la economía futura de nuestro país.
En la última década nuestra economía ha crecido y ha crecido mucho y nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2, han caído de manera muy considerable.
Y hay una última fortaleza que me gustaría compartir y que no quisiera dejar de pasar por alto en este foro. Y es que España no está sola. Contamos con el apoyo de toda la Unión Europea. Esto no ocurrió en otras crisis, como es, por ejemplo, la crisis financiera del año 2010. No ocurrió. Hoy sí contamos con el apoyo de la Unión Europea.
En los últimos meses hemos recibido más de 31 mil millones de euros. Repito, 31 mil millones de euros de los Fondos Next. Hemos sido capaces de ser el primer país en cumplir con las exigencias para obtener los desembolsos por parte de la Comisión Europea. Antes Benito hacía referencia a Manolo, le conocéis, es el secretario general de la Presidencia en todos los asuntos vinculados con el G20 y asuntos económicos.También el coordinador desde el punto de vista de la relación con la Comisión Europea. Y ya les puedo garantizar que tratar con la Comisión Europea no es un asunto nada fácil.
Bueno, pues son 31 mil millones de euros. Los fondos han llegado ya a más de 100.000 empresas, a casi 6.000 de los 8.000 municipios de nuestro país; 6.000 de los 8.000. Estamos hablando de municipios en gran medida, de pequeño tamaño o de pequeño y mediano tamaño. No estamos pensando solamente en las grandes urbes, que lógicamente también tienen todo el derecho y el deber de percibir esos fondos.
En total se han lanzado, lo saben ustedes, porque aquí se habrá dicho, convocatorias, licitaciones por un importe de 43.060.000.000 de euros, a un ritmo de 2 mil millones de euros al mes. Es decir, hay un trabajo detrás desde el punto de vista de la administración, de la burocracia, de un extraordinario valor, que por eso creo que es importante también reconocer el trabajo de los servidores y servidoras públicas en este aspecto.
Y se han puesto en marcha también 12 proyectos estratégicos que han representado yo creo que, desde el punto de vista de la política pública, un enorme ejercicio de innovación, porque estamos haciendo algo que en muchas ocasiones en estos foros se ha criticado a la política, al servicio público, y es cómo podemos crear esos partenariados entre lo público y lo privado. Bueno, pues yo creo que los proyectos estratégicos que ya estamos diseñando e implementando para reindustrializar España en sectores clave es una buena prueba de esa innovación y de esa nueva forma también de interpretar la política pública.
Y creo que, además, esto es solo el principio. Ahora sabéis, si me permitís que os tutee, que vamos a solicitar a la Comisión Europea esos 94 mil millones de euros adicionales de transferencias, también de préstamos, de los fondos Next previstos en la adenda a nuestro Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Esto es muy importante. Primero, porque damos una señal a la industria, los inversores, de que vamos a continuar con esa agenda de modernización, de que en este contexto energético tan difícil, en este año tan complejo y donde hay aliados comerciales tan importantes como Estados Unidos, que en fin, barre para su casa, si lo podemos llamar de esa manera, con las políticas económicas que está poniendo en marcha, también desde Europa, y en particular desde España, queremos lanzar un mensaje rotundo de compromiso con la industria y con la economía de nuestro continente y de nuestro país.
¿A qué vamos a destinar esos dos recursos? Yo lo sintetizo en dos grandes ámbitos. El primero de ellos, ampliar los proyectos estratégicos, reforzando esto que hemos llamado la autonomía estratégica abierta. Y quiero además subrayar lo de abierta, porque la autonomía estratégica no puede ser una excusa de nuevo para políticas proteccionistas, sino para saber, en fin, no ser naif después de lo que ha ocurrido con la pandemia y ahora también con la guerra, de que tenemos que industrializar Europa, de que Europa también debe contar con la presencia de industrias, de chips, de semiconductores y un largo etcétera que todos y todas conocéis bien.
La autonomía estratégica, por cierto, va a ser el eje central de la Presidencia española de la Unión durante el segundo semestre de este año. Por supuesto, también lo va a ser el pilar social, pero va a ser la autonomía estratégica. Saben ustedes, o sabéis que vamos a tener la oportunidad de presentar además un informe muy importante que está liderando la Oficina de Prospectiva del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, junto con más de 20 organizaciones de distinto signo a nivel europeo. También con muchísimos gobiernos que nos van a aportar el cómo podemos definir y dónde están las debilidades, las vulnerabilidades de Europa para la próxima década y dónde tenemos que construir esa autonomía estratégica para no volver a sufrir lo que sufrimos, por ejemplo, durante los meses más aciagos de la pandemia, donde Europa, no solamente España, no contó con la capacidad para poder fabricar un elemento tan básico, que ahora lo es, como puedan ser las mascarillas.
Por tanto, vamos a ampliar los PERTES, vamos a reforzar con ello la autonomía estratégica y por otro, lo que vamos a hacer es crear nuevos instrumentos de financiación que lo que nos van a permitir es inyectar capital a sectores estratégicos. Y en este sentido, por ejemplo, vamos a crear una línea ICO verde para proporcionar financiación a empresas que inviertan en proyectos de desarrollo sostenible. Vamos a crear también un fondo de inversión sostenible para las comunidades autónomas, dotado con 20 mil millones de euros. Y además, como ha dicho antes la Secretaría de Estado, merece la pena destacar ese nuevo fondo de coinversión del Estado, junto con fondos soberanos o con inversores institucionales extranjeros en proyectos y en empresas españolas estratégicos con un alto potencial de crecimiento.
En fin, como podéis ver, tanto el presente como el futuro inmediato de nuestro país evidentemente está como el resto del mundo, y en particular Europa, en un contexto de una extraordinaria incertidumbre derivada de una guerra que no sabemos aún, por desgracia, cuándo va a poder acabar y cuándo se va a poder abrir un periodo de paz, que es lo que todos deseamos para nuestras sociedades y, sobre todo, también para la sociedad ucraniana.
Siempre he dicho que esta no es una guerra, al menos desde el apoyo de Europa, contra Rusia, ni contra los rusos, sino precisamente contra aquellos que están ahora mismo violentando el orden internacional basado en reglas, que es sin duda alguna fundamental para el desarrollo económico y la prosperidad de nuestras sociedades.
Pero, en fin, con todas esas incertidumbres y ese complejo escenario internacional en el que nos movemos, creo que nuestro país, que España está cargada de fortalezas y de transformaciones que empezamos a ver ya sus frutos, pero que van a ser mucho más prometedoras conforme pase el tiempo.
Unas y otras creo que nacen del esfuerzo de una ciudadanía comprometida y trabajadora, que esa es una de las principales virtudes también de nuestro país. De unas instituciones que son sólidas, que son competentes. Y también de una pléyade de emprendedores, de empresarios, de inversores llenos de talento, de ambición, que luchan todos los días para que este país sea un país más rico y más avanzado.
Y en ese sentido quisiera aprovechar -en fin, no lo hacemos mucho y deberíamos hacerlo más a menudo- quiero aprovechar esta ocasión, este foro, para rendir homenaje precisamente a eso, a los empresarios, a los empresarios, a los emprendedores, a las emprendedoras, en definitiva, a los inversores, inversoras, que hacéis de este país un país un poco mejor cada día con vuestro trabajo.
Quiero terminar esta intervención haciendo alguna otra reflexión que me parece importante, más de coyuntura que, digamos, de estructura.
Hace un par de meses mi gobierno aprobó distintos impuestos, un impuesto temporal sobre los beneficios caídos del cielo a las empresas eléctricas, también a las entidades financieras por un valor de 3 mil millones de euros. Y lo hicimos también desde un convencimiento que me gustaría compartir con todos vosotros. Lo hicimos desde el convencimiento de que en momentos tan extraordinarios como los que estamos viviendo, quienes más tienen deben ayudar para proteger a la sociedad a la que tanto deben y sin la cual ellos mismos no podrían prosperar.
Esa es la misma razón que nos ha llevado a aprobar ya bastantes paquetes de ayuda para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Putin en Ucrania, con un desembolso muy importante para las arcas públicas de una economía como la española. Estamos hablando de un desembolso de 45 mil millones de euros. Es decir, estamos hablando de unos cuantos puntos de nuestro Producto Interior Bruto. Con un firme propósito: el de proteger a nuestras familias, el de también proteger a nuestro tejido empresarial. Estoy pensando en industrias, en las industrias gasintensivas o en el sector de transportes o en el sector primario de nuestro país. En definitiva, apostar y apoyar a las familias, al tejido productivo y también industrial frente a la inflación que aún azota y evidentemente afecta a las cuentas de resultados de nuestras empresas y también de nuestras familias.
Y al mismo tiempo hemos seguido creando partenariado público-privados, ecosistemas, que es ahora como se llama, de innovación, en un marco regulatorio que fomenta la actividad empresarial y la atracción de talento.
Hemos aprobado -aquí se ha dicho- leyes como la nueva Ley Concursal, que espero también pueda dar alguna respuesta a aquello que ha dicho antes Benito sobre la las dificultades que tienen las empresas para constituirse o también para poder disolverse. Que se permitan la segunda oportunidad a los emprendedores, que siempre alguna de las principales demandas que se ha dicho a la política que tiene que resolver. La Ley de Startups, a la cual antes hacía referencia también Xiana, me parece muy importante porque nos sitúa a la vanguardia de todo lo que representa esta nueva industria vinculada con las tecnologías de la información y de la comunicación. Leyes como la que decía antes de la Formación Profesional, pero también la Ley de la Ciencia o la Ley de las Universidades, que concretan nuestra apuesta, en primer lugar, por la formación del talento que tiene a raudales nuestro país, pero también una apuesta estratégica por la innovación. La Ley de Creación y Crecimiento de las empresas, que facilita de varias maneras la fundación y el crecimiento empresarial, como aquí ya se ha dicho.
En definitiva, lo que quiero decir con esto es que no por nada España figura en el top diez de las mejores o de los mejores países europeos para hacer negocios en la mayoría de rankings internacionales, y es considerado por la OCDE el 10º país del mundo con una regulación más propicia para la inversión extranjera.
Todas estas reformas, la rapidez en el despliegue de los fondos europeos con el diseño de los proyectos estratégicos. Ya sé que muchos de vosotros, y lo decís con razón, nos pedís que tenemos que aligerar mucho las cargas y evidentemente también mejorar la ejecución de los fondos europeos. Lo estamos haciendo en la medida de nuestras posibilidades. Estamos también pidiendo a las instituciones comunitarias que nos aligeren todas esas cargas para que podamos continuar desplegando en este año, precisamente de tantas dificultades y tanta incertidumbre, todos estos proyectos. Y creo además que es un sentimiento común, mayoritario en el Consejo Europeo, que también ha calado y ha impregnado a la Comisión Europea.
Hay algunos asuntos importantes que se van a tratar en los Consejos Europeos de los próximos meses, en particular a principios de este mes de febrero, cuando hablemos de las ayudas de Estado y hablemos de otras cuestiones que creo que pueden ser buenas para la defensa de la industria en un momento tan difícil como el que está atravesando Europa y también, lógicamente, España.
Pero en todo caso, lo que quiero decir con esto es que todas estas reformas, también el despliegue de los fondos europeos, nuestra acción e influencia en Europa, donde creo que estamos y es justo reconocerlo, llevando la batuta en debates muy importantes, como es, por ejemplo, el de la autonomía energética del continente europeo, con no solamente la intervención del mercado eléctrico, sino también con la transformación del mismo, la modernización a una realidad energética muy distinta a la de hace ya más de dos décadas.
En definitiva, lo que quiero decir es que todo esto obedece a una hoja de ruta clara del Gobierno de España, con unas prioridades bien definidas y con un calendario ambicioso. Y creo que los resultados, con todas las dificultades, insisto, ya se están viendo. Los inversores, los analistas, se dan cuenta, confían en nuestro país. Ayer mismo el prestigioso diario Financial Times señalaba cómo España alcanzó en 2022 el máximo histórico en inversión extranjera directa con más de 32.800 millones hasta noviembre, con un aumento, por tanto, de casi el 24%, en concreto el 23,9% respecto al año anterior.
En fin, son cifras creo que importantes, que además se producen en un contexto de un año en el que estábamos saliendo de la pandemia en medio de una terrible guerra y con una gran crisis energética en Europa.
Es verdad que el año 2023 no va a ser un buen año para la economía mundial. Ustedes, vosotros y vosotras lo sabéis. La mayoría de los organismos internacionales creen que los próximos 12 meses evidentemente van a estar marcados por la incertidumbre, por todavía una elevada inflación, por un estancamiento de muchas de las grandes economías. Pero también hay que decirlo, los mismos organismos, tanto nacionales como internacionales, piensan que este país, que España va a ser uno de los países occidentales que mejor navegue este periodo de incertidumbre y de desaceleración económica y pronostican que va a seguir transitando por esa senda de convergencia y de progreso por la que hemos venido avanzando durante estos últimos 30 años.
En definitiva, lo que vienen a decir esos organismos es que España es un país con bases robustas y con un inmenso potencial para navegar estas aguas tan difíciles que nos ha tocado navegar. Dos cosas que yo creo que le convierten a este país, a día de hoy, en uno de los mejores lugares del mundo para hacer negocios y por lo tanto para invertir.
Pero, en fin, esto que digo ustedes ya lo saben; si no, no estarían aquí. Así que yo, como presidente del Gobierno, les doy las gracias por su confianza y por su dinamismo. Sigan apostando por España, porque España estará a la altura.
Gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)