Intervención del presidente del Gobierno, clausura de la VIII edición de los premios CEPYME 2021. Auditorio Banco de Santander

25.4.2022

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Madrid

DECLARACIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Presidente de CEOE. Presidente de CEPYME. Vicepresidenta. Representantes sindicales y asociados de CEPYME.

Antes precisamente de empezar este acto, recordaba una imagen que tuve con Lorenzo, precisamente en una asamblea general de Attac que celebramos en marzo de 2020. Fue justo cinco o seis días antes de que aprobaran el primer decreto del estado de alarma para hacer frente a la pandemia. Entonces no nos podíamos imaginar, aunque empezábamos a escuchar ya entonces la emergencia de este nuevo virus, covid19, que tantas vidas ha segado, que tantas empresas ha cerrado y que lógicamente tanto dolor ha causado.

En todo caso, dos años después, más de 700 días después, el ver este aforo con muchas personas sin mascarilla, demuestra que, pese al sufrimiento que hemos atravesado y frente a las incertidumbres que también hemos abordado, el instinto de superación al cual se ha hecho referencia en distintas intervenciones, también gracias a los testimonios de los premiados y premiadas, y también el de sumar puntos, como han hecho los agentes sociales a lo largo de estos meses tan difíciles de pandemia, demuestran que podemos hacer frente a todas las adversidades si sumamos y precisamente nos unimos ante un enemigo común. Se llame virus covid 19 o se llame ahora mismo pues una situación tan lamentable, tan difícil y tan poco acorde con el siglo XXI, con la España y con la Europa de 2022, que es sufrir una guerra como estamos sufriendo a las puertas de Europa.

Y me gusta además, tengo que decirlo antes de empezar mi intervención, me gusta además que estos Premios CEPYME lleven el corazón y bandera de Ucrania porque en definitiva, como bien decía antes el presidente de la CEOE, lo que nos estamos jugando precisamente en Ucrania, no es solamente, no es únicamente una disputa entre dos países vecinos y en consecuencia un intento imperialista absolutamente pre político, nada como he dicho antes, contemporáneo con él, con la Europa del siglo XXI. Nos estamos jugando no solamente la autonomía, la independencia, la soberanía nacional de un país que quiere ser europeo, que aspira a ser europeo como es Ucrania, sino que nos estamos jugando en buena medida la fortaleza de un proyecto al cual Putin ve y percibe como un peligro, que es un proyecto político fundamentado en el Estado social y democrático de derecho, en la libertad, en el respeto a los derechos humanos, en el respeto a la legalidad internacional, también a la legalidad nacional y, en consecuencia, a todo aquello que nosotros representamos.

Digo esto porque me gusta que en una asamblea, en una entrega de premios como la que se está celebrando hoy aquí en Madrid, de CEPYME, tengáis a bien recordar y reconocer esa solidaridad con el pueblo ucraniano. Demuestra que, efectivamente, las pequeñas y medianas empresas sabéis bien de la interdependencia económica, de la interdependencia ahora mismo del mundo y que, por lo tanto, todas aquellas cuestiones que están pasando, sufriendo, sociedades como la ucraniana, pues evidentemente nos afectan.

Y nos afectan no solamente desde el punto de vista político, institucional, también civil y económico, porque en definitiva, como bien decía antes el presidente de la CEPYME, Gerardo, estamos hablando de la defensa de un modelo que es el de la economía social y de mercado, de la seguridad jurídica y, en definitiva, de todo aquello que permite, no solamente crear, sino también consolidar, crecer y desarrollar a nuestra economía y a nuestras empresas.

Por eso quiero, en mi primera parte de esta intervención, reconocer el acierto de ese corazón con esa bandera ucraniana y si me permiten, pues aprovechar también lógicamente, este espacio para trasladar de nuevo, una vez más, la solidaridad del conjunto de la sociedad española al pueblo ucraniano.

Señoras y señores, bueno, tenía aquí… Es curioso que yo tengo sangre murciana. Mi abuelo materno nació en Murcia y cuando tuve ocasión de conocer quién era el empresario premiado como mejor pyme del año, pues recordaba esos orígenes y recordaba precisamente cuando preparaba estas notas, que hace más de un siglo, a las afueras de la ciudad de Yecla, había multitud de fraguas, me contaba mi abuelo. Concretamente fraguas agrícolas dedicadas al apero. Y los fraguadores o los fragüeros, como se dice en Murcia, pues forjaban las rejas para el arado romano, la esteva, la cama, el pescuño. Trabajaban con el yunque, con la chimenea, con la hulla que mantenía el fuego, y hacían también las llantas de las ruedas de los carros que luego surcarían las tierras. Y este oficio, que en la Edad Media consideraban mágico, pues fue pasando, como sabemos y me recordaba mi abuelo, de padres a hijos.

Y uno de aquellos fragüeros de Yecla se llamaba David. Desde 1915 hasta hoy han cambiado muchas cosas, sin duda alguna para bien. Pero detrás de Industrias David, la empresa premiada como pyme del año por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa, se esconde la historia de nuestro país.

Creo que ha sido Antonio el que lo ha dicho en su intervención al final. Hablar de la pequeña y mediana empresa en nuestro país es hablar también de la historia de nuestro país. De la historia de sus empresarios, empresarias, de sus trabajadores y también de sus trabajadoras.

Se repite en muchas ocasiones, pero sin las pequeñas y medianas empresas, España se pararía en seco. Lo sabemos bien, sobre todo después de haber atravesado una pandemia como atravesamos durante estos dos años. Decir el 99,8% del total de empresas es decir, casi todo. Casi todo.

España es fundamentalmente un país de pequeñas y medianas empresas. Y son las pequeñas y medianas empresas las que conforman nuestro tejido económico y las que riegan nuestro flujo laboral y de mercado. Son, en definitiva, los verdaderos motores del desarrollo de nuestro país. Porque además de crear empleo, empujan el crecimiento económico y, en consecuencia, el desarrollo social.

Las pequeñas y medianas empresas están haciendo de España y también están contando nuestra historia, nuestra mejor historia. Si España responde, es en buena medida gracias a las pequeñas y medianas empresas. Por eso, tras cada una de ellas hay una imagen que nos retrata. Cuando decimos, por tanto, que España ha sufrido un tremendo golpe económico debido a la pandemia, como he dicho al principio de mi intervención, queremos decir que las pequeñas y medianas empresas españolas sufrieron un tremendo golpe derivado de la pandemia. Y cuando empezamos a ver cómo nuestro tejido económico empresarial se reactivaba y cómo nuestro país se levantaba de nuevo hasta alcanzar unas cifras de empleo incluso mejores que las que teníamos antes de la pandemia en marzo de 2020, lo que veíamos era precisamente eso, que las pequeñas y medianas empresas, que los trabajadores y trabajadoras autónomos, las micro pymes de nuestro país, se reactivaban se levantaban haciendo de nuevo fluir la economía, el empleo y el funcionamiento de nuestra sociedad.

Como todos sabemos, señoras y señores, Europa y por tanto España, han recibido un nuevo golpe. Los efectos económicos derivados de este contexto económico tan inédito para la Europa del siglo XXI como es la guerra en Ucrania, han alterado el escenario completamente. Los costes energéticos, se ha dicho aquí por parte del presidente de CEPYME, se han disparado. Ucrania y Rusia, además, como todos saben, y precisamente hoy que estamos celebrando este premio a la mejor empresa mediana y pequeña de nuestro país, y además su presidente ha hecho un canto al campo, se sabe bien que Rusia y Ucrania, como he dicho antes, son grandes productores de reservas estratégicas claves para la transición verde y la transición digital. Lo más preocupante es que no se sabe con certeza cuánto va a durar esta situación y por tanto, nos enfrentamos, como hemos dicho antes, a un escenario de una absoluta incertidumbre, una total incertidumbre.

Hace apenas una semana, el Fondo Monetario Internacional estimaba que las economías avanzadas crecerían este año, en 2022, un 3,3%, es decir, un punto porcentual menos que el pronóstico que teníamos el año pasado, en otoño del año pasado. Y que la inflación que soportaríamos sería del 5,7%, o sea, 3,4 puntos porcentuales más.

Pero lo cierto, y es lo que quisiera también compartir con ustedes, es que el choque de oferta que supone la crisis de Ucrania, como cualquier impacto económico que suframos, no se distribuye por igual en las economías avanzadas.

Nuestro país, por ejemplo, se vio tremendamente afectado, como sabemos bien, por la pandemia del covi-19. Dado que el turismo, por ejemplo, la movilidad también, que son dos de los activos fundamentales de nuestra economía, se vieron evidentemente afectados por ese parón y por esa pandemia.

Y esto es justo lo contrario de lo que pueda estar ocurriendo ahora mismo en el escenario de guerra. Digo esto, por supuesto, con absoluta cautela, pero lo cierto es que así lo anuncian las nuevas previsiones del Fondo Monetario Internacional. Es decir, el efecto de la guerra es negativo en la economía mundial. Pero hay elementos en el desempeño económico de nuestro país que se han comportado de una manera, yo diría, especialmente positiva y que han estado por encima de las expectativas.

Por ejemplo, las previsiones macroeconómicas para este año apuntan a un crecimiento robusto. Insisto con la cautela, evidentemente, pero lo cierto es que así lo anunció el Fondo Monetario Internacional durante la semana pasada. Según este organismo, España va a crecer este año al 4,8%, la segunda tasa más alta de crecimiento de la Eurozona, solamente superada por la economía irlandesa.

En segundo lugar, está el buen comportamiento del empleo, que se ha mantenido hasta hoy. La semana pasada supimos, por ejemplo, que la afiliación a la Seguridad Social ha alcanzado los 20 millones de trabajadores y trabajadoras por primera vez en su historia. Y desde enero, además, la afiliación crece a tasas interanuales que superan el 4% y se están acercando además al 5%, según los últimos datos disponibles por parte del Gobierno de España.

Es decir, el ritmo de crecimiento del empleo es sólido. Y además a las cifras de crecimiento de empleo tenemos que añadir un importantísimo efecto cualitativo que tiene mucho que ver con esa reforma laboral que fue acordada entre agentes sociales, sindicatos, empresarios y también el Gobierno de España, y es la contratación indefinida que va ganando cada día más peso.

En marzo, simplemente, por poner esta cifra encima de la mesa, se firmaron más de 510.000 contratos indefinidos. Es decir, estamos hablando de un 30,7%. Para que nos hagamos una idea, en los años entre 2014 y 2019, el promedio era de un 9%. Hoy es de un 30,7%.

En fin, la reforma laboral lo que ha hecho ha sido, en definitiva, triplicar el número de contratos indefinidos en sus primeros meses. Y esto yo creo que es un triunfo del conjunto de la sociedad española, basado en el acuerdo por el Gobierno de España y los agentes sociales.

En tercer lugar, las previsiones sobre la campaña turística de este año apuntan por fin, y digo por fin, a una recuperación definitiva de la actividad turística que registramos antes de la pandemia.

Esta Semana Santa, por ejemplo, la ocupación hotelera ha sido del 85%. Y más importante aún, tras la recuperación del turismo nacional, las estimaciones indican que en abril podríamos haber alcanzado el 80% de los niveles de turismo internacional que teníamos previos a la pandemia. Esto yo creo que también es una extraordinaria noticia para nuestro país.

Y en cuarto lugar, está la ejecución de los fondos europeos, para recoger el guante también de Gerardo y de Antonio.

De abril a junio vamos a ejecutar convocatorias por valor de más de 11.000 millones de euros. Y a lo largo de estos nueve meses, desde la aprobación del Plan, la Administración Pública lleva autorizados más de 3.000 millones de euros, de los cuales hay más de 13.000 que han sido pagados. He dicho 3.000 millones de euros, pero son 30.000 millones de euros.

En definitiva, el Gobierno trabaja para que, a pesar del contexto adverso que estamos sufriendo con una extraordinaria incertidumbre, España aborde esta coyuntura económica con importantes bazas favorables.

Las características de nuestra economía, con un peso evidente del sector turístico, hizo que la crisis de la pandemia nos impactara mucho más que a otros países, y en cambio enfrentamos esta nueva prueba en condiciones, creo que menos adversas que otros países. Y la vamos a superar, estoy convencido, mucho mejor si respondemos unidos.

Y debemos también, señoras y señores, mantener y preservar estos elementos, llegando entre todos a acuerdos lo más amplios posibles.

La experiencia, por ejemplo, con la reforma laboral, pero también con la reforma de las pensiones, con los más de diez acuerdos que hemos alcanzado con los agentes sociales a lo largo de esta pandemia, que se ha traducido en extensiones, en prórrogas de ERTE, y también de créditos ICO, es, yo creo, que el mejor de los ejemplos.

Sin duda, el aspecto más negativo de la coyuntura actual se refiere al aumento de la inflación, que ha comentado antes Gerardo y, también, Antonio.

Es evidente que la subida de los precios que estamos sufriendo en buena medida se justifica por el alza del precio de la energía. En un 70%, nos dice el Ministerio de Economía. Una escalada de los precios energéticos provocada en buena medida por la guerra injusta, injustificada, del presidente Putin.

A través, creo que del plan de emergencia de respuesta al conflicto, el Gobierno ha actuado de manera contundente, con medidas, yo diría que rigurosas, bien diseñadas y dirigidas a amortiguar sus efectos en los sectores más afectados. Como son los transportistas, como es la Agricultura, como es la Industria, pero también las familias y las pequeñas y medianas empresas de nuestro país.

Entre otras medidas, precisamente, hemos bajado impuestos. Es verdad que hemos hecho una bajada de impuestos selectiva. Bajando impuestos, por ejemplo, a la electricidad, bonificando con 0,20 € por litro el coste de los carburantes y en total vamos a destinar, en tan sólo tres meses, 6.000 millones de euros a este plan de respuesta al conflicto. Más los 10.000 millones de euros que, lógicamente, vamos a activar a través de los créditos ICO.

El Gobierno, no les quepa duda, ha escuchado a los sectores afectados, a los grupos parlamentarios, al resto de administraciones públicas, también a los agentes sociales. Y esperamos que esta semana, que se va a votar, precisamente, en el Parlamento la convalidación de este real decreto ley tan importante para nuestro país, podamos lograr el mayor de los acuerdos posibles. Porque ese mayor acuerdo posible será también un ejemplo de unidad tan importante, en este momento de tanta incertidumbre y tanta zozobra en muchísimos ciudadanos, que han visto cómo se ha superpuesto a la crisis de la pandemia una crisis también muy relevante, como es la guerra de Ucrania. Y también sus efectos económicos y sociales en nuestro país y en nuestro continente.

El Gobierno, no les quepa duda, como he dicho antes, ha trabajado con ahínco en España, ha trabajado también con determinación en Europa. Esa fue la razón por la que hemos conseguido esa excepcionalidad del mercado energético europeo, o mejor dicho, ibérico. Y su reconocimiento, el de Portugal y de España, como isla energética que es.

Esa es la vía que nos tiene que permitir rebajar el precio mayorista de la electricidad, lo que tendrá también un impacto directo sobre el IPC y, por tanto, también sobre la factura de la luz de millones de hogares en nuestro país.

Quisiera también decir algo de lo que ha comentado Gerardo. Porque desde hace ya más de tres años el Gobierno de España viene trabajando en una agenda de medio y largo plazo para modernizar nuestra economía, para transformarla y también para hacerla más competitiva.

Si nos fijamos y hacemos un ejercicio sólo de lo que ha ocurrido después de la crisis financiera de 2008, prácticamente el Gobierno de España, en las administraciones generales del Estado, como consecuencia de políticas que hoy se han descubierto equivocadas, como fue la política de la austeridad, de los recortes masivos y la devaluación también salarial, y la devaluación de las condiciones laborales, impidió a los gobiernos europeos y también al Gobierno de España el poder invertir desde el punto de vista público. Y la inversión desde el punto de vista público, apalanca inversión privada.

Hoy, afortunadamente, gracias a los fondos europeos y ese gran acuerdo que alcanzamos todos los Estados miembros, tenemos esos recursos. Y esos recursos lo que tienen que hacer es apalancar inversión privada. Pero tenemos los recursos para poder hacer esa inversión pública que nos permita modernizar nuestra economía.

Me gustaría recordar algunos de los mecanismos que hemos ya activado para impulsar y apoyar las pequeñas y medianas empresas de nuestro país.

En primer lugar, nuestro Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, un plan de casi 70.000 millones de euros durante los próximos años, que supone el mayor esfuerzo inversor, reformista, desde que España entró en la extinta Comunidad Económica Europea

Un 40% de las actuaciones van a ir dirigidas a la transición verde, 28.000 millones de euros, y un 28% va a ir dirigido también a la transformación digital, 19.600 millones de euros.

El diseño del plan ha tenido desde su inicio una clara prioridad que me gustaría compartir con todos ustedes. Y es que los fondos deben llegar a todo el tejido empresarial. Y cuando digo todo, si recuerdo ese el 99,8%, que es casi todo, querido Gerardo, significa también que tiene que llegar a las pequeñas y medianas empresas. Y ha sido imprescindible, en consecuencia, diseñar instrumentos específicos para sus empresas.

Precisamente, precisamente se ha dedicado un componente específico dentro del plan de recuperación, transformación y resiliencia para las pequeñas y medianas empresas.

Dotado con 4.898, 4.894 millones de euros, quiero ser exacto, incluyendo tanto reformas como inversiones.

Pero favorecer a las pymes es un criterio transversal al plan, y esto me gustaría también subrayarlo. Pongo varios ejemplos, uno específico: En el programa MOVES y MOVES Flotas se recogen medidas orientadas a la movilidad eléctrica para pymes con umbrales de apoyo superiores al resto de empresas. Vamos a apoyar, por ejemplo, las pymes con hasta 5.000 € por vehículo para la renovación de su flota. También habrá ayudas de hasta el 65% del coste subvencionable para el despliegue del autoconsumo, del almacenamiento energético.

Y debemos, por tanto, apostar decididamente por un futuro que nos aleje de los vaivenes económicos que provoca la dependencia energética.

Otro criterio transversal es el que afecta a los llamados PERTES. El acrónimo es el de los proyectos estratégicos de recuperación, transformación, que deben incorporar entre sus políticas tractoras a las pequeñas y medianas empresas como protagonistas. Porque estos PERTES precisamente lo que quieren es apostar por toda la cadena de valor.

Esto se ve reflejado, por ejemplo, en las bases para uno de los PERTES, yo diría más paradigmáticos, que hemos puesto en marcha, que nos ha costado muchísimo trabajar también con las instituciones comunitarias, como es el proyecto estratégico vinculado con el vehículo eléctrico y conectado. Cuya convocatoria se publicó el pasado 18 de marzo. Pues bien, se establece en ese PERTE y en esas convocatorias, que para cada producto tractor, al menos el 30% del porcentaje de ayuda total concedida deberá beneficiar a las pequeñas y medianas empresas.

Y no puedo tampoco dejar de señalar la importancia de las actuaciones encaminadas al desarrollo y al refuerzo de la formación profesional. Esto es algo que ha comentado Gerardo y que agradezco además que subrayo y también Antonio, porque estas van a tener un impacto muy positivo en el futuro desempeño de las pequeñas y medianas empresas en nuestro país. Para su adaptación a la transición ecológica, la transformación digital. Con una clara apuesta por la formación técnica de nuestros estudiantes. Porque necesitamos profesionales, como bien se ha dicho aquí, que cubran la demanda de empleo de las empresas reales, de la economía real.

No hay un cambio de calado que se haya quedado al margen del plan de recuperación. Aquí se ha dicho intentamos que la transformación sea profunda y total. Un ejemplo claro es el del programa Kit Digital, dirigido especialmente a la digitalización de las pequeñas y medianas empresas españolas, que cuenta con un apoyo de inversión pública importante de 3 mil millones de euros. En sólo algo más de un mes desde que se abrió la convocatoria hemos recibido más de 51.000 solicitudes, de las que 12.000 solicitudes ya están resueltas. Es decir, hay un trabajo administrativo también por parte de los servidores públicos, muy relevante gracias a que estamos aplicando un procedimiento robotizado de solicitud también y concesión luego que se está permitiendo, digamos, destapar como un proceso que es ágil y que también es francamente rápido.

Nuestro compromiso es el de fortalecer el tejido pyme para que como motor económico de nuestro país, pueda hacer frente a los múltiples retos que tenéis que abordar.

Y no lo hacemos solo con los fondos públicos, que también, sino que lo hacemos también con un marco regulatorio que queramos que sea lo más estable y lo más eficiente posible.

Mencionaré brevemente tres reformas que van a ver la luz próximamente ante las Cortes Generales, también en el Consejo de Ministros, y que creo que van a tener un calado profundo de transformación para el tejido empresarial de nuestro país y también para el crecimiento económico. Uno ya lo ha subrayado antes Gerardo, y es el proyecto de la ley Crea y Crece, cuyo objetivo, en definitiva, es el de facilitar su expansión, la creación, la expansión, el crecimiento y la mejora del clima de negocio en todo el territorio nacional.

Esta ley lo que va a hacer es reducir el coste, va a simplificar los trámites para la creación de una empresa y también va a incorporar importantes medidas relativas a la morosidad empresarial.

En segundo lugar, como saben ustedes, estamos en el proceso de reforma de la Ley Concursal, que lo que va a hacer es precisamente facilitar los planes de reestructuración que ayudarán a que las empresas deudoras viables dispongan de un instrumento eficaz para evitar la insolvencia o salir de ella con un procedimiento especial para las micro empresas.

Y en tercer lugar, una nueva ley, que es la ley startups, que reconociendo lógicamente las singularidades propias de este tipo de empresas, va a convertir a nuestro país en una nación emprendedora.

Esta ley lo que va a hacer es ofrecer ventajas a nuestros emprendedores, a nuestras emprendedoras, que va a abarcar desde beneficios fiscales hasta la adaptación de la normativa extranjera a la atracción de nómadas digitales.

En definitiva, señoras y señores, hemos atravesado, estamos atravesando todos, todas, años difíciles, complejos. Creo que podemos sentirnos orgullosos por haber logrado resistir como país. Y ahora enfrentamos una nueva prueba, pero contamos con armas poderosas para superarla, porque estamos creando un entorno que creo que va a poder permitir aumentar la productividad, atraer el talento y también crear empleo de calidad gracias a la creación y la consolidación de empresas.

Termino querido Gerardo, querido Antonio, invocando el espíritu de acuerdo al que hacía referencia en vuestra intervención y a la confianza en las posibilidades de nuestras empresas y en consecuencia, de nuestras gentes.

Y precisamente aquí tenemos hoy a Toni Nadal, que nos ha acompañado desde el principio de esta ceremonia, que ha acompañado, en especial desde el principio de su carrera, a Rafa Nadal, uno de los mejores deportistas de nuestra historia. Un emblema, en definitiva, para nuestro país. Su éxito, su resiliencia, su enorme capacidad de trabajo, su talento también descomunal, creo que son la inspiración perfecta para todos y para todas. Y para que nos dediquemos a lo que nos dediquemos, tomemos ejemplo de Rafa Nadal. Rafa Nadal es un faro para nosotros dentro y fuera de España y creo que simbolizan la perfección lo que representan estos premios que habéis entregado.

Estamos creando juntos la España del futuro. La estamos fraguando con ese yunque a veces duro, que nos toca vivir por las circunstancias históricas que nos ha tocado vivir. Las estamos construyendo a pesar de las adversidades, a pesar de las dificultades y sin olvidarnos de que en cada pequeña empresa, como decía antes Antonio, en su intervención, de que cada pequeña empresa que se crea hoy, pues nace y se guarda la memoria de nuestra historia, de la historia precisamente, que invocaba al principio de una tierra que no me es ajena como es Murcia y a la cual también, lógicamente, quiero dar la enhorabuena por tener a empresarios tan de vanguardia como los que hoy precisamente han sido celebrados.

Una cosa que me ha llamado mucho, muchísimo la atención, Gerardo, en la presentación, no solamente de los premiados, sino también de aquellos que han sido nominados, pero no premiados es la diversidad territorial. Hay una hay un gran espíritu emprendedor en todos y cada uno de los territorios de nuestro país. Desde Andalucía, desde el sur, hasta el norte. Y creo que esa es la principal fortaleza que tiene nuestro país. A su pequeño, mediano empresario, a sus trabajadores y trabajadoras. Y creo que esto que hemos abonado durante estos más de dos años de legislatura, de pandemia y ahora también con la guerra de Ucrania, que representa el diálogo social, las reformas acordadas, no las Contrarreforma, sino las reformas acordadas entre los agentes sociales, el Gobierno de España y, en consecuencia, también su traslación a las Cortes Generales. Es el camino que nos va a permitir, como tú bien decías en tu intervención, ganar el futuro.

Así que enhorabuena a los premiados. Enhorabuena también a los nominados y os deseo a CEPYME a CEOE, todos los mayores éxitos, porque vuestros éxitos son los éxitos de nuestro país.

Gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)