Madrid
DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Muchas gracias, Sandra. Gracias, Paco. Querido Alejandro, el presidente del Comité Olímpico Español; ministro de Cultura y Deporte; ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; presidente del Consejo Superior de Deportes; deportistas, presidentes también y presidentes de federaciones que estáis aquí presentes,
Para mí es un auténtico honor poder participar en este homenaje a un grupo de personas especialmente queridas para toda nuestra sociedad, para todo nuestro país, con todo merecimiento además. Hombres y mujeres que con vuestro esfuerzo y con vuestro ejemplo, vuestra inspiración, a fin de cuentas, nos hacéis mejores como país.
Esta lista de premiados une leyendas con revelaciones, como bien ha recordado antes, el presidente del COE. Reconoce largas trayectorias, pero también actuaciones inolvidables de este último año.
Y nos recuerda algo muy importante: que el espíritu de superación del olimpismo debe ir siempre acompañado por la defensa de los valores fundamentales del deporte. Todos los distinguidos y distinguidas esta noche, personas, instituciones, representáis la mejor cara del deporte español y eso me parece que es una gran responsabilidad, porque siempre he creído que el deporte, además de una escuela de vida, es también un elemento fundamental de desarrollo, de cohesión social y de identidad nacional.
Por eso quisiera reiterar mi empeño personal, y también el del Gobierno, por reconocer esa trascendencia y convertir al deporte en lo que debe ser: una auténtica política de Estado. Algo que no solo se consigue con palabras como los propios logros deportivos, también aquí hace falta voluntad, trabajo y ambición. Primero, creo que como representa esta nueva ley del Deporte, que mañana mismo va a abordar su trámite final en las Cortes Generales, en el Congreso de los Diputados.
Una ley que si hace algo es reconocer la actividad física y el deporte como un derecho fundamental de la ciudadanía y que responde de forma efectiva y decidida a las demandas del sector, porque la anterior ley, de 1990, había quedado claramente obsoleta.
El mundo, en fin, ha cambiado profundamente en estas tres décadas y el deporte, en consecuencia, no ha sido ajeno a ese cambio. Por eso la nueva Ley del Deporte nace para impulsar un deporte mucho más desarrollado a todos los niveles. Que hable el lenguaje de nuestro tiempo, un deporte asentado en la transición ecológica, en los valores que nos comprometen con el desarrollo sostenible de nuestro planeta, con la innovación digital y a las necesidades formativas y vitales de los profesionales del deporte.
Y un deporte también consciente de su dimensión social, impulsor de la igualdad, de la inclusión, de la cohesión territorial y la cohesión social y un enemigo declarado de cualquier forma de discriminación. Junto con la Ley del Deporte creo que es importante subrayar que vamos a acompañarla con recursos, que yo calificaría de excepcionales a la altura de los objetivos que nos hemos marcado conjuntamente.
A mi llegada al Gobierno me comprometí y creo que además, presidente del COE, lo dije el 2019, antes de la pandemia, me comprometí aquí también en esta causa del deporte, a que la inversión en el deporte creciera hasta los 1.000.000.000 de euros a lo largo de esta legislatura.
Hoy los Presupuestos Generales del Estado que aprobamos ayer en el Senado van a dedicar al deporte la partida más cuantiosa de su historia. En concreto, 375 millones de euros. De esa manera vamos no sólo a llegar a esos 1.000.000.000 de euros, sino que vamos a alcanzar los casi 1.100.000.000 de euros de recursos financieros para el deporte español a lo largo de estos últimos cuatro años.
Con esta nueva ley, con el volumen histórico de recursos presupuestarios que estamos destinando también en los presupuestos del próximo año, aspiramos a que nuestro país, a que España, sea cada vez más una referencia para otros países, también en términos de impulso al deporte, de respeto, de apoyo y de protección a los deportistas.
El deporte, cómo no, también tiene una poderosa dimensión económica. Es un motor de creación de empleo estable, también sostenible. Es un activo de valor incalculable para la promoción internacional de nuestro país.
Esto es una evidencia, y por eso y lo digo y lo digo además con orgullo, somos el único país de Europa que ha incluido el deporte como una de las palancas de los fondos europeos, lo que llamamos en el ámbito más político y técnico, el Plan Nacional de Recuperación, el mecanismo de recuperación, transformación y resiliencia.
Se trata, en definitiva, y es lo que quisiera compartir con todos ustedes, de una apuesta de país por el deporte español. Una apuesta que esté a la altura del éxito de vuestras trayectorias, a las que esta noche estamos rindiendo merecido tributo de reconocimiento. No solo reconocemos vuestros éxitos en competición, sino especialmente la forma de conseguirlos.
Como amante del deporte, siempre he creído que la dignidad de una sociedad se puede medir por la dignidad que demuestran sus deportistas en competición, algo especialmente relevante en el caso del deporte olímpico.
Y en ese sentido, España creo que no tiene, no podría tener, una mejor representación. Por eso creo que es tan importante que a cambio seamos un país que sepa tratar con dignidad a sus deportistas, no solo en los momentos de éxito que los habéis tenido y además tendréis muchos más, sino también cuando aparecen lesiones, cuando los resultados no son los esperados o cuando llega el final de vuestras carreras profesionales.
En un acto como el de hoy, en el que honramos a nuestro deporte, al deporte español, quiero apelar a los valores universales que descansan en la bandera olímpica, para mencionar a dos deportistas que no son españoles. La primera de ellos es el de Elnaz Rekabi, escaladora iraní que ha sido castigada simplemente por atreverse a competir sin esconder el pelo. El segundo es el de Amir Naser Azadani, futbolista condenado a muerte por apoyar los derechos de las mujeres en su país. Con la voz del deporte universal, lo que tenemos que hacer es reivindicar con un aplauso el ejemplo y la inspiración de estas dos magníficas personas.
Y quisiera también invocar el recuerdo de Ucrania, una nación amante del deporte, hoy devastada por una guerra absurda, cruel, y a los propios deportistas rusos que ven truncadas sus carreras por culpa de un líder que les condena al aislamiento y a la represión.
Hemos visto muchas veces cómo las dictaduras intentan utilizar el deporte, siempre con lamentables consecuencias. Pero también hemos visto cómo el deporte doblegaba a la opresión, superando barreras y acercando a los pueblos.
Y ese es el compromiso que hoy más que nunca, debemos renovar, porque el deporte es motor de cambio. Es, sin duda alguna, una palanca de progreso. Es ejemplo, es lección para muchos aspectos de la vida. Pero, sobre todo, es una pasión compartida por millones de seres humanos en todos y cada uno de los continentes del planeta. Un motivo de placer, de alegría, de diversión, en un mundo tan necesitado de sentimientos positivos.
Por eso quiero dar las gracias por las emociones que nos habéis dado este año, a lo largo de vuestras carreras; las que sentimos con Carlos Alcaraz en Nueva York, con el baloncesto masculino en el Eurobasket -allí estuve en Berlín con Jorge y disfrutando de la magnífica y la maravillosa selección española de baloncesto-, con el waterpolo femenino en el Europeo de Split o con la segunda bota de oro de Alexia Putellas.
Quiero terminar, señoras y señores, deseando suerte a quienes estáis en camino a París 2024. Sabemos que es una ruta llena de dificultades. Algunos de vosotros y vosotras me lo habéis dicho a lo largo de estos últimos meses y estos últimos años.
Siempre recordaré vuestro testimonio, también todos los vídeos que colgabais en las redes sociales en los momentos más duros del confinamiento. Cómo os entrenabais precisamente para no fallar a las citas olímpicas.
Pero tenemos una fe absoluta en vuestras capacidades y en vuestras posibilidades. Y no olvidéis que os acompañan un país, una nación, una sociedad entera, que reconoce lo que hacéis, que os respeta y que os admira, y que quiere daros todo el apoyo necesario para que logréis vuestros objetivos, que son nuestros objetivos.
Porque vuestro éxito, el éxito del deporte español, será siempre una parte fundamental del éxito como país que tenga España.
Muchísimas gracias. Felices fiestas y feliz 2023.