Alicante
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ
Buenas tardes y gracias a los medios de comunicación por atender esta comparecencia.
Como bien ha comentado la periodista, enhorabuena al primer ministro de Croacia por el extraordinario resultado ante una selección no menor como es Brasil.
En fin, es para mí un honor y para España recibir en esta novena Cumbre del MED-9 a los líderes de los países mediterráneos de la Unión Europea, y hacerlo además a mi espalda con la orilla del mar Mediterráneo en Alicante, que es un lugar que nos une y da sentido a este encuentro.
La última Cumbre tuvo lugar en Atenas en septiembre del año pasado.
Aquel fue un encuentro muy importante que hemos recordado hoy por muchos motivos.
Personalmente guardo un recuerdo especial porque fue el primer foro internacional en el que planteamos todos los que estamos aquí presentes la necesidad de encontrar soluciones europeas al alza de los precios de la energía. Una solución común, colectiva, que hemos ido avanzando y haciendo realidad a lo largo de los pasados meses.
Los países que formamos parte de este foro representan al 45% de la población de la Unión Europea. Aspiramos a tener la mayor influencia posible como grupo en el seno de la Unión, y para eso necesitamos tener claros nuestros intereses comunes y bien definidas nuestras propuestas. Propuestas que construyan puentes, que encajen preocupaciones compartidas desde un afán común, porque las soluciones colectivas no deben imponerse.
En 2008 y en los años siguientes, muchos de los países del Sur de Europa que estamos aquí presentes sufrimos con especial dureza las consecuencias económicas y sociales de la crisis económica y financiera internacional.
Catorce años después, ante eventos y crisis de intensidad parecida, nuestra región ha demostrado, tanto en la respuesta a la pandemia de la covid-19 como frente a la guerra de Ucrania, que ahora somos parte de la solución.
Impulsamos iniciativas que acabaron plasmándose en los fondos Next Generation. Y en estos momentos podemos ofrecernos como hubs de energía para aquellos países que están particularmente dañados como consecuencia del chantaje energético de Putin derivado de la guerra en Ucrania. Y este es un ejemplo de la renovada pujanza del Sur de Europa.
Esta nueva situación ha sido el telón de fondo para el análisis que hemos hecho esta tarde de los retos que tenemos por delante.
Han sido varias las cuestiones que hemos abordado, todas ellas con un denominador común, que es la agresión rusa contra Ucrania y sus múltiples impactos.
En primer lugar, hemos aprovechado esta reunión para resaltar la importancia de la autonomía estratégica abierta en la Unión, con especial atención a la energía. Nos adelantamos, como he dicho antes, a este debate en la Cumbre de Atenas. Debate que se ha confirmado de manera particularmente intensa tras la agresión rusa contra Ucrania.
Las ideas que, entre otros también, pues evidentemente España ha aportado -acogidas entonces con cierto escepticismo por algunos Estados- pero que evidentemente, de forma mayoritaria, los países aquí presentes hemos ido impulsando y defendiendo en el Consejo Europeo.
Los países del Mediterráneo podemos construir una agenda europea con propuestas innovadoras que aporten soluciones reales a los desafíos actuales.
Por ello, he querido invitar también a la primera sesión de trabajo a la presidenta de la Comisión, al presidente del Consejo Europeo, para que puedan escuchar de primera mano las posiciones de los países del Mediterráneo.
Todos hemos recalcado la importancia de mantener la unidad y la solidaridad europeas frente al chantaje de Putin, que utiliza el gas y el petróleo como instrumentos frente a Europa.
Hay que seguir trabajando en la línea acordada en el Consejo Europeo pasado. El próximo 13 de diciembre tenemos una cita importante. Todos los ministros y ministras de Energía volverán a reunirse para aprobar las tres propuestas de reglamentos que se están debatiendo en el cumplimiento de las conclusiones del Consejo Europeo del pasado 20 y 21 de octubre.
Nuestro debate se ha centrado en la propuesta de la Comisión de poner un tope al precio del gas, un mecanismo de corrección del mercado. Esta propuesta necesita ajustes a nuestro juicio, a mi juicio, y hemos acordado trabajar conjuntamente en esa dirección con el objetivo de que en ese Consejo Extraordinario de Energía de la próxima semana se pueda acordar un tope al precio del gas que sea dinámico y realmente efectivo.
Para España los tres reglamentos del gas que se están debatiendo - el del refuerzo a la solidaridad de gas, el de la aceleración del despliegue de las renovables y evidentemente también el del tope del precio del gas - forman parte de un paquete integral que debe ser aprobado de forma conjunta. Y además, para minimizar el impacto de los precios del gas sobre los de la electricidad, es fundamental acelerar la reforma del mercado europeo de la electricidad.
Es crucial seguir reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles rusos, y en ese marco, el objetivo de España es el de contribuir con decisión a la seguridad del suministro del resto de Estados miembros.
Contamos con las condiciones para ello. Por nuestro liderazgo en renovables, nuestra capacidad de regasificación, adaptable a las necesidades de los diferentes países de la Unión, y queremos ponerlos a disposición de nuestros socios. Nos mueve, como he reiterado en muchas ocasiones, un europeísmo arraigado en la sociedad española y que nace de la convicción moral y también de la solidaridad como valor fundacional del proyecto europeo.
Por ello, es imprescindible reforzar las interconexiones energéticas de la Península Ibérica con el resto de Europa. Esta mañana, como saben, nos hemos reunido los tres gobiernos de Francia, Portugal y España, junto con la Comisión, para fijar los detalles de la puesta en marcha del corredor H2Med.
Asimismo, hemos abordado el contexto económico en el que se mueve la Unión Europea.
El impacto de la guerra de Putin está siendo un severo acicate en términos de crecimiento, de inflación y de incertidumbre. Y todos los participantes en esta cumbre compartimos una gran preocupación por los efectos de la inflación sobre nuestras economías.
Tenemos una doble tarea. Por un lado, atajar las causas de la inflación, por otro lado, adoptar las medidas necesarias para aliviar las consecuencias del alza de los precios, en particular para los países más vulnerables. Y por ello hemos compartido puntos de vista sobre la próxima revisión de la gobernanza económica de la Unión. Por ejemplo, las reglas fiscales europeas actualmente suspendidas, que son demasiado complejas y difíciles de cumplir en el contexto actual.
Es importante reformarlas teniendo en cuenta dos grandes consideraciones a juicio del Gobierno de España.
En primer lugar, preservar unas finanzas públicas sólidas, garantizando su sostenibilidad y, por otro lado, reforzar un crecimiento sostenible, aumentando la inversión pública y privada en ámbitos dirigidos a la transformación digital y a la transición ecológica.
Creemos fundamental que nuestra respuesta a los desafíos económicos se construya sobre la base de experiencias previas exitosas, como es, por ejemplo, el fondo SURE o también el Next Generation.
Y creemos también que la reciente propuesta de la Comisión Europea de reformar las reglas fiscales es un buen punto de partida para los debates técnicos y también políticos que tengamos en el corto y en el medio plazo.
Estos debates deben acelerarse a nuestro juicio, a juicio del Gobierno de España, para alcanzar un acuerdo en el Consejo Europeo de finales del mes de marzo del próximo año.
Y por último - no me quiero extender más -, no podemos olvidar los retos comunes al conjunto del Mediterráneo, con especial atención a nuestros socios del sur. El presidente Macron, precisamente, ha hablado del desafío que tenemos de la preservación de la biodiversidad y de la lucha contra el plástico en el Mediterráneo, y creo que este es uno de los puntos también que evidentemente tenemos que tener en cuenta todos los gobiernos.
Pero en todo caso, volviendo a la Vecindad Sur, la naturaleza de este foro tiene ahí sus raíces. Es esencial no perder de vista la importancia estratégica de nuestras relaciones con la Vecindad Sur.
Ahora mismo la Unión está evidentemente volcada en el flanco oeste. Por ello, precisamente, debemos prestar atención a nuestros vecinos más próximos en el sur, con los que compartimos intereses, desafíos tanto medioambientales, económicos, sociales y cuya estabilidad es fundamental también para la estabilidad de Europa.
Queremos desarrollar una nueva agenda común para el Mediterráneo, una agenda en la cual la Unión muestre su compromiso con el sur como espacio cuya relevancia debe ser tenida en cuenta.
Creo que ha sido, para concluir, una reunión productiva, útil. Queremos, y estoy seguro de que hablo por todos, que este foro dé un salto cualitativo y se aseguren la regularidad de nuestros encuentros.
Nuestra voz, la fuerza de nuestras ideas constructivas, deben ser cada vez más escuchadas y también apreciadas por parte del conjunto de la Unión Europea.
Nada más. Y muchas gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)