Madrid
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ
Muchísimas gracias, Antonio. Gracias también a la comunidad empresarial española y qatarí que nos acompañan.
En primer lugar, quisiera agradecer a Su Alteza, Hamad bin Jalifa Al Thani de Qatar y también al ministro que nos acompaña y al resto de autoridades qataríes su visita de Estado a España.
Para nosotros es un honor recibirles y prueba de ello es la nutrida presencia de miembros del Gobierno de España, también de la comunidad empresarial española, en este importante foro.
Quiero agradecer también la presencia de los altos dirigentes de la COE que hoy nos acoge en nuestra sede. Y en este sentido quisiera de nuevo agradecer las palabras y la hospitalidad de Antonio Garamendi, su presidente.
Como bien ha dicho él, España y Catar mantienen unos estrechos, estrechos lazos de amistad y también de colaboración económica desde hace mucho tiempo.
Y esta visita, si hace algo, es reafirmar y también reforzar estas relaciones económicas y políticas entre ambos países. Relaciones que vamos a deber elevar, como bien dijo ayer Su Majestad el Rey Felipe VI, a relaciones estratégicas.
El valor total del comercio entre España y Catar alcanzó en el año 2021 la cifra de 990 millones de euros con una mayor presencia de nuestras importaciones, fuertemente concentradas, lógicamente, en el gas natural licuado, un elemento que es clave en el contexto geopolítico y económico en el que nos encontramos.
Por su parte, nuestras exportaciones ascendieron a 349 millones de euros en ese mismo año, el año 2021. Y se encuentran, hay que decirlo, muy diversificadas. Para España es muy relevante la inversión, lógicamente, de Catar en sectores como la aviación, como la construcción, como el sector financiero o el sector energético, como todos bien sabemos.
La posición inversora de Catar en España presentó un stock de 2.679.000.000 de euros al 31 de diciembre de 2019, es decir, antes del año de la pandemia, con una generación de 13.946 empleos.
Catar, como sabemos, es el segundo mayor inversor de España entre los países del Consejo de Cooperación del Golfo, solo por detrás de Emiratos Árabes Unidos.
Y me gustaría subrayar, en este sentido, la relevancia que ha desempeñado el Catar Investment Authority, el fondo soberano de Catar y uno de los más importantes del mundo, que ha realizado importantes inversiones en empresas españolas, como es el caso de Iberdrola o de Colonial.
De hecho, una noticia relevante que quiero anunciar aquí en la sede de la CEOE, en este foro empresarial tan importante, es la firma de un memorando de entendimiento entre este fondo el Catar Investment Authority y Cofides, la Compañía Española de Financiación del Desarrollo, precisamente para fortalecer la relación entre ambas instituciones y localizar oportunidades conjuntas de inversión en sectores tecnológicos y también verdes. Esto incluye, por supuesto, las posibilidades que ofrecen los fondos europeos en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en el ámbito de los muchos acuerdos alcanzados.
Sí me gustaría también mencionar otro memorando y es el existente entre el ministro o el ministerio, en este caso, de Finanzas de Catar y el Ministerio de Asuntos Económicos y de Transformación Digital del Gobierno de España.
Este memorando busca fortalecer la cooperación financiera, también económica, a través de la organización de workshops, de seminarios, de intercambio de información y el refuerzo de la conexión entre la comunidad de negocios catarí y española.
Pero actualmente son muchos los niveles de acuerdo y trabajo que nos unen, como el que realiza, por ejemplo, la CEOE y su homólogo catarí, el Qatari Businessmen Association, la cooperación entre la Cámara de Comercio de Catar y la Cámara de Comercio de España aquí presentes, así como entre la Cámara de Comercio de Catar y la Cámara de Comercio de Madrid, que firmarán acuerdos también esta misma mañana.
Catar, todos lo sabemos, es un país que se está abriendo al mundo y España quiere y puede participar de esa apertura. Y prueba de ello es la celebración del próximo Mundial de fútbol a finales de este año.
Nuestros dos países comparten la afición al deporte del fútbol. Tenemos la seguridad de que el evento va a ser un éxito rotundo.
Y no es únicamente un deseo el que estoy expresando, sino una convicción basada, entre otras cuestiones, en la garantía de que las empresas españolas hayan tenido un papel relevante en la construcción de las infraestructuras para la celebración de este importante evento deportivo internacional.
Y España también tiene empresas de primer nivel mundial que quieren contribuir de forma relevante en la estrategia del Qatar National Visión 2030, que tiene entre sus principales objetivos la transformación ecológica, también productiva del país, para avanzar hacia una economía mucho más verde y más sostenible en el 2030.
Y muchas de estas empresas han venido ya participando en otros proyectos para impulsar el desarrollo de Catar. En proyectos esenciales, como es, por ejemplo, el agua. Un desafío que compartimos ambos países con proyectos llevados a cabo por empresas como Acciona o también como Aguas de Valencia.
Pero las relaciones de inversión no son unidireccionales. Todos sabemos que Catar ha invertido de manera significativa en empresas muy importantes para España, como es, por ejemplo, El Corte Inglés, el grupo Prisa, el Banco de Santander o también IAG.
Y con todo, ambos países sabemos que hay mucho margen de mejora para aumentar las inversiones en nuestros respectivos países. Por eso celebro el importante anuncio realizado ayer por Su Alteza, el emir de Catar, de destinar 5.000 millones de euros a nuestras inversiones en nuestro país en los próximos años.
Es, sin duda, un gran gesto de confianza, y no solamente en la economía española, sino también en las empresas españolas, que va a servir para reforzar aún más las ya de por sí excelentes relaciones entre ambos países.
Si quisiera hacer alguna reflexión sobre la evolución de la economía española en las potenciales oportunidades que se pueden abrir para los inversores cataríes en nuestro país. Creo que podemos partir de una premisa con la presencia tan nutrida de responsables políticos cataríes en España en esta visita oficial de Estado, que yo podría decir que es histórica, y es que Catar confía en España porque la economía española es robusta.
En primer lugar, porque tenemos un 92% de la población vacunada con pauta completa y por tanto esto nos hace ser diferentes a otros muchos países que, por desgracia, la respuesta ciudadana no ha sido tan abrumadoramente positiva como es en el caso de España.
Gracias a ello, precisamente España ha comenzado a ofrecer claros signos de recuperación económica. Y desgraciadamente cuando parecía consolidarse este nuevo crecimiento, la injusta e injustificable invasión de Ucrania por parte de Putin ha alterado intensa y radicalmente el escenario económico mundial.
El encarecimiento de los precios de la energía, la importancia que tiene Ucrania y también Rusia en la producción de recursos claves, por ejemplo, para la seguridad alimentaria, la transición verde, la transición digital, el efecto que lógicamente va a tener sobre nuestras economías, las sanciones económicas que se están imponiendo a Rusia y, por supuesto, la incertidumbre en la duración e intensidad de la guerra que se está sufriendo en Ucrania hacen que nos enfrentemos a una escalada de precios ante la cual, evidentemente, desde el plano europeo y también desde el plano nacional, venimos tomando medidas inmediatas.
Sin embargo, y a pesar de estas dificultades y estas incertidumbres que todos compartimos, yo creo que existen elementos importantes de la economía española que nos permiten mirar hacia adelante con una cierta confianza.
En primer lugar, quiero recordar algo que tiene más que ver con la actitud de los españoles, que es base, una piedra angular también para la respuesta económica. Y es que cuando España se enfrenta a una encrucijada, España siempre apuesta por avanzar y modernizarse. Nunca nos quedamos quietos, mucho menos retrocedemos, apostamos siempre por avanzar y modernizar Lo hicimos, por ejemplo, con la transición a la democracia hace ya más de 40 años. Lo hacemos hoy con las reformas e inversiones, gracias a los fondos europeos que van a hacer de España un referente energético y digital a nivel europeo, de sostenibilidad y también de competitividad.
Quiero apuntar también que los datos de empleo, cuyo impacto social es indudable, son francamente alentadores. En abril, el crecimiento anual del empleo se aceleró hasta superar el 5% en número de afiliados a la Seguridad Social, por primera vez en la historia supera los 20 millones de personas. La calidad del empleo también mejora gracias a un acuerdo yo creo que muy positivo para el mercado laboral, para las empresas, para los trabajadores y es el que propiciamos con los agentes sociales. En abril, simplemente por dar un dato, los contratos indefinidos supusieron un 48,2% del total, mientras que en el año 2014 al año 2019 el promedio era del 9%.
Junto con ello, hay que decir que los últimos datos conocidos apuntan a una recuperación que calificaría de vigorosa de un sector que, por desgracia, durante los años de pandemia, ha sufrido con particular intensidad precisamente esa dificultad de movilidad, y es el sector turístico. Buena prueba de ello es que la capacidad aérea programada para viajar a España entre los meses de abril y junio está solo un 4,7% por debajo de los niveles prepandémicos. Es decir, hemos recuperado ya más del 95% de los asientos programados en el mismo periodo del año 2019. Todo esto es muy importante para un sector tan relevante para el funcionamiento de nuestra economía como es el sector turístico.
Y estos dos hechos, la creación intensa de empleo y la recuperación vigorosa del turismo forman parte de una recuperación económica que en España se está afianzando pese a todas las turbulencias y todas las dificultades que estamos atravesando en el contexto internacional. Así, las últimas previsiones de organismos internacionales apuntan a que este año la economía española va a crecer por encima del 4%, lo que nos coloca a la cabeza de las grandes economías de la Unión Europea.
Y estos datos esperanzadores, que lógicamente se ven enturbiados por el contexto geopolítico y también de alza de los precios y del coste de la vida que estamos sufriendo en el conjunto de la economía global, tiene en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y, por tanto, en la ingente inversión pública que vamos a desplegar a lo largo de los próximos años su principal herramienta de transformación.
El proyecto, básicamente es reindustrializar España sobre bases más sólidas para garantizar su competitividad y su alta productividad durante los próximos años, y es la transición ecológica y la transformación digital.
España es con diferencia, como todos sabemos, pero me gustaría también compartir con nuestros amigos catarí, es el país, con diferencia, más avanzado de la Unión Europea en todo lo relacionado con la gestión y el despliegue de los planes de recuperación y los fondos Next Generation. Fue el primer país de los 27 Estados miembros, junto con Portugal, que ostentaba entonces la presidencia de pro tempore de la Unión Europea, en recibir la aprobación definitiva del Plan y también el primero en recibir un desembolso ligado al cumplimiento de los hitos y los objetivos que están vinculados, como todos sabemos, con las reformas. España ha recibido 19 mil millones de euros ya por parte de la Comisión Europea en el marco de estos fondos europeos.
El plan ha supuesto una movilización de fondos públicos sin precedentes. A lo largo de estos últimos diez meses, para que nos hagamos una idea desde la aprobación del Plan, la Administración Pública lleva autorizados más de 30 mil millones de euros y se han apoyado más de 11.500 proyectos concretos de empresas en nuestro país. Empresas de toda dimensión, desde las pequeñas a las grandes empresas globales que tenemos en nuestro país. Y seguimos en esta senda de intenso trabajo. De abril a junio se van a ejecutar convocatorias por valor de más de 11 mil millones de euros en inversión pública.
Un ejemplo de esta masiva actividad inversora se encuentra, por ejemplo, en los proyectos estratégicos que nos inspiramos también a nivel europeo, los que denominamos en su acrónimo aquí en España PERTES, por ejemplo, el dedicado al vehículo eléctrico y conectado, donde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y Suministro ha tenido un liderazgo muy relevante y que tiene actualmente una convocatoria abierta por importe de 2.975.000.000 de euros.
En este proyecto se enmarca, por ejemplo, la fábrica de baterías de la gigafactoría, que se va a abrir en Sagunto en los próximos años, cuya construcción se ha comprometido a hacer precisamente el grupo Volkswagen Seat y que en su conjunto va a movilizar, además de estos 2.975.000.000 de euros de inversión pública, cerca de 10 mil millones de euros para la electrificación de sus fábricas en España, la mayor inversión industrial jamás realizada en nuestro país y que va a hacer de España un polo global de referencia a la movilidad eléctrica, además de dar futuro, horizonte a un sector, el sector de la automoción, tan importante para nuestro país.
Como les dije, tenemos la ambición de reindustrializar nuestro país con el vehículo eléctrico, pero también con otros muchos proyectos estratégicos, como es, por ejemplo, el de las energías renovables, el hidrógeno y el almacenamiento; el PERTE de la cadena agroalimentaria, que es muy importante también para nuestro país; el PERTE aeroespacial, el naval, el de la economía circular o el importante PERTE, que vamos a aprobar la semana que viene, de semiconductores y de microchips. De hecho, mi presencia en el Foro de Davos la próxima semana vamos a centrar sobre todo el trabajo en compartir este proyecto estratégico y toda la estrategia que tenemos de semiconductores y de microchips con las grandes compañías globales vinculadas con este sector. Queremos hacer también de España un lugar de referencia de vanguardia para la fabricación de microchips y de semiconductores en el continente europeo.
El plan de recuperación se basa no solo en inversiones, como todos sabemos, sino también en reformas. Reformas que son necesarias, reformas que desde hace mucho tiempo la Comisión Europea nos venía pidiendo a España y que hemos querido abordarlas de la mano de los agentes sociales.
Y quiero, en este sentido, rendir tributo a la extraordinaria responsabilidad para con su país o con el Gobierno, en este caso de la CEOE, de CEPYME y lógicamente, también de los sindicatos, la Unión General de Trabajadores y de Comisiones Obreras.
Gracias a ello hemos hecho que, por ejemplo, España, después de 40 años de democracia, tengamos la primera ley de cambio climático, una ley de start-ups, una ley que permita escalar a las empresas de pequeñas y medianas empresas y de medianas empresas a grandes empresas. La reforma educativa con el consenso de la comunidad educativa. La reforma de la ciencia con el consenso de la comunidad científica pública española. La reforma laboral, como antes hacía referencia. O la reforma de la Ley de Formación Profesional, tan importante también en un país que sufre, por desgracia, un elevado desempleo juvenil.
Todas estas reformas y otras muchas, además de las inversiones, van acompañadas de un importante esfuerzo normativo y también de recursos en la formación de nuestro capital humano. Antes hacía referencia a la formación profesional, algo que hemos compartido precisamente con los representantes empresariales y sindicales Más de un millón de estudiantes matriculados ya en la Formación Profesional por primera vez en la historia. 5.500 millones de euros que vamos a destinar durante estos años a dignificar la formación profesional y, por tanto, a mejorar la empleabilidad de nuestros jóvenes y no tan jóvenes, porque se abren las puertas también a aquellas personas que quieran recualificarse de mayor edad. Y todo ello para aumentar, como decía antes, la empleabilidad de nuestro capital humano.
En suma, señoras y señores, España es un gran país que atraviesa, como otros muchos, a pesar de todas las adversidades y dificultades, un momento yo diría que de decisiva transformación económica. Y en esta nueva era queremos contar con el querido ministro, con Catar, y crecer junto a Catar.
Por eso, para finalizar, me gustaría invitar a los inversores extranjeros a apostar por este país, por España, a creer en España. Porque España es un país seguro, un país acogedor y un país que tiene una clara ambición de avanzar en las grandes transformaciones que nos van hacer, sin duda, y a pesar de todas las dificultades y los complejos del escenario económico internacional, ganar el futuro y ser vanguardia en esas dos grandes transformaciones, revoluciones, que van a marcar la competitividad y el crecimiento y el bienestar de las sociedades en el siglo XXI. Me estoy refiriendo, lógicamente, a la transformación digital y a la transición ecológica.
Estoy seguro de que esta visita, querido ministro, querido presidente de la CEOE, supondrá un antes y un después en las relaciones no solamente económicas, sino también políticas entre Catar y España.
Muchísimas gracias por su atención y gracias por la hospitalidad, querido Antonio.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)