Sharm El Seij (Egipto)
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ
Merci, muchas gracias. Allow me to speak in Spanish.
Quisiera comenzar dando las gracias a mi querido amigo el presidente de Senegal Macky Sall, al secretario ejecutivo de la Convención de Naciones Unidas para Combatir la Desertificación, Ibrahim Thiaw, y a los gobiernos, a las instituciones que se han adherido a la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía.
Lo ha dicho el presidente Sall, las sequías severas y prolongadas, las olas de calor, los grandes incendios son las manifestaciones evidentes del impacto devastador de esta emergencia climática global y un anticipo del futuro que nos espera si no reaccionamos a tiempo.
Los episodios de sequía que estamos experimentando no tienen precedentes. Tampoco la gravedad de sus impactos en casi todos los ámbitos de la vida, de la sociedad o de la economía. Ningún país, por muy alta renta que tenga, es inmune a este fenómeno ni a sus efectos, que se agudizan en todo el mundo.
El presidente Sall lo ha dicho antes, el Cuerno de África registra cinco años seguidos sin apenas lluvias, exponiendo a 26 millones de personas a la hambruna, a la lucha por la supervivencia y al desplazamiento forzoso. Europa ha sufrido este verano la sequía más severa de los últimos 500 años. Y las previsiones no son positivas: la severidad de las sequías ha aumentado casi un 30% desde el año 2000 y se espera que aumente aún más debido a los efectos combinados del cambio climático y la degradación de la tierra.
Esta tendencia amenaza con convertirse en un factor de una extraordinaria inestabilidad geoestratégica: por los impactos en la seguridad energética, alimentaria, por la exacerbación de los conflictos larvados por el estrés hídrico y por los desplazamientos forzosos de millones de seres humanos.
La aplicación de las nuevas tecnologías, es cierto que está contribuyendo a ayudar a prever las sequías de una forma mucho más precisa y, por tanto, podemos actuar antes de que tengan lugar.
Necesitamos cambiar el paradigma de las respuestas ante las emergencias; la gestión de las crisis hacia una respuesta anticipatoria. Y, por tanto, lo que quiero decir es que es la hora de la prevención, de la adaptación y de la cooperación multilateral. La lucha contra la sequía requiere de una mirada y una respuesta multilateral en tres frentes: la política, la científica y la social.
Y desde el ámbito de mis responsabilidades como presidente del Gobierno de España, lo que queremos es contribuir a forjar alianzas multilaterales para encontrar soluciones, y la Alianza Internacional de Resiliencia ante la sequía es una de ellas. Por eso quiero agradecer mucho la extraordinaria colaboración que tenemos con el gobierno de Senegal en el co-liderazgo de esta iniciativa.
¿Esta alianza para qué nos va a servir? Bueno, yo creo que nos puede servir para dar un impulso político, el impulso político necesario que ayude a todos los países, ciudades, comunidades a que estén suficientemente preparadas ante la próxima sequía, y que puedan recuperarse rápidamente y prosperar después de ella.
En mi propio país vivimos desde hace muchos años la amenaza de la sequía, la escasez de agua, como decía antes el presidente Sall, lo que nos ha obligado a repensar y a prepararnos ante los extremos de sequía y las lluvias torrenciales.
La sequía deteriora las condiciones del suelo, esquilma la biodiversidad, pone en peligro el abastecimiento de agua potable y la seguridad alimentaria, y solo una buena preparación y una buena gestión de los recursos hídricos pueden paliar los riesgos que emanan de esta amenaza.
Es precisamente porque España sufre plenamente la sequía y también la desertificación que nos hace ser plenamente solidarios con los países en desarrollo que también sufren la sequía y, por tanto, compartir nuestra experiencia en la gestión de recursos naturales ha sido siempre una prioridad de la cooperación al desarrollo española.
Llevamos décadas, y aquí algunos representantes lo saben, trabajando en la América Latina y en el Caribe para mejorar las capacidades en materia de agua, de meteorología, de hidrología, de cambio climático en la cuenca mediterránea. También lo hacemos sobre gestión sostenible del agua o en países como el Perú, como Bolivia, como Níger, para compensar la pérdida de suelo. También hemos creado un fondo de transición ecológica para desarrollar soluciones basadas en la naturaleza y, entre otras cosas, como vemos, la gestión integral de cuencas a través del Fondo de Cooperación de Agua y Saneamiento.
Pero sabemos que aún queda mucho por hacer y por eso mi país, España, se compromete a redoblar esfuerzos tanto a través de nuestras agencias especializadas, como contribuyendo en los planes multilaterales. La cooperación española va a priorizar la acción climática y, sobre todo, la adaptación a esta situación.
Por eso quisiera, secretario general, en fin, anunciarles que el Gobierno de España va a comprometer con un capital semilla de 5 millones de euros el impulso a la red internacional de resiliencia ante sequías en su primer año de vida.
Animamos, por tanto, a todos los países y organismos internacionales y europeos que nos acompañan a que respalden hoy con la creación de esta alianza y sus recursos. Confiamos que se sigan sumando nuevos países a trabajar conjuntamente en torno a los que son ya nuestros objetivos compartidos.
Entre todos debemos dar la mejor respuesta al cambio climático para proteger la tierra que habitamos, nuestro hogar y nuestros modos de vida. Gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)