Intervención del presidente del Gobierno en el acto de presentación del proyecto de Cepsa 'Valle andaluz del Hidrógeno Verde'

1.12.2022

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San Roque (Cádiz)

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Presidente de la Junta de Andalucía, vicepresidenta Teresa, alcalde de San Roque, alcaldes y alcaldesas que nos acompañáis y autoridades de distintas administraciones, también de aquí y de Andalucía, pero también de las Cortes Generales, que he visto aquí a algunos diputados y diputadas, senadores; por supuesto, al embajador de Holanda y a nuestro anfitrión, a Maarten y a todos los trabajadores y trabajadoras, socios, clientes de esta importante empresa.

Mirad, pasan tantas cosas a lo largo de estos últimos años de manera tan intensa y tan rápida que no nos da tiempo a asimilarlas en su justa dimensión. Porque yo creo que, evidentemente, se podría argumentar y además hacerlo con razón, que una pandemia o una guerra, como no habíamos vivido en Europa desde después de la Segunda Guerra Mundial, son acontecimientos lo suficientemente disruptivos como para trastocar cualquier plan. Desde luego, el de los gobiernos, las empresas, las personas, los países o proyectos políticos tan importantes como es el de la Unión Europea.

Y sin duda, en parte ha sido así. Creo que ha sido así. Además de resistencia, hemos tenido que demostrar esa capacidad colectiva de cambio y, en consecuencia, de adaptación.

Pero lo interesante también es el fenómeno opuesto, que es lo que me gustaría compartir con todos ustedes. Cuando lo inesperado, incluso si aparece en forma de desgracia, como evidentemente está sucediendo con la guerra y anteriormente con la pandemia, hace más urgentes e imprescindibles que nunca esos planes que inicialmente teníamos previstos. Esa es la mejor señal de que estamos en el buen camino y de que es necesario recorrerlo aún con mayor determinación.

Yo me he obsesionado en muchas ocasiones a la hora de decir que la respuesta que tenemos que dar a esta crisis energética, derivada de la guerra de Putin en Ucrania, tiene que estar completamente alineada con las respuestas que demos a una crisis mayor que está detrás de esta crisis energética que es la emergencia climática.

En mi discurso de investidura de hace más de tres años, yo sitúe cuatro objetivos fundamentales en lo que llamé entonces el proyecto de país que propuse a las Cortes Generales y a los españoles. En primer lugar, la transformación digital, la transición ecológica, la cohesión social y la cohesión territorial.

La cohesión territorial además en el sentido de que aquellos lugares que en un pasado evidentemente estuvieron fuera de los procesos de industrialización, ahora tenían la gran oportunidad, como es el caso de Andalucía o en concreto la comarca del Campo de Gibraltar, Cádiz o también se ha mencionado Huelva, de liderar esos procesos de transición ecológica y de reindustrialización de nuestro país y de nuestro continente. Y es así.

Hemos redescubierto, por ejemplo, el valor de los servicios públicos con la Covid, para proteger no solamente las vidas y la salud de nuestros conciudadanos, sino también las empresas y los empleos en los momentos de máxima emergencia como hemos vivido con la peor pandemia de los últimos cien años.

O que Europa, también hemos aprendido a reencontrarnos con ella e identificarla con una suerte de escudo protector inigualable cuando actúa guiada por eso, por aquellos principios que la vio nacer. Y es ese dicho tan utilizado, pero no por eso menos cierto, de que "la unión hace la fuerza".

Y creo que hay un terreno donde la agenda previa se ha confirmado de manera rotunda, como un acierto para España, para Europa y, sin duda alguna, en este contexto de guerra y de chantaje energético que está infligiendo al conjunto de la ciudadanía europea; y es el de la transición energética. Porque creo que reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles era evidentemente indispensable para hacer frente a la emergencia climática.

Aquí se está viviendo, en España, con particular incidencia. Recordemos las altas temperaturas que hemos tenido a lo largo de este verano, los incendios o la sequía, que también, por desgracia, continúa sufriendo nuestra península, la Península Ibérica, porque no solamente afecta a España, sino también está afectando a Portugal.

Pero es evidente que la invasión de Putin en Ucrania nos hace avanzar en esa línea de transición ecológica. Además, para reforzar una idea que se está abriendo paso de manera yo creo que afortunada, que es la de la autonomía estratégica, que no es más que hacer más resilientes a nuestras economías, a nuestras ciudades, ciudadanos y ciudadanas, y al tejido productivo industrial, respecto a avatares geopolíticos como los que estamos sufriendo ahora mismo en Europa.

Y yo creo que este es un objetivo crucial. Lo es para Europa y lo es particularmente para España. El conflicto en Ucrania no solo ha provocado y está provocando devastación y un enorme coste en vidas humanas -desde luego, desde aquí queremos de nuevo solidarizarnos con un pueblo que está sufriendo en sus propias carnes la amenaza real de la autocracia-, sino que también es la causa de una severa espiral de inflación en todas las economías, singularmente en todas aquellas que estamos de manera directa afectadas por esta guerra. Por tanto, combatir la subida de los precios ha sido y es una prioridad absoluta para todos los gobiernos europeos; también, lógicamente, para el Gobierno de España.

Hoy, con los datos del Indicador Adelantado del Instituto Nacional de Estadística, conocidos esta semana, podemos afirmar que las medidas que hemos ido desplegando a lo largo de estos seis meses largos de guerra en Ucrania están funcionando. Medidas decisivas para que hoy España tenga el nivel de inflación más bajo, repito, el más bajo de toda la Eurozona, con una inflación 3,4 puntos inferior a la media europea.

Y esto es muy importante porque nos da una ventaja competitiva desde el punto de vista de la energía, que no teníamos hasta el momento. Por eso creo que es importante reafirmar nuestra convicción de que España, pese a las dificultades, avanza, avanza reduciendo y doblegando la curva de la inflación, creando también empleos, mejores empleos, como aquí antes se apuntaba, protegiendo a las clases medias, a los trabajadores y trabajadoras, y reindustrializando nuestro país, aprovechando las oportunidades y las ventajas que nos brinda esa transformación digital y esa transición ecológica.

Nuestra apuesta, señoras y señores, por la transición ecológica exige, sin duda, alguna valentía. Aquí se nos ha pedido por parte del máximo representante de Cepsa a la hora de tomar decisiones, tener una visión de futuro, porque evidentemente se necesitan procesos largos de maduración, de inversión, de transformación, para hacer, además, que esta transición sea lo más inclusiva posible, de movilización, de recursos extraordinarios.

Evidentemente hay detrás operaciones financieras muy importantes, de envergadura. También nosotros, desde el Gobierno de España, gracias a los fondos europeos, estamos dispuestos a contribuir a ese apalancamiento de recursos económicos y, sobre todo, llevar a cabo una política energética que tiene que cumplir, a mi juicio, dos grandes objetivos: en primer lugar, alcanzar en 2030, es decir, pasado mañana, no está tan lejos, un 74% de generación eléctrica renovable y un 42% de energía renovable en uso final. Y, en segundo lugar, la plena descarbonización de nuestra economía en el año 2050.

Esta ha sido nuestra tarea desde el primer día que tuve el honor de presidir el Gobierno de España. Con una agenda legislativa regulatoria sin parangón, que creo que nos ha situado, anticipando además escenarios adversos como los que no teníamos ninguno en mente previstos, a lo que hay diseñado en otras muchas partes de Europa.

Eliminamos, pues, este absurdo impuesto al sol, que impidió el despliegue de la energía fotovoltaica en nuestro país.

Aprobamos un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima o una Ley de cambio climático, la primera en la historia de nuestra democracia.

Impulsamos decididamente las energías renovables. Simplemente quiero darles un dato para que veamos cuál es el esfuerzo que estamos haciendo desde las administraciones públicas, pero también en colaboración con las empresas privadas: hemos pasado estas energías renovables de suponer el 32% en 2017 al. 47% de generación eléctrica en el año 2021, y seguimos creciendo.

Hemos apostado por el almacenamiento de hidrógeno, el biogás, a través de estrategias específicas para estas tecnologías y en Bruselas peleamos- y ahí estaba la vicepresidenta Teresa Rivera- peleamos mucho para reformar un mercado europeo de la electricidad que necesita ser reformado.

Y también hemos puesto en marcha una solución que hemos llamado la solución ibérica, conjuntamente con Portugal, que nos está permitiendo tener a la hora de definir cuál es el precio de la electricidad generada por gas muy inferior al que tienen otros lugares de Europa.

En definitiva, una política energética del gobierno que está dando sus frutos claros, que quiero reconocer además en la persona de Teresa Ribera, y que hoy hace que España sea reconocida y reconocible como un país líder global en materia de transición ecológica y lucha contra el cambio climático.

Y créame que tengo ocasión de poder hablar con muchísimos inversores extranjeros o internacionales con importantes fondos de inversión, y ven a España como una referencia, como una auténtica referencia de esa transición ecológica.

Creo que tenemos que estar muy satisfechos y, desde luego, muy determinados y convencidos de este camino que hemos emprendido desde hace tiempo, porque evidentemente no solamente la coyuntura, sino también las oportunidades que genera son indudables.

Los inversores, las empresas multinacionales lo saben. Como he dicho antes, confían en nuestro país. Se ha vuelto uno de los principales receptores en inversiones en sectores llamados verdes, como las energías renovables, las baterías, el almacenamiento, la industria descarbonizada, los coches eléctricos. Simplemente les doy un dato. Según un reciente informe de multinacionales Marca España 2021, la inversión extranjera directa aumentó en un 21% en el año 2021 y esto cobra aún mayor relevancia cuando hablamos del contexto de descenso de la inversión que se está produciendo en el conjunto de la Unión Europea. Por tanto, se sitúa España como uno de los principales receptores de la inversión extranjera, no a nivel europeo, sino a nivel mundial.

Y, además, lógicamente, la apuesta por las energías renovables y la aprobación de la solución ibérica han permitido contener, como he dicho antes, la subida de los precios energéticos en términos relativos, de manera mucho más eficaz a la inmensa mayoría de los países europeos. Y por eso tenemos hoy la inflación más baja del conjunto de la zona euro.

En definitiva, señoras y señores, la apuesta por la transición ecológica emprendida por el Gobierno con la visión de la vicepresidenta tercera está teniendo un éxito indudable en nuestro país. Y esto no significa que tengamos, como bien decía antes el CEO de Cepsa, que dormirnos en los laureles, ni tampoco caer en la autocomplacencia. Al contrario, creo que alcanzar los ambiciosos objetivos de descarbonización que nos hemos autoimpuesto supone un enorme desafío.

Contamos con la dificultad que entraña la electrificación de algunos de los sectores industriales y productivos, como bien ha dicho Maarten. Las necesidades de disponer de grandes soportes de almacenamiento seguros y gestionables. Y es ahí donde entra en juego la apuesta por el hidrógeno verde.

Es decir, en 2050 esta nueva tecnología va a representar un tercio del combustible utilizado en el transporte terrestre y un 60% del transporte marítimo, y va a ser decisivo para almacenar energía procedente del sistema eléctrico 100% renovable.

En fin, yo creo que los países que desarrollen este tipo de tecnología van a encabezar la revolución tecnológica con profundas implicaciones económicas, industriales y también, por qué no decirlo, geoestratégicas. Una revolución en la que nuestro país, España puede y debe mostrar liderazgo para reindustrializar España, para apostar por la sostenibilidad y también por la autonomía y la independencia energética.

Y en este camino creo que la decisión de Cepsa de crear en Andalucía uno de los mayores centros de hidrógeno verde de Europa supone un paso fundamental y yo quiero, además, reconocerlo. Tanto en la dirección como en los trabajadores y trabajadoras hay mucho talento, como dice el CEO de Cepsa en esta empresa.

Hablamos de una inversión de 3 mil millones de euros, de una creación de empleos directos e indirectos inducidos de 10.000 puestos de trabajo con dos gigavatios de potencia. Y además de su aplicación directa, el hidrógeno generado va a producir biocombustibles y otro tipo de productos derivados. Va a emitir menos emisiones de CO2, 3 millones de toneladas menos de CO2 al año, contribuyendo, en consecuencia, a la descarbonización de la industria y sin duda alguna, también a la mitigación del cambio climático.

Y, por último, esta inversión-y me gustaría también compartirlo con todos ustedes, porque a mí me ha llamado también la atención- va a ayudar a que España logre su objetivo de convertirse en un país exportador de energía, que es una de nuestras obsesiones: Queremos hacer de España un país exportador de energía, a través de este primer corredor europeo del hidrógeno verde entre el Campo de Gibraltar y el puerto holandés de Rotterdam. Y Yo también quiero reconocer y agradecer la presencia de sus representantes en este acto.

Yo creo que Andalucía reúne todas las condiciones para ser una de las regiones más competitivas del mundo, no solamente de Europa, para la producción de hidrógeno. Por su capacidad de generación eólica, por su capacidad de generación -también- solar fotovoltaica y por su infraestructura portuaria, que es de primer nivel. Y para ello, quiero decirle presidente de la Junta, que cuenta con todo el apoyo del Gobierno de España.

Somos el 5.º país, el 5.º país del mundo, en energía eólica. Somos el 8.º país del mundo en energías renovables. Y ese liderazgo queda acreditado en el éxito que España está teniendo en las sucesivas oleadas de los proyectos importantes de interés común de hidrógeno renovable que están financiados por la Comisión Europea, con la selección de hasta 11 proyectos seleccionados -valga la redundancia- por parte del Ejecutivo comunitario. por parte de Bruselas.

Así, de todos los proyectos de hidrógeno verde a nivel mundial -y esto es lo relevante- el 20% se sitúan en España. Solamente hay un país por delante de España y es Estados Unidos, la primera potencia económica del mundo. Esta es la gran transformación de la que estamos siendo testigos y también protagonistas.

Indicadores de prestigio nos señalan como el tercer país más atractivo del mundo para invertir en transición energética y, por tanto, con estas credenciales tenemos el deber de aprovechar al máximo esta coyuntura y redoblar la apuesta. Y creo que esto ha quedado reflejado también en alguna otra decisión -de la que se ha hecho eco también el presidente de la Diputación de Cádiz y alcalde, lo que ha dicho Juan Carlos…-; en fin, esta decisión reciente de la empresa Maerks de establecer también en España un gran hub de producción de metanol verde y de amoniaco, para combustibles del sector marítimo a partir del hidrógeno.

Bueno, nuestro compromiso con el hidrógeno renovable se resume en tres pilares -para concluir- que me gustaría compartir con todos ustedes. El primero de ellos tiene que ver con los objetivos marcados para el año 2030, a los cuales antes hecho referencia, que están fijados en nuestra hoja de ruta del hidrógeno renovable. Alcanzar los 4 GW de capacidad instalada, sustituir al menos el 25% del consumo de hidrógeno fósil actual y movilizar hasta 8.900.000.000 de euros con apoyo del sector público. Estas son cifras que ponen en perspectiva la magnitud de la inversión de CEPSA, fundamental para el cumplimiento de estos objetivos.

El segundo tiene que ver con este proyecto lanzado por la Comisión Europea, por el cual España también ha trabajado mucho durante estos últimos meses, que es la plena alineación con el Plan REPowerEU, de la Unión Europea, con el objetivo de obtener 20 millones de toneladas de hidrógeno renovable en 2030. Vamos a destinar 2.300.000.000 de euros de los 7 mil millones de euros de transferencias pendientes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para la transición energética. Y, de todo ello, los proyectos relacionados con el hidrógeno van a recoger una parte muy significativa de ello.

Y finalmente, aprovechar -aquí se ha dicho por parte también del presidente de la Junta de Andalucía y de Juan Carlos, el alcalde-, aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece el proyecto estratégico, el PERTE, de las energías renovables, del hidrógeno renovable y del almacenamiento. Estamos hablando de una dotación de 6.900.000.000 de euros de fondos públicos solamente, de los cuales el 22% se va a dedicar, expresamente, al hidrógeno. Es decir, un plan que va a movilizar en torno a 2.800.000.000 de euros de capital privado y cuyas líneas de ayuda lanzadas hasta ahora, han tenido, quiero reconocerlo, una extraordinaria acogida.

Hoy quiero anunciar que ya contamos con resoluciones provisionales de ayudas en esta segunda línea, por valor de 250 millones de euros, y el resultado no puede ser más esperanzador, porque implican la movilización de una inversión total de 890 millones de euros en 29 proyectos que suman 487 MW de electrólisis, nada menos que el 12% del objetivo marcado de la hoja de ruta para el año 2030.

Todas estas cifras ¿qué significan? ¿qué es lo que nos indican? Por encima de todo, nos indican el enorme apetito que, en un contexto tan complejo como estamos viviendo, el enorme apetito inversor que despierta en España la apuesta por el hidrógeno verde. Así como también la capacidad sobresaliente, digámoslo, desde el punto de vista técnico de nuestras empresas en este campo. Inversiones que ayudan en ese objetivo global de la descarbonización, generando a su vez empleo y oportunidades de reindustrialización en nuestro país.

Importa el qué, sin duda alguna, pero aún más importante, es dónde se ubican estas iniciativas preseleccionadas. Y para mí, aquellos que me conocen más lo saben, aquellos que me conocéis menos no lo sabéis, pero ha sido una obsesión la cohesión territorial. No es casualidad que la Vicepresidencia Tercera del Gobierno sea Transición Ecológica y Reto Demográfico, porque es evidente que hay territorios que necesitan también del compromiso público para su reindustrialización.

Y eso es lo que hemos hecho desde el Gobierno de España. Mirad, ocho de las 29 iniciativas preseleccionadas se van a ubicar en zonas de transición justa, lo que demuestra el enorme potencial de la transición energética y también la innovación que a esos territorios afectados por el cierre del carbón pueden proveer. Y nueve del total, están vinculados a esta tierra, a Andalucía y, por tanto, esta tierra se convierte en la comunidad autónoma con mayor número de proyectos.

Uno de ellos se encuentra en La Rábida, tiene el impulso de Cepsa, va a ser desarrollado en su parque energético en esa localidad onubense y, por tanto, enhorabuena por vuestra inclusión en esta resolución provisional de ayudas, y mucho éxito en la gestión de un proyecto tan importante para la zona y, por supuesto, también para España.

Yo creo que es un gran paso, que se une a la apuesta estratégica de Cepsa por establecer un corredor con el puerto de Rotterdam. Hablamos, como se ha dicho antes, del mayor puerto energético de Europa, muy por delante de cualquier otro en la preparación de las importaciones de hidrógeno. Y este proyecto va a facilitar el acceso de España al corredor verde Delta, que conecta Rotterdam con otros clusters industriales de Alemania, de Países Bajos, de Dinamarca. En definitiva, una transformación, desde luego ilusionante y, además, esperanzadora.

Y representa, en consecuencia, un paso determinante en una de las grandes metas que nos hemos marcado, yo creo que no solamente como Ejecutivo sino como sociedad, y es hacer de España un proveedor de hidrógeno a la Unión Europea.

Termino. Contamos con una amplia red de gas natural, de gas natural licuado, que puede adaptarse para el transporte y suministro de hidrógeno verde, gracias a la ambiciosa política de interconexiones. El acuerdo que hemos logrado con Francia y con Portugal para construir ese corredor ibérico de hidrógeno que hemos llamado BarMar, y creo puede permitirnos exportar en 2030 el 20% de la producción estimada del conjunto de la Unión Europea. Y, por eso, quisiera concluir destacando el compromiso de Cepsa con España, con Andalucía. Un compromiso que arrancó hace 56 años con la puesta en marcha de las refinerías de Palos y de San Roque que, junto a sus plantas químicas y al tráfico portuario generado, fueron decisivas para el desarrollo industrial, formativo y laboral de Huelva y de Cádiz.

Yo creo que hoy estamos renovando, querido Maaten, esta fértil relación. Y lo hacemos desde las exigencias del presente, pero también mirando con ambición a las oportunidades del futuro. Con un objetivo bien claro, por el que va a trabajar el Gobierno de España con total determinación, creando industria innovadora, empleos verdes de calidad distribuidos en todos y cada uno de los territorios de nuestro país, porque esa es la manera de garantizar la igualdad de oportunidades de todos los españoles y españolas, vivan donde vivan. Y, sin duda alguna, con el compromiso ineludible de la transición energética tiene que ser justa, debe ser urgente y en beneficio del conjunto de la sociedad.

A mí me ha gustado algo que ha dicho el CEO de Cepsa: Tenemos que pensar, sin duda alguna en el presente, pero también tenemos una responsabilidad con nuestros hijos y nuestras hijas, nuestros nietos y nuestras nietas. Y este proyecto también sienta los cimientos de esa responsabilidad intergeneracional que tenemos para con las generaciones venideras.

Muchísimas gracias.


(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)