Nuakchot (Mauritania)
PEDRO SÁNCHEZ_ Presidente del Gobierno
Excelencias, queridos colegas,
Es para mí un honor poder participar como presidente del Gobierno de España en esta Cumbre sobre el Sahel. Una Cumbre imprescindible, porque la situación exige de todos nosotros el mayor grado posible de compromiso y coordinación.
Quiero agradecer muy especialmente al presidente Ghazouani su invitación a estar hoy en Nuackchott. Mauritania es para España un país amigo y una referencia en la región, por múltiples motivos: por nuestra proximidad geográfica, por la excelencia de nuestra cooperación en numerosos ámbitos, así como por su estabilidad y fortaleza institucional, que le han permitido culminar un ejemplar y democrático traspaso de poder y plantar eficazmente cara al terrorismo.
España, el país europeo más cercano al Sahel, no podía faltar a esta cita. El pasado mes de febrero en las Islas Canarias sufrimos directamente, al igual que nuestros amigos sahelianos, el Harmatan del desierto. Ese viento frio y seco que nos recuerda que nada de lo que ocurre en el Sahel puede ser ajeno a mi país. En realidad, nada de lo que ocurra en el Sahel puede ser ajeno a ningún país europeo.
Lo que nos estamos jugando en el Sahel, y de eso es de lo que hablamos hoy aquí, es la seguridad de todos nuestros ciudadanos, estén al norte o al sur del Mediterráneo. E incluso más allá, pues el riesgo de extensión de esta amenaza hacia los países del Golfo de Guinea es cada vez más real.
En esta lucha, nuestra prioridad debe ser apoyar a quienes ahora mismo sufren más directamente la barbarie terrorista: los ciudadanos y las instituciones de nuestros países amigos del Sahel.
Una vez más, vaya toda mi solidaridad, y la del pueblo español, con los familiares de las víctimas que el conflicto está causando en sus países. España conoce muy bien lo que es sufrir esa lacra. El pasado 11 de marzo, aniversario de la masacre de Madrid en la que murieron 194 personas de 18 nacionalidades diferentes, conmemoramos en Europa el Día de la Víctimas del Terrorismo.
Quiero decirles hoy a sus ciudadanos y a todos Uds. que no están solos. Que haremos todo lo que esté en nuestra mano para ayudarles a vencer este terror fanático y criminal que se lleva víctimas inocentes.
Un terror que, en el Sahel, se ha mostrado indiferente a la propagación mundial de la pandemia de la COVID-19, y que añade un nuevo factor de desestabilización en la región, amplificando la vulnerabilidad económica y llevando al límite la resiliencia de las sociedades.
En medio de esta crisis sanitaria, los grupos terroristas han intensificado sus ataques indiscriminados contra las fuerzas armadas y contra civiles indefensos, tratando de explotar la dramática situación y el sufrimiento de la población a su favor.
Sólo si actuamos unidos podremos vencer. Sólo desde un multilateralismo eficaz seremos capaces de devolver al Sahel la paz, la seguridad y su libertad.
En este sentido, siguen siendo fundamentales los instrumentos que se han puesto en funcionamiento, como la Operación francesa Barkhane, la Misión Multidimensional Integral de Estabilización de Naciones Unidas en Mali, MINUSMA, o la Fuerza Conjunta del G5 Sahel.
Y creo que, desde una coordinación eficaz, nuestras acciones podrán dar los resultados deseados. Por ello, España se halla también fuertemente implicada en el desarrollo y consolidación de la Coalición Sahel, y en este marco estamos dispuestos a redoblar nuestros esfuerzos.
Queridos colegas,
Como ya he señalado anteriormente, nuestros enemigos tienen por objetivo llevar el conflicto tan lejos como puedan; es decir, tan lejos como les dejemos. Es imperativo por tanto que el Estado vuelva a estar presente en todas aquellas zonas donde ahora es débil. El Estado debe estar unido para ser más fuertes. Debe hacerlo para cumplir con su primera tarea, que es la de proteger a sus ciudadanos.
Y también para acabar con el nexo entre terrorismo y el crimen organizado que se sostiene desde el tráfico transfronterizo de seres humanos, y en cuya erradicación las fuerzas de policía y gendarmería juegan un papel central.
En este sentido, quiero agradecer a nuestros socios y amigos del G5 Sahel todos los esfuerzos que están realizando para contribuir a un control y gestión cada vez más eficaz de los flujos migratorios en su calidad de países de tránsito. Resulta esencial que trabajemos juntos para que el fenómeno migratorio quede libre de mafias que juegan y trafican con la vida de seres humanos.
Porque la tarea que impone esta crisis no puede abordarse solo desde la perspectiva estricta de la seguridad, sino que resulta fundamental ofrecer también respuestas eficaces a los problemas sociales y económicos que atenazan a los países del Sahel. Estos problemas están incrementando las tensiones intercomunitarias, que son aprovechadas por los extremistas para imponer y, con ello, oprimir.
Ha llegado la hora de dejar de ser reactivos, como ha ocurrido hasta ahora, y pasar a ser preventivos, sobre todo en los países más allá de la frontera sur del Sahel. La crisis ya no puede ser considerada como una cuestión estrictamente saheliana. Si los miembros de la comunidad internacional queremos avanzar en la solución, debemos también trabajar codo con codo con países como Senegal, Costa de Marfil, Ghana o Nigeria, y tener en cuenta el potencial de organizaciones como la CEDEAO. Cuanto más se extienda la amenaza de los radicales, más fuertes se harán, más complicado será frenarles y más recursos financieros y humanos tendremos que destinar a luchar contra ellos.
Por último, permítanme reiterar que, como no puede ser de otra forma, España está dispuesta a seguir comprometida con el Sahel, e incluso a redoblar nuestros esfuerzos en los ámbitos en que ya estamos presentes. Así, en el seno de la Unión Europea como primer contribuyente en EUTM Mali, misión en la que estamos dispuestos a aumentar nuestra presencia, o liderando el Proyecto GAR-SI Sahel de la Guardia Civil, para reforzar las capacidades de las Gendarmerías de los países del G5 y Senegal, o apoyando a Barkhane y MINUSMA con nuestros aviones en Dakar.
También mediante nuestra cooperación al desarrollo, con un compromiso financiero con el Sahel que asciende a más de 100 millones de euros, y formando parte activa de la Alianza Sahel, de cuya Asamblea General acabamos de asumir la presidencia.
Con ello esperamos poder contribuir a que la seguridad y la paz vuelvan a las poblaciones del Sahel.
Excelencias, queridos colegas,
Desde España no nos cansaremos de repetir que su seguridad es nuestra seguridad. Es la seguridad de todos. Por ello, España ha estado, y seguirá estando, comprometida con la paz, la seguridad y el desarrollo en el Sahel. Pueden contar con nosotros.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)