Conferencia de prensa del presidente del Gobierno tras la reunión de la Conferencia de presidentes autonómicos

12.4.2020

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PEDRO SÁNCHEZ_ Presidente del Gobierno.

Buenas tardes. Estamos a punto de cumplir el primer mes de confinamiento. Hasta ahora 166.019 personas en nuestro país han sido diagnosticadas de un contagio. De ellas, 16.972 han perdido la vida y 62.391 han sanado. Estas son las estadísticas, pero debajo lógicamente de las estadísticas late la vida. Esos números hablan de seres humanos, de compatriotas, representan la angustia y la esperanza de los enfermos, la desolación de quienes han perdido a los familiares y amigos, y también la alegría de quienes se han recuperado.

A todos ellos les honramos, recordamos y también reconocemos.

Esos números reflejan también la magnitud del desafío ante el que nos estamos enfrentando. La fuerza del enemigo que nos ha invadido, su enorme peligro. Desde los tiempos de II Guerra Mundial, nunca la Humanidad se había enfrentado a un enemigo tan letal para la salud y tan pernicioso para nuestra vida económica y la social.

Desde que iniciamos el confinamiento han pasado cuatro semanas, cuatro semanas de lucha firme de toda la sociedad española contra el virus. Cuatro semanas en las que hemos asistido a situaciones durísimas, pero también cuatro semanas que están a punto de cambiar el curso de esta guerra.

En estas semanas hemos visto nuestros fallos, nuestras debilidades, pero también nuestros aciertos y nuestras fortalezas.

En este tiempo hemos empezado a reducir el volumen de los contagios, también aunque sigan siendo extraordinariamente altas, de las muertes, a aplanar eso que dicen los epidemiólogos, la curva, a quitar presión al sistema sanitario tan importante en estos días. En los días anteriores a la declaración del Estado de Alarma, para que nos hagamos una idea, el crecimiento de los contagios era de un 38%. Tras un mes de dura lucha de toda la sociedad española contra el virus, hoy es de un 3%. Sigue siendo alto, pero no es el 30 y tantos por cierto que teníamos antes del estado de alarma. Han sido decisiones muy difíciles, yo me hago cargo, el gobierno se hace cargo, las que hemos tenido que tomar y que han tenido que ser aplicadas por el conjunto de la ciudadanía española. Pero han beneficiado al conjunto de ciudadanos y ciudadanas, al conjunto de las Comunidades Autónomas y con ello a todos los españoles.

Estos resultados se reflejan en el número de hospitalizados, en la carga de las UCIS y son además más alentadores porque son todavía consecuencia de las primeras medidas de aislamiento decretadas hace un mes. Por tanto, no están recogiendo aún los efectos de la hibernación de todas las actividades económicas no esenciales que entró en vigor el día 30 de marzo, hace dos semanas, y que deberían comenzar a notarse a mediados de la semana próxima.

No es todavía la victoria, ni mucho menos. Todavía estamos lejos de esa victoria, del momento en el que recuperaremos esa nueva normalidad en nuestras vidas. Pero son los primeros pasos decisivos en el camino a la victoria.

Son resultados alentadores porque nos dan ánimo, y porque permiten no relajarnos ni un instante, porque no podemos deponer las armas, sino lo que tenemos que hacer es seguir combatiendo. Ahora ya hemos comprobado que podemos salvar miles de vidas con el esfuerzo de todos y no vamos a parar de hacerlo y de hacerlo mejor; nada nos va a detener hasta vencer en esta guerra.

La particularidad de esta pandemia que hoy aflige al mundo entero es que nos desafía en el frente sanitario y a la vez también en el frente económico y social. Amenaza con arrebatar vidas y a la vez triturar el tejido económico y social en nuestro país.

Por eso, la respuesta exige combinar medidas que eviten el contagio, que permitan la recuperación de nuestro sistema de salud y que a la vez eviten la parálisis y el colapso de nuestra economía con los efectos nocivos que pudiera tener sobre el empleo en nuestro país.

Acaba de concluir el periodo de suspensión excepcional al nivel de un fin de semana de todas las actividades económicas no esenciales que establecimos hace dos semanas adelantando ocho días la pausa de la Semana Santa con un permiso retribuido recuperable.

Entre el lunes y el martes, según los calendarios laborales de cada Comunidad Autónoma, se van a reanudar las actividades económicas que fueron hibernadas el día 30 de marzo, y sólo esas. Y quiero subrayar eso: solo esas. Las demás actividades que fueron interrumpidas al decretarse el estado de alarma seguirán estando interrumpidas. Del mismo modo, el confinamiento general será la regla durante al menos estas dos próximas semanas y solo estarán exceptuadas del Confinamiento las salidas relacionadas con los trabajos autorizados o con las compras permitidas. Ni una sola más.

Pero ni siquiera la situación será la misma que hace dos semanas, y realmente lo pensamos, no va a ser lo mismo para las personas que reanudan su actividad a partir del día de mañana. Siguiendo el criterio de los expertos y también los consejos de la OMS, quienes presenten el menor síntoma o hayan estado en contacto cercano con contagiados deberán abstenerse de acudir al trabajo; todos los trabajadores y trabajadoras deberán protegerse en los desplazamientos; y los centros de trabajo deberán proporcionar las máximas condiciones de protección.

Y además, quedan exceptuados de esta reincorporación las personas más vulnerables en razón de su edad, de su embarazo o de padecer enfermedades cardiovasculares o pulmonares, diabetes u otro tipo de enfermedades crónicas, siempre y cuando su médico considere que su riesgo es alto y les curse una baja.

Quiero en consecuencia ser muy claro: no estamos siquiera entrando en la Segunda Fase, lo que han venido en llamar los expertos la Fase de Desescalada. Prosigue el Estado de Alarma, continúa el Confinamiento general. Únicamente ha finalizado la medida extrema de hibernación al nivel del fin de semana de todas las actividades económicas no esenciales que ha estado en vigor durante estas últimas dos semanas aprovechando, precisamente, la Semana Santa.

Lo que sí quiero trasladar es que vamos a aplicar los marcadores recomendados por el comité científico que asesora al gobierno, por los expertos, para medir con rapidez tanto la propagación de los contagios como la capacidad de respuesta del sistema de salud. Estos marcadores serán los que nos guiarán en la futura desescalada y los que nos aconsejarán eliminar poco a poco, esperemos que muy pronto, unas u otras restricciones.

Si ganamos terreno al virus y nuestro sistema de salud recupera tono, avanzaremos en esa desescalada. Si no es así, quiero ser muy claro: mantendremos o reforzaremos las restricciones. Porque lo primero para este gobierno, siempre, será la salud y la vida de nuestros conciudadanos.

Todos estamos deseosos de recuperar las relaciones, de salir a la calle, de reencontrarnos con nuestros amigos, de abrazarnos. Pero el deseo es aún mayor de ganar esta guerra, de evitar una recaída, de poner en riesgo todo lo que hemos logrado juntos durante estas cuatro semanas. Por eso la desescalada que comenzará, como pronto, dentro de dos semanas, será progresiva y muy cautelosa.

La que debe ser en cambio inmediata, si me permitís el símil, es la desescalada en la tensión política.

Lo que está soportando el mundo entero -y nuestro país en primera personas- no es un accidente ni una simple calamidad por grave que sea.

Estamos viviendo algo sin precedentes, lo dije en alguna otra comparecencia, la mayor crisis de nuestras vidas, la mayor amenaza para la salud y para el bienestar social en un siglo. La tarea por tanto es ingente, será larga y necesitará de la capacidad y de la aportación y del talento de todos y de todas.

La potencia destructiva del virus no distingue territorios ni colores políticos. No elige las ciudades, tampoco elige los países por el color político de su gobierno. Estamos inmersos en una guerra total que nos incumbe a todos. Y la respuesta en consecuencia debe ser común, unida. Tanto en el plano nacional como en el europeo y también global.

Europa en este sentido ha logrado a lo largo de esta semana un acuerdo que, es verdad, no colma plenamente nuestras demandas pero que supone una primera inyección de energía para el durísimo golpe que está soportando nuestra economía. Seguiremos lógicamente reclamando una respuesta más ambiciosa; seguiremos proponiendo un verdadero Plan Marshall para reactivar las economías europeas tan pronto como dejemos atrás esta fase álgida de la crisis. Pero, también somos justos y valoramos el acuerdo por los recursos que aporta y sobre todo por la voluntad política de unidad que refleja.

Ese mismo espíritu de unidad alcanzado en Europa es el que necesitamos también dentro de nuestras fronteras, entre nosotros. Nuestro país se encuentra entre los más dañados en esta primera etapa de la pandemia. Los daños en vidas son irreparables. Pero sí podemos adelantarnos para mitigar los daños económicos y sociales. Y la forma de lograrlo es, una vez más, con unión. Necesitamos un Gran Pacto para la Reconstrucción económica y social del país.

Del primero al último, nuestros compatriotas están librando una guerra. Forman en primera línea los sanitarios que llevan semanas batiéndose contra el virus esa línea de combate, muchas veces con armas y recursos insuficientes.

Respaldan su esfuerzo desde sus puestos otros como, por ejemplo, agricultores, transportistas, reponedores, cajeros, los hombres y mujeres que se dedican a proveernos de todos los alimentos que necesitamos para transitar este confinamiento. Proporcionan cobertura en las calles y en los espacios públicos militares, policías con la disciplina y el rigor que les es propio. Sostienen la economía, constructores y metalúrgicos, trabajadores de cuello blanco o de mono azul. Aportan su creatividad al combate los profesionales de la cultura, a los cuales quiero reivindicar en estos momentos tan difíciles. Resisten desde las casas profesores y alumnos, padres e hijos, mayores y jóvenes. Y lo hacen todos unidos, de norte a sur, de izquierda a derecha.

Esa es la lección de unidad de los españoles. Y ese debe ser el ejemplo del que debemos aprender todos los políticos.

Debemos empezar ya la desescalada en la tensión política; deben quedar atrás las palabras gruesas, el lenguaje agresivo. Por parte de todos. Y yo como Presidente del gobierno me comprometo a trabajar en primera línea por ello, como presidente esa es mi responsabilidad y así la asumo.

Todos los días nuestros compatriotas se asoman al televisor atentos a conocer los datos y el parte fatídico que nos trae las cifras de muertes y también de contagios, pero también los datos de curaciones.

Y todos los días se emocionan al ver la formidable imagen de unidad en los hospitales, en las fábricas, en los balcones de nuestras calles y ciudades, pueblos, también de los hogares. Y de pronto, ese ejemplo se interrumpe y deja paso al espectáculo de políticos peleándose.

La desescalada en la tensión política debe empezar ya, cuanto antes. Y debe dar paso a la unidad, al diálogo, al consenso y al acuerdo. Este será mi empeño absoluto y a él me consagraré.

En tanto persista esta emergencia no saldrá de mis labios otra palabra que Unidad; ni un reproche, ni una crítica, ni un desplante. Unidad y gratitud a todas las fuerzas políticas que ya han manifestado su disposición favorable a este Gran Acuerdo por la reconstrucción social y económica.

Este es el mensaje que acabo de transmitir a los presidentes de las CCAA y que trasladé también la semana pasada a los principales partidos de la oposición en el Congreso de los Diputados. Les he manifestado además que el Acuerdo para la reconstrucción económica-social que precisamos solo alcanzará plenamente sus objetivos con la participación de todos los partidos políticos en la oposición y también del principal partido de la oposición. Un partido que ha gobernado España durante cuatro legislaturas y que gobierna en varias CCAA de gran peso en los que va a descansar el acuerdo y la capacidad de dialogo en lo que respecta a los gobiernos autonómicos.

Por tanto, lo digo públicamente: mi propuesta es de corazón y es sincera. La oposición (toda sin excepción) debe ser parte de la reconstrucción económica y social. Al igual que tienen que participar con protagonismo otras fuerzas políticas que representan la pluralidad conjunta de nuestro país.

La comprensión de la España de hoy es distinta: España es abiertamente pluripartidista. Y esta realidad, esta diversidad, que es también nuestra riqueza, es la que debemos gestionar entre todos. Con determinación y también con humildad.

En los próximos días convocaremos a todos las fuerzas políticas, también a los agentes sociales (empresarios y sindicatos), al conjunto de CCAA y ayuntamientos y antes de que concluya esta semana quisiéramos celebrar la primera reunión para los nuevos Pactos de la Moncloa.

En esta crisis se juegan muchas cosas. También se tiene que probar que la democracia significa pluralidad, pero significa también unión cuando el ataque de un enemigo común lo hace necesario. Como es el caso.

La primera generación de políticos de nuestra democracia estableció hace 40 años el precedente. Propongo que nos inspiremos en su ejemplo y busquemos el acuerdo, trabajemos por el acuerdo. Es necesario el acuerdo.

Es verdad que desde entonces los acuerdos no han sido la regla sino más bien la excepción por desgracia en nuestra vida política democrática. Pero también ha habido acuerdos y además esos acuerdos han servido para resolver grandes problemas colectivos.

Llegamos a un Pacto Antiterrorista y vencimos juntos al terrorismo. Llegamos a un Acuerdo sobre la sostenibilidad de las Pensiones, el llamado Pacto de Toledo, y hemos aportado juntos estabilidad a las pensiones de nuestros mayores.

Todos sabemos que el problema que tenemos por delante es infinitamente mayor que cualquier otro que hayamos tenido delante durante estos últimos 40 años de democracia. Que el reto es inmenso, me atrevería a calificarlo de descomunal.

Todos sabemos que cuando venzamos esta guerra, que la vamos a vencer, estoy convencido, necesitaremos todas las fuerzas del país: políticas, institucionales y sociales para vencer la postguerra.

Necesitamos a todos. Nos necesitamos todos. Las propuestas de todos, el concurso de todos, la unión de todos. Al menos a todos los que estén dispuestos a colaborar, cuantos más mejor les agradezco su actitud y disponibilidad.

Hoy, los españoles, como el resto de la Humanidad, hacemos frente a un enemigo formidable. Un enemigo mortal que ha invadido nuestras ciudades y nuestros pueblos, poniendo en peligro nuestras vidas, nuestra salud, nuestra economía, en definitiva nuestra manera de vivir.

Los campos de batalla, allí donde se vive con crudeza toda la crueldad de nuestro enemigo, están principalmente en los hospitales y en las residencias de mayores. Para ayudar en esa batalla, para liberar la presión que ejerce el virus sobre nuestro sistema sanitario todos los españoles nos hemos confinado. Para salvar la vida de miles y miles de personas estamos sacrificando temporalmente una parte de nuestra riqueza económica.

Estamos ante una situación completamente nueva, eso es algo evidente para todo el mundo. Una situación que nos exige un comportamiento también completamente nuevo, nos exige algo inédito en nuestra generación política, algo que hasta ahora no hemos hecho; nos exige que nos unamos todos frente al enemigo común. Podemos hacerlo. Debemos hacerlo. España necesita hacerlo. No tengo y no tendré, lo he dicho en todas mis comparecencias desde que empezó esta crisis, otro enemigo que el virus. Nadie puede ganar solo esta guerra, solo unidos venceremos al virus y a la devastación que amenaza dejar tras de sí.

Dentro de unas semanas concluirá el confinamiento y entraremos de lleno en la fase de la Reconstrucción. La mejor noticia que podrían recibir los españoles al salir de sus casas es saber que sus representantes políticos han sido capaces de superar sus diferencias y diseñar juntos un gran Plan de reconstrucción económica y social para volver a poner en marcha el país. Haré todo lo que esté a mi alcance para conseguir esa unión.

Gracias.
P: Nius Diario. Espero que estéis bien todos. Soy Juan Antonio Nicolay, de Nius. Mi pregunta es relativa a esa desescalada inmediata de la que hablaba el presidente, esa desescalada política. Habla de un pacto por la reconstrucción que debe de empezar ya mismo. En su momento yo le entendí como que daba por sentado que esta desescalada política debería comenzar después de que se atendiera la urgencia sanitaria, no sé si ha habido un cambio de criterio, no sé si le parece lo más oportuno en estos momentos en los que puede introducir un elemento divisivo e, incluso, detraer alguna energía es en estos momentos de lo que es el combate contra la epidemia. No sé si está de acuerdo en esto, ¿por qué ahora y no esperar a que acabe primero el control de la pandemia. Gracias.

Presidente: Yo creo, Juan Antonio, que no son incompatibles ambos desafíos, el desafío de hacer frente a la pandemia; de hecho, yo creo que estamos haciendo un ejercicio conjunto común de colaboración, de cooperación y de coordinación el conjunto de Administraciones Públicas. También estoy encontrando ese apoyo por parte de las fuerzas políticas en su mayoría, en el Congreso de los Diputados la prórroga del Estado de Alarma.

Efectivamente, tenemos que ir anticipando lo que tienen que ser estrategias de salida, estrategias de transición que van a llevar su tiempo, que van a necesitar, también, de la pedagogía y que van a exigir compartir información y compartir propuestas entre los distintos niveles de nuestro Estado. Nuestro Estado es un Estado autonómico, es un Estado fuertemente descentralizado.

Yo creo que uno de los principales aciertos que tuvimos cuando decretamos el Estado de Alarma es la respuesta homogénea --así se lo he dicho a los presidentes autonómicos-- que dimos al conjunto del país, al conjunto de autonomías. Eso ha hecho que haya comunidades autónomas que, a lo mejor, no estaban a la cabeza en la pandemia y que hoy se ven beneficiadas, precisamente, de la dureza de las restricciones de movilidad que se pusieron precisamente para aquellas comunidades autónomas que estaban más amenazadas en ese momento por la pandemia.

Por tanto, yo no veo incompatibilidad en que, efectivamente, sigamos en el frente de la salud pública coordinados y cooperando las distintas instituciones como estamos haciendo, y hoy hemos vuelto a ver un buen ejemplo de ello con la conferencia de presidentes, nunca en la historia se han celebrado tantas conferencias de presidentes como las estamos celebrando en este inicio de legislatura, una por semana, pero, en todo caso, creo que es importante también que empecemos a hablar ya de esa reconstrucción económica y social que exige nuestro país.

Lo estamos, también, planteando, fíjate, Juan Antonio, al ámbito europeo. Les estamos diciendo precisamente al conjunto de Estados miembros y, también, a la Comisión Europea que tenemos que actuar ya y que tenemos que hacerlo urgentemente porque las consecuencias sociales y económicas del parón de la actividad como consecuencia del confinamiento empiezan a sufrirse en todos los hogares de España y del conjunto de Europa, con lo cual creo que no hay, digamos, ningún tipo de incompatibilidad entre trabajar como estamos trabajando conjuntamente en el frente de salud pública, como empezar a hacerlo desde el punto de vista de la economía y del aspecto social que necesitan, lógicamente, una respuesta común a nivel europeo y también estatal y por parte de las comunidades autónomas y ayuntamientos.

P: Mercedes Serraller, de Expansión. Presidente, ¿cuándo se va a aprobar la renta mínima? Y, ¿qué va a ofrecer a la CEOE en caso de que el tema del desencuentro al respecto puede costar que no esté en los pactos? Muchas gracias.
Presidente: Creo que he entendido bien la primera parte de la pregunta, Mercedes, pero no he entendido bien la segunda parte.

P: ¿Cuándo van a aprobar la renta mínima? Y si el desencuentro al respecto teme que le vaya a costar que no esté CEOE en los pactos de la Moncloa y qué le ofrecería al respecto. Gracias.

Presidente: Vamos a ver. En relación con el ingreso mínimo vital, que es como lo hemos llamado, es un acuerdo de legislatura, es un acuerdo de Gobierno entre las dos fuerzas políticas que formamos parte del Gobierno de coalición. Yo, en ese sentido, lo que quiero decir es que vamos a cumplir con ese acuerdo, vamos a cumplir con la instauración de un ingreso mínimo vital. Un ingreso mínimo vital que, inicialmente, antes de que irrumpiera con contundencia esta pandemia del Covid-19 tenía, sobre todo, mucho que ver con la lucha contra la pobreza infantil que, desgraciadamente, en nuestro país sigue siendo muy muy difícil y muy dura porque afecta a más de un 20% de niños y niñas en nuestro país pero, evidentemente, después de la contundencia de esta pandemia, lógicamente, tenemos también que hacerlo para otro tipo de realidades sociales que, inevitablemente, van a brotar como consecuencia del parón de la actividad económica.

Por tanto, nosotros, nuestra propuesta, y ahí está el Ministerio de Inclusión Social y de Seguridad Social y de Migración, es ponerla en marcha cuanto antes y esa es una de las principales políticas públicas que pondremos en marcha cuanto antes. Y nos gustaría, además, Mercedes, que esa propuesta como otras muchas que hemos puesto en marcha a lo largo de estas semanas del Estado de Alarma contaran con el aval, no solamente de los agentes sociales sino, también de las fuerzas políticas.

Esto es que pudiera ser, también, objeto de ese acuerdo por la reconstrucción económica y social que vamos a empezar de manera urgente pero, insisto, creo que hay muchísimos ámbitos en los que estamos dando respuesta de manera urgente por parte del Gobierno de España. Hoy, por ejemplo, con los presidentes autonómicos, ¿cuál era una de sus preocupaciones que hemos compartido? Pues los ERTEs, el cobrar los ERTEs. En definitiva, el proteger ahora mismo a aquellas personas que se ven damnificadas como consecuencia de parón de la actividad económica y del cierre de sus empresas.

El Gobierno de España está trabajando intensamente porque los trabajadores y trabajadoras cobren su prestación, su derecho y, en ese sentido, tanto el Ministerio de Trabajo y Economía Social como, también, el Ministerio de Inclusión Social y Migraciones está poniendo todo el acento en ello y toda la intensidad en ello y, también, lógicamente, con el Ministerio de Hacienda.

P: La Marea. Buenas tardes, presidente. Es obvio que las consecuencias de esta pandemia tienen especial incidencia entre los colectivos en situación más vulnerable. Muchas de estas personas son las que van a tener que acudir a sus puestos de trabajo mañana y lo tendrán que hacer en transporte público.
¿Han previsto mayor afluencia de transporte público a partir de mañana? ¿Lo han consensuado con las comunidades autónomas?
Y, también le quería preguntar. El hecho de no prorrogar la medida de que solo se mantengan las actividades esenciales a partir de mañana, ¿se ha consensuado con los sindicatos?

Presidente: Muchas gracias, Patricia. A lo largo de esta última semana los distintos Ministerios económicos se han reunido con, en el marco del diálogo social, con empresarios, CEOE, CEPYME y, también, con la Unión General de Trabajadores y con Comisiones Obreras. Y, es más, en ese ejercicio de corresponsabilidad, el conjunto de instituciones pero, también, de actores económicos me consta que en el marco de ese diálogo social y, también, a nivel de sectores, se está impulsando ese diálogo para garantizar la seguridad de los trabajadores y trabajadoras cuando regresen a sus puestos de trabajo en las actividades que no están calificadas como no esenciales.

En segundo lugar, nosotros, ayer lo dijo el ministro del Interior, lo dijo también el ministro de Sanidad, hoy hemos informado a las comunidades autónomas, a los presidentes pero hace unos cuantos días fue el propio ministro de Sanidad quien informó a los consejeros y consejeras de Sanidad de todas las comunidades autónomas, el Gobierno de España va a garantizar, además de que los propios empresarios garanticen las EPIs, los EPIs en este caso a los trabajadores cuando lleguen a su puesto de trabajo, nosotros vamos a garantizar el que se utilicen en determinadas circunstancias, como por ejemplo, el uso del transporte público, mascarillas. Nosotros vamos a proveer a los trabajadores y trabajadoras de esas mascarillas, los vamos a proveer a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las policías autonómicas, de las policías locales, y está siendo coordinado por las Delegaciones de Gobierno, del Gobierno de España como, también, las subdelegaciones.

Por tanto, lo que quiero decir con esto es que los trabajadores y trabajadoras que vayan mañana a recuperar, digamos, su actividad laboral van a contar con esa necesaria protección, con esa recomendada protección por parte de las autoridades sanitarias.

Y, finalmente, y a mí esto me parece muy importante. Nosotros, lógicamente, escuchamos a todas las instituciones públicas pero, sobre todo y ante todo tomamos las decisiones en base al Comité Científico que asesora al Gobierno de España. Fíjense, hace diez días, cuando pusimos en marcha, aprobamos ese real decreto ley de hibernación económica con el permiso retribuido recuperable que sabíamos que iba a caducar porque así lo establecimos el pasado 9 de abril para anticipar esa Semana Santa y lograr que los niveles de movilidad fueran los de los fines de semana durante los días laborables, yo recibí muchas críticas. Recibí críticas de algunos sectores económicos, recibí críticas también de algunas Administraciones Públicas, otras me apoyaron; gobiernos autonómicos que apoyaron, otros que no apoyaron pero, en definitiva, lo hice porque, primero, seguí el criterio y las recomendaciones del comité científico y, en segundo lugar, porque para mí lo más

importante es la salud pública de los trabajadores y trabajadoras, del conjunto de los ciudadanos, ese es mi único objetivo, salvar vidas, evitar contagios. De hecho, si uno mira de hace un mes a esta parte pues estábamos en 35% en incremento de número de confirmados, en contagiados, a un 3%.
Es decir, el Estado de Alarma está dando sus frutos. El sacrificio de los españoles en sus casas confinados está dando rédito y, en consecuencia, no estamos adoptando ninguna medida nueva; al contrario, estamos siguiendo confinados y lo único que hacemos es garantizar una seguridad laboral tanto en los centros de trabajo como en el transporte, en caso de que se utilicen esos transportes públicos, al conjunto de trabajadores y trabajadoras.
Pero, insisto, lo he dicho antes en mi intervención, el Gobierno de España siempre va a actuar bajo una única presión y es la del comité científico, la del asesoramiento científico y, a partir de ahí, lógicamente nosotros evaluaremos la evolución de la pandemia y en función de cuál sea la evolución de esa pandemia actuaremos con mayor restricción o con menor restricción pero siempre, y eso es la garantía que quiero trasladar al conjunto de ciudadanos, con el asesoramiento del comité científico que asesora al Gobierno de España y, en segundo lugar, con un objetivo bien claro, y es el de salvar vidas y garantizar la salud, en este caso, de los trabajadores y trabajadoras que mañana van a empezar a retomar su actividad.

P: Carmen del Arco, de Canal Sur. Buenas tardes, presidente. Después de reunirse con los presidentes autonómicos, nos han trasladado que echan en falta más coordinación, quieren más participación en la toma de decisiones. Esta quinta reunión que ha mantenido ¿ha sido la más tensa? ¿ha habido más división que en las reuniones anteriores y prevé que esto pueda dificultar esa reanudación de los pactos de la Moncloa que había previsto?
Y una cosa muy breve, si me permite. ¿Ha habido diferencias dentro del Gobierno para la reanudación de esta actividad no esencial, en concreto, ha habido críticas por parte de Unidas Podemos? Gracias.

Presidente: Muchas gracias, Carmen. El Gobierno está centrado en ganar al virus y tiene una unidad de acción total y he de decirle, además, como he dicho antes en la anterior pregunta, en mi respuesta, que nosotros nos basamos única y exclusivamente en los criterios de los científicos para nuestra toma de decisiones. Así lo dije cuando aprobé el real decreto ley de permiso retribuido recuperable, y tuve críticas por parte de distintos gobiernos autonómicos que no lo entendían, también de sectores económicos que no lo entendían, pero lo hice porque creía, primero, que con ello ayudaba a garantizar -aún más-la salud pública y, en consecuencia, también destensionar, como se me dijo por parte del comité científico, las ucis y el número de hospitalizados.

Bueno, vamos a ver el fruto de todas estas decisiones durante los próximos días, durante las próximas dos semanas. Lo que estamos viendo hoy ya, es decir, ese paso del 34% en el nivel de contagios al 3% y también la reducción, aunque siga siendo dramática, del número de fallecidos y, sin duda alguna, también del número de hospitalizados y de ingresados en uci tiene mucho que ver con las medidas que nos hemos autoimpuesto los españoles y que yo siempre agradeceré el cumplimiento ejemplar por parte de todos ellos y ellas y, sobre todo, me estoy acordando de los niños y niñas que son los que más están sufriendo, lógicamente, este confinamiento.

Estamos viendo los resultados de todo ese nivel tan duro de autoexigencia que nos hemos, digamos, aplicado a nosotros mismos para vencer a la pandemia, para proteger nuestra salud y proteger la salud de nuestros seres queridos, con lo cual, desde ese punto de vista tengan toda la confianza en que nosotros no entramos en política.

La decisión política la tomo yo, el mando único, las autoridades delegadas, pero las tomamos en base a criterios de la ciencia, de los expertos y no a criterios políticos, no a criterios de otra índole, a criterios de la ciencia. Y, claramente, cuando me dijeron que había que hacer medidas de este tipo, las puse en marcha pese a las críticas que me pudieran hacer, como me hicieron y hoy el comité científico y los expertos que asesoran al Gobierno están diciendo que con esta dinámica, efectivamente, venceremos pronto al virus.

Y, en segundo lugar, en relación con las comunidades autónomas. Vamos a ver, nunca antes en la historia de nuestra democracia y, probablemente no haya habido tantos argumentos, tantas razones para reunir a los presidentes autonómicos una vez a la semana. A lo mejor había otras razones que pudieran, a lo mejor, sugerir no hacerla cada semana pero sí cada año. Bueno, pues cada semana nos estamos reuniendo los presidentes autonómicos junto con las autoridades competentes y conmigo, a nivel estatal.
Cada semana el ministro de Sanidad se está reuniendo por videoconferencia con todos los consejeros de Sanidad, no una vez sino dos veces por semana. Cada semana el ministro de Sanidad está compareciendo en el Congreso de los Diputados. Yo mismo he comparecido cada 15 días para solicitar esa prórroga del Estado de Alarma. Me he comprometido a comparecer y a rendir cuentas semanalmente en el Congreso de los Diputados.

En definitiva, hay que hacer un ejercicio de rendición de cuentas, hay que hacer un ejercicio de corresponsabilizarnos todas las instituciones en una respuesta común al Covid-19. En ese sentido, efectivamente, los presidentes autonómicos plantean sus demandas legítimas, también sus propuestas, sus pareceres, sus realidades que son muy necesarias, sobre todo en la etapa que vamos a comenzar, espero, cuanto antes, la desescalada, la de la transición, la de este pasillo que tenemos que recorrer el conjunto de la sociedad y, lógicamente, yo hasta incluso las críticas las tomo como bien, o sea, las doy como bienvenidas porque me parece que es importante tener esa actitud de humildad en un momento como este.
Por tanto, es verdad que ellos quieren tener una mayor capacidad en la toma de decisiones que tenga el Gobierno de España pero, por otro lado, los ciudadanos entenderán, como también estoy seguro de que entienden los presidentes y presidentas autonómicos, que en niveles de tanta incertidumbre como los que vivimos y ante un enemigo que no descansa, que no atiende a fines de semana, es evidente que el Gobierno de España tiene que tomar medidas en algunas ocasiones de manera muy rápida y ese es el margen de confianza que, lógicamente, debe tener todo gobierno cuando se enfrenta a situaciones tan inéditas y tan impredecibles como las que estamos atravesando en este momento.

P: BBC ¿Le preocupa la reacción de la oposición a su gestión de esta crisis hasta ahora? Estoy pensando más que nada en el PP y en Vox. Y ¿le preocupa la imagen que esa falta de unidad política podía estar dando a nivel internacional comparada con otros países?

Presidente: Muchas gracias, más que preocuparme creo que lo que tiene que hacernos es ocuparnos. Lo he dicho antes en mi intervención, creo que estamos haciendo frente a un enemigo común, y yo no creo que haya uno u otro partido político que sea enemigo del Partido Socialista, a quien yo represento como líder, como secretario general del Partido Socialista, ni tampoco del Gobierno de España. Con lo cual, desde ese punto de vista, lo he dicho antes en mi intervención no va a haber ningún reproche, no va a haber ninguna palabra gruesa, creo que la desescalada política es fundamental, porque necesitamos, entre todos, hacer frente a la guerra, y también a la posguerra, tenemos que empezar a pensar, también, en esos efectos económicos y sociales que está teniendo esta guerra y salir cuanto antes de esta situación económica y social que nos va a dejar, desgraciadamente, la irrupción de esta pandemia en España, el conjunto de la Unión Europea y en el mundo.

P: Soy José Luis Martín, de Castilla La Mancha Media. Buenas tardes a todos. Yo quería preguntarle por esa reunión que ha mantenido con los presidentes autonómicos ¿Cuál es la respuesta que ha encontrado a esa propuesta para reconstruir, el plan de reconstrucción, al que tiene pensado convocar a todos los agentes sociales, comunidades autónomas? ¿Ha habido alguna crítica que otra? Y también de cara al fin de la hibernación mañana de la economía, ¿entiendo, presidente, que cuenta con el aval, con el respaldo del Comité Científico?
Presidente: Pues, muy sencilla, José Luis, y te responderé telegráficamente.

A tu primera pregunta, positiva. Y cuando ha habido críticas, han sido positivas. Y a la segunda, sí.

P: DIARIO MÉDICO. Es evidente que en esta pandemia el personal sanitario se está llevando una de las peores partes. Me gustaría saber hasta qué punto en estas reuniones autonómicas se esta abordándola protección de estos sanitarios, medidas conjuntas que lleven la protección a esta primer líneade lucha contra el virus y no tengamos escenas y no tengamos escenas de recursos ante los tribunales, cada uno en diferentes niveles también con resoluciones diferentes.

Presidente: Muchas gracias Soledad, pese a las dificultades en la comunicación se ha entendido su pregunta. En estas reuniones, digamos, es el primer punto del orden del día, la provisión de materiales a la primera línea dela Covid 19. Yo creo que a lo largo de estas semanas tan difíciles y también en un contexto internacional con un mercado absolutamente inflamado con muchísimos países tratando de proveerse de ese material sanitario, creo que afortunadamente España ha comenzado a garantizar la provisión regular sistemática de esos materiales. Nos gustaría incluso que fuese con mayor celeridad pero estamos garantizando esa provisión a las CCAA de mascarillas de EPIs, de todo lo necesario para que todo el sector sanitario haga su labor, una labor impagable que siempre reconoceremos. Insisto, los recursos no son los necesarios, siempre hay una insuficiencia en los mismos como consecuencia de que el mundo no estaba preparado para las consecuencias de esta pandemia global, me hago cargo de ello, me responsabilizo de ello, es más, empatizo con las demandas legítimas del personal sanitario y lo que le garantizo al personal sanitario es que estamos haciendo lo indecible día y noche para garantizar el suministro del material médico.

P: El Punt Avui. Presidente sobre su oferta, sobre los Pactos de la Moncloa, la Generalitat, pero también otros gobiernos, siguen viendo la oferta de pacto con miedo a una recentralización. ¿Puede garantizar que no será la excusa para una involución autonómica o para una ley de armonización como la del año 82?

Presidente: Sí.


(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)