La Toja
Buenos días.
En primer lugar, quisiera agradecer a Amancio su liderazgo, también, y al tener la visión de plantear este vínculo atlántico no solo con Estados Unidos sino, también, con Latinoamérica que es algo que ha comentado Josep y que, desde luego, comparto cien por cien.
También agradecerte las palabras, y permíteme que te tutee delante de todos por la confianza que tenemos, y agradecer, como bien decía antes el Alto Representante, la oportunidad que me dais de poder compartir con todos vosotros y vosotras algunas reflexiones.
Hace justo un año, tuve también la ocasión de poder dirigirme a este foro en su primera edición para poder compartir con todos vosotros y vosotras la visión que tenía el Gobierno de España de su país. Vivíamos entonces un periodo electoral en el que, a pesar de la tensión política, muy característica de nuestro país contemplábamos un horizonte de futuro bien distinto al actual. Pocos meses después, cuando ese Gobierno empezó a arrancar, dio sus primeros pasos, un virus desconocido irrumpió en nuestras vidas. El premio Nobel de Medicina Peter Medawar definió virus como "una mala noticia envuelta en una proteína".
El COVID19 ha sido no una mala, sino una pésima noticia para el mundo en general, y en consecuencia también para nuestro país. Nos puso contra las cuerdas, nos llevó a la mayor crisis sanitaria, social y económica desde la Guerra Civil en nuestro país, a la mayor y más importante crisis en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial.
"En el mundo que viene, ¿nada será igual?", se preguntaba y se planteaba una de las mesas que han tenido lugar en estos días en el foro La Toja. Lo cierto es que nadie tiene la respuesta completa, y el alto representante en su brillante intervención, y también Josep, han planteado algunas de estas incógnitas. Pero creo que sí podemos aventurar algunas respuestas que están fuera de dudas, y que generan algunas certezas, pocas todavía, del horizonte que al que tenemos que caminar. No de la España que viene sino de la España en la que ya estamos, la España que es.
La primera de ellas: lo que antes de la pandemia era necesario, ahora es impostergable. Hace un año les hablé de las transformaciones que España precisaba y hoy ratifico, con más énfasis, mis palabras de entonces:
- La España que entonces deseábamos es la España que ahora urge.
- La España de la transición ecológica, que nos salve del desastre climático, para la cual no hay una vacuna y que, además, puede suponer esa transición ecológica -si lo hacemos con determinación y con acierto-puede suponer una fuente de prosperidad, de empresa, de creación de empleo y, en consecuencia, de progreso seguro.
- La España de la cohesión social pero también de la cohesión territorial, que aquí se ha mencionado por parte de Josep. Estoy convencido, precisamente ha sido objeto de debate seguro en las distintas mesas. La cuestión social y la cuestión territorial, no solamente para cerrar brechas entre ciudadanos y ciudadanas sino, también, brechas entre territorios y, sin duda alguna también, acabar con la exclusión social.
- La España feminista, a la cual se ha hecho referencia, también, por parte del alto representante, que avance en la igualdad entre hombres y mujeres y en la consecución de derechos y libertades para todos y para todas.
- La España de la economía digital, de la Cuarta Revolución Industrial, para la cual España está bien dotada, bien dotada en la extensión de su fibra óptica en comparación con otros países europeos. En muchas ocasiones, se ha recordado que la extensión de fibra óptica que tenemos en nuestro país es incluso mayor a la suma de economías tan importantes como el Reino Unido, Alemania, Italia y Portugal.
- La España, también, de la Educación, de la Formación, de la Ciencia, de la Innovación, de la Formación Profesional, fundamental en el periodo de los próximos años que vamos a tener que abordar.
- Y la España europeísta que, precisamente hoy que se cumple el 30º aniversario de la unificación alemana.
Esa es la España que hace un año deseábamos, esa es la España que ahora urge y es la España, en definitiva, nos merecemos.
Y esa España tenemos que construirla unidos, como bien ha dicho el presidente del Foro. Por ello querría que mis palabras supusieran un emplazamiento firme al trabajo unido entre el sector público y el sector privado, al cual antes hacía referencia el presidente del Foro.
Esa alianza ha sido siempre necesaria y fructífera cuando ha funcionado en nuestro psis, pero en estos momentos es el camino imprescindible para lograr la recuperación económica y social de nuestro país. Y quisiera ser muy claro en este punto, porque no se trata de recuperar los niveles de PIB que teníamos previos de la pandemia. Lo que necesitamos es transformar, modernizar nuestra economía para que esa recuperación se sustente sobre pilares mucho más resilientes en el mundo que viene o en el que ya estamos después de la pandemia.
De sobra sabemos que la unión de todos es lo que hace que una sociedad avance. Tan esencial para el bienestar de una comunidad es la garantía de unos servicios públicos de calidad que claramente con la pandemia se ha demostrado que son fundamentales, que son primordiales. Pensemos en nuestro personal sanitario o, también en la salud pública y, también, lógicamente, en el emprendimiento privado.
Pero, si esas dos fuerzas trabajan unidas, avanzan unidas, el resultado es un éxito garantizado. Y creo que, además, durante esta última semana hemos tenido algunos ejemplos elocuentes de esa voluntad manifestada tanto por parte del Gobierno, de las instituciones públicas como, también, de instituciones privadas.
La extensión, por ejemplo, de los ERTE hasta el próximo 31 de enero creo que es una muy buena noticia, no solamente porque se haya aprobado en un Consejo de Ministros sino porque viene previamente alcanzado ese acuerdo entre los agentes sociales - trabajadores y empresarios--. La extensión, también, de las prestaciones por cese de actividad a los trabajadores y trabajadoras autónomos y, sin duda alguna, también -y luego me referiré a ello--, la movilización sin precedentes de 100.000 millones de euros para mantener nuestro tejido productivo en los momentos más complicados del Covid; es decir, la unión a falta de esa vacuna definitiva que nos resuelva la pandemia, la unión es la mejor vacuna contra el COVID.
Y, precisamente aquí, en esta tierra, en Galicia, querido presidente, tenéis ejemplos que ilustran lo provechoso de estas alianzas. Por ejemplo, la colaboración entre la Universidad de Santiago de Compostela y el Centro de Supercomputación de Galicia, que pretenden mejorar la empresa Financiera Maderera, Finsa, a través del uso de la inteligencia artificial y el big data.
En este caso, la alianza es triple y, por tanto, es una alianza mucho más inspiradora porque no es solamente entre la tecnología y la empresa sino, también, entre la academia que se incorpora a este círculo virtuoso.
Otro ejemplo: el proyecto sobre seguridad aérea Galician Skyway-Civil UAVs Initiative. Lazos entre lo público y lo privado para mejorar tanto productividades como estructuras que velen por un futuro mejor y un futuro mucho más sostenible.
Y en Galicia también existen iniciativas también como Business Factory Auto, cuyo objetivo es la aceleración y la consolidación de proyectos muy importantes para esta tierra, como es la especialización en el sector de la automoción.
Precisamente ayer viernes me informaban de que se cerró la recepción de proyectos de esta quinta edición. En la última edición, se eligieron diez proyectos para su aceleración y seis para su consolidación. A esto, en definitiva, me refiero, nos referimos al hablar de progreso, de colaboración y de unión de fuerzas. Porque estas iniciativas tienen como finalidad modernizar, transformar esos proyectos en empresas innovadoras, en empresas viables en esta España y en este mundo pos pandemia, que no solo atraigan talento, sino que también lo retengan, y que conformen un nuevo tejido económico, mucho más saludable, que sea sinónimo de futuro. De un futuro que tiene que ser mucho más sólido, de un futuro del que tenemos que enorgullecernos, de un futuro marcado por una prosperidad compartida.
Los fundamentos, de hecho, de nuestra economía, es decir, los fundamentos de los que partimos son sólidos y tenemos, además, que reconocerlos. Antes de la llegada del Covid-19, la economía española se encontraba en una senda de crecimiento robusto y sostenible. Es verdad que había ralentizado como consecuencia de la desaceleración de vida de algunos elementos subyacentes que se han comentado aquí, por ejemplo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, pero el crecimiento económico en el año 2019 era de un 2% del PIB; es decir, la mayor tasa dentro de las grandes economías europeas; el mercado laboral crecía por encima de los 360.000 nuevos empleos anuales en el mes de febrero, es decir, hace muy pocos meses; la deuda pública entonces se encontraba en fase de reducción, cerrando 2019 en el 95,5% del PIB; y el sector exterior que siempre ha sido uno de nuestros principales talones de Aquiles contribuía al crecimiento positivo de nuestra economía en un 2% del PIB.
La pandemia lógicamente todo esto lo ha cambiado, ha dado la vuelta a nuestras vidas y todas las previsiones económicas. Un tercio de la humanidad ha sido confinado, la mayor pandemia en los últimos 100 años de la historia de la humanidad y la economía española, con algunos sectores muy sensibles, con muy poca capacidad defensiva al reducirse la movilidad mundial, como es sector turístico, se han visto especialmente afectados. Y, en este sentido, me gustaría romper una lanza y reconocer el extraordinario aporte económico y también de creación de empleo que genera el sector turístico en nuestro país.
En estas circunstancias inéditas, tan difíciles, tan complejas, a las que reconozcámoslo, ningún Gobierno en la historia reciente de nuestra democracia, y cuando digo ningún gobierno no solamente estoy pensando en el Gobierno de España, estoy pensando también en las Diputaciones, en los gobiernos autonómicos, en los gobiernos municipales. Ningún gobierno tuvo que hacer frente, hemos dado desde el diálogo social una respuesta contundente y ambiciosa en muchas materias, en muchos ámbitos, pero especialmente en materia de empleo, protección social y financiación para sostener y permitir la supervivencia de empresas muy competitivas antes y más competitivas aún, estoy convencido, después de la pandemia.
Hemos logrando sostener el tejido productivo con una red económico y social sin precedentes en la historia de nuestra democracia porque, efectivamente, es una crisis sin precedentes en la historia de nuestra democracia, y hoy empezamos a obtener resultados que empiezan a ser, reconozcámoslo, alentadores.
Una de las medidas que más está contribuyendo al conjunto de la sociedad y que, además, está siendo reconocida en la Unión Europea, ayer mismo tuve ocasión de poder compartirlo con los colegas europeos en el Consejo Europeo, son los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, los ERTE, que fueron capaces de proteger, en el momento más duro de la pandemia, a de 3,3 millones de trabajadores y trabajadoras y también han permitido que miles no, cientos de miles de empresas en nuestro país hayan podido tener su viabilidad.
Desde entonces, más del 80% de los trabajadores y trabajadoras que se encontraban en ERTE han vuelto a su puesto de trabajo. Yo creo que esto es un muy buen dato que demuestra no solamente la capacidad de absorción, sino también la resiliencia y la flexibilidad de nuestra economía. Y esta medida ha sido acordada además con los agentes sociales, con los sindicatos y con los empresarios. Es decir, el grado de responsabilidad y de compromiso social de los actores sociales para con su país me parece que es sobresaliente y tiene que ser reconocido, y así lo hago por parte del Gobierno.
La reactivación del mercado laboral se ha visto reflejada también en la afiliación a la Seguridad Social, que ha recuperado ya más de 400.000 afiliados tras haber caído hasta los 18,4 millones a principios del mes de abril. Ayer mismo conocíamos los datos de afiliación a la Seguridad Social, también de paro en el mes de septiembre, que confirman que 84.000 nuevos afiliados han ingresado en la Seguridad Social. El mejor dato en este mes de toda la serie histórica.
La afiliación suma así 5 meses consecutivos de creación de empleo, recuperando más de la mitad de lo perdido en el mes de marzo y en el mes de abril.
Llevamos ya 6 grandes acuerdos con los agentes sociales en estos meses intensos, complejos. Tres acuerdos para la prórroga de los ERTEs, también para la protección de los trabajadores autónomos. El Pacto por la Reactivación Económica y el empleo, que firmamos en el mes de junio con los agentes sociales y la Ley de Trabajo a Distancia, que es también un hito importante y que hemos logrado con el diálogo y el acuerdo social.
En financiación, lo saben ustedes, los avales de crédito introducidos por el ICO, que aun que alcanzan casi las 810.000 operaciones, han permitido movilizar 100.000 millones de euros, facilitando que las empresas mantuviesen su actividad.
Nunca antes, nunca antes, se había producido un despliegue económico de esta magnitud por parte del Estado. Jamás. Jamás, porque jamás también habíamos sufrido una crisis de estas características. Estas medidas también están contribuyendo a una recuperación general de la economía.
Es verdad que en el primer trimestre del año sufrimos una caída de un 5,2 por ciento. En el segundo trimestre del año hemos sufrido una caída del diecisiete coma ocho por ciento, pero los distintos organismos prevén que el crecimiento del PIB se sitúe en el tercer trimestre del año, de largo, por encima del 10 por ciento.
El Banco de España acaba de situar ese crecimiento en el dieciséis por ciento, recuperando en consecuencia parte de la caída inicial de cara al año 2021 el Fondo Monetario Internacional, esta misma semana, ha anunciado una previsión de crecimiento para el año que viene de nuestra economía del 7,2 por ciento.
Todas estas previsiones, como bien han dicho el Alto Representante, están obviamente hechas en un entorno de una gran incertidumbre, de una enorme fragilidad. Y es ahí donde el Gobierno, junto con las empresas de nuestro país, en estos momentos está.
Tras una fase inicial en los momentos más duros de la pandemia, donde tuvimos que resistir el golpe, pasamos a una fase de reactivación y ahora lo que tenemos que hacer es entrar definitivamente en una fase de recuperación de nuestra economía.
Es cierto que dependemos de la evolución de la pandemia, de modo que nuestro primer objetivo, y eso es lo que me gustaría también compartir con todos ustedes, es que tenemos que atajar la pandemia radicalmente, contundentemente, para que la recuperación económica pueda desplegar todo su potencial, que lo tiene, en nuestro país.
Nunca ha habido una disyuntiva entre economía y salud. Si no hay salud, no hay economía. Creo que esta es una de las grandes lecciones que tenemos que sacar de la crisis.
El Gobierno, no les quepa duda, como bien comentaba antes el presidente del foro, al que agradezco sus palabras, tiene la determinación para afrontar las reformas y las inversiones que España necesita para transformarse en la España que nos merecemos y que además, necesitamos modernizar. No durante los próximos tres años sino durante los próximos seis años, que es lo que va a durar el programa del Fondo de Recuperación.
Confiamos en la vacuna. ¿Confiamos en el aporte de la ciencia? Sin duda alguna, pero tendremos que convivir con este virus hasta que encontremos ese remedio. Y en consecuencia, tenemos que crear un ecosistema de recuperación independiente, seguro, perdurable, resiliente.
Para ello disponemos de dos puntos de referencia fundamentales.
El primero es el ámbito europeo. Es la implementación de un ambicioso plan de reformas y de inversiones contemplado en el Plan de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea que, a mi juicio, marca un hito en la construcción de la Unión.
Muy semejante al que representó la entrada de Portugal y de España a la Unión Europea en los años 80 del siglo pasado, o lo que representó también la construcción del mercado único o la creación de la moneda única.
Yo creo que estamos en una situación y ante un hito de la misma envergadura en términos históricos. No solamente por la capacidad de movilización de recursos que tiene, sino porque aquellos europeístas que siempre defendimos que había que mutualizar la deuda y que teníamos que federalizar aún más nuestro continente, que es en definitiva el sinónimo de integración, lo hemos logrado.
Yo creo que evidentemente si echamos la vista atrás y antes se ha hecho referencia por parte del Alto Representante, para que nos hagamos una idea, los fondos estructurales en seis años, representaron 8 mil millones de euros.
Este Fondo de Recuperación es 140 mil millones de euros en seis años.
Por tanto, la capacidad que vamos a tener de poder transformar, modernizar nuestro país, hacer una recuperación mucho más resiliente en muchísimos ámbitos, es extraordinario. Esto es en el plano europeo.
En el plano español claramente tenemos que abordar el debate en el Congreso de los Diputados de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado del año 2021 que necesitamos, que tienen que además concitar el máximo consenso, la máxima unidad, el mayor número de apoyos parlamentarios en las Cortes Generales.
Sí quisiera decir algunas cosas sobre estos dos elementos. El primero sobre el Fondo de Recuperación, les adelanto algunas cosas que creo que pueden ser de interés para ustedes y también para el conjunto de la sociedad española.
En primer lugar, les adelanto que el próximo miércoles vamos a presentar al conjunto de la sociedad las líneas maestras, los ámbitos prioritarios, así como los programas principales del Fondo de recuperación europeo; la transición ecológica y digital, la igualdad de género, la cohesión social y territorial serán los ejes que definan los planes y los proyectos que España va a presentar para su modernización social, económica y ecológica.
Por tanto, el próximo miércoles vamos a presentar al conjunto de la sociedad española, el plan de recuperación que negociaremos con Bruselas.
Les comunico también que vamos a hacer por primera vez en la historia de nuestro país, algo muy demandado por parte sobre todo de las empresas a la Administración General del Estado y que sería además recomendable que hicieran otras instituciones, y me refiero a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos.
Necesitamos poner en forma a nuestras administraciones públicas. Que estén preparadas para empezar a gestionar los fondos europeos con agilidad y con eficacia desde el primer segundo, para que la propia administración facilite la absorción de esos fondos, sitúe su rumbo en la ejecución y poder crecer de otra manera.
Por tanto, les anuncio que vamos a aprobar un Real Decreto Ley tan pronto como conozcamos el marco europeo de las ayudas que eliminará las principales barreras, los principales cuellos de botella legales, operativos, de la administración, para que la eficacia en la gestión de los fondos sea la que deseamos.
Por supuesto, con total respeto a las normas europeas y con un objetivo claro, que es el conseguir una gestión transparente, ágil, eficaz de los fondos europeos.
El tercer anuncio que me gustaría hacerles en este foro es que a lo largo de esta pandemia hemos descubierto que la cooperación multilateral, que el debate multilateral entre el Gobierno de España y las comunidades autónomas ha sido muy positiva y que tenemos que seguir reforzando.
En la reunión que mantuve con la presidenta de la Comisión Europea la semana pasada en Bruselas, quedamos en que sería muy importante que la presidenta de la Comisión Europea tuviera también su presencia en la Conferencia de Presidentes para poder explicar el fondo de recuperación y también, lógicamente, poder respaldar el Fondo de recuperación español ante el conjunto de la sociedad española.
Bien, les anuncio que esa Conferencia de Presidentes se convocará para el día 26 de octubre y contará por primera vez en la historia con la presencia de la presidenta de la Comisión Europea.
Y como estamos hablando de una conferencia de presidentes inédita, y también es muy importante que los municipios y las provincias estén presentes en lo que es la gestión de estos fondos, lógicamente, me permitirán a los presidentes y presidentes autonómicos que podamos invitar al presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, y alcalde de Vigo, para que estén presentes, porque necesitaremos también del concurso, la cooperación y la colaboración de los ayuntamientos.
Respecto al segundo instrumento, una visión. Los Presupuestos Generales del Estado para 2021 están llamados a determinar el rumbo económico y social de todos, de todo el país para los próximos años. Son extraordinarios porque extraordinaria es la situación y por tanto, necesitaríamos de acuerdos extraordinarios. Estos presupuestos van a ser el vehículo que permita canalizar las ayudas procedentes de la Unión Europea.
Y entiéndanme bien, no quiero decir con esto, que si no hay presupuestos no vamos a poder vehicular esos fondos. Pero lo que sí es evidente es que no vamos a poder vehicularlos de la misma manera, ni absorberlos de la misma manera que con unos presupuestos que estén acordes a la realidad y a la coyuntura económica y social de nuestro país.
Ni puede ni debe haber líneas rojas, al menos este es el planteamiento que tiene el gobierno de España. Serán unos presupuestos progresistas, porque la coalición es progresista, pero tienen que ser unos presupuestos progresistas de país. A la tarea de aprobarlos vamos a convocar a todas las formaciones políticas de la Cámara, incluso también al principal partido de la oposición. No nos vamos a cansar de repetirlo, aunque se autoexcluyan con otras formaciones políticas.
A partir de aquí, tanto con el Fondo de Recuperación como con los Presupuestos para 2021 vamos a iniciar una senda para modernizar nuestro país, para transformar nuestro país en los próximos seis años.
No es solo una solución de emergencia, que también, porque tendremos, lógicamente, que reactivar nuestra economía y recuperarnos de esta pandemia. Es una proyección de rumbo, de un horizonte y de un proyecto de país, y de una idea de España que tiene que fundamentarse en su capacidad emprendedora, dinámica, en su vocación europeísta, en su compromiso social, de justicia social, en su anhelo por una cohesión territorial mucho mayor, y lógicamente con un compromiso para con la humanidad y las generaciones futuras que representa la lucha contra el cambio climático.
Y en punto vuelvo a emplazarles a todos ustedes, también al conjunto de la sociedad española. A los partidos políticos, a los agentes sociales, a la sociedad civil y muy especialmente a los jóvenes.
España es un país admirable, creo que lo podemos compartir todos. España es un país que se ha levantado siempre que ha sufrido crisis. Esta es muy grave, pero también vamos a levantarnos. España es un país que puede alcanzar cualquier meta que se proponga con ambición y con unidad. España tiene que entenderse con España, creo que en un momento como el que estamos viviendo esto es fundamental. Y no lo dudemos: si España quiere, y yo estoy convencido de que la mayoría quiere, España puede dar un paso de gigante en su modernización durante los próximos seis años.
La recuperación vamos a conseguirla, eso está fuera de toda duda. Vamos a conseguirla. Pero a lo que aspiramos es a ir más allá, no solamente a recuperar la economía. Crecer de otra manera: dar un salto como el que dimos en las décadas anteriores a esta última.
Nos adentramos, en consecuencia, en una nueva modernización de nuestra economía y de nuestro país. Necesitamos el concurso de todos, de todas. De todos los que no se autoexcluyen. De todos los que quieren arrimar y construir el país
El Gobierno va a hacer su trabajo, no les quepa duda. Los empresarios, estoy convencido de que lo van a hacer también, ya lo están haciendo. Los trabajadores, igual. El ejercicio de consenso, de diálogo social que se está construyendo gracias a ese compromiso con el país de los sindicatos y de los empresarios así lo atestigua. Los jóvenes deben seguir estudiando, preparándose, trabajando. Todos tenemos que seguir formándonos en este aprendizaje continuo. Las comunidades autónomas y los ayuntamientos tienen que gobernar los espacios que les corresponden y que están reconocidos en el título octavo de la Constitución. No me cabe duda de que lo están haciendo. Y los partidos políticos tienen que aportar su contribución, lógicamente defender lo que legítimamente consideren, pero tiene que ser mucho más allá de la voz de los electores a los que representan. Deben promover acuerdos, favorecer un ecosistema al entendimiento.
Cada uno, en fin, debe ocupar el lugar que le corresponde, actuar con la máxima lealtad y con el máximo esfuerzo. El virus es un enemigo que tiene muchas caras: y una de ellas, no nos equivoquemos, es la antipolítica. Se engañan aquellas fuerzas políticas tradicionales que piensen que pueden obtener algún rédito de la división, del enfrentamiento, de la confrontación, de la polarización. Del marasmo, de la desesperanza, de la antipolítica, el único beneficiario es la ultraderecha.
Los grandes países, las grandes naciones, se definen por su apuesta solidaria y colectiva. Por preservar eso que hemos llamado el bien común. Por contar con todos, escuchar a todos y a todas. Por dejar que cada ciudadano y ciudadana sean actores dinámicos del futuro de todos. Y como presidente les garantizo que sólo pediré lo que puedo ofrecer, que es unidad y estabilidad para que la economía funcione.
Para el Gobierno, una nación llena de alianzas, de colaboración, de cooperación, es una nación que prospera. Nuestro país tiene más que lo necesario para salir adelante. No me cabe ninguna duda. Nuestra ciudadanía tiene todo lo necesario para conquistar el futuro que se merece. Un futuro del que enorgullecernos. Tenemos talento, recursos, optimismo, horizonte. Eso es lo que tenemos y a eso es hacia lo que tenemos que caminar.
Aquí en Galicia sabéis bien de qué hablo. Innovación, emprendimiento, talento, recursos. Hay grandes corporaciones globales que son líderes en sectores muy importantes para nuestro país, que genera riqueza, empleo en nuestro país, pero también más allá de nuestras fronteras. Aquí existen también grandes uniones corporativas tecnológicas de primer nivel, como Docuten o Alen Space, a la vez que nacen empresas familiares, personales, que revitalizan el entorno rural de forma sostenible, ecológica, sacándole partido a los recursos tradicionales, tan ricos y tan diversos que tenéis en esta maravillosa tierra. Desde la creación de nanosatélites hasta la producción de quesos ecológicos en granjas sostenibles. El marco en el que ambas realidades empresariales conviven y se retroalimentan es el marco que guarda el futuro de nuestro país.
Y las instituciones públicas no solo no pueden desentenderse de ello, sino que tienen que proteger las condiciones en las que ese marca ese desarrollo. Su capital humano, con una educación y una formación profesional de calidad. Su capital científico, con una inversión ambiciosa en investigación y desarrollo. Yo creo que esta es otra de las grandes lecciones que tenemos que sacar de esta pandemia, que tenemos que apoyar siempre, a las duras y a las maduras, a la ciencia en nuestro país. Tenemos unos extraordinarios científicos. Su capital económico, con un apoyo financiero que permita poner en pie proyectos consistentes. Y también nuestro capital público, reformando las administraciones públicas, que bien falta hace.
Tenemos un rumbo claro. El proceso de digitalización tendrá importantes efectos en la productividad, en el crecimiento, en la creación de empleo, además de las mejoras en bienestar y en el acceso a productos y a servicios.
Para ello, a mi juicio, es urgente apoyar la digitalización del tejido empresarial. Es verdad que tenemos mucha atomización de empresas, muchas de esas empresas no se han digitalizado. Tenemos que tener en cuenta que más del 40% del PIB europeo el próximo año va a estar vinculado y fundamentado en la digitalización. Tenemos que seguir impulsando la internacionalización y para ello necesitamos una mayor escalabilidad en nuestras empresas, también tenemos que mejorar la cualificación de nuestro capital humano, y lógicamente esa tarea pendiente que tenemos para con la humanidad que es la transición ecológica.
Además, la transformación digital -y le doy especialmente importancia a este mensaje en esta tierra- estoy convencido de que puede ser, como bien comentaba antes el presidente del Foro, un elemento fundamental para la vertebración territorial de nuestro país.
La conectividad generalizada de todos los territorios va a revitalizar las zonas más afectadas por la despoblación, por ese reto demográfico que tenemos, creando las condiciones necesarias para el emprendimiento y generando oportunidades a nuestros jóvenes. Sé que en este foro han estado hablando del diálogo intergeneracional, que es muy importante para todos, también para el Gobierno de España. No podemos hacer nada sin los jóvenes. Y me gustaría también que se planteara, como se ha planteado también por parte del alto representante, que no olvidemos ese diálogo entre géneros. Tenemos que apostar decididamente por la aportación de la mujer al desarrollo, al progreso, a la economía, al empleo en nuestro país. Una de las cifras más elocuentes de cómo está viviendo la población femenina, la mitad, más de la mitad de la población, esta crisis es que desgraciadamente el empleo que se está creando se está concentrando mucho en la población masculina y no en la población femenina. Es, desgraciadamente, de nuevo, la población femenina quien está soportando esa economía de los cuidados que no está, lógicamente, aportando o cubriendo la Administración Pública.
En fin, desde aquí, por tanto, quiero invitar a todos a formar parte de ese plan, a construir esa España que nos merecemos todos.
Diálogo constante para que el conjunto de la sociedad sienta como suyo este proyecto en un gran país que es el nuestro.
Y una apuesta decidida por unos Presupuestos Generales progresistas, de país, capaces de impulsar a España en esa senda de recuperación sobre unos presupuestos mucho más resilientes para el mundo en el que estamos.
Si España quiere, España puede. España, como Galicia, necesita para ello de la fuerza, de la innovación, de la pasión y el talento de sus empresarios, de sus empresarias. También de los trabajadores y las trabajadoras. En definitiva, iniciativa, pujanza, tesón, inteligencia, tecnología, resiliencia y emprendimiento. Por mi parte les vuelvo a repetir que sólo pediré lo que ofrezco: y es unidad y estabilidad para que la economía funcione.
Muchas gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)