La Moncloa
PEDRO SÁNCHEZ, presidente del Gobierno en funciones.
Presidente.- Buenas noches.
En primer lugar quiero dar las gracias a los medios de comunicación por acudir y cubrir esta comparecencia de prensa.
Como saben, acaba de finalizar la rueda de consultas del Jefe del Estado, del Rey, con los distintos Grupos Parlamentarios, cuyo resultado acaba de hacer público tanto la Casa Real como también la presidenta del Congreso de los Diputados. Y el resultado es claro: no hay una mayoría en el Congreso de los Diputados que garantice la formación de un gobierno, por lo que el país se ve abocado a una repetición electoral el próximo día 10 de noviembre.
En este sentido, quisiera compartir con el país, como presidente del Gobierno en funciones y también como líder del partido más votado el pasado 28 de abril, mi visión de lo acontecido y las lecciones a extraer del bloqueo institucional que ha sufrido el país durante estos últimos meses.
En primer lugar, hay que recordar algo evidente, y es que los españoles ya hablaron. Y hablaron claro. Hablaron claro el pasado mes de abril y hablaron aún más claro el pasado mes de mayo.
Frente a la disyuntiva que se planteó en esas elecciones del mes de abril, entre el Partido Socialista y el bloque conservador, formado por las tres fuerzas políticas, y que consistió en elegir entre avanzar o retroceder a tiempos de injusticia social, de corrupción y de crispación, los españoles eligieron avanzar. Eligieron avanzar sin aventuras. Eligieron avanzar con seguridad, con moderación. Votaron un gobierno progresista, cuya estabilidad dependiera de fuerzas no independentistas. Y, como he reiterado desde el pasado mes de abril, para que la gobernabilidad de nuestro país no estuviera condicionada por los votos de fuerzas independentistas necesitábamos no del apoyo, pero sí de la abstención técnica de las fuerzas conservadoras; en particular, del Partido Popular y de Ciudadanos.
Insisto, no un apoyo, tan sólo una abstención que permitiera facilitar el único gobierno posible desde la aritmética parlamentaria que arrojaron las urnas el pasado 28 de abril. Un gobierno progresista liderado por el Partido Socialista, que fue quien ganó las elecciones.
Lamentablemente, los conservadores españoles poco tienen que ver con los conservadores europeos, y han optado por desentenderse de la estabilidad de nuestro país.
Desgraciadamente, el partido que se dice centro liberal nada tiene que ver con el centro ni con los liberales de Europa, y prefiere poner un cordón sanitario a la socialdemocracia y abrazar, como hemos visto, en distintos gobiernos autonómicos a la ultraderecha española.
Por otra parte, como saben ustedes, para conformar el apoyo a un gobierno progresista necesitábamos también del acuerdo de Unidas Podemos. Y esto tampoco ha sido posible. Y en esto también es singular España, porque Unidas Podemos es el único partido a la izquierda de la socialdemocracia que ha impedido cuatro veces; insisto, cuatro veces: dos en 2016 y dos en 2019, un Gobierno progresista bloqueando, junto a la mayoría conservadora de la Cámara, la formación de un gobierno liderado por el Partido Socialista.
Por lo tanto, en esta ocasión ha sido imposible cumplir con el mandato electoral de los españoles el pasado 28 de abril. Lo he intentado por todos los medios, pero nos lo han hecho imposible.
He procurado conformar un Gobierno para España, y digo un Gobierno, un Gobierno, no cualquier gobierno, sino el que, a mi juicio, necesita España ante los desafíos que tenemos por delante.
Un Gobierno moderado, sin frentismos, desde el acuerdo, que gobierne desde valores progresistas pero que lo haga para la mayoría social de nuestro país. Con vocación de transformación y también de acuerdo en las grandes reformas que necesita España.
El único límite ha sido no aceptar un Gobierno minado, de entrada, por la división y por la desconfianza, y un gobierno cuya estabilidad no descansara exclusivamente en las fuerzas independentistas.
Y lo dije en la sesión de investidura fallada el pasado mes de junio: si me viera obligado a elegir entre la presidencia de un gobierno dividido en dos y condenado, en consecuencia, al fracaso, y mi deber de defender el interés general de mi país, elegiría siempre el interés general de mi país, elegiría siempre proteger a España. Y es lo que he tenido que hacer, finalmente.
España no necesita un gobierno para una investidura, necesita un gobierno para una legislatura. Los españoles necesitan un gobierno estable, coherente, no un gobierno compartimentado, paralizado por sus propias contradicciones y con fecha de caducidad. Ni mucho menos un gobierno a prueba o sometido a hipotecas. Los españoles lo que necesitan es un gobierno capaz. Capaz de encarar los retos importantes, transcendentales, que tenemos como país.
En primer lugar, los retos que corresponden a nuestra época: la corrección de las injusticias sociales, la creación de empleo, el sostenimiento de nuestro sistema público de pensiones, la plena igualdad de la mujer, la conquista en el liderazgo de la revolución digital, la respuesta a la emergencia climática, y el fortalecimiento de nuestro proyecto común como país y también de Europa.
Y, en segundo lugar, junto a esos desafíos que corresponden a nuestra época, otras amenazas coyunturales mucho más inmediatas: el enfriamiento económico internacional, el peligro de las sacudidas de un Brexit duro y aquí, en casa, las consecuencias políticas de la sentencia del 'procés' sobre la crisis catalana. Después de un año, creo que este Gobierno ha demostrado que los problemas de España se pueden atajar y se pueden superar desde una óptica progresista. Aún continúan existiendo, pero hemos comenzado a reducir las tensiones territoriales. Aún queda mucho por hacer, y ya dije que sería una tarea que exigiría tiempo y dedicación, serenidad y mesura, diálogo y también firmeza. Pero sobre todo y ante todo, tener las ideas claras de hacia dónde ir.
Y el Gobierno en funciones ha tenido siempre claro que nuestro horizonte debía ser la reconstrucción de la convivencia y salvaguardar la integridad territorial, la soberanía nacional, el ordenamiento constitucional, y nuestro Estado autonómico.
Hemos reconducido también la inmigración ilegal. Hemos demostrado que se puede combatir con eficacia a las mafias migratorias y hacerlo, además, desde el respeto a los derechos humanos y a la legalidad internacional. Hemos recuperado el protagonismo internacional. Hemos constatado que se pueden defender los intereses de España sin aislarse. Es más, que los intereses de España se defienden mejor con la máxima presencia en espacios de poder e instituciones internacionales y europeas.
Hemos demostrado, también, que se puede crecer y repartir. Que se puede crecer con justicia social, que es posible crear empleo, hacer crecer la economía y, al mismo tiempo, ocuparse de los trabajadores con condiciones salariales más precarias y de las familias más desfavorecidas.
Y, si la economía se enfría, demostraremos que los tiempos duros se pueden encarar sin dejar a nadie atrás, ocupándonos antes de los más débiles y distribuyendo las cargas con justicia.
Hemos demostrado, en fin, que se puede gobernar con limpieza, con ejemplaridad, que se pueden evitar los comportamientos intolerables y sancionar toda aquella conducta reprochable.
En fin, como he dicho al principio, los españoles dejaron muy claro, hablaron muy claro el pasado mes de abril y el pasado mes de mayo. Lo hicieron en cuatro ocasiones. Pero, desgraciadamente, dos fuerzas políticas conservadoras y una fuerza política de izquierdas han preferido bloquear la formación de gobierno que las urnas reclamaron.
Les pediremos a los españoles que lo digan aún más claro el próximo 10 de noviembre para que se respete el resultado electoral y todos los demás partidos lo atiendan.
Los españoles han dicho claro en cuatro ocasiones, el pasado mes de abril y el pasado mes de mayo, que España quiere caminar por la senda progresista y que quiere avanzar con justicia social. Les pediremos el próximo 10 de noviembre que lo digan aún más claro.
Lo dijeron el pasado mes de abril y el pasado mes de mayo: que quieren un gobierno coherente, sólido. Les pediremos que lo digan aún más claro para ser escuchado y que no haya más bloqueos, para que España, en definitiva, entre de una vez por todas en una senda de estabilidad, de serenidad, que son imprescindibles para avanzar y abordar los grandes retos y transformaciones que tiene por delante nuestro país.
Y, sin más, quedo a disposición de los medios de comunicación para responder a sus preguntas.
P.- Patricia Arce, de EFE. Buenas noches, presidente. Me gustaría saber si hace usted algún tipo de autocrítica de la estrategia negociadora que ha tenido en todo este proceso. Y qué parte de responsabilidad tiene usted en este fracaso.
Y, luego, también, querría saber, tanto Albert Rivera como Pablo Iglesias han dicho que aún hay tiempo, tiempo legal para una investidura, si cree usted que ese margen existe o esto ya se ha acabado.
Presidente.- Gracias, Patricia, por su pregunta. En primer lugar, por responder a la última de las cuestiones, decir que después de la investidura fallida en el mes de julio, todos conocemos cuál es el procedimiento, no soy candidato. Y, por tanto, se es candidato cuando se tiene, precisamente, la designación, en este caso, por parte del Jefe del Estado.
Por tanto, lo que se ha constatado, después de la ronda con los distintos Grupos Parlamentarios, es que no hay bases suficientes, no hay garantías para que se pueda poner en marcha una investidura que no sea nuevamente fallida. Y yo creo que es importante el que tampoco se generen falsas expectativas, se creen falsas expectativas entre la ciudadanía con una investidura que esté abocada al fracaso.
Y, en segundo lugar, por responder a su pregunta inicial, decirle que nosotros lo hemos intentado todo. Y que nos lo han hecho imposible. Nosotros hemos propuesto hasta cinco fórmulas de colaboración y de cooperación con quien hemos designado fuera nuestro socio principal o socio preferente: un Gobierno en solitario, con el apoyo de Unidas Podemos desde fuera; un Gobierno con aportación de independientes de reconocido prestigio de Unidas Podemos dentro del Gobierno; un Gobierno de coalición; un Gobierno de cooperación; un Gobierno con la creación de una comisión parlamentaria, y también una oficina específica dentro del Ministerio de Hacienda para responder a las principales cuestiones que he planteado a Unidas Podemos, en cuanto a la desconfianza y la exigencia de cumplir con los acuerdos marcados en esa hoja de ruta progresista que les planteamos, y a todas ha dicho que no.
Hay que recordar que a Unidas Podemos el 28 de abril se le propuso una coalición, el 17 de septiembre se le propone una coalición y el 24 de julio le propuse una coalición, una coalición con una vicepresidencia del gobierno y con tres Ministerios. Ministerios de carácter social que Unidas Podemos rechazó. No solamente rechazó, sino que las descalificó diciendo que la igualdad, las políticas de sanidad, las políticas de bienestar social, las políticas de consumo, las políticas de ciencia, las políticas de universidades, las políticas de agricultura, las políticas de cultura son políticas, en fin, accesorias.
Por tanto, creo que desde el Partido Socialista entendimos que no contábamos con una mayoría absoluta y que, por tanto, teníamos que tender puentes con aquellas fuerzas políticas que, lógicamente, pudieran estar interesadas en poner en marcha una legislatura progresista con un gobierno progresista, y eso es lo que hicimos. Propusimos un gobierno progresista que no dependiera de fuerzas independentistas. Y, desgraciadamente, el Partido Popular y Ciudadanos que, además, saben perfectamente que no hay una mayoría parlamentaria alternativa a un gobierno liderado por el Partido Socialista, han bloqueado esa investidura y, de manera, reincidente, el señor Iglesias no dos veces, en 2016, sino otras dos veces en 2019 ha impedido, ha bloqueado con su abstención o con su voto en contra, pero con su abstención, la formación de un gobierno progresista.
Por tanto, por eso he dicho, el señor Iglesias va camino de un récord, y es que a la izquierda del Partido Socialista, no en España sino en Europa, nunca ha habido en Europa un partido de izquierdas que vete cuatro veces, en menos de cinco años, la formación de un gobierno liderado por el Partido Socialista.
P.- Carlos Cué, de "El País". Sí. Presidente, todo indica que los cuatro grandes líderes van a repetir como candidatos. ¿Por qué tendrían los españoles que votar a los mismos líderes que no han sido capaces de desbloquear la situación y esperar una situación diferente? Y, en concreto, ¿por qué usted espera que después de las elecciones haya algo diferente de lo que hemos tenido hasta ahora?
Presidente.- Bueno, yo creo que lo hemos dicho a lo largo de estos últimos meses, creo que lo más importante, Carlos, como plantea usted en su cuestión, en su pregunta, es que todos asumiéramos el resultado electoral. Todas las fuerzas políticas supiéramos exactamente dónde nos ha situado la ciudadanía con su voto: el Partido Socialista, con un 28,5%, casi con un 29%, fue la primera fuerza más votada, con 123 escaños. Lejos, en consecuencia de los 176 escaños que necesitamos para la mayoría absoluta. Y, por tanto, siendo muy conscientes de que necesitábamos acordar con otras fuerzas parlamentarias. Y así lo intentamos, incluso haciendo algo que yo no tenía inicialmente previsto como era proponer un gobierno de coalición. Hasta ahí llegamos, incluso. Siendo conscientes también de que España no necesita cualquier tipo de gobierno, sino un gobierno estable, duradero, no dos gobiernos en uno; no un co-gobierno.
Reconocer la legitimidad de la fuerza política que ha ganado las elecciones. Saber que se necesitan, para los desafíos que tenemos por delante, lo he dicho antes, de nuestra propia época, pero también los más inminentes, como es el Brexit, o las consecuencias políticas que puedan tener la sentencia del 'procés' en Cataluña durante el mes de octubre, en otoño de este año… Bueno, que necesitábamos un gobierno coherente, fuerte, estable. España viene atravesando cinco años de fuerte inestabilidad como consecuencia de todas las injusticias sociales aderezadas por los casos de corrupción que ahora mismo están siendo investigados en el Tribunal Supremo y en la Justicia de nuestro país. Eso es lo que hemos hecho. Eso es lo que hemos hecho, asumir nuestro resultado electoral. ¿Lo han asumido el resto de fuerzas políticas? ¿Ha asumido, por ejemplo, el Partido Popular que hoy tienen 66 escaños y un 16% y que, por tanto, una fuerza política que ha gobernado junto con el Partido Socialista a lo largo de estos últimos 40 años de democracia tenía que garantizar una cierta estabilidad en nuestro país, sobre todo en momentos críticos como los que vamos a vivir durante los próximos meses? Yo lo dejo a la consideración de la ciudadanía.
¿Ha asumido Ciudadanos su papel? ¿Ese papel de pivotar a izquierda y a derecha, y de garantizar la estabilidad política del país, sobre todo en un momento como el actual, donde, efectivamente, vamos a necesitar un gobierno con plenas capacidades para hacer frente al enfriamiento de la economía, el Brexit y también las consecuencias políticas en Cataluña? Lo dejo a la consideración de la ciudadanía.
¿Ha asumido también Unidas Podemos su resultado electoral, ser la cuarta fuerza política del país y, por tanto, complementar, ayudar a la formación de un gobierno progresista? Lo dejo a la consideración de los ciudadanos. A mi juicio, no. Creo honestamente que Unidas Podemos es, de nuevo, la formación política que ha malogrado que pueda haber un gobierno progresista en nuestro país.
Y a las fuerzas conservadoras, al Partido Popular y a Ciudadanos, pues señalar la gran contradicción de señalar al Partido Socialista como un partido que se alía con fuerzas independentistas y, precisamente, tratar de empujar al Partido Socialista a gobernar con esas fuerzas independentistas a las cuales ellos denigran constantemente en sus críticas. Esa es la gran contradicción de lo que estamos viviendo.
Por tanto, yo lo que le digo a los españoles es que el próximo 10 de noviembre tenemos una oportunidad. Una oportunidad de decir las cosas más claras, de decir las cosas mucho más claras para que se escuchen y para que los ciudadanos y ciudadanas sepan que el resto de partidos políticos van a atender a su voluntad, que es que hay un gobierno. Que haya un gobierno moderado, progresista, que tienda puentes, que no construya frentes y que haga frente, precisamente, a los desafíos que tiene nuestro país. Pero, insisto, eso será lo que tengan que elegir los españoles el próximo día 10 de noviembre.
P.- Marisol Hernández, de "El Mundo". Presidente, Podemos ya ha anunciado que va a insistir en el gobierno de coalición después del 10 de noviembre y que usted nos ha dejado claro en esta comparecencia y a lo largo de estas semanas que no es partidario de esta fórmula. Si después de la nueva repetición electoral, los votos de Unidas Podemos siguen siendo necesarios para la gobernabilidad de España, ¿usted, entonces, valorará que entre en el Consejo de Ministros, o esta fórmula de la coalición queda definitivamente orillada?
Presidente.- Bueno, gracias, Marisol. Vamos a ver. En primer lugar, creo que todos los partidos políticos se van a tener que explicar durante las próximas semanas y, singularmente, Unidas Podemos, porque es la cuarta vez, la cuarta vez en estos últimos cinco años que impide que haya un gobierno progresista en nuestro país, liderado por el Partido Socialista.
Lo dije en el Congreso de los Diputados, en mi última comparecencia: no había solamente una forma de entendernos y de colaborar y acordar con Unidas Podemos. Es más, vuelvo a repetirlo: es que yo propuse un gobierno de coalición a Unidas Podemos, que ellos rechazaron. Un gobierno de coalición donde se les cedía el Ministerio de Sanidad y Consumo, el Ministerio de Igualdad, el Ministerio de Ciencia y Universidades y una vicepresidencia de la que dependía la gestión de la política de dependencia y las políticas sociales de este país. Y dijeron que no. Y dijeron que no.
Por tanto, lo que tengo que decirle es que nosotros lo que vamos a defender es lo que hemos venido defendiendo durante estos últimos meses, que España necesita un gobierno, que necesita un gobierno estable, que no necesita dos gobiernos en uno, que no tenemos ni necesitamos un gobierno en prácticas, en pruebas… Que necesitamos un gobierno que dure, que tenga una legislatura estable, con un apoyo parlamentario estable, sólido, amplio y que si los españoles lo que han visto es que Unidas Podemos ha bloqueado, junto con la derecha, la formación de ese gobierno que tiene y tenía una mayoría parlamentaria amplia en el Congreso para poder echar adelante, pues, espero que esa mayoría parlamentaria se la den al Partido Socialista para que no haya más bloqueos a partir del próximo 10 de noviembre.
P.- Joan Guirao, de OK Diario. Presidente, buenas noches. Ha hablado usted de que los españoles hablen claro el 10 de noviembre. ¿Cree que tienen que hablar claro también ustedes, los candidatos, y pedir perdón a los españoles tras lo vivido durante estos meses, después del fracaso? Y, en particular usted si no consigue ser presidente del Gobierno el 10 de noviembre, ¿Dimitirá como líder del Partido Socialista?
Presidente.- Mire, yo soy el representante de la fuerza más votada.
P.- Joan Guirao, de OK Diario. Sí, pero ¿cree que tienen que pedir perdón?
Presidente.- En todo caso, lo que le diré es que todos tenemos que explicar a los ciudadanos cuál ha sido nuestra posición. Y yo creo que los ciudadanos entienden perfectamente cuál ha sido la posición del Gobierno de España y de mi persona. Lo he dicho antes. España necesita un gobierno, pero no cualquier gobierno; necesita un gobierno estable, duradero, coherente, único. No dos Gobiernos en uno, que es lo que se proponía por parte de Unidas Podemos.
Muchas gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)