Teruel
Señora alcaldesa de Teruel, muchas gracias por sus palabras; señor consejero de la Presidencia, he tomado buena nota de las peticiones y de las inquietudes que usted ha tenido a bien manifestar, y yo soy un incondicional -siempre lo he sido-, de intentar llegar a entendimientos y acuerdos y trabajar en defensa del interés general. Por tanto, a disposición de todos estoy. Ya lo estaba, y continuare haciéndolo en el futuro. Agradezco su presencia aquí, le hubiera gustado al presidente de la Comunidad, según me ha transmitido él hacerlo, pero razones de agenda lo han impedido.
Autoridades, señoras y señores, queridos amigos, muchas gracias por estar aquí. A mí este mi parece un acto importante, y yo, desde luego, me lo tomo muy en serio. Es un placer, además, volver a Teruel, como lo es volver a todos los lugares que están orgullosos de sus raíces, que miran al mañana con optimismo y que quieren seguir jugando un papel importante en el futuro de España.
Teruel es una provincia con un vivo recuerdo de su rico pasado, como demuestra este año la conmemoración del 800 Aniversario de los Amantes de Teruel, -a los que se refería en su intervención la alcaldesa-, y que sin duda alguna, es una referencia innegable de tradición y memoria.
Y mantener las tradiciones, saber cuáles son nuestras raíces, es siempre un buen acicate para seguir construyendo un futuro prometedor para todos los turolenses.
Teruel es una historia de convivencia, esfuerzo y tesón. Y también de saber vencer a las dificultades. Es lo que hacemos los españoles cuando aparecen escollos. Y así es como nuestro país está logrando superar la mayor crisis económica de nuestra historia reciente.
Somos un país que crece y mejora en calidad de vida. Un país que se moderniza y que tiene empresas líderes en los principales sectores económicos. Que recupera empleo por encima de países como Italia, Alemania, Francia o Reino Unido, y que goza de una cohesión social incomparable en nuestra historia.
Pero todavía hay muchos retos por delante, y debemos seguir trabajando para que todos los españoles puedan alcanzar más oportunidades y lograr un mayor bienestar, en todo el territorio, sin importar su lugar de nacimiento o de residencia.
A los españoles se nos admira por muchas cosas. Por nuestra transición política, por nuestro progreso económico, y, también por nuestra demostrada capacidad de superación. Hace 200 años, cuando comenzó la industrialización con el carbón y el vapor, no logramos estar a la vanguardia del progreso. Ni tampoco hace 100 años, con la aparición del motor de explosión, la electricidad o los nuevos productos químicos.
Las grandes potencias que entonces triunfaron, EEUU o Alemania, siguen siendo hoy líderes económicos mundiales. Ahora tenemos la obligación de dar un salto y hacer de España un referente en los retos del futuro, que no se entienden sin la revolución digital, en la que estamos inmersos.
La digitalización está reduciendo como nunca el coste de la transmisión de pensamientos y de ideas. Nos ayuda en nuestra vida cotidiana, en nuestra comunicación con los demás, en el acceso y prestación de servicios, en el desempeño de nuestro trabajo o en la puesta en marcha de un proyecto profesional.
Si la transformación digital ha cambiado el mundo en los últimos 25 años, lo va a hacer muchísimo más en los próximos 25. Para que se hagan una idea, no hace mucho considerábamos una buena conexión a Internet la de un megabit por segundo. Ahora aspiramos a alcanzar velocidades incluso de un gigabit por segundo, es decir, mil veces más rápida. Si las redes de comunicación fuesen autopistas, sería como pasar de una carretera de dos carriles a una de dos mil carriles.
Con semejante capacidad, empiezan a surgir nuevas aplicaciones: el análisis de datos masivos; la cadena de bloques; el internet de las cosas; la computación en la nube; el lenguaje natural, y el aprendizaje profundo. Pero también el reto de que esta información viaje de forma privada y segura. Eso es, como saben, la ciberseguridad.
Ya es posible tener miles -o incluso centenares de miles- de aparatos conectados a un mismo sistema de procesamiento. Y esto se traduce en una mejora sustancial de las cosas que importan a la gente. También se traduce en empleo. Y en que aumenten las oportunidades de todos los españoles.
La tecnología hace algo muy importante, facilitarnos la vida, estemos donde estemos, y que podamos vivir donde queramos, sin tener que renunciar a nada. Porque ya no va a ser tan decisiva la diferencia entre vivir en grandes núcleos de población o en núcleos más dispersos.
Señoras y señores, España ya dispone de una de las mejores redes fijas del mundo, conviene decirlo, porque, a veces, diera la sensación de que nos ocupamos solo de aquello que no va como nos gustaría. Eso es bueno, en cuanto que es un estímulo para trabajar en el futuro, pero también conviene afirmar las bases sólidas de las que ya disponemos.
Y repito, España dispone de una de las mejores redes fijas del mundo. Cubrimos con redes de alta capacidad al 76 por 100 de la población, eso es más que la suma de Alemania, Reino Unido e Italia juntas.
Pero cubrir la población no significa, efectivamente, como hemos oído aquí, cubrir el territorio. Y precisamente, es el territorio menos poblado el que se puede beneficiar más de los avances tecnológicos. Porque, para zonas con población más escasa o dispersa, es decir, para lugares como la provincia de Teruel, o el conjunto de Aragón, o buena parte de Galicia, mi tierra, pues las nuevas capacidades de los avances tecnológicos tienen un doble beneficio. Primero, mejoran las oportunidades y el bienestar que supone la tecnología para todos. Y, en segundo lugar, reducen las barreras de la lejanía y de la dispersión.
Es evidente que estos avances sirven para hacer frente al problema de la despoblación, que lo viven, como saben, muchas provincias en España, porque las tecnologías nos acercan unos a otros. Y hacen accesibles los servicios y ayudan también a hacer rentables los negocios. Por eso, en los lugares donde la distancia es una brecha, la tecnología es la forma de eliminarla.
Me atrevo a decir que el acceso a un Internet de calidad es una puerta a la igualdad de oportunidades. Por eso, los poderes públicos tenemos que abrir nuevas posibilidades en la digitalización, es lo que decía Ignatieff. En todos los ámbitos, especialmente en los más importantes, como los servicios de salud en línea, la teleformación o el teletrabajo. O los sistemas de gestión de la energía; la seguridad ciudadana y la seguridad vial; o una mayor capacidad de gestionar nuestro medio ambiente, avanzando hacia lo que se conoce como la economía circular.
Y también, posibilitar la modernización del sector empresarial, desde el sector agroalimentario hasta el turismo rural, incentivar la incorporación de nuevos proyectos emprendedores y permitir la comercialización de productos desde y hacia los núcleos rurales.
Internet lleva la "aldea global" a nuestros pueblos. Contribuye así a corregir el aislamiento de las zonas rurales, a reducir distancias físicas y a recortar brechas injustificables. Y al Gobierno de España le preocupa -como a todo el mundo en sus cabales-, y le ocupa el problema de la despoblación. De hecho, somos el primer Gobierno que lo ha situado en la agenda política nacional. Y también, el primero en ofrecer soluciones.
Por eso, yo mismo he planteado que la financiación autonómica tiene que tener en cuenta -estoy de acuerdo-, fenómenos como la dispersión o la población. No es lo mismo prestar servicios a 50.000 personas que estén en un núcleo, por ejemplo, Educación o Sanidad, que esas mismas 50.000 que estén en algunos lugares de España, como Teruel, o como Galicia, en lugares muy diferentes. Y, precisamente, si hay una demanda compartida por Administraciones, Instituciones y Asociaciones que conocen de cerca el problema de la despoblación, es garantizar la conexión a Internet de banda ancha en los núcleos rurales. Una demanda, también, del Gobierno de Aragón, y de aquellas otras regiones más afectadas por este problema.
Por eso, en la última reunión del Foro de Regiones Españolas con Desafíos Demográficos, que tuvo lugar aquí mismo, como saben mejor que yo, aquí en Teruel, el pasado verano, la primera demanda a la Comisionada del Gobierno para plantear una estrategia que pudiera atraer nueva población, fue la de mejorar la conectividad y banda ancha en los núcleos rurales, priorizando la financiación de las soluciones tecnológicas y adaptar la cobertura a las realidades territoriales de cada Comunidad Autónoma. Tomamos nota. Nos pusimos con ello, y eso es lo que he venido a anunciar al mismo lugar en el que la petición se le hizo al Gobierno.
Por eso, presentamos hoy aquí en Teruel el Plan de Desarrollo de Redes Fijas que cubrirá el 100 por 100 de los núcleos de población españoles de aquí a 2021, con una velocidad de al menos 300 Megabits por segundo, con conexiones que esencialmente serán de fibra óptica. Lo hemos llamado Plan 300x100. 300 Megabits por segundo para el 100 por 100 de los núcleos de población.
Y a ello vamos a destinar una inversión de 525 millones de euros entre 2018 y 2021. Y no les hablo de promesas. Les hablo de hechos. Este viernes -pasado mañana-, el Consejo de Ministros aprobará la convocatoria de 2018, dotada con 150 millones de euros.
Con ello se van a cubrir todos los núcleos de población. Es decir, la práctica totalidad de la población española.
Y, para quienes viven fuera de los núcleos de población, disponemos de un plan complementario, dotado con 45 millones de euros e impulsado también por el Gobierno, que les garantiza el acceso a Internet de alta velocidad.
Señoras y señores, estas iniciativas se suman a otras que ya están en marcha, como el Plan Nacional de Territorios Inteligentes, que contempla una línea de 51 millones de euros para impulsar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en las zonas rurales, o el Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020. También la elaboración de una "Agenda para la Digitalización del Mundo Rural", en la que trabaja actualmente la Ministra de Agricultura.
En la base del objetivo de transformación digital del Gobierno está el despliegue de las redes fijas y móviles de comunicaciones. Sin redes digitales no podemos hacer nada en una revolución que se llama digital. Sería como tratar de industrializarse sin electricidad. Por eso trabajamos en planes ambiciosos. Y para ello, contamos con la colaboración de los operadores de telecomunicaciones, a los que agradezco su presencia hoy aquí. Juntos, con el esfuerzo presupuestario de la Administración y la aportación de Fondos Europeos, iremos asegurando el acceso a redes de última generación en el conjunto de núcleos de población de España, hasta lograr nuestro objetivo.
Señoras y señores, estamos, por tanto, ante el mayor esfuerzo en modernización de infraestructuras tecnológicas que se ha hecho en mucho tiempo. En este esfuerzo, tenemos que enmarcar también el impulso al Plan Nacional de 5G y la decisión que tomamos el mes pasado en Consejo de Ministros de aportar 20 millones para que se realicen los primeros ensayos con esta tecnología. Nuestro objetivo es situar a nuestro país a la cabeza mundial en disponibilidad de infraestructura digital. Y tengan la total y absoluta certeza de que se puede hacer.
También, junto al esfuerzo inversor en redes, sabemos que es importante invertir en la formación de personas. Por eso hemos puesto en marcha, también por Acuerdo de Consejo de Ministros, el Grupo de Trabajo Interministerial para la Transformación Digital de la Economía, que abordará aspectos como los currículos educativos, la formación de los trabajadores, la transformación de los principales actores de la economía española (servicios, industria, agricultura) y la modernización de los servicios públicos, entre otros.
Quiero también hacer hincapié en la mejora un tema preocupante, que es la mejora de la Ciberseguridad. En un mundo conectado como al que nos dirigimos, la seguridad digital es tan importante como la seguridad analógica. Y el Gobierno no trabaja en solitario en nada de esto y por eso quiero agradecer a los agentes sociales que estén elaborando propuestas de forma muy activa sobre estas cuestiones.
Bien, señoras y señores, como saben, este es un acto en el que estamos hablando de cómo conectarnos mejor unos con otros. El Gobierno lo hace en el mundo digital, pero lo hace también, en el terreno de las infraestructuras físicas. Por eso, quiero hacer un pequeño paréntesis y aprovechar que estamos aquí, en Teruel, para informar de que ya se han emitido las órdenes de estudio para los tramos Teruel-Villastar y Villastar-Ademuz de la carretera nacional 330. La inversión prevista es de 13 millones de euros para el primer tramo y de 92,6 millones de euros para el segundo tramo (Villastar-Ademuz).
También, quiero anunciarles que en los próximos meses finalizará la obra de acondicionamiento de la carretera nacional 232, entre Rafales y el límite provincial de Castellón, con una inversión de 65,5 millones de euros para 13,9 kilómetros de longitud. Se trata de una actuación con la que vamos a conseguir mejorar la seguridad vial, reducir tiempos de recorrido e incrementar la comodidad de los usuarios.
Y en materia ferroviaria, el Gobierno de España, como saben, tiene un compromiso firme con el Corredor Cantábrico-Mediterráneo a su paso por Teruel. De hecho, gracias a las primeras actuaciones ya ejecutadas, de mejora de la capacidad de la línea Zaragoza-Teruel-Sagunto, les puedo decir que se ha multiplicado por 10 en dicho trayecto el paso de trenes de mercancías, lo que implica una mejora de la actividad económica en la región.
Señoras y señores, y termino ya, volviendo a la cuestión principal que nos ha traído aquí, que es la transformación digital de nuestro país. Estoy convencido de que este asunto debe estar en el centro del debate político. Bueno, el debate político pues es el que es, como ustedes saben muy bien, pero creo que de estos asuntos importantes deberíamos ocuparnos con más intensidad. Yo lo que puedo decirles es que el Gobierno lo tiene en el centro de sus prioridades. Y, por eso nuestros esfuerzos se centran en que las ventajas de la Agenda Digital lleguen a todos, pensando en un desarrollo económico y social cohesionado y equilibrado. Sin brechas entre territorios ni entre personas.
Yo quiero que España -como ustedes quieren, seguro-, sea protagonista y beneficiaria de la revolución digital, porque estoy convencido de que es buena para el bienestar y para el progreso de los españoles.
Les agradezco a todos ustedes que estén hoy aquí ayudando a consolidar una estrategia que no es para una legislatura, sino que es para una generación. Y nuestra responsabilidad es conseguir que España, que llegó tarde -como saben y les recordé antes-, a las revoluciones tecnológicas anteriores, esté esta vez en la primera línea de los cambios tecnológicos digitales.
Creo que, con el esfuerzo de todos, estamos en condiciones de lograrlo. Nosotros pondremos de nuestra parte todo lo que podamos y sepamos, y estoy seguro que los demás, también, porque esto es cosa de todos, del conjunto de todos los españoles.
Muchísimas gracias por su atención y por recibir, aquí, en Teruel, al Gobierno de España.
Gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)