Vila Real (Portugal)
Señor primer ministro de Portugal, señor presidente de la Confederación de Empresarios de Portugal, señor presidente de la CEOE, señoras y señores,
Es un placer dirigirme a ustedes al inicio de este acto que, como saben, reúne, a las principales organizaciones empresariales de Portugal y España. Ambos países somos socios preferentes, con una estrecha relación de vecindad y fuertes vínculos bilaterales. Compartimos, además, muchos intereses comunes como miembros de la Unión Europea y del euro. Quiero agradecer a los organizadores el trabajo realizado para hacer posible este seminario.
Portugal, como también España, ha tenido que hacer frente en los últimos años a una crisis económica muy dura. Esta crisis puso a prueba la capacidad de adaptación de nuestros sistemas económicos y de nuestras empresas. Creo que hoy podemos decir que hemos superado esta prueba. Por ello, quiero, en primer lugar, felicitar a Portugal, a sus empresas y a los portugueses por el esfuerzo realizado y por las reformas emprendidas. Gracias a ello, Portugal, como España, hoy crece y crea empleo.
España también ha sufrido los efectos de una crisis sin precedente en nuestra historia. Hoy, gracias a la ambiciosa agenda reformista que pusimos en marcha desde 2012 con la adopción de medidas no siempre fáciles, la situación ha dado un giro de 180 grados. España crece a la cabeza de las economías del euro y crea empleo a ritmos antes desconocidos. Se trata, además, de un crecimiento equilibrado en el que el sector exterior y la competitividad desempeñan un papel clave.
En 2016, la economía española creció un 3,2 por 100, a la cabeza, por segundo año consecutivo, de las grandes economías de la zona euro. En 2017, seguiremos creciendo, al menos, al 2,7 por 100. Esto era impensable hace sólo cuatro años. Además, este crecimiento se ha traducido en una intensa creación de empleo: desde 2014 hemos creado 1,5 millones de empleos, un ritmo de medio millón anual.
Y, además, los datos que vamos conociendo de este año, 2017, corroboran este cambio de rumbo. Citaré sólo dos: España sigue liderando el crecimiento de las grandes economías con un tasa del 0,8 por 100 en el primer trimestre, de nuevo por encima de la media de la zona euro, el 0,5 por 100. Esto es un 3 por 100 en términos interanuales y, si continúa este ritmo, la economía española rebasará el nivel de PIB previo a la crisis durante este semestre. Y la primera Encuesta de Población Activa del año indica ya que hay 18.438.300 ocupados en nuestro país.
Este cambio radical ha sido posible gracias a actuaciones en diferentes ámbitos. Yo sólo voy a citar cuatro:
- Primero, el esfuerzo para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas, que ha permitido reducir el déficit en más de la mitad desde 2011 y recuperar, así, la confianza. Esto también le ha sucedido a Portugal, al que hay que felicitar porque han salido del procedimiento de déficit excesivo, como todos ustedes saben.
- En segundo lugar, el saneamiento del sector financiero que permitió que el crédito fluyera de nuevo y bajara los costes financieros.
- En tercer lugar, la reforma laboral, que ha sentado las bases para la intensa creación de empleo.
- Y, por último, la reforma energética para garantizar la sostenibilidad del sector y abaratar el coste de la energía.
Todas estas reformas han sido cruciales para el sector exterior y ello porque han permitido que nuestras empresas sean más competitivas y nuestros productos, más atractivos. Esto también se ve en los datos: antes de la crisis exportábamos una cuarta parte del PIB nacional, hoy exportamos más de un tercio. En 2017, el sector exterior continúa contribuyendo al crecimiento. En marzo, las exportaciones de bienes alcanzaron un nuevo récord, creciendo un 16,9 por 100, hasta los 26.225 millones de euros. En total, en el primer trimestre de 2017 nuestras exportaciones crecieron un 14,1 por 100 más que en el mismo período del año anterior.
Todo lo anterior se ha traducido en que en los últimos cinco años España ha tenido un saldo exterior positivo. Se trata de un hecho insólito en nuestra historia reciente. Es decir, a diferencia de lo que ocurría en otras épocas, la economía española está creciendo sin necesidad de endeudarse y crece porque produce y porque exporta.
Como no podía ser de otra manera, en todo este proceso ha sido clave la transformación del tejido y de la cultura empresarial. Las empresas españolas cada vez son más conscientes de las oportunidades que hoy brinda el sector exterior y lo han incorporado en su estrategia de negocio: exploran nuevos mercados, se especializan en productos o tecnologías y crean sinergias. Y lo hacen no solo las más grandes, como en el pasado, sino cada vez más pequeñas y medianas empresas. Por ello, desde los inicios de la crisis la base exportadora española se ha incrementado en un 50 por 100 y hoy tenemos cincuenta mil empresas que exportan de manera regular fuera de nuestras fronteras.
En este esfuerzo de internacionalización, el mercado interior europeo es un activo clave y en este marco las estrechas relaciones entre Portugal y España constituyen un factor de competitividad y de dinamismo.
Por eso, este seminario es una ocasión para explorar nuevas oportunidades entre nuestros dos mercados, en Europa y en el mundo. Como países vecinos y amigos, nuestras relaciones comerciales son muy estrechas. Portugal es para España un país y un mercado muy importante con el que mantenemos un intenso flujo comercial y de inversiones. Nuestro comercio bilateral ha aumentado constantemente en las últimas décadas, hasta alcanzar los 28.796 millones de euros en 2016. Muchas empresas ya enfocan el mercado ibérico como un todo.
Debemos aprovechar esta relación privilegiada. La frontera entre España y Portugal es hoy un espacio de intercambio constante, y nuestro comercio bilateral constituye una fuente de crecimiento muy importante para las regiones fronterizas de ambos países. Es por eso que, por primera vez, la Cumbre bilateral se ha ocupado de manera especial de la cooperación transfronteriza. Cruzar la frontera es hoy para nuestros ciudadanos un acto natural. Muchos ciudadanos extremeños o gallegos, por ejemplo, cruzan con frecuencia para hacer comprar o por actividades y ocio, y, a la inversa, muchos ciudadanos portugueses cruzan a España. Existen 2.600 empresas mixtas que trabajan en ambos mercados.
Para apoyar estos intercambios, Portugal y España desarrollan una intensa cooperación en ámbito como infraestructuras energéticas y de transportes, cooperación medioambiental, turismo o ciencia y tecnología, así como en cuestiones de empleo y sistemas de seguridad social o de seguridad y defensa.
De todo ello, hemos hablado en la Cumbre y en ello tienen un protagonismo especial las empresas que ustedes representan. Ambos Gobiernos continuaremos trabajando para estrechar esta cooperación.
Y concluyo ya. Como he dicho, Portugal y España han superado una etapa muy difícil; pero aún queda mucho por hacer y, como miembros del euro, vamos a continuar trabajando para consolidar la recuperación, seguir creando empleo y desarrollar un modelo de crecimiento equilibrado que continúe aportando estabilidad a la moneda única.
En esta tarea el papel de las empresas es esencial. La permeabilidad de las relaciones entre nuestros países constituye una oportunidad de negocio para ellas y de bienestar y creación de empleo para nuestros países.
Por ello, es para mí un placer estar aquí, hoy, en Vila Real. Espero que este encuentro y la intensa comunicación entre ambos comunidades de empresarios alumbren futuros proyectos conjuntos. Por mi parte, mi Gobierno y la Administración española están claramente comprometidos para continuar profundizando en las relaciones económicas y comerciales entre España y Portugal.
Quiero, por último --lo haré también en la rueda de prensa-- aprovechar esta oportunidad para dar las gracias al primer ministro de Portugal, António Costa, por la organización de estas jornadas que estamos viviendo, que, sin duda alguna, son muy provechosas y nos ayudan a mantener y defender posiciones que nos son comunes en foros; fundamentalmente, en los foros europeos.
Muchísimas gracias.