Atenas
Sr. Samarás.- Buenos días. Le doy la bienvenida al presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, aquí a Atenas. Nuestros dos países, Grecia y España, tienen unos lazos muy fuertes de verdadera amistad, de solidaridad y de una orientación europea estable.
Nuestros dos pueblos tienen problemas comunes a causa de la crisis económica, pero también de la inestabilidad geopolítica en la zona del Mediterráneo, como, por ejemplo, también la inmigración ilegal, y tienen también la misma angustia ante el terrorismo y las fronteras de Europa.
Nuestra relación con España, tanto a nivel bilateral, como en el marco europeo, está basada en los valores comunes y las reglas que rigen nuestra colaboración dentro de la Unión Europea.
España está participando desde el año 2010 en el mecanismo de rescate que ha apoyado a nuestro país, cuando ya estaban todas las puertas de los mercados cerradas. El pueblo español, que tenía también muchos problemas, ha prestado dinero al pueblo griego, dieciséis mil millones de euros, junto también con las fianzas. Verdaderamente, quisiera dar las gracias al pueblo español por esa solidaridad que ha tenido lugar en el marco institucional de la Unión Europea.
Esta solidaridad está regida por una serie de reglas que respetamos, pero también por una serie de reglas morales y nosotros nunca vamos a olvidar quién nos ayudó en situaciones difíciles. El pueblo griego reconoce esta ayuda y solidaridad, y va a devolver el dinero.
Nuestros dos países han sufrido en los últimos años la crisis más grande de las últimas décadas. Tanto el pueblo español como el pueblo griego han sufrido la reducción de los ingresos y el desempleo ha afectado a casi todas las familias. Nosotros también, como el Gobierno de Mariano Rajoy en España, hemos hecho lo que imponía la situación. Hemos hecho cambios estructurales, que garantizan el futuro del país, para garantizar la seguridad, la competitividad y la salida de la crisis.
Todos los cambios que han tenido lugar se han hecho para construir un mejor futuro, una competitividad, y tienen que saber que los países que tienen una competitividad y son abiertos hacia afuera son unos países de prosperidad. Nosotros queremos, precisamente, eliminar la falta de competitividad día tras día, con reformas que alimenten esta competitividad. Ésta es nuestra gran apuesta para que no haya ya ninguna generación griega en el futuro que conozca ese desempleo. Eso se lo debemos a nuestros hijos.
El último trimestre del año 2014 Grecia y España han tenido una tasa de crecimiento que es la mayor en toda la zona euro. Y nuestro problema social más grande de la sociedad, el paro, se ve que tiene también una reducción constante en relación con los meses anteriores. Por supuesto, sigue el desempleo teniendo una tasa alta, sigue siendo nuestra prioridad para los dos Gobiernos; pero el desempleo cede y esto nos permite albergar muchas esperanzas.
Hemos colaborado con Mariano Rajoy muy estrechamente en los nuevos programas contra el desempleo, sobre todo de los jóvenes, los programas de Garantía Juvenil, y ahora estamos colaborando de nuevo sobre el nuevo "Plan Juncker", que contempla 325.000 millones de euros para obras de crecimiento en toda Europa; por supuesto, dentro del marco de las instituciones europeas y las normas europeas.
Nuestro común pasado, nuestros problemas, los problemas de nuestros pueblos, el progreso registrado en nuestros países y nuestra colaboración, como es natural, han forjado nuestras relaciones estrechas. Al primer ministro Rajoy, que para mí también es un amigo personal, pero también es un amigo sincero de Grecia, quiero darle las gracias por su amistad y, a través de él, quiero dar las gracias al pueblo español.
Bienvenido a Grecia, Mariano.
Presidente.- Muchísimas gracias, señor Presidente. Señoras y señores, muy buenos días, muchas gracias por estar aquí.
Quiero comenzar esta intervención diciendo que he trabajado junto con el primer ministro Samarás y he sido testigo de su lucha con éxito para restaurar la credibilidad y para sacar a su país de una crisis sin precedentes. Tengo un gran respeto por su valentía y por sus logros. Es un verdadero amigo, un socio de fiar y, desde luego, un verdadero líder.
Le agradezco especialmente que me haya invitado hoy a venir a Atenas, primero, porque no había tenido la oportunidad de visitar este maravilloso país como presidente del Gobierno, sí en otra condición; pero también por lo que supone de muestra de aprecio y de confianza hacia España, en un momento político y económico muy importante para Grecia, para España y para el conjunto de la Unión Europea.
He tenido la oportunidad de tratar hoy con él e intercambiar puntos de vista sobre algunos de los asuntos más candentes de la agenda europea e internacional; entre otros, la respuesta común que debemos dar en la Unión Europea a la amenaza del terrorismo yihadista y al reto común de Grecia y España como frontera exterior de la Unión Europea frente a la inmigración irregular. Grecia y España, como los demás Estados miembros del Sur, tenemos la obligación adicional de proteger las fronteras mediterráneas europeas y de proteger a Europa, en su conjunto, de la inestabilidad geopolítica de su entorno.
También hemos tratado de las posibilidades que nos ofrece el 'Plan Juncker' para impulsar el crecimiento en Europa o de las próximas fases de la reforma de la Unión Económica y Monetaria. En todas ellas quiero destacar que Grecia y España coincidimos en el diagnóstico y en la dirección que debemos tomar junto con nuestros socios europeos.
Señoras y señores, Grecia y España son dos países del Mediterráneo con muchas cosas en común en nuestra cultura y en nuestra forma de vida. En Grecia reconocemos no sólo un amigo de siempre, sino también los orígenes de nuestra propia civilización. Compartimos, como decía, el Mediterráneo, la cuna de la civilización occidental. Nuestro interés por el Mediterráneo se refleja en multitud de foros, como nuestra activa participación en la Unión por el Mediterráneo o en el Foro 5+5 que reúne y agrupa a cinco países europeos y cinco países del norte de África.
Pero como también he dicho, nuestro proyecto común más transcendental, del que depende en buena medida nuestro futuro, es el de la integración europea; un proyecto que ha vivido en los últimos años momentos muy difíciles debido a una crisis económica y financiera que ha llegado a poner en peligro la dinámica misma de la integración. Se ha resentido la confianza de nuestros ciudadanos en la capacidad de este proyecto para preservar algunas de las señas de identidad del modelo europeo del Estado de Bienestar, y ha estado en riesgo uno de los logros más importantes del proceso de integración, que es nuestra moneda común, el euro.
En los momentos de dificultad que hemos pasado no pocos han olvidado que el proceso de integración europea nos ha permitido que Europa haya vivido el período de paz y de prosperidad más largo de su historia. No hay más que comparar estos más ya de sesenta años desde el Tratado de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero con cualquier otro similar de la historia de Europa. Muchos se han olvidado de que este proyecto de integración permitió a Grecia y a España ganar cotas de bienestar y de desarrollo económico sin precedentes, y que este proyecto permitió, hace sólo diez años, reunir de nuevo a las dos mitades de Europa separadas por un muro durante demasiado tiempo.
Afortunadamente, la fuerza de este proyecto reside en que, aunque comenzó con mecanismos e instrumentos económicos, siempre ha sido, y continúa siendo, un proyecto político en el sentido más puro del término. Este impulso político es el que nos ha permitido en estos duros años responder a la crisis con más integración, a la crisis con reformas y no con rupturas, y a la crisis con solidaridad y no con aislamiento.
No ha sido fácil. Ha habido titubeos y dudas; pero desde el principio y en los peores momentos todos estábamos convencidos de que la solución estaba en el proyecto europeo y no fuera de ese proyecto.
Grecia y España, como la gran mayoría de los países europeos, cada uno con sus particularidades y en distinta medida, hemos sufrido una de las crisis más profundas desde que nuestros dos países recuperaron sus democracias. Como consecuencia de los efectos de la crisis, los españoles y los griegos han sufrido serias dificultades económicas y, en especial, demasiadas personas han perdido sus puestos de trabajo.
Ambos países han pasado por reformas difíciles y dolorosas; pero estamos convencidos de que esas reformas eran indispensables para establecer nuestras economías sobre una base sólida y asegurar que el crecimiento y la prosperidad regresan de forma fiable y duradera.
Las reformas que hemos llevado a cabo en Grecia y en España están dando sus frutos. Como decía en su intervención el primer ministro Samarás, Grecia y España son ahora dos de los países con la mayor tasa de crecimiento de la zona euro después de muchísimo tiempo con crecimiento negativo y con destrucción de empleo.
Por primera vez desde la crisis, estamos creando empleo neto. Grecia tiene ya un superávit primario en sus cuentas públicas y en España las previsiones para 2015 muestran que creceremos más y se recuperarán más puestos de trabajo que en el año 2014. Por eso, estoy convencido de que, si no bajamos la guardia, si continuamos con las políticas que se han puesto en marcha y si continuamos por la senda de la reforma, estaremos en condiciones de situar nuestras economías en la senda de un crecimiento sostenido y estable, y garantizaremos un futuro de prosperidad y de bienestar.
Ahora que finalmente estamos saliendo de esta crisis necesitamos estabilidad, no inestabilidad; necesitamos certidumbre y confianza, no incertidumbre y desconfianza. Nuestro futuro común se encuentra en Europa, en el proyecto de integración europeo; no fuera de Europa. Y el euro, que, como he dicho, es uno de los más importantes proyectos de nuestra historia común, no es un proyecto a la carta; requiere compromisos constructivos y no unilateralismo y confrontación. Las normas se pueden cambiar, pero lo primero que hay que hacer es respetarlas y honrar los compromisos.
Europa se construye sobre el compromiso constructivo, no desde la ruptura unilateral de las reglas de juego. Hemos puesto en marcha, y seguimos trabajando en ellas, importantes reformas de nuestra Unión Económica y Monetaria para evitar que vuelva a ocurrir una crisis como la que hemos sufrido.
Señoras y señores, una Europa fuerte y estable --es mi convicción-- necesita Estados miembros estables, con Gobiernos elegidos democráticamente que respeten los compromisos adquiridos y contribuyan a la unidad y recuperación de nuestro continente.
Reitero mi agradecimiento al primer ministro Antoni Samarás por haberme invitado, es un honor estar aquí y les agradezco a ustedes también su presencia en un día como hoy aquí.
P.- Primer Ministro, Presidente, les querría preguntar cuáles son los riesgos de una victoria de Syriza en Grecia o de Podemos en España, y si al señor Samarás le gustaría visita de Merkel, como la que ha protagonizado hoy el presidente Rajoy, o sería contraproducente.
Y si me permite el presidente español, en clave nacional, sabemos que ha hablado ya con el líder de la oposición, con Pedro Sánchez, sobre medidas para luchar contra el terrorismo yihadista. ¿Nos podía aclarar cuáles son esas medidas? ¿Contempla la posibilidad de más pactos, por ejemplo, de corrupción?
¿Da por hecho, como mucha gente en España, que va a haber mañana un adelanto electoral en Cataluña? ¿Cree que es un error?
Sr. Samarás.- Soy Primer Ministro de una Grecia hospitalaria y, por supuesto, daría la bienvenida a cualquier socio. Pero hoy doy la bienvenida a mi amigo, al presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy.
Presidente.- Son tres cuestiones las que me plantea. En la primera me habla por fuerzas políticas de Grecia y España. No es que no quiera responder a su pregunta, pero yo no vengo a hablar ni debo hablar de fuerzas políticas, ni en Grecia ni en España, en un acto de estas características.
Yo lo que vengo a hacer es a defender unas políticas; unas políticas que han sido duras, que han sido difíciles, que han sido complicadas y que han supuesto decisiones que a los gobernantes no les gusta tomar habitualmente. Pero eran unas políticas que eran necesarias, que eran imprescindibles, que además han producido resultados y que lo más importante es que establecen bases sólidas de cara al futuro. De eso es de lo que yo vengo a hablar. Y han sido años duros, y todavía tenemos que pasar por momentos complicados, en Grecia, en España y en otros países de la Unión Europea. Pero ya hay resultados.
Decía el primer ministro Samarás que Grecia y España son los países que más van a crecer de la Unión Europea el año 2015. Hemos visto los datos en España: después de seis años de crecimiento negativo, después de seis años destruyendo empleo, este año -me refiero al año 2014--, 400.000 nuevos empleos o un crecimiento del 1'4 por 100. Y el año 2015 vamos a crear más empleos que en el año 2014, los va a crear la sociedad española, y va a haber un crecimiento mayor que en 2014. Y eso va a ocurrir en Grecia.
Por tanto, yo vengo a defender esas políticas, sobre todo, porque son políticas garantía para el futuro. Los demás pueden decir lo que quieran. Yo sólo quiero señalar una cosa: prometer cosas que son imposibles es algo que no tiene ningún sentido y genera, además, una enorme frustración.
Segunda pregunta, Pedro Sánchez. Efectivamente, ayer por la mañana tuve una conversación con el secretario general del Partido Socialista, hablamos de los acontecimientos…, en fin, de los asesinatos, de la tragedia que se produjo en Francia en las últimas fechas. Él estuvo allí, también; yo estuve y, además, estuve con el primer ministro de Grecia.
Lo que ambos acordamos era que en la reunión que iba a celebrar esa misma tarde una representación del Partido Socialista junto con los ministros de Interior y de Justicia del Gobierno que yo presido, que se hiciera el máximo esfuerzo y que se buscara un acuerdo en esta materia.
La lucha contra el terrorismo, y esto es puro sentido común, requiere unidad, requiere cooperación nacional y cooperación internacional, y requiere un conjunto de reformas continuadas para adaptarse a los nuevos acontecimientos que se van produciendo y a las nuevas formas de terrorismo.
Por tanto, creo que esto es muy positivo. Sería una insensatez que el Partido Popular y el Partido Socialista no llegásemos a un acuerdo en un tema de esas características. Yo estoy satisfecho, espero que se pueda cerrar pronto y que esas medidas entren en vigor a la mayor celeridad posible.
Hay algunas medidas… Esto no está cerrado, pero se va a penalizar como delito de terrorismo el desplazamiento a zonas de conflicto para incorporarse a un grupo terrorista, algo que estamos viendo que está sucediendo en algunos países de la Unión Europea; también se va a penalizar el adiestramiento pasivo; se van a desvincular los tipos de terrorismo del concepto de organización para abordar esa figura conocida ya como la del "lobo solitario"; se va a penalizar la financiación del terrorismo, aunque no se pertenezca a la organización; o también se van a endurecer las penas por enaltecimiento del terrorismo, sobre todo en Internet.
Hay un amplio paquete. Hay unas enmiendas que ya había presentado mi Grupo al Código Penal. Estamos abiertos a las sugerencias, tanto del Partido Socialista, como de los demás, porque, insisto, en un tema de estas características sería una insensatez y una irresponsabilidad que no hubiera acuerdo.
Me dice usted si esto puede dar lugar a más pactos o a más acuerdos. Yo creo que en los temas de Estado siempre es bueno que los grandes partidos se entiendan, ¿no? Yo creo que en política exterior, en política de defensa, en materia de lucha contra el terrorismo o en un proceso como el de construcción europea es importante. Los países necesitan estabilidad, lo que no necesitan es bandazos ni incertidumbres y, por tanto, todas estas cosas pienso que son muy positivas.
¿Adelanto electoral en Cataluña? No me corresponde a mí, como todo el mundo sabe, decidir sobre este tema. Es una competencia del señor presidente de la Generalitat; pero yo sí digo una cosa: creo que hay que fijar prioridades. La prioridad hoy en toda Europa, y desde luego en España, es luchar contra la crisis económica y ahora en España, igual que ocurre en Grecia, estamos en un momento en que ya se ve la luz, ya hay datos positivos. Claro, convocar ahora elecciones en Cataluña a mí no me parece lo mejor ni lo más positivo. Ya las ha habido en el año 2010; en el año 2011 municipales; en el año 2012 volvió a haber autonómicas; en el año 2014, europeas. ¿Ahora elecciones en 2015 y, luego, otra vez municipales y, luego, generales? Me parece que son demasiadas elecciones.
Los países necesitan un cierto tiempo sin convocatorias electorales y dedicarse a lo que es verdaderamente prioritario. Insisto, en España las cosas están mejorando desde el punto de vista económico, Cataluña no es ajena a esa mejora general en España y, por tanto, a mí no me parece lo más conveniente. Dicho esto, repito, como todo el mundo sabe, yo no soy el competente para tomar esa decisión.
P.- Me dirijo a los dos primeros ministros. En Grecia estamos en un período electoral y el tema central es la economía y la salida del país del euro. El señor Alexis Tsipras, el presidente de Syriza, dice que en caso de que sea elegido su partido va a volver a iniciar la negociación. ¿Cuál es el comentario de los dos Presidentes de ese comentario de Syiriza?
Sr. Samarás.- La negociación ha tenido lugar en los últimos dos años y medio. Ahora estamos en la última fase de la negociación, que tiene que ver con la era después del memorándum; pero hay que saber que la negociación está teniendo lugar en el marco de las normas europeas y de las normas del euro. No puede ser que con cada nuevo Gobierno se vuelvan a plantear todos los asuntos y que cambien también las reglas que rigen los temas europeos. Eso no puede ocurrir. De esa manera no puede haber ni Unión Europea ni euro.
Quiero comentar que España nos prestó veintiséis mil millones de euros, como dije antes; millones que no tenía, en un momento difícil, según un acuerdo firmado entonces. Ahora, ¿qué vamos a decir a España? Nosotros ya hemos tenido este dinero, ¿y qué? ¿Ahora vamos a decirles que queremos cambiar este acuerdo? No puede ocurrir esto. No puede funcionar así el euro. Unos países también nos prestaron dinero a un tipo de interés más bajo que el tipo de interés que ellos están bajando actualmente; pero también hay más países que nos han dado dinero prestado, estando entonces, y hoy siguen estando, más pobres, siendo más pobres que Grecia.
¿Cómo se pueden cambiar estas normas? ¿Cómo eso lo puede aceptar Europea? La solidaridad europea está basada en la responsabilidad de todos. La responsabilidad y la solidaridad son dos cosas que van juntas. Nosotros estamos hablando de una negociación que aspira a concluir, a terminar. Este memorándum aspira a que Grecia después de ésta va a entrar en una nueva era dejando detrás esta situación de memorándum. De manera que el que dice que la deuda no es viable es como si dijera a los mercados que no hay que prestar dinero. Eso, necesariamente, nos conducirá a un nuevo crédito, a un nuevo memorándum, en un momento en que nosotros estábamos terminando con el programa de este memorándum.
El pueblo griego no quiere eso. Grecia no quiere entrar en un nuevo programa de créditos. De manera que estas teorías solamente pueden ser negativas para el país. Y, como lo comprenden tanto Europa como todo el mundo, también lo comprende el pueblo griego. Es decir, crear unas condiciones para que nazcan unas turbulencias y poner delante de ti a Europa, enfrentándote a Europa, es como querer provocar un regreso a los momentos difíciles.
Presidente.- Voy a intentar responder a su pregunta con tres comentarios.
Primero, le voy a contar lo que me ocurrió a mi cuando fui elegido presidente del Gobierno de España. Yo fui elegido presidente del Gobierno de España a finales del año 2011 y entonces había en la Unión Europea, en relación con España y con los demás, unas reglas, unas normas y unos compromisos adquiridos por el anterior Gobierno español, que era del Partido Socialista. Cuando nosotros llegamos al Gobierno, las reglas, las normas y los compromisos fueron exactamente los mismos. Si eso no fuera así, teniendo en cuenta que en la Unión Europea hay veintiocho países, y, por tanto, hay cuatro cinco convocatorias electorales cada año, y muchas veces se cambia el Gobierno… Comprenderá usted que, si siempre que hay un cambio de Gobierno cambian las reglas, las normas y los compromisos, esto no se podría gobernar con un mínimo de sensatez, de sentido común y de eficacia. Éstas son las reglas que hay y todo el mundo las respeta.
Segundo, yo creo que la prioridad hoy, y se lo digo porque es lo que vivo en España, el gran objetivo, es el crecimiento económico y el empleo, y, si se empieza a conseguir, como está ocurriendo en Grecia y en España, crecimiento económico y el empleo, todos los demás temas se van a ir resolviendo: primero, el del déficit, la deuda, el acceso a los mercados… Ésta es la prioridad: la consolidación fiscal y las reformas estructurales. En Grecia se ha hecho un esfuerzo muy importante y la gente tiene que darse cuenta, aunque haya supuesto medidas difíciles y complejas. Pero ésa es la prioridad.
Y el tercer comentario, sin entrar en otras historias: no conviene decir que se va a hacer lo que es imposible, porque eso acaba generando muchas frustraciones y muchos problemas.
Gracias.