Sitges (Barcelona)
Sr. Piqué.- Vamos a empezar por algunos temas de carácter general y con --no es una pregunta, sino que es una expresión-- una que viene identificada como… La firma "Gerardo" y, como después las otras preguntas ya no son tan complacientes, empezaré por esa. Lo que me pone el tarjetón es: "Presidente, desde Cataluña apoyamos su gestión. Ése es el camino. Gerardo"
Presidente.- Nos quedamos ahí.
Sr. Piqué.- Siguiendo con esa línea, pero ya con algún matiz, hay otra que pone: "Presidente, enhorabuena porque hay cosas que sí van mejor, pero no podemos simplificar la profundidad del problema. Usted parece un hombre honesto, de ideas simples pero claras. ¿Cómo no se da cuenta de que nuestro tejido empresarial se muere a una velocidad vertiginosa? Los bancos privados no prestan al nivel que deberían hacerlo y menos al I+D+I. Y ahora ustedes se 'cargan el sistema de apoyo financiero al I+D+I de los planes de competitividad y estratégicos del Ministerio de Industria al pedir, por primera vez, avales bancarios por un porcentaje determinado. ¿Pero no se da cuenta de que con esto nos hemos cargado el mecanismo, como ya se les ha dicho desde instituciones sectoriales y empresariales? Usted y el presidente del Círculo de Economía han empezado hablando de que en la situación hay que aplicar sentido común y estoy seguro de que en eso también tiene que hacerse"
Sobre esta cuestión del I+D+I hay varias preguntas y por eso también he querido enlazarla con ésa. Por ejemplo, hay una pregunta en la que se plantea que, con el discurso oficial de apoyo al cambio del modelo económico y productivo hacia mayor valor añadido, España haya reducido su contribución en agencias internacionales como la AESA, la Agencia Europea Espacial, y el CERN, que, por cierto, acaba de recibir el premio Príncipe de Asturias junto con otros dos investigadores, con efecto directo en la industria y el empleo de alta tecnología y cualificación cuando otros países, como el Reino Unido, en cambio la han incrementado.
Y hay otra pregunta que va por ahí: "de cara a acelerar la salida de España de la crisis, ¿no cree que es importante reforzar la inversión en Ciencia y Tecnología, y configurar un modelo económico con mayor productividad? ¿Y no cree que se está haciendo justo lo contrario?".
Presidente.- Efectivamente, hay muchos temas que en estos momentos tiene pendiente la economía española, pero a mí me gustaría decirles a todos ustedes una cosa: en cualquier faceta de la vida, y a la hora de gobernar yo creo que esto se nota de una manera bastante más palmaria que en otras, es muy importante fijar las prioridades.
Nosotros el año pasado, cuando llegamos al Gobierno teníamos una prioridad, que aún sigue siéndolo y yo espero que cada vez lo sea menos; nosotros teníamos una prioridad y, luego, visto lo que ocurrió a lo largo del año 2012, yo creo que teníamos razón. Nosotros pasamos una gravísima crisis financiera y, luego, pasamos una gravísima crisis de deuda soberana, como todo el mundo sabe. Muchas veces en la vida hay que elegir, o casi siempre hay que elegir, y cuando se gobierna también hay que elegir.
La primera prioridad para nosotros fue, lógicamente, la reducción del déficit público. Era imposible vivir con un déficit público que era del 9 por 100. España había perdido una enorme credibilidad porque el compromiso de España era tener un déficit público del 6 por 100, y de repente, en veinticuatro horas, porque fue en veinticuatro horas --esto no se preparó--, todos, los mercados, la Comisión Europea y todos los miembros del Consejo Europeo, vieron como España, que iba a tener un déficit público del 6 por 100, porque era lo que se estaba transmitiendo, al final tuvo un déficit público del 9 por 100. Por tanto, la primera obligación del Gobierno era proceder a la reducción de ese déficit público.
Se hizo un esfuerzo muy importante y, como he dicho en mi intervención, y esto es un dato muy positivo, eso se convirtió en un objetivo nacional, porque todas las Administraciones fueron conscientes de que era decisivo para el porvenir económico de España, para generar credibilidad y confianza, decir: esto nos lo tomamos en serio y esta situación se va a terminar.
Eso nos obligó a muchas cosas de las que luego podemos hablar. Nos obligó a subir todos los impuestos para recaudar luego sólo, como he dicho en mi intervención, dos mil millones de euros más que el año anterior y nos obligó a una reducción de absolutamente todas las partidas presupuestarias. El gasto de reducción de los Ministerios fue, en dos años, 2012 y 2013, del 25 por 100 anterior. No hubo ninguna partida que no tocáramos, ninguna, salvo los intereses de la deuda, sobre lo cual no podemos tomar decisiones, y salvo las propias partidas del desempleo aunque, sí hicimos una modificación legal que supone una menor remuneración y la obligación de pagar las cuotas de la Seguridad Social a partir de los seis meses de estar recibiéndolo. Insisto, salvo la partida de pensiones, nosotros todas las demás partidas hemos tenido que reducirlas.
Yo soy absolutamente consciente de que la I+D+I es un tema capital. Lógicamente, en cuanto el Gobierno tenga la más mínima posibilidad de tomar una decisión y de dar un mensaje claro en este sentido, tengan ustedes la total y absoluta certeza de que lo vamos a hacer, igual que cuando tengamos la más mínima posibilidad también bajaremos los impuestos, como ya he señalado en alguna otra ocasión.
Hace muy pocas fechas hemos aprobado una Ley de Emprendedores que supone un paso en la buena dirección. Nos hubiera gustado ir mucho más allá, pero las cosas son como son y no siempre se puede hacer --casi nunca cuando se está gobernando-- tomar decisiones que les gusten a todos, incluso que les guste al propio que las está tomando; pero creo que hay que actuar con toda la responsabilidad.
Hemos adoptado ahora algunas decisiones importantes en la Ley de Emprendedores, cuyos objetivos son fomentar el ahorro, la inversión, la innovación y el empleo. Hemos tomado decisiones importantes en materia del IVA, hemos tomado decisiones importantes en materia de crédito con los "business angels", hemos tomado decisiones importantes como la no tributación de una parte de los beneficios que se reinviertan y en esa Ley hemos tomado también decisiones importantes de apoyo a la I+D+I.
Yo estoy absolutamente convencido de que por ahí pasa buena parte del futuro de nuestro país, hemos querido en esta Ley de Emprendedores dar un mensaje de que éste es el deseo del Gobierno y de que esto está en la agenda del Gobierno, y yo espero, en este asunto y en el de los impuestos, poder dar mucho más pronto que tarde buenas noticias a la gente, que serán buenas noticias para el conjunto de nuestro país.
Sr. Piqué.- Viene una pregunta que viene muy a cuento después de escucharle ahora, porque la pregunta es: "¿Se acuerda de lo que le pasó a George Bush padre cuando prometió 'read my lips, no new taxes' ('lean mis labios, no habrá nuevos impuestos')? Lo incumplió y perdió las elecciones?". Si se recupera la situación inicial, yo creo que todavía hay posibilidades de volverlas a ganar.
Presidente.- Lo ha explicado muy bien. Nosotros tenemos un mandato para cuatro años, pero insisto en lo que acabo de señalar en la respuesta a la primera pregunta que se me ha formulado. Aquí se trata de fijar prioridades y es que la primera prioridad que tenía el Gobierno de España, la primera, y yo creo que todos ustedes lo entenderán, es no entrar en un procedimiento como el procedimiento en el que entraron algunos países de la Unión Europea, y que está en la mente de todos ustedes, que ahora no tienen posibilidad alguna de hacer ninguna suerte de política económica porque le viene dictada.
Hay quien dice "es que hay países en la Unión Europea…". Por ejemplo, voy a poner algo que se entiende muy bien: Nuestros vecinos tienen el IVA de hostelería (restaurantes y hoteles), nuestros vecinos portugueses, en el 23 por 100. España lo tiene en el 10 por 100. Si nosotros no nos hubiéramos librado de eso, de esa amenaza que era real sobre la economía española, ahora estaríamos en una situación radicalmente distinta y, a lo mejor, aquí la conferencia la estaban dando otros, tres conjuntamente, y no yo solo como estoy haciendo en el presente momento.
Por tanto, por esa razón hemos tenido que subir los impuestos. Ahora bien, yo estoy absolutamente convencido, porque yo creo en eso además, que a lo largo de esta Legislatura nosotros volveremos a bajar los impuestos. Ahora hemos visto en el periódico o en algunos medios de comunicación que la comisión europea pide que España suba el IVA. No pide que España suba el IVA y no vamos a subir el IVA. Las subidas de los grandes impuestos este año no se van a producir y el objetivo del Gobierno, y así lo hemos remitido en el Plan de Estabilidad que hemos mandado a Bruselas, y así lo hemos explicado, es bajar el Impuesto sobre la Renta a las Personas Físicas a lo más tardar --ésa es exactamente la expresión que hemos utilizado-- en el año 2015, lo cual significa eso: que a lo más tardar en el año 2015.
Creo, por otra parte, que la reforma, a la que acabo de referirme, de la Ley de Emprendedores, que ya dije que a mí me gustaría que hubiera ido mucho más allá, explica por dónde va el Gobierno. Es una reforma cuyo objetivo es fomentar el ahorro, es fomentar la inversión, es fomentar la innovación y es fomentar el empleo. Creo que se apuntan ahí algunas cosas que creo que van en la buena dirección.
Pero, insisto, hay cosas que en determinados momentos no se pueden hacer y que en otros momentos sí se pueden hacer. Por tanto, a mí no me va a ocurrir lo de George Bush padre.
Sr. Piqué.- Nos alegramos, Presidente. Para ir terminando el bloque económico, y soy consciente de que vamos un poco justos de tiempo, le voy a agrupar unas cuentas preguntas concretas de temas económicos y pasaríamos ya a un bloque más político.
Una es: ¿por qué se va tan lento en la reducción de los entes públicos, y estamos muy lejos del objetivo marcado? Otra dice que Hacienda tiene cien mil casos en los Tribunales porque no pone a sus expertos a cerrar acuerdos con los contribuyentes y conseguir caja, y también ofrecer descuentos al prepago de impuestos. Otra es, y yo creo que ya lo ha dicho en la intervención, si es necesario y deseable mutualizar las deudas públicas en Europa, pero la pregunta concreta es: ¿se esperan movimientos en este sentido tras las elecciones alemanas? Otra, ligada al tema fiscal también, es: teniendo un sistema de información fiscal tan eficiente, ¿cómo es posible que también tengamos unos niveles de evasión y de fraude fiscal tan elevados? Otro se plantea algo que todos conocemos y es que el crédito no fluye en las empresas, y el poco que llega es caro porque, al final, sale un tipo entre el ICO, la banca y el euribor del 7 por 100, y Europa se financia al 2 por 100; en algunos sitios, se supone. ¿Cómo vamos a ser competitivos con tanta diferencia?
Y una que puede ser un poco la pregunta de cierre de todas estas cuestiones: "señor Rajoy, ¿es un buen resumen de su intervención el de que el Gobierno ha hecho y hace todo lo que tiene que hacer, y, en cambio, es Europa quien no hace lo que debería hacer?
Presidente.- La primera pregunta hace referencia a la reducción de entes públicos. Yo he dado aquí una cifra, que es probable que a algunos de ustedes le haya sorprendido, sobre la reducción de empleo público en la Administración, que creo que es una cifra muy significativa. Pueden ustedes consultar la Encuesta de Población Activa, porque en los años 2008, 2009, 2010 y 2011 el aumento del paro en España fue de 3.400.000 personas, pero con un aumento muy importante del empleo público. Ahora, estos últimos tiempos, ha sido menor, pero con un aumento muy importante del paro en el empleo público. Es decir, no es exactamente la misma situación.
Antes les he hablado también en mi intervención de la reforma de la Administración. Nosotros, aproximadamente en el mes de octubre --creo que fue en el mes de octubre--, decidimos hacer eso de que tanto se habla y que tanto cuesta definirla, porque no crean ustedes que es fácil esto, que es hacer una reforma en serio de las Administraciones públicas en España. Ya hay una reforma de la Administración Local que ha sido aprobada por el Consejo de Ministros; ahora hay que debatirla, hay que hablarla y hay que discutirla, pero yo creo que es muy importante. Y en el mes de junio, como también les dije en mi intervención, haremos un acto de presentación de ese trabajo donde vamos a tratar de muchas cosas.
Hay cuatro partes; una de ellas es de simplificación administrativa. El objetivo de la simplificación administrativa es hacer una Administración mucho más eficiente. Ya se han tomado algunas decisiones en algunos Ayuntamientos importantes y para abrir un comercio en algunos Ayuntamientos basta simplemente con presentar una declaración jurada de cumplir todos los requisitos establecidos en las Leyes y ya se puede abrir ese comercio, y luego ya vendrá quien tenga que inspeccionar, el Ayuntamiento, la Comunidad Autónoma o el Gobierno, para ver si se ha cumplido efectivamente o no.
Hay una parte muy importante de simplificación administrativa y hay otra parte muy importante que tiene como objetivo fundamental evitar duplicidades entre Administraciones, que le hacen la vida muy compleja y muy difícil a los ciudadanos. Hay una Ley de Unidad de Mercado, que tenemos en este momento en las Cortes y sobre la que también queremos hablar, que es muy importante, y hay una Ley sobre supresión de organismos autónomos y de entes públicos.
El Gobierno ha hecho una reducción importante y muchas Comunidades Autónomas también han hecho una reducción importante. Tenga usted la total y absoluta certeza, y lo verá en este mes de junio, de que haremos el mayor esfuerzo del que seamos capaces. Hay que tener los organismos autónomos y los entes públicos que son necesarios, y no hay que tener organismos autónomos y entes públicos que no son necesarios para el cumplimiento de la función para la cual se supone que existen.
Cien mil casos en los Tribunales. Es verdad que hay muchos casos en los Tribunales y en muchas ocasiones esos casos están en los Tribunales, y eso no es ninguna crítica a nadie, porque lógicamente quien va a los Tribunales, y sus abogados y sus clientes, también tienen interés en que estén en los Tribunales y que estén allí el mayor tiempo posible. Claro, lo que se me plantea es que la administración tributaria llegue a un entendimiento con el contribuyente del que se trate. Esto es un criterio fundamentalmente técnico y, evidentemente, puede haber las instrucciones que se puedan dar; pero creo que en muchas ocasiones las Administraciones tributarias llegan a acuerdos con contribuyentes. El problema es cuando es no es posible y eso es lo que da lugar a que terminen las cosas en los Tribunales. Yo soy consciente de esto, porque aquí hay unas cantidades que serían muy importantes para resolver buena parte de los problemas que tienen las Administraciones en este momento.
Sobre la mutualizacion de la deuda en Europa yo estoy de acuerdo, pero esto no es algo que se vaya a tratar en este Consejo. Esto lleva su tiempo. Primero será necesario que todos hagamos nuestros esfuerzos en materia de déficit y de deuda pública; pero esto creo que sería importante. Además, hay muchísimas fórmulas, todas estudiadas. Nosotros hemos planteado una hasta el 60 por 100 y éste es un tema al que al final se acabará llegando. No tengo la más mínima duda, porque forma parte de este gran proceso de construcción europea al que me he referido antes y del que seguimos tratando.
Tengo aquí el nivel de evasión. ¿Por qué hay tanta evasión fiscal? Yo les voy a dar un dato: España es el país de los 27 --ahora entra Croacia el 1 de julio, pero de los actuales veintisiete en la Unión Europea; ya no me refiero a la zona euro-- que menos Impuesto del Valor Añadido recauda en proporción al Producto Interior Bruto. El que menos de los 27 que hay en la Unión; incluidos todos, por tanto. Y en ingresos fiscales en su conjunto es el cuarto por la cola, es decir, hay tres países que tienen menos ingresos fiscales en proporción al PIB.
El pasado año, dentro del sinfín de reformas estructurales que hemos puesto en marcha, hubo, efectivamente, una ley que va a hacer mucho más operativa a la Agencia Estatal Tributaria contra el fraude fiscal. También hay una ley muy importante para evitar la economía sumergida y los impagos de IVA. Y los efectos se están notando, y mucho, en la recaudación. También hay una acción decidida en el tema del seguro de desempleo y ha habido actuaciones infinitamente superiores a las que se han produjeron en años anteriores.
Ésta es una de las grandes prioridades del Gobierno. Hace poco el Gobierno pidió a los residentes fiscales en España que comunicaran cuáles eran sus activos en el extranjero y se afloraron activos, aunque algunos es probable que ya estuvieran declarados, por importe de 89.000 millones de euros; es decir, activos de residentes fiscales en España en el extranjero. Todos son pasos que estamos dando en la buena dirección y éste es un gran objetivo.
¿Es verdad que el resumen de mi intervención puede ser que las cosas se están haciendo bien en España pero Europa hace lo que hace? No. Yo no soy partidario de blancos o negros. Yo creo que… Es que dije aquí, y perdonen que vuelva a reiterarlo, hace un año que cinco puntos eran el resumen de nuestra política económica; lo dije hace un año: el primer punto, consolidación fiscal; el segundo, reformas en España; el tercero, reformas en Europa; el cuarto, problemas de liquidez en Europa y, el quinto, mayor integración europea.
En España en materia de consolidación fiscal hemos avanzado, pero todavía tenemos un déficit este año de prácticamente el 7 por 100. Por tanto, si se me pregunta si estoy satisfecho, no estoy satisfecho. Es evidente que el gran objetivo, al final, es crecer, porque ésa también es la forma de luchar contra el déficit; pero tenemos que seguir ajustando el gasto público. Es algo fundamental si queremos salir hacia adelante y poder crecer de una manera estable y sostenida.
Se refería el señor Piqué en su intervención al aumento de la deuda pública. Hemos tenido que hacer un Plan de Proveedores, efectivamente, porque es intolerable que haya veintisiete mil millones de euros que no son pagados por las Administraciones Públicas a personas que han prestado sus servicios. Esto es algo absolutamente inasumible, impropio de un país serio. Haremos más cosas este año y el gran objetivo es que todas las Administraciones Públicas paguen en el plazo de treinta días. Ya sé que es un objetivo muy difícil pero, si uno no se marca objetivos claros, entendibles y ambiciosos, nunca llegará a nada.
En segundo lugar, en reformas estructurales ¿hemos hecho cosas? Si, en España hemos hecho muchas cosas; no le voy a contar ninguna. Lo importante es que muchos desequilibrios se han corregido. Ya sé que eso no llega a la gente, pero eso es el prólogo del crecimiento y del empleo.
Y luego en las tres líneas europeas ¿qué ha pasado? Las reformas económicas a nivel europeo van más lento de lo que a mí me gustaría. Antes he hecho alusión al último Consejo Europeo donde hemos hablado de energía. Pues yo quiero que las conexiones, por ejemplo, con Francia --sólo pongo un ejemplo--, se hagan con mucha mayor rapidez y eso no está funcionando bien en este momento, y hay que seguir empeñándose ahí.
En segundo lugar, la liquidez en Europa. ¿Se ha avanzado? Desde luego, no todo lo que yo quería. Yo he hecho ahora un planteamiento tras las últimas declaraciones de Draghi sobre el crédito a las Pymes; pero, en cualquier caso, Draghi ha dado buenos mensajes a los mercados y todos somos conscientes de eso. Antes eso no existía. O sea, por tanto, decisiones se han tomado. Y ahora vamos a debatir sobre el Banco Europeo de Inversiones y vamos a ver las nuevas decisiones, si se producen, del Banco Central Europeo.
En materia de integración europea sí se ha avanzado. Es que yo llegué el primer Consejo Europeo… Al primero al que asistí fue en enero del año 2012 y allí sólo se hablaba de austeridad, de consolidación fiscal, de déficit fiscal, de que no habíamos cumplido nuestros objetivos, de que éramos un país que generábamos no sé qué. Pues, miren ustedes, ahora se habla de Unión Bancaria, se habla de Unión Fiscal, se habla de más integración económica y se habla de Unión Política. Y allí se dice si tiene que haber un Parlamento Europeo con funciones como las que tienen los Parlamentos nacionales y con funciones, por tanto, mucho mayores de las que hay ahora, y se habla de dar legitimidad democrática, que esto es muy importante, a las instituciones europeas.
¿En estas cosas se va avanzando lentamente? Sí, pero se va avanzando. Pero el proceso europeo siempre ha sido un proceso de avances lentos. Claro, es que el Tratado de Roma es del año 1957 y el euro llevó diez años entre que se empezó a hablar, entre que tuvimos que cumplir los requisitos, se aprobaron los Tratados, etc., etc.
Yo creo que habrá que volver a reformar los Tratados de la Unión, no hoy, pero sí cuando le demos un poco de serenidad y de estabilidad a todo esto. Pero, desde luego, para tratar de la Unión Política habrá que reformar los Tratados europeos y eso sí va a ser un momento decisivo en la historia de Europa.
Me queda una pregunta que es la del crédito: Es verdad. Fíjense ustedes en todas las prioridades y todas las preocupaciones que puedo tener yo, y si a mí me dijeran "dígame una": el crédito. Eso es lo que más me importa en estos momentos y créanme ustedes que he tenido conversaciones con todos los sectores afectados: los que dan o deberían dar crédito y los que lo reciben o debían recibir crédito.
En la Ley de Emprendedores se dicen muchas cosas sobre este asunto. Poco tiempo antes habíamos aprobado un Real Decreto Ley, que yo anuncié en el Debate sobre el Estado de la Nación de febrero. Todo lo que vamos a intentar ahora en el Consejo Europeo de junio sobre el Banco Europeo de Inversiones tiene relación con el crédito. Yo sé que hay empresas españolas que van a licitaciones fuera y, a veces, ni les admiten el aval de un gran banco español. Todo eso es absurdo y tiene poco sentido. Ésta es la gran preocupación y éste, sin duda, es un reto de primera magnitud para el futuro.
Ahora bien, ¿qué ha pasado en España en los últimos años? Perdón que me extienda, porque éste es un tema capital. Nosotros tenemos una deuda externa que es casi el PIB. Esto no hay quien lo aguante. La deuda externa neta española es casi el PIB. Aquí durante mucho tiempo todo el mundo pedía crédito y a todo el mundo se le daba crédito. Lo malo es que no era mucho para inversión productiva; era viviendas, televisiones de plasma --no los pongo al mismo nivel-- viajes al Caribe… Los bancos daban mucho crédito y el regulador debería avisar de que no se podía dar tanto crédito. Mientras tanto, el BCE hacía una política económica que no nos venía bien a nosotros y los bancos alemanes prestaban a los bancos españoles. Ahora todo eso hay que devolverlo y, entonces, el que se tiene que desendeudar se tiene que desendeudar.
Aquí el problema es que hay gente que tiene oportunidades de invertir, que ha hecho bien las cosas y que se ve perjudicado por todo esto. Claro que somos conscientes de que esto es así, pero también debemos ser conscientes de que el origen de la crisis en España es un endeudamiento brutal y ahora, como tantas veces en la vida, hay que actuar distinguiendo entre unos y otros.
Ahora bien, éste es el reto más importante, insisto, que tiene ahora el Gobierno e, insisto, muchas de las medidas que tiene la Ley de Emprendedores tienen como objetivo el que vuelva el crédito a las pequeñas y medianas empresas.
Yo creo que he contestado casi a todas, ¿no?
Sr. Piqué.- Hay dos preguntas que en realidad no lo son; son quejas respecto a la política de apoyo a los emigrantes españoles y otra respecto a las condiciones de la vivienda de protección oficial. Yo creo que, como no plantean cuestiones concretas sino, más bien, digamos quejas, pasaría ya al bloque político y lo dividiría, si te parece, en dos o dos partes y media. Ahora explicaré por qué.
Hay una parte que va muy ligada --las dos van ligadas-- a algunos de los contenidos de la nota que hicimos pública el Círculo de Economía hace unos cuantos días, el lunes pasado, y que ponen el énfasis, algunos, en si es posible, de nuevo, un gran pacto similar al que se hizo en la Transición, tanto a nivel político como a nivel social y empresarial, para explicar cuál es la situación y remar todos juntos. Esa insistencia en la importancia de explorar posibles pactos está también en dos o tres preguntas adicionales.
Hay otro aspecto que también es recurrente y es la preocupación por el hecho de que la aparición, la sucesión, de episodios de corrupción política está desmoralizando a la sociedad y también reduce la capacidad para hacer frente a nuestros problemas.
Hay otra que incide en la comunicación y pone un ejemplo concreto: en un Consejo de Ministros se hace una previsión de crecimiento y paro muy realista/pesimista; pero después, al día siguiente o al cabo de dos días, el presidente del Gobierno comunica su convencimiento de que lo vamos a mejorar. Parece que ese tipo de "incoherencias" también provocan una cierta desconfianza.
Para terminar con este bloque, hay una pregunta que reconoce el valor del Gobierno en afrontar las reformas necesarias --aquí se ha hecho una mención casi exhaustiva de ellas-- pero dice que es muy difícil ver un proyecto estratégico, tanto en la economía, como en la política, para el conjunto del país.
Presidente.- Yo he entendido, primero, posibles pactos; segundo, situación de instituciones y corrupción; tercero, comunicación tras el Consejo de Ministros del día 26 de abril cuando remitimos nuestro Programa de Estabilidad y nuestro Plan Nacional de Reformas, y, luego, proyecto estratégico de país.
En el tema de los pactos y los acuerdos, yo estoy a favor, como cualquier persona razonable y sensata. No conozco a nadie que no esté a favor de pactos o de acuerdos pero, como tantas veces sucede en la vida, lo importante es el contenido de esos pactos o de esos acuerdos. Es decir, lo que no se puede hacer de ninguna manera es hacer una política económica similar a la que se ha hecho en los últimos años en España, entre otras cosas, porque eso es lo que nos ha traído hasta esta situación. Yo puedo llegar a un entendimiento, que es uno de los grandes debates que hay por ahí, sobre cómo se reparten los objetivos de déficit público; pero, desde luego, que yo tengo que bajar el déficit público --yo no, España en su conjunto-- es algo que es indiscutible.
En las Cortes Generales hay muchísima gente que me dice que eso es un disparate, que hay que subir el déficit público… Claro, tendrán que ir ellos a los mercados y explicárselo, ¿no? Porque yo en ese caso… La reforma laboral: al Gobierno le han hecho dos huelgas generales por la reforma laboral. Claro, si queremos una legislación laboral como la que teníamos antes, ahí es muy difícil llegar a entendimientos y llegar a acuerdos. A mí es una de las peticiones que me hacen quienes están ofreciendo acuerdos en este momento. La Ley de Estabilidad Presupuestaria se ha votado en contra, la reforma laboral se ha votado en contra y la reestructuración del sistema financiero se ha votado en contra.
Entonces, claro, si el programa que nosotros, que somos el Gobierno, creemos que necesita España no les gusta a los demás, lo que podemos es hacer lo que dicen los demás; pero esto yo creo que no es bueno para España y, desde luego, es dudosamente democrático.
En cualquier caso, ¿se puede llegar a acuerdos? Sí. Hay un tema en el que prácticamente hay un acuerdo, y además es capital, de todas las fuerzas políticas, y yo lo veo en mis conversaciones con los distintos dirigentes políticos y en mis propios debates en el Parlamento. Es el tema europeo. Lo que yo he dicho aquí sobre Europa suscita, en general, un acuerdo muy mayoritario entre todas las fuerzas políticas y esto es importantísimo, porque hoy Europa es una parte fundamental, o se toman, de las decisiones que nos afectan. Hay una mayoría de fuerzas políticas y del país que apuesta por una mayor integración europea, hay una mayoría que quiere reformas en Europa y, desde luego, hay una mayoría que quiere que el Banco Central Europeo le haga la vida, al menos, agradable al conjunto de los ciudadanos europeos. Es decir, que hay mucha gente con la que en muchos de estos temas hay un acuerdo.
Hemos aprobado hace poco una Ley de Transparencia con un acuerdo bastante amplio en el Congreso, que es una de las grandes reformas que se han hecho. Y ahora tenemos una enorme oportunidad, porque vamos a debatir --claro, hablando de reformas estructurales-- un tema tan capital como la sostenibilidad de las pensiones. Oiga, esto sí es una reformas estructural de primer orden. Vamos a llevar el tema al Pacto de Toledo, hay un grupo de expertos que están trabajando, eso irá al Pacto de Toledo y se ha consultado con otras fuerzas sobre qué personas podían formar parte de ese comité de expertos. Tenemos la reforma de la Administración que es un tema del que, sin duda, podremos hablar. Y hay un tema capital como es la solución de los problemas del sector energético y de nuestro déficit de tarifa.
Entonces, hay cosas en las que es más fácil llegar a un entendimiento que en otras pero, en cualquier caso, lo que no podemos olvidar nunca es cómo funciona la democracia. El Gobierno tiene que asumir sus propias responsabilidades. Es muy difícil que se nos puedan apoyar decisiones impopularísimas que muchas veces tiene que tomar el Gobierno, y yo lo entiendo. La oposición muchas veces, cuando se dice "oiga, usted hace --como se dice a veces-- recortes", no quiere apoyarlo.
Pero por lo menos en las grandes reformas estructurales y en los temas esenciales podemos hacerlo, y yo creo que en estos temas a lo que me he referido ahora --sostenibilidad de pensiones; desindexación, que es un tema enormemente importante; reforma de la Administración, sector eléctrico y todos los temas del crédito-- pienso que puede haber entendimientos entre todos. Y hay una buena relación, sobre todo, con el principal dirigente de la oposición, que estuvo ayer aquí.
Luego hay el tema institucional, el tema de la desafección y, en fin, todos estos asuntos como el tema de la corrupción. Vamos a ver.
Yo les voy a dar mi opinión sobre este tema: Llevamos cinco años de crisis económica muy dura, y, lógicamente, ése no es, ni mucho menos, el mejor ambiente para que la gente esté contenta. La gente está preocupada y, además, es lógico que esté preocupada, y le importa el futuro, y le importa lo que les pueda ocurrir a sus hijos, y le importa su empresa, o le importa la falta de crédito, o le importan las dificultades que pueden tener para exportar. Al que pierde su trabajo le importa muchísimo. ¿Cómo no le van a importar esas cosas? Y, lógicamente, no crea, sin duda alguna, un buen ambiente.
Ahora bien, es verdad que han aparecido, y lo recogen los periódicos con toda profusión --se informa mucho más de estas cosas que de otras, como todo el mundo sabe--, temas de corrupción y los ha habido. Tenemos que hacer un esfuerzo para hacer todo lo que esté en nuestras manos para superarla. Yo, en el último Debate del Estado de la Nación, como he anunciado por aquí, hablé de algunas leyes muy importantes. La más importante es la Ley de Transparencia. La Ley de Transparencia, que se debatió este jueves en las Cortes, es una reforma estructural de enorme calado. Lo que pasa es que yo no veo que se le preste la atención debida. De enorme calado y es una ley que no ha contado con el rechazo de mucha gente en las Cortes.
Hemos anunciado cuatro leyes más, que estamos intentando pactar con todas las fuerzas políticas. Vamos a hacer todo cuanto esté en nuestras manos para dificultar que el gestor público pueda hacer algunas cosas que no se deban hacer que son claramente contrarias a la ley y a la moral. Lo vamos a hacer.
Ahora bien, dicho esto, sí quiero decirles una cosa: es profundamente injusto que se pretenda hacer una generalización sobre la clase política diciendo que todas las personas que se dedican a esta noble actividad que es la política son gente sospechosa o gente en la que uno no se puede confiar.
Yo llevo en política muchos años y he conocido muchísima gente --además, empecé de concejal-- que le dedica horas y horas a esta actividad, y concejales… Se habla a sueldos y hay miles y miles de concejales. Yo he llegado a oír en alguna ocasión que hay quinientos mil políticos en España cobrando. Eso es absurdo, es ridículo y no es verdad. La inmensa mayoría de los concejales que hay en España cobran cero; la inmensa mayoría. Por tanto, yo pediría ser justos también a la hora de tratar estos asuntos.
Todo este tema de desafección que está aquí no es un tema que corresponda resolver sólo al Gobierno o a los partidos políticos, que pueden hacer cosas y deben hacer cosas, y tienen, desde luego, que dar ejemplo. También corresponde a los que escriben, a los que opinan. Es muy importante. Ésta es una labor absolutamente de todos.
Y luego quiero decirles otra cosa: en España hay instituciones, y funcionan. Miren lo que están haciendo los fiscales o lo que están haciendo los jueces. Y hay control del Parlamento. Todas esas cosas están funcionando. ¿Funcionarán más tarde, serán lentas? Puede ser y lo ideal es que funcionen más rápido.
Por tanto, yo en este tema resumo: primero, es verdad que la situación de nuestra economía no ayuda; es verdad que ha habido comportamientos que son claramente reprochables; es verdad que el Gobierno y los partidos políticos tenemos que hacer cosas y creo que las estamos haciendo; pero también es verdad que debemos ser ponderados, sensatos y situarnos en el justo término a la hora de hacer juicios de valor. Y ya le digo, y se lo vuelvo a repetir: llevo muchos años en esto y hay mucha gente que trabaja muchas horas haciendo, o intentando al menos, las cosas bien y sirviendo al ciudadano, y creo que en eso tienen muchas más posibilidades de crear un ambiente favorable otros que nosotros mismos porque, a fin de cuentas, dirán que decimos esto porque somos interesados.
Más cosas. El Consejo de Ministros del día 26 de abril. El día 26 de abril --intentaré no extenderme mucho-- hubo, fundamentalmente, dos grandes decisiones: una, remitir a Bruselas nuestro Plan de Estabilidad, cosa que hacen todos los países de la zona euro, y llevan haciendo desde hace muchos años, fundamentalmente, déficit público y deuda pública; y otra, remitir a Bruselas nuestro Plan Nacional de Reformas.
Ese día nosotros revisamos nuestras previsiones de crecimiento. Habíamos dicho en un determinado momento que la previsión de crecimiento para este año 2013 iba a ser -0,5 por 100 y ese día dijimos: "no, no va a ser 0,5 por 100, va a ser -1,3 por 100". Entonces, hubo mucha gente que dijo: "¡hombre, revisan sus previsiones de crecimiento! Esto ¿qué es?". Y, al revisar ésas, revisamos las del déficit y también las de desempleo.
Les voy a decir una cosa: de veintisiete países que hay en la Unión Europea, revisaron sus previsiones de crecimiento para el año 2013 veintisiete, es decir, el cien por cien. Por ejemplo, el Reino Unido había hecho una previsión de crecimiento del 1,6 por 100 y la dejó en el 0,4 por 100; Alemania había hecho una previsión de crecimiento y la bajó en un 1,2 por 100, y Francia había hecho una previsión de crecimiento del 0,8 por 100 y la dejó en el cero. Es decir, todo el mundo rebajó sus previsiones de crecimiento, incluidos la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional, para la zona euro.
Es mucho mejor, creo yo, decir la verdad, porque en el año 2012, cuando hicimos las previsiones, el Gobierno dijo -1,7 por 100 y, al final, fue -1,4 por 100. Es decir, las previsiones fueron a mejor. Pero es que hay datos recientes en la historia española, de los últimos cinco años, donde la previsión del desempleo era cien mil parados más y luego, al final del año, fue 1.100.000 parados más. Yo también puedo hacer previsiones así, pero creo que perderíamos toda la credibilidad y toda la confianza.
Entonces, ¿cuál es el reto ahora, que es la pregunta que se me hace? "¿Y usted dijo que iban a superar a intentar superarlas? Pues, claro. Yo lo que quiero es que esas previsiones de crecimiento sean mejores, que la realidad sea mejor que las previsiones. Eso es lo que quiero yo. ¿Y eso es imposible? No. ¿Y por qué no es? Porque, de la misma manera que ahora hemos tenido todos que revisar las previsiones de crecimiento haciéndolas peores, a lo mejor, dentro de meses tenemos que revisar nuestras previsiones de crecimiento y son mejores. Ése es el reto y para eso lo importante son las políticas.
Ahora bien, lo que no se me puede pedir a mí… A veces, cuando se hacen críticas políticas por parte de algunos que se equivocan --se lo he dicho en el Parlamento-- en un millón de destrucción de empleo, eso yo, desde luego, no lo voy a hacer. Procuraré hacer siempre unas previsiones ajustadas a lo que creemos que va a suceder y, en cualquier caso, tirando por debajo.
Sr. Piqué.- El tema del problema territorial. Hay un bloque de preguntas relacionadas con lo que ahora se ha llamado la distribución asimétrica del déficit y cómo se va a aprovechar, además, el pequeño margen que para el presente año se nos ha transmitido desde la Comisión Europea. Algunos lo argumentan diciendo que, al final, los servicios más sociales y las partes más rígidas del gasto público les corresponden a las autonomías, como la sanidad o la educación.
Después, también hay algunas preguntas relacionadas con las balanzas fiscales, en el sentido de que por qué no puede haber mayor transparencia y así evitar que sólo salga siempre una misma versión.
Ligado con este último punto, hay también preguntas relacionadas con el actual proceso político en Cataluña y hemos tenido ocasión de escuchar la visión, tanto del presidente de la Generalitat, como del jefe de la oposición anteayer y ayer, respectivamente. Y las preguntas, básicamente, las puedo resumir diciendo: ¿Cuál es la actitud del Gobierno frente al planteamiento político que se está haciendo desde el Gobierno y el Parlamento de Cataluña y si la respuesta, en su caso, de algún tipo de decisión unilateral podría ser suspender la autonomía o, si no fuera el caso, si hay una posibilidad de acuerdo para hacer una convocatoria.
Presidente.- Intentaré no extenderme en exceso. Primero, es el reparto del déficit, la sanidad y la educación, y, luego, es la reforma de la Constitución y todo este asunto que estamos planteando.
El tema del déficit público. Yo sobre el tema del déficit público quisiera… Claro, a veces, se establece un especial énfasis o se pone la lupa en un tema muy concreto, que es lo que está ocurriendo ahora: uno quiere que el déficit simétrico, asimétrico, que no sé qué… En fin, hay opiniones para todos los gustos.
Pero yo sobre el déficit público quiero decir alguna cosa y no quiero repetir lo que he señalado antes: todos bajaron el déficit público, y éste es un dato muy positivo, con lo cual hemos transmitido un mensaje como país muy importante, porque es que hay mucha gente que dice: "esto es ingobernable, aquí cada uno va por su lado". No; miren, no. Todos han bajado el déficit público y todos han hecho un gran esfuerzo. El Gobierno de España ha hecho un gran esfuerzo, pero la Generalitat de Cataluña ha hecho también un gran esfuerzo, y otros muchos.
Unos hicieron un esfuerzo mayor que otros. Unos partían de un punto de partida y otros, de otro punto de partida. Es decir, aquí hay Comunidades Autónomas que han llegado a bajar el déficit el 6,31 por 100 y la media de bajada de déficit fue --fíjense el esfuerzo que hicieron las Comunidades Autónomas-- del 3,31 al 1,76 por 100; bajaron el 1, 55 por 100. Ahora bien, hubo quien bajó el 6,31 por 100 y hubo quien bajó el 0,21 por 100. Curiosamente, quien bajó el 0,21 por 100 bajó menos porque es que estaba muy bien, también cuenta el punto de partida.
Nosotros en nuestro proyecto de Presupuestos, que luego, como acabo de explicar aquí, hemos reformado, habíamos dicho: Comunidades Autónomas --no en el proyecto de Presupuestos, en el Consejo de Política Fiscal--, el objetivo del Gobierno, 0,7 por 100. Ahora hemos distribuido el objetivo de déficit, fundamentalmente, entre Comunidades Autónomas y Seguridad Social. Es decir, al Estado, vamos, a lo que es el Gobierno que yo presido, lo hemos puesto todavía en una situación peor; pero, claro, el grueso se lo lleva la Seguridad Social, porque la Seguridad Social lleva tres años de déficit y, por eso, vamos a hacer todo lo que he dicho sobre la sostenibilidad de pensiones.
Es decir, la Seguridad Social tiene un déficit muy grande en toda España y también aquí, en Cataluña. En el año 2012, aproximadamente, unos 2.700 millones de euros. Claro, las pensiones hay que pagarlas, las de todos, como todo el mundo entiende.
Ahora hay un debate. ¿Qué vamos a hacer en este asunto? Como decía Piqué, sensatez, sentido común, dialogar y hablar. Vamos a ponernos de acuerdo. Ahora, ¿criterios? Hay quien dice todos exactamente igual. Ésa puede ser una opinión. Hay otros criterios: cumplimiento del objetivo de estabilidad en 2012 --fíjense todos los criterios que tengo--; reducción del periodo medio de pagos a proveedores; utilizar los instrumentos normativos aprobados por el Estado para reducir el déficit público --es decir, al que haya hecho un gran avance en sanidad y en educación se le tratará mejor--; reducción, tema por el que se me preguntó aquí, del sector público empresarial o fundacional, es decir, al que haya hecho un gran esfuerzo de reducción de entes se le tratará mejor; esfuerzo fiscal en el año 2012, es decir, para premiar a las que más han reducido el déficit en el año 2012…
Sobre esto hay muchas opiniones, igual que cuando hay el debate sobre la financiación autonómica. Todo el mundo tiene sus razones y argumentos. Yo lo único que puedo decirles es que este tema lo abordaremos una vez que el Consejo Europeo de junio haya dicho, porque tiene que aprobarlo el Consejo Europeo, cuál es el objetivo de déficit para España y que, desde luego, el Gobierno hará todo cuanto esté en sus manos para que haya un acuerdo entre todos. Y creo que se va a conseguir ese acuerdo entre todos, pero permítanme que yo no diga en este momento si va a ser simétrico o asimétrico, porque soy el presidente del Gobierno y me parece mucho más razonable que antes las Comunidades Autónomas tengan el correspondiente debate sobre este asunto en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Pero, al final, lo importante de todo esto es que todos seamos conscientes de que hay que seguir trabajando en la reducción de ese déficit público y que yo reconozco los esfuerzos que todos han hecho y que han sido muy complicados, y que hay algunos que partían de una situación realmente complicada.
Quiero decir también que el Gobierno ha ayudado a las Comunidades Autónomas y va a seguir ayudándolas. Es que hemos vivido, y aún seguimos viviendo, una situación muy complicada. Es que hay muchas Administraciones Públicas que no pueden financiarse en los mercados. El año pasado, ni siquiera las empresas del Ibex 35 podían financiarse en los mercados; ni siquiera ellas. Ahora el Gobierno ya se financia y, como he dicho antes, ya entran inversores extranjeros en cartera extranjeros.
Todas estas cosas se están produciendo, pero nosotros estamos ahora con el Fondo de Liquidez Autonómica ayudando a las Comunidades Autónomas; pero yo no es que no quiera ayudarlas, es que quiero que no necesiten ayuda porque todos tengan unas cifras de deuda y de déficit que hagan que puedan acudir a los mercados con absoluta normalidad. Ése es el gran objetivo y ésta es la gran operación en la que estamos ahora todos y cada uno desde planteamientos políticos diferentes.
El siguiente asunto es el tema de la sanidad y la educación. Evidentemente, la sanidad y la educación son los grandes servicios públicos fundamentales y, como he dicho antes, el mayor gasto en toda España es pensiones. Las pensiones son algo más del 25 por 100 de todo el gasto público total español, incluidos sanidad, educación, desempleo, intereses de la deuda, los Ayuntamientos… Es decir, éste es el gran tema y este tema va a ser mucho más importante en el futuro porque, por fortuna, la gente vive muchos más años y los que entran ahora en el sistema a cobrar su pensión tienen unas pensiones más altas porque han cotizado más y por más cantidad de dinero que las personas que van falleciendo. Esto es más del 25 por 100.
Las pensiones se pagan en toda España y hay sitios donde las pensiones son deficitarias; es decir, que hay más pensionistas que cotizantes, y hay sitios donde el cotizante paga mucho más que luego que lo que recibe de pensiones en esa misma zona. Esto sí que es un instrumento de solidaridad de primer orden.
El tema de la Constitución y el debate que tenemos aquí. Yo sobre la reforma de la Constitución quiero decir lo siguiente: primero, la Constitución se puede reformar. La Constitución ya se ha reformado. La Constitución Española se ha reformado dos veces: una, para el derecho del sufragio activo y pasivo de los extranjeros en Parlamento Europeo y elecciones municipales, no autonómicas ni nacionales --hay alcaldes extranjeros en España, vamos, ciudadanos de la propia Comunidad--; y, otra, recientemente, con ocasión de la decisión que se tomó en Europa sobre el pacto fiscal, la necesidad del equilibrio presupuestario de las cuentas públicas de todas las Administraciones. Por tanto, se puede reformar.
Siguiente asunto, para reformar la Constitución --ahora no estoy hablando del tema en concreto al problema de hoy-- se necesitan, al menos en mi opinión, tres cosas: primera, un objetivo claro. Cuando reformamos la Constitución para el pacto fiscal, sabíamos lo que queríamos hacer y, cuando la reformamos para que pudieran votar los ciudadanos comunitarios en España, o ser elegidos alcaldes, sabíamos lo que queríamos hacer. Por tanto, primero, un objetivo claro.
Segundo, un consenso amplio en el objetivo. Es decir, la Constitución Española, como recordaba Josep Piqué en su intervención, fue producto de un gran acuerdo. Resolvió muchas cosas y algunas cosas pudieron ser susceptibles de interpretaciones diferentes luego; pero para eso también se estableció un Tribunal Constitucional que la interpreta.
Por tanto, objetivo claro, consenso y, luego, el momento. El momento es muy importante en la vida, no sólo en la política, sino en cualquiera faceta de la vida. Cosas que en un determinado momento son difíciles, luego, a lo mejor, al cabo de un tiempo, hasta parecen incluso normales. Por tanto, el momento y la fijación de las prioridades son muy importantes. Un gobernante tiene dos cosas que tener muy claras: primera, saber cuáles son sus prioridades y, segunda, saber cuáles son sus tiempos. Eso es lo más importante.
Dicho esto. Yo sobre este asunto he oído, y además es un tema que me gusta y he leído mucho, opiniones para todos los gustos: de catedráticos, de personas, de presidentes, de intelectuales, etc., etc. Hay muchas opiniones muy diferentes sobre este asunto.
Y hace poco tuvimos un Debate sobre el Estado de la Nación, en febrero; tuvimos un debate en las Cortes. Yo quiero decirles una cosa: yo soy el presidente del Gobierno y, por tanto, tengo, solamente por eso, un plus de responsabilidad. Yo no puedo opinar como pueda opinar otra mucha gente y ustedes son plenamente conscientes de ello. Además, soy el presidente del partido más importante de España, hoy por lo menos, porque es el que tiene más votos en el Congreso de los Diputados.
La posición de mi partido, la tradicional, la de siempre, es: el modelo de Estado es el que está en nuestra Constitución, que es un modelo de Estado muy descentralizado, con muchísimo autogobierno. En este momento, si dejamos aparte la Seguridad Social, el gasto autonómico es del 50 por 100, el gasto del Gobierno de España es el 30 por 100 --me refiero en conjunto al gasto público español-- y el 20 por 100 son las Corporaciones Locales. Por tanto, es un modelo que se puede perfeccionar, que se puede mejorar y en el que podemos colaborar; pero ése es el modelo de Estado que defiende mi partido tradicionalmente.
Por ejemplo, el principal partido de la oposición ahora dice que va a un modelo federal. Muy bien. Yo estoy dispuesto, pero hay que decirles a los demás en qué consiste ese modelo federal porque, claro, el modelo federal ¿cuál? ¿El alemán? Es mucho menos descentralizado que el nuestro, hoy; mucho menos descentralizado. Y, sobre todo, dejémonos de hablar de palabras y dígame usted qué pretende; es decir, en qué consiste.
Yo estoy dispuesto a considerarlo y a oírlo; pero lo que creo es que en este tema actuar con oportunismo es de una irresponsabilidad mayúscula y yo, desde luego, no me lo puedo permitir. Creo que nadie; pero yo, desde luego, no me lo puedo permitir.
Hay otros --es que éste fue un debate muy importante que hubo en las Cortes-- que lo que plantearon eran que el Estado asumiera una serie de competencias, entre otras, educación y sanidad, que tienen las Comunidades Autónomas. Esto lo ha planteado un Grupo parlamentario en el debate que allí se produjo. Hay otros que lo que están planteando es una república parecida a lo que antes algunos llamaban el socialismo real y hay otros que están planteando ahora cosas diferentes como las que hemos oído sobre el derecho a decidir y, por tanto, el artículo de la soberanía nacional eso ya no existiría.
Es decir, éste es el panorama que hay hoy, esto es como están las cosas en este momento. Entonces, todo esto hay que tenerlo en cuenta. Yo no me niego a hablar. Nunca me he negado a hablar sobre este asunto y, además, no me he negado a que pueda ser reformado; pero yo tengo la obligación de ser especialmente responsable.
Y, luego, están los momentos. Hay que afrontar una crisis económica de primera magnitud. Debemos intentar afrontarla todos conjuntamente. Tenemos muy serios problemas de financiación y es que estamos hablando hoy… Es que yo me voy a ir a Bruselas a defender que haya un solo supervisor único para todos los bancos europeos, que haya una reestructuración única para todos los bancos, que haya un Fondo de Garantía de Depósitos único para todos, que haya una especie de ministro de Hacienda de toda Europa, que haya un presupuesto europeo, que haya una deuda común europea, que haya una unión política europea… Es que eso es lo que estamos defendiendo ahora. Yo no puedo estar en una posición distinta aquí. Es que no voy a estar. Creo que en ese sentido no digno nada nuevo. Mi posición es conocida. La gran reforma que se está haciendo ahora es la europea, ésa sí que es una reforma constitucional de primerísimo orden.
A partir de ahí, mi posición es conocida. Yo soy español y soy gallego, y como gallego me siento español y estoy muy honrado de que así sea. Yo creo en la Constitución Española; creo en el Estado de las Autonomías, al que muchos critican ahora; creo que en esta crisis hemos demostrado que todos juntos somos capaces de fijar objetivos y de luchar por lo mismo, y creo que hay muchas cosas, sin duda, que se pueden mejorar y se puede hablar, y se puede hablar de financiación, y discutir.
Pero yo creo que nosotros tenemos ahora muchas más cosas que nos unen. Es que a nosotros nos une la historia, nos unen las relaciones personales, los que han venido aquí, los que se han ido, los que se han casado, nos unen las relaciones comerciales. Nos une nuestro propio texto constitucional, porque al amparo del mismo hemos vivido la mejor etapa de la historia de España, la mejor, en términos de libertades, de derechos humanos, de autogobierno, de progreso… La mejor. Y nos une ahora una batalla para afrontar una crisis económica y nos une también una batalla para conseguir más Europa, porque más Europa es algo absolutamente necesario e imprescindible, si queremos existir en el mundo.
Y hoy necesitamos ser grandes. En el mundo en el que estamos necesitamos ser grandes. Necesitamos estar en Europa, pero para estar en Europa con fuerza se necesita ser grandes. Los pequeños no cuentan, no cuentan nada.
Por tanto, mi posición sobre este asunto es la conocida. Yo estoy dispuesto a hablar de todo, pero yo soy el más obligado a tratar estos temas con la mayor responsabilidad posible. Y así lo voy a hacer.
Sr. Piqué.- Muchas gracias, Presidente, por tu generosidad en el tiempo, también por tur generosidad y la posición en tus argumentos, no sólo desde el punto de vista de su contenido político, sino también fundamentados en razones y en datos. Desde este mismo momento te invitamos para la próxima sesión de la Reunión del Círculo de Economía.