Sr. Passos Coelho.- Buenas tarde a todoss. Quisiera empezar por agradecer la presencia aquí, en Vidago, del presidente Mariano Rajoy y de muchos miembros de su Gobierno en esta XXVII Cumbre Luso-Española.
Como saben, yo soy de Tras Os Montes y el presidente Rajoy es gallego, y creo que nos sentimos perfectamente en casa.
Quiero expresar unas palabras de homenaje al Rey Juan Carlos, que anunció esta semana que abdicaba del trono. El Rey Juan Carlos es una figura central de la historia reciente de España y de Europa, y, por el papel que desarrolló en la transición a la democracia en España y en la historia contemporánea de su país, merece toda nuestra admiración. Es también un gran amigo de Portugal y de los portugueses, con una relación especial con nuestro país, de la que nos orgullecemos mucho. Esta relación será ciertamente continuada por el Príncipe de Asturias, don Felipe, también él un gran amigo de Portugal y a quien deseamos las mayores felicidades como próximo Rey de España.
Nuestras regiones transfronterizas son testigo del dinamismo y profundidad de las relaciones bilaterales entre los dos países, justificando plenamente la elección de Vidago, tan cerca de España, como lugar de esta Cumbre. Se trata de la tercera Cumbre Luso-Española que celebramos desde 2012, retomando, así, la frecuencia anual que deben tener estas reuniones.
Nuestras relaciones están marcadas por una intensidad y afinidad únicas, que hacen que España sea un socio muy especial.
Hemos aprovechado estas Cumbres para debatir y hacer avanzar asuntos de naturaleza bilateral, pero también para coordinar posiciones sobre cuestiones prioritarias de la agenda europea e internacional, complementando el diálogo que, tanto yo, como los demás miembros del Gobierno, mantenemos con gran regularidad con nuestros homólogos españoles.
Ésta ha sido también la primera Cumbre que hemos celebrado después del final del programa de asistencia económica y financiera en Portugal y del programa de asistencia a las instituciones financieras en España. Ése un resultado por el cual tanto el presidente Rajoy como yo nos felicitamos y que empieza a dar sus frutos.
En cuanto a la agenda europea, hemos debatido hoy los resultados de las últimas elecciones europeas y las enseñanzas que los líderes europeos deben sacar después de la cena informal del Consejo Europeo del pasado martes.
Hemos tratado el proceso de nombramiento del presidente de la Comisión Europea, también con vistas al Consejo Europeo de finales del mes de junio.
Hemos discutido detalladamente la estrategia común que Portugal y España han decidido adoptar en la defensa de un verdadero mercado europeo de la energía. Nuestra posición en este tema es clara:, no puede haber una unión justa y competitiva mientras el Mercado Único siga incompleto, y no habrá un verdadero Mercado Único sin una integración de los mercados de la energía en Europa.
Por ello, a nivel del Consejo Europeo y de los Consejos de Ministros de la Unión, los dos países han defendido firmemente como elemento esencial el desarrollo de las interconexiones de la electricidad y el gas entre Portugal, España y el resto de Europa; tanto para reducir costes y la emisión de gases contaminantes, como para aumentar la seguridad del suministro energético a Europa.
De hecho, Portugal y España, además de tener una capacidad instalada excedentaria en la producción eléctrica con base en las renovables, ofrecen también sus condiciones naturales y de infraestructuras para el almacenamiento del gas. Faltan ahora condiciones que podamos utilizar para exportar, tanto el gas como la electricidad, al resto de Europa. Esto es todavía más importante cuando en este momento muchos de nuestros socios pretenden reducir su excesiva dependencia energética de cara a Rusia. En este sentido, estamos trabajando en un documento conjunto, en el que podrán participar otros socios europeos y que deberá ser sometido al próximo Consejo Europeo de junio, que reclama el refuerzo de las interconexiones energéticas en Europa, poniendo fin a este estado de aislamiento en que países como Portugal y España se encuentran.
Al mismo tiempo, seguimos trabajando de forma bilateral en el desarrollo de los mercados ibéricos de la electricidad y del gas. Y es importante el MIBGAS que en un futuro próximo se encuentre en un estado de evolución más cercano del que ya conseguimos en el MIBEL.
En cuanto a la Unión Económica y Monetaria, destacamos los progresos alcanzados en los últimos años y que han permitido estabilizar la zona euro. Ahora es especialmente necesario que, a los ingentes esfuerzos nacionales para la reforma y consolidación presupuestaria que se han seguido en los últimos años, correspondan pasos decididos a nivel europeo que impliquen a todas las instituciones y Estados miembros en materia de la promoción del crecimiento económico, del combate a la fragmentación financiera y apoyo a la creación de empleo, sobre todo para los más jóvenes.
Hemos analizado materias importantes de la cooperación bilateral que continuarán mereciendo nuestra mayor atención en el futuro próximo. Nuestro principal objetivo es, en este momento difícil de consolidación presupuestaria, cooperar de forma que podamos ofrecer servicios públicos de calidad respondiendo a las necesidades de las poblaciones a ambos lados de la frontera.
Por eso, y dando continuidad al trabajo que hemos desarrollado, hemos intentado ajustar los calendarios de inversión en las infraestructuras de transportes para que haya una mayor sincronización entre Portugal y España. Así, nuestra inversión, que es necesariamente limitada dadas las circunstancias, será más eficiente, más racional y aportará mayores beneficios a las poblaciones. Conseguimos hoy actuaciones concretas que ahora vamos a ahora en marcha.
Buen ejemplo de eso es la cooperación para la aplicación de una Directiva europea que permita a los ciudadanos acceder en mejores condiciones a cuidados de salud transfronterizos, así como la decisión de ampliar la cooperación transfronteriza en materia de protección civil a otras áreas además de los incendios forestales.
En este mismo sentido, hemos lanzado las bases para la cooperación futuras en áreas como el turismo, la enseñanza superior y la investigación. Hay un buen ejemplo de cooperación que queremos desarrollar y mejorar, porque precisa ser mejorado, que es el caso del Instituto Ibérico de Nanotecnología, con sede en Braga; y queremos crear un marco que promueva la cooperación entre las instituciones de enseñanza superior de ambos países que le permita ganar escala y convertir a nuestras universidades todavía más atractivas a nivel internacional.
Finalmente, quiero también destacar aquí la cuarta reunión del Consejo Luso-Español de Seguridad y Defensa. Se trata, junto con la administración interna, de áreas de tradicional excelencia en nuestra cooperación. En este foro se han articulado esfuerzos sobre la participación de los dos países en la Política Común de Seguridad y Defensa, y también en la Alianza Atlántica; en concreto, en la preparación de la Cumbre de Gales en Cardiff.
Hablamos también de la situación internacional, con especial mención a Ucrania, y subrayamos la importancia crucial para nuestra vecindad en el sur que tiene esta cooperación para la seguridad de nuestros países y nuestras poblaciones, sino también para la seguridad de Europa como un todo.
Quiero, además, destacar la celebración de un encuentro empresarial que se celebró al margen de esta Cumbre y cuyas conclusiones nos fueron presentadas por los presidentes de la CIP y de la CEOE; y que la semana pasada también se celebró en Vidago un foro parlamentario.