Madrid
Sr. Passos Coelho. Quiero también empezar agradeciendo y felicitando al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, por la organización de esta Cumbre sobre interconexiones entre nuestros tres países, y felicitar, además, a los equipos de los señores ministros responsables del sector de energía y, en este caso, también de medio ambiente, que nos han permitido que pudiéramos llegar a un entendimiento con la implicación muy importante de la Comisión Europea, tan positivo para el acuerdo al que hemos llegado aquí.
Creo que esta Cumbre demuestra muy bien el compromiso de estos tres países (Portugal, Francia y España), así como también de las instituciones europeas, con los objetivos de las interconexiones de la capacidad eléctrica y llegar al 10 por 100 en 2020.
Como hemos estado defendiendo, este objetivo es crucial para la consecución de un verdadero mercado interno de energía, y, además --estoy totalmente de acuerdo con aquello que ha dicho el presidente del Gobierno español--, deberá traducirse en precios más bajos para los consumidores, en inversiones más eficaces en energía renovable, en una mayor seguridad energética y, por lo tanto, en un crecimiento sostenible, en un crecimiento verde, que seguramente favorecerá la participación que la Unión Europea va tener en esta Cumbre sobre el Clima que se celebrará a finales de año en París.
Me gustaría todavía saludar de forma muy particular la presencia del presidente de la Comisión Europea, así como la del comisario Arias Cañete y la del presidente del Banco Europeo de Inversiones, en esta Cumbre.
La implicación de la Comisión es fundamental en el papel de monitorización que tiene que llevar a cabo para alcanzar estos objetivos dentro de los plazos comprometidos, al contrario de lo que sucedió en el pasado. Realmente, durante muchos años no hemos hecho nada más que anunciar objetivos que después no se llegaron a concretar en la práctica. Creo que esta vez será diferente y esto se lo debemos, fundamentalmente, no tan sólo al compromiso entre los tres países, sino también a la implicación que la Comisión Europea decidió asumir. Le cabe también a la Comisión crear condiciones regulatorias que ofrezcan mayor claridad y predictibilidad a estas inversiones en las interconexiones.
Es necesario también en esta dimensión avanzar hacia una mayor armonización de los mercados nacionales de energía, y ejemplo de esto son Portugal y España que ya han armonizado sus mercados a través del nivel del MIDGAS de una forma estrictamente forma bilateral. De este modo, creo que la Comisión poder crear mejores condiciones para atraer inversión privada.
Ligada a los mecanismos de financiación que ya se conocen, destaco la prioridad que se da a la energía en el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas, que aquí ya se ha recordado como el Fondo que está agregado a a la imagen del Plan Juncker, del presidente de la Comisión. Creo que es fundamental para atraer inversión privada de modo que se puedan desarrollar estos proyectos sin sobrecargar las finanzas públicas o los consumidores finales, lo cual también es muy importante. Estoy seguro de que la Comisión y el Banco Europeo de Inversiones darán la mayor prioridad a las inversiones que nos permitan dar un salto cualitativo en la profundización del mercado único europeo.
En resumen, esta Cumbre consiguió que hayamos podido registrar avances muy importantes y que me gustaría subrayar. En primer lugar, un llamamiento compartido para que se identifiquen y se presenten a la Comisión Europea los proyectos necesarios para conseguir este objetivo del 10 por 100 de interconexiones en 2020. Hasta hoy se han identificado proyectos que nos permitirían llegar hasta el 8 por 100 y necesitamos todavía identificar proyectos complementarios conjuntamente con la Comisión que nos den ese 2 por 100 que nos falta en estos momentos para llegar hasta el 10 por 100 en 2020. Es importante recordar que Portugal y España llegarán entre sí ya en 2016 a un 11 por 100 de interconexiones. No podemos, por tanto, fallar este objetivo del 10 por 100 hasta 2020 entre la Península Ibérica y Francia.
En segundo lugar, la creación de crear mecanismos regulares de coordinación y de concertación entre los tres países con la participación de la Comisión Europea. Esto es importantísimo, en la medida en que eso nos permite, tanto a nivel técnico como político, ir haciendo una revisión de los progresos hechos en la consecución de estos objetivos de interconexión.
Finalmente, como el presidente François Hollande ha tenido ocasión de destacar, en lo que se refiere al sector del gas, los tres países acordaron con urgencia aumentar la seguridad energética en Europa, gracias a una amplia estrategia europea de diversificación de las fuentes y de las rutas de suministro de gas natural. Portugal, España y Francia se han puesto de acuerdo en apoyar el desarrollo de infraestructuras de interconexión en el sector del gas para aprovechar un potencial desabastecimiento de Europa del Este, saliendo de la Península Ibérica en relación con los países del Mediterráneo y de la cuenca atlántica.
Una parte importante de la incertidumbre que está asociada al suministro de gas todos los inviernos a los países del Centro y del Este europeos es consecuencia de que no hubiéramos tomado en el pasado decisiones adecuadas para abastecer a todos los países, no sólo un mercado interno de energía suficientemente cohesionado y profundizado, sino también con seguridad del suministro.
Creo que el hecho de que existan hoy terminales de gas licuado en España y en Portugal que pudieran garantizar, si tuviéramos las interconexiones adecuadas, cerca del 40 por 100 de las necesidades que están hoy aseguradas por el gas ruso, da una idea del potencial de la diversificación que puede ser útil a Europa en los próximos años si estos proyectos tuvieran concreción.
Es importante subrayar, además, que, cuando queremos dirigirnos al norte de África o a toda la cuenca atlántica, no sólo estamos ganando en seguridad en el suministro, sino también estamos ganando en poder de negociación con potenciales suministradores de gas para Europa. Esto es fundamental para conseguir tener, desde el punto de vista industrial, mejores condiciones de competitividad para nuestras empresas.
No me olvido, y termino con eso, que las empresas norteamericanas ya se benefician hoy de una gran ventaja en los precios del gas para industria. Nosotros, si queremos competitivos a escala mundial y no tan sólo en el mercado interno, tenemos que crear también las condiciones para tener precios más bajos para la industria. Y creo que hoy aquí estamos dando un ejemplo de cómo incluso en una política que no está centralizada en la Comisión Europea y, por tanto, en las instancias comunitarias; de cómo es posible que los países de la Unión Europea se pueden articular y coordinar para responder, con la Comisión Europea, a necesidades tan objetivas y cuyos beneficios van más allá de estos tres países, que son muy importantes, sino para toda Europa y, muy particularmente, para muchos países del Este europeo que son excesivamente dependientes del gas procedente de Rusia.
Una vez más, muchísimas gracias al presidente del Gobierno español y también al presidente del Gobierno francés porque hemos conseguido, con la Comisión Europea, llegar a este resultado hoy.