Señorías, este Gobierno cree que luchar contra la pobreza infantil, es fortalecer la Seguridad Social; avanzar en la igualdad y la cohesión, es fortalecer la Seguridad Social; que hacer factible la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, es fortalecer la Seguridad Social; que invertir en educación y en sanidad, es fortalecer la Seguridad Social. Por eso, ante una situación de riesgo evidente, heredada de la anterior Administración, como la que nos toca a nosotros gestionar y a ustedes también corresponsabilizarse, tenemos la obligación de actuar. Y este Gobierno lo hará sobre la base de cuatro ejes que propone a la Cámara.
En primer lugar, racionalizar el gasto de la Seguridad Social y reforzar el equilibrio financiero del sistema. En segundo lugar, garantizar la suficiencia de las pensiones. En tercer lugar, promover las medidas que reequilibren la brecha de protección entre hombres y mujeres en materia de conciliación, de permisos y de excedencias. Y en cuarto lugar, mejorar la acción protectora del sistema atendiendo a los colectivos más vulnerables.
Señorías, la mayoría de la sociedad nos ha trazado de forma clara un camino y es el de la actualización de las pensiones conforme al coste de la vida. Y confío, confío, señorías, en que una mayoría, lo más amplia posible de esta Cámara, se sume a esa propuesta de acompañar a la sociedad en la demanda de la que ya entiende como suyo. De la que ya no asume como una concesión graciosa del poder, sino como un derecho.
Así que, reitero: el compromiso del Gobierno de España es tender la mano para construir entre todos un nuevo Pacto de Toledo. Y estoy convencido de que la sociedad representada en todas sus generaciones, apoyaría este acuerdo. Hagámoslo posible.
Avanzar en igualdad y en cohesión también es apelar al valor cívico del Sistema Nacional de Salud. Lo haré sobre la base de una idea fundamental, señorías, y es adaptar nuestro modelo a las necesidades demográficas, sociales y tecnológicas de nuestro tiempo.
Y hacerlo desde la inversión en capital tecnológico y en capital humano, presente en los extraordinarios profesionales del sistema y en la inversión en investigación.
Señorías, la igualdad es un principio irrenunciable del Gobierno en lo que atañe a la atención sanitaria. Como lo es también empoderar al paciente en la toma de decisiones.
Si hablamos de igualdad, hablamos de garantizar, por ejemplo, que una mujer lesbiana, o una mujer sola, tengan acceso a la reproducción asistida en el sistema sanitario público, que el anterior Gobierno eliminó, y este Gobierno ha recuperado.
Si hablamos de empoderar al paciente y a sus cuidadores en los temas de decisiones, hablamos también de avanzar en derechos fundamentales, como pueda ser la regulación de la eutanasia en nuestro país.
El Gobierno apoya la tramitación de esta importante Ley, que de salir adelante, como así esperamos que salga adelante, supondrá la conquista de nuevos derechos y libertades para la sociedad española.
Entendemos que el derecho a la protección de la salud asiste a todas las personas en nuestro país. Medidas ya anunciadas, como la recuperación de la atención universal, como la reformulación de los copagos sanitarios, forman parte de esa filosofía. Y, en este empeño, tendremos muy presente el reparto competencial de nuestra arquitectura institucional. Sabemos, que la sanidad está en manos, principalmente de las Comunidades Autónomas. Vamos a reforzar la cohesión, la codecisión de los gobiernos autonómicos en el marco del Consejo Interterritorial, para que nuestro Sistema Nacional de Salud sea eficiente, sea sostenible y sea transparente. Y garantice la igualdad de todos los españoles, vivan donde vivan.
Tres son, en este sentido, las propuestas que también me gustaría subrayar en materia del Sistema Nacional de Dependencia, que ha sido abandonado durante en estos últimos años, y el coste, no en términos no económicos, sino principalmente sociales, está en las cifras que ustedes conocen, y que no hace falta que mencione.
Pero los compromisos, las propuestas, que ha planteado el Gobierno a la Cámara, son las siguientes. Primero, recuperar la financiación del nivel mínimo fijado con anterioridad al Real Decreto-ley 20/2012. En segundo lugar, avanzar en dirección a lograr la financiación recortada al Sistema al nivel acordado con las Comunidades Autónomas. Y en tercer lugar, recuperar el Convenio Especial en el sistema de Seguridad Social para los cuidadores no profesionales, que en su mayoría, las mujeres, son familiares de los dependientes.
Señorías, toda pobreza es una infamia. Pero la infantil, que afecta al 28% de nuestros niños y de nuestras niñas es sencillamente, inaceptable.
No podemos aceptar que miles de niños y niñas en este país arranquen una vida que ha de estar plena de ilusiones con una carga de frustraciones y privaciones que no merecen. Todo lo que invirtamos hoy en esta lucha tiene un retorno asegurado en el futuro para el conjunto de la sociedad. Esa es la filosofía con la que se ha creado el Alto Comisionado de la Lucha contra la Pobreza Infantil, dependiente de la Presidencia del Gobierno, y es también la filosofía del programa VECA, aprobado en Consejo de Ministros, y que va a complementar muchas de las actuaciones que están poniendo en marcha muchos Ayuntamientos y muchas Comunidades Autónomas, ahora que los niños y niñas están de vacaciones, los colegios están cerrados, para garantizar desayuno, comida, cena y el ocio a los niños durante los meses de verano.
La lucha contra pobreza infantil es la lucha contra la peor de todas las pobrezas. La que ataca desde la cuna y se prolonga hasta la edad adulta como freno a la igualdad de oportunidades, la que afecta, señorías, a 1,2 millones de niños y niñas que viven en hogares con ingresos por debajo del umbral de pobreza. Así que, hay mucho por hacer en este ámbito.
A ello obedece, también, el compromiso del Gobierno de reactivar el programa PROA de refuerzo escolar. Y nuestra intención de acabar con el aumento desmedido del número de alumnos y alumnas por aula.
Señorías, en este punto me gustaría también trasladarles una reflexión personal. Deberíamos valorar si es procedente incluso hablar de fracaso escolar en los términos en los que generalmente lo hacemos. ¿Cómo puede fracasar alguien que tiene doce años?, ¿Cómo puede ser un fracasado un niño, una niña, que no ha tenido estímulos en casa, sino privaciones?
El fracaso en la infancia no es el fracaso de ese niño o de esa niña, es el fracaso del conjunto de la sociedad.
La desigualdad arranca a una edad intolerable para un país que exhibe los valores como los que identifican al nuestro. Por eso, este Gobierno se propone eliminar los aspectos contrarios al principio de igualdad de oportunidades y la segregación escolar, que arrastra una Ley nacida sin consenso ni acuerdo, en esta Cámara, y por supuesto con la Comunidad Educativa, como es la LOMCE.
El nuevo Gobierno entiende que la asignatura de religión no debe tener valor académico, de la misma manera que entiende que debe existir una asignatura de valores cívicos y éticos de carácter obligatorio.
No se trata de optar entre dos alternativas, señorías, sino de darle la relevancia que merece a los valores y principios que fundamentan la convivencia en democracia. La relevancia debida en nuestro sistema educativo. Los valores cívicos y éticos presentes en nuestra Constitución.
Para este Gobierno no existen gastos en educación, existen inversiones en educación e invertir en educación es invertir en ciudadanía, en ciudadanos libres pensadores. Invertir en formación permanente del profesorado y en innovación educativa es invertir en ciudadanía. Un profesorado motivado, en la educación pública, es la mejor garantía de que se puede detectar el talento y actuar antes de que sea demasiado tarde.
Hagámonos, en definitiva, una experiencia, que seguro que hemos compartido todos los que estamos aquí presentes. ¿A cuántas personas les ha cambiado la vida haberse encontrado con un profesor o con una profesora que supo motivarles, cuando lo más fácil era rendirse?
Pues esa es la clave, señorías. Esa es la virtud de nuestros profesionales de la educación. Y este Gobierno estará a su disposición y a su lado. Ellos lideran el trabajo de campo y una vez más, el Gobierno lo que aspira a hacer es acompañar y estar a su altura.
Este Ejecutivo se propone recuperar una senda que nunca debió revertirse, que es la de recuperar los niveles de inversión que nos permitan competir con los países de nuestro entorno, del entorno europeo, desde una fe sincera en la capacidad de la educación pública para volver a hacer funcionar el ascensor social que ahora mismo está quebrado.
La política de becas que aspiramos articular nace de ese principio. El de no permitir que el apellido o el código postal marquen aquello que una niña o un niño pueden conseguir en la vida. Por eso es fundamental incrementar la cuantía de las becas para los alumnos y las alumnas de menor nivel de renta.
Y para conseguir la mayor parte de los objetivos expuestos, este Gobierno quiere impulsar un diálogo abierto con el resto de Grupos Parlamentarios y también con la comunidad educativa.
El objetivo último es el de consensuar un Acuerdo por la Educación para estabilizar el sistema en lo normativo, presupuestario y curricular. En ese trabajo, tomaremos como referentes los Objetivos de Naciones Unidas para el 2030 y los objetivos europeos de Educación y Formación.
Señorías, hemos recuperado el Ministerio de Cultura, que nunca más vuelva a desaparecer, gobierne quien gobierne. Estamos hablando del alma del país. España puede presumir ante el mundo de un enorme caudal de poder en este ámbito, que se nutre de nuestra historia, del arte, del espíritu de creadores libres, de nuestras lenguas que proyectan la imagen de lo que somos.
Y he dicho bien, nuestras lenguas. La promoción de todas las lenguas y culturas de España merece la máxima protección del Estado. Y el compromiso también de este Gobierno es reconocer y difundir todas las lenguas cooficiales, como hará el Instituto Cervantes, cuando abra su nueva etapa que será en muy breve espacio de tiempo.
La diversidad de nuestra cultura como país, forma parte de lo mejor que somos. La cultura no sólo es la esencia del país. También es un poderoso recurso económico. Más de medio millón de personas trabajan en este sector y más de 100.000 empresas tienen en el ámbito cultural su principal foco de actividad.
Por eso, lo que vamos es rescatar el Plan de Acción Cultural Exterior, abandonado a su suerte, desde el año 2011. Por eso, vamos a regular la financiación y la regulación del cine español. Por eso, también vamos a crear un
grupo de trabajo para avanzar en una nueva Ley de Mecenazgo que alcance a todas las manifestaciones artísticas en nuestro país. Y, por eso, también la intención del Gobierno es impulsar el Estatuto del Artista, que ya ha sido aprobado por la Comisión de Cultura de este Congreso, para proteger a los creadores.
Y tengo también, Señorías, la firme voluntad de trabajar en una nueva Ley del Deporte, con un marcado protagonismo para el deporte femenino y también para el deporte inclusivo.
España debe mucho a su proyección exterior al deporte y también a los valores que aporta en todas las etapas de la formación humana. Reivindicamos la celebración de eventos internacionales vinculados con el Deporte. Por ejemplo, hace poco, se han celebrado los Juegos Olímpicos del Mediterráneo, en Tarragona, y, en este ámbito, también, y con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio en dos años, ya se está trabajando en un plan de financiación público-privada, con un sistema de becas que garantice a las y los deportistas el apoyo necesario para esa cita.
Señorías como les anuncié al principio de mi intervención, el tercer pilar de la agenda del cambio es regenerar nuestra democracia y fortalecer nuestra cohesión territorial, hoy dañada por la crisis en Cataluña.
No hay mejor termómetro para medir la salud de una democracia que la fortaleza de sus instituciones.
En muchas ocasiones, nos enrevesamos mucho cuando hablamos de la regeneración democrática pensando que una ley, una simple ley puede regenerar toda una institución. Y yo creo que, por supuesto, las leyes garantizan y regeneran esas instituciones, y la vida democrática en nuestro país, pero también esa regeneración democrática, señorías, se consigue gracias a las personas que lideran esas instituciones, y que dentro de sus ámbitos permiten la transformación, la modernización y la adaptación a los nuevos tiempos de esas instituciones.
Este, señorías, no es el caso de la Radio y Televisión Española. La gestión del presidente saliente es la viva prueba del intervencionismo y de la manipulación con la que el anterior Gobierno entendió el Ente público, como un mecanismo de propaganda.
Con todo, fíjense, señorías, me parece importante esta reflexión que quiero compartir con todos ustedes, con todos. Y aun siendo grave la manipulación informativa, que hemos sufrido en estos últimos años y que es evidente -no, no se rían- porque hasta incluso el Parlamento Europeo está precisamente investigando la manipulación informativa de la RTVE. Pero con todo, siendo grave la manipulación informativa, siendo aún más grave que haya consejeros que llevan años sin ser renovados de su puesto, en representación de partidos políticos que ya no existen en el sistema político español, siendo grave el vacío de poder al que nos abocaba el bloqueo de dos grupos parlamentarios a la renovación en el final del mandato del Consejo, hace escasas semanas.
Siendo todo esto grave, señorías, lo que más preocupa al Gobierno es la viabilidad presente y futura de la RTVE. La viabilidad como servicio público, la sostenibilidad financiera y laboral de una institución que emplea a 6.400 trabajadores, trabajadoras, a sus familias, y que destina el Estado cerca de 1.000 millones de euros anuales.
Permítanme la reflexión siguiente, señorías, el streaming, las plataformas como Netflix o HBO están cambiando la cultura audiovisual, en el mundo, y también en nuestro país. Y esto tiene un impacto directo, trascendental en todas las televisiones generalistas, y si quieren sobrevivir a este cambio de cultura audiovisual, deberán hacer frente a ello. Este es el verdadero desafío, del que no se habla en el debate público, pero que me parece, es fundamental, es nuclear, es trascendental
Y la RTVE durante estos últimos siete años no está haciendo nada. Llevan años sin hacer nada. Lo único es el bloqueo político y empresarial del ente público.
Por eso, señorías, vamos a echar la vista atrás, porque en un mes como este de hace un año el grupo parlamentario socialista aprobó, con el apoyo de la mayoría de la Cámara, un proyecto de Ley para modificar el método de elección de los miembros del Consejo de Administración de RTVE. En aras de ese consenso logramos incorporar la idea de un concurso público, logramos incorporar también una disposición adicional que decía que si el 31 de diciembre del año 2017 no se lograba ese concurso público, se nombraría a los miembros de ese Consejo de Administración por el mecanismo anterior. Un año después, señorías, no se ha hecho absolutamente nada; dos grupos parlamentarios bloquean la renovación. Es más, pactan una representación que no tienen en esta Cámara.
Esta es la razón, señoría, por la que el Gobierno se vio obligado de manera urgente a aprobar un Real Decreto, esa es la reflexión que quiero hacerles a ustedes. El Gobierno no va a mirar para otro lado, no se va a esconder detrás del argumento de un concurso público que utilizan dos grupos parlamentarios, para bloquear y sostener el estatus quo ni representa la pluralidad de esta Cámara, ni afronta los desafíos trascendentales que garanticen sostener este importante servicio público.
Ayer, no salió adelante la renovación del Consejo. Y lo lamento de verdad, señorías. Voy a dar las gracias a los grupos parlamentarios que apoyaron el Real Decreto del Gobierno de España.
Estamos, señorías, los que queremos cambiar las cosas, los que queremos regenerar la vida democrática de este país, y están los que quieren mantener las cosas del pasado.
Así que, señorías, pido a la Cámara que apoye el último paso previsto en el Real Decreto para salir del bloqueo, y para facilitar una transición hasta que se sustancie el proceso de elección de los nuevos consejeros y consejeras.
Señorías, el Real Decreto ha forzado a quienes nunca creyeron en el concurso público a acelerar los tiempos, tras un año de idas y venidas. En definitiva, del marrullerismo parlamentario. No duden en que, si sale adelante este Decreto, el concurso cumplirá sus plazos, incluso, se agilizarán. Lo contrario, lo que va a hacer es languidecer por quienes sólo entienden la RTVE como voceros de sus intereses partidarios.
Señorías, una de las formas de fortalecer una democracia es compartiendo el poder. Eso es la descentralización, la desconcentración, compartir el poder. Así entiende este Gobierno un sistema altamente descentralizado, como el nuestro, que define constitucional y políticamente a nuestro país. Para que un sistema político descentralizado funcione, los mecanismos de cooperación deben ser operativos. El no ejercicio del diálogo provoca atrofia institucional, conflicto, y ensimismamiento. Evitar esa inercia es uno de los grandes objetivos de este Gobierno, y, fundamentalmente, a través de tres principios: El primero, recuperar el diálogo y la cooperación estable y sistemática entre las Comunidades Autónomas. En ese sentido, quiero hacer mención en este punto al impulso de la Agenda Canaria, que tiene importantes hitos por delante y en cuyo marco se están desarrollando medidas relevantes, como la bonificación del 75% al transporte de residentes aprobada en el Consejo de Ministros del pasado 13 de julio. Una decisión que también beneficia a los residentes en Baleares, Ceuta y Melilla.
También, hacer un análisis riguroso y exhaustivo de la normativa propia para evitar conflictos competenciales: Impulsar los instrumentos de garantía del autogobierno y mejorar la coordinación institucional. Esta última previsión es igual y oportunamente válida para el ámbito local. Hay que impulsar la autonomía local, maltrecha tras años de injusto intervencionismo. Injusto, porque no hay una administración, señorías, que haya hecho mayor esfuerzo en la contención del déficit que las corporaciones locales, como ustedes saben.
Y señorías, dialogar no es ceder. Dialogar es hacer política. Solo desde el diálogo, poniendo en valor la política, podemos hacer frente a crisis institucionales que están en la mente de todos. Y que exigen de una respuesta política allí donde la confrontación ha sido la norma durante estos últimos años.
Reconducir la grave crisis institucional en Cataluña es el objetivo prioritario para este Gobierno. En ese empeño, consideramos imprescindible avanzar en la garantía de la vigencia efectiva del marco estatutario y constitucional en Cataluña. Hay alternativas políticas dignas de ser exploradas allí donde el enfrentamiento ha terminado por dividir a una sociedad extraordinariamente plural, como es la catalana. Este Gobierno está dispuesto a abrir un diálogo franco y directo. Y que se pueda dialogar sin cortapisas no es mérito de este Gobierno, es mérito de nuestra Constitución, que ampara nuestros derechos y nuestras libertades.
Yo soy consciente de que recuperar la normalidad institucional no será la meta, será la salida de una solución política para Cataluña. Una meta a la que llegaremos después de haber hecho una carrera de fondo, reconozcámoslo, no va a ser una solución fácil ni rápida. Va a ser una carrera de fondo, donde va a haber altos y bajos, donde va a haber situaciones difíciles y situaciones menos complicadas. Una carrera que, como toda carrera de fondo, señorías, va a exigir determinación, templanza, sentido de Estado y generosidad por parte de todas y de todos.
Señorías, los responsables políticos, los líderes no debemos pensar en lo que podemos perder personalmente, sino imaginar lo que pueden ganar los ciudadanos a los que representamos. Por eso, lo que les pido en relación con Cataluña, es que no abordemos esta cuestión en base a lo que estamos dispuestos a renunciar, sino en lo que estamos dispuestos a acordar.
Nosotros lo tenemos claro: queremos acordar unión y convivencia. Y, en ese camino, nos podremos volver a encontrar.
Creo que el primer paso dado, el de la activación de comisiones bilaterales, --que no se reunían, señorías, desde el año 2011--, será fundamental para ir construyendo confianzas y lealtades, que hoy están quebradas.
Sin diálogo solo hay bloqueo, y con diálogo habrá soluciones. Y este es el ánimo con el que he procedido a reunirme también con el lehendakari Urkullu, al que agradezco su compromiso y su lealtad institucional. Vamos a impulsar una agenda de diálogo bilateral en beneficio de la sociedad vasca. Y ya estamos, de hecho, trabajando en este sentido, con el Gobierno de Euskadi.
Y con ese ánimo, también, señorías, veré esta tarde al presidente de la Xunta de Galicia, al señor Núñez Feijoo; y, hasta el último día del mes de julio, a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; al presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, y al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.
Mi compromiso, el compromiso del Gobierno es reunirme con todos y cada uno de los presidentes autonómicos antes de que finalice el año.
Señorías, el de la Justicia es uno de los ámbitos en los que es más urgente avanzar en la regeneración democrática y en el fortalecimiento institucional.
Una Justicia que ha de ser rápida, independiente y transparente. Para estar al servicio de toda la sociedad, pero, especialmente, de las víctimas.
En este propósito modernizador, quiero manifestar nuestra voluntad de avanzar en la dotación de los medios técnicos y humanos deseables. Pero también, y esto es muy importante, con diálogo necesario entre el Gobierno y las asociaciones de jueces y fiscales, letrados de la Administración de Justicia y funcionarios.
Es preciso asegurar la independencia judicial y la autonomía del Ministerio Fiscal, garantizando nombramientos basados en criterios objetivos de igualdad, de mérito y de capacidad. No solo por ser una exigencia propia de cualquier democracia madura, que lo es, en la que impera el principio de separación de Poderes, como la nuestra, sino para superar una etapa de pérdida de confianza de la sociedad en las instituciones vinculadas con la Justicia.
En ese sentido, les anuncio, señorías, el anuncio del Gobierno de promover la reforma del artículo 324 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que establecía un plazo máximo de instrucción, especialmente nocivo en la tramitación de causas complejas vinculadas con la corrupción. La necesidad de una justicia ágil no puede servir nunca como excusa para la precipitación en la instrucción de determinadas causas, y mucho menos, como antesala para la impunidad
La aprobación de la reforma del reglamento de asistencia jurídica gratuita o el impulso de la mediación también parten de esta misma filosofía, la de fortalecer la Justicia y la de restablecer la confianza de la ciudadanía en un servicio público nuclear de nuestro Estado de derecho.
Por cierto, señorías, para fortalecer las instituciones y los cambios normativos que hagan más viable a esta sociedad necesitamos también una perspectiva de género ausente durante mucho tiempo. Vamos a impulsar esa mirada, señorías. Y lo haremos desde la formación especializada de profesionales en estos ámbitos e incorporando esa visión a toda acción de la Administración de Justicia. Que quede claro, señorías, si dice no, es que no. Y si no dice que sí, es que no.
Este, señorías, es un Gobierno feminista, y no tiene miedo ni complejo alguno en exhibir esa etiqueta.
El pasado 8 de marzo, la sociedad lanzó un mensaje que todas las instituciones tienen el deber de escuchar. Algo cambió ese día, y el mundo entero fue testigo precisamente de ello. Por primera vez en mucho tiempo, la atención de los medios internacionales estuvo en nuestro país. Y para algo en lo que sentirnos orgullosos que fue la lucha por la igualdad, la lucha contra la brecha salarial, la lucha por la igualdad laboral.
A la forma en que leemos normas jurídicas que parecen contradecir el espíritu de nuestro tiempo. A la educación en valores en el ámbito educativo. A la sensibilización temprana ante la violencia ejercida contra la mujer como expresión de algo especialmente infame, como es la dominación y la discriminación. Nadie es dueño de nadie y nadie es menos que nadie.
Esta sociedad tiene que mirarse en el espejo de la decencia cuando todavía hoy en día, señorías, una mujer tiene que fingir que habla por teléfono cuando camina sola de vuelta a casa en una calle de cualquier ciudad de nuestro país.
El miedo es la antesala de la dominación. Y, sencillamente, no hay derecho a que ellas sientan miedo en la España de 2018.
Señorías, contamos con una herramienta, fundamental, muy valiosa en este terreno, como es el Pacto contra la Violencia de Género. Y creo firmemente que, entre todos y todas, podemos impulsar la cultura del acuerdo todavía más lejos aún de este ámbito, hasta erradicar una violencia que deja en nuestro país tanta muerte como tantos huérfanos, hasta acorralar a los que acorralan. España debe tener las calles libres de manadas.
Mucho de lo que avancemos en esta causa tiene que ver con lo que se puede hacer desde el ámbito de la seguridad. Garantizar la seguridad de las mujeres que son víctimas de la violencia de género es un objetivo prioritario para este Gobierno, como lo es, igualmente, avanzar en la formación especializada de un personal, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que es clave en la lucha contra esta lacra.
Señorías, los miembros de dichos cuerpos representan un elevado porcentaje del total de funcionarios de nuestra Administración, de la Administración General del Estado.
Iniciativas en el ámbito de la protección social, como la mejora transversal de las condiciones laborales, la equiparación salarial, el impulso a las medidas de conciliación son, en consecuencia, esenciales para este Gobierno.
Ante nuevas formas de delincuencia, el impulso a la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo o las organizaciones específicas de blanqueo de capitales, también va a ser una labor esencial por parte de nuestro.
Como lo va ser también la lucha contra la corrupción. Una materia en la que España ha protagonizado demasiadas portadas a los ojos del mundo entero, expresión de una enfermedad que corroe los cimientos de la democracia y destruye la fe y la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.
Avanzar, en consecuencia, en la detección temprana de estas tramas es mucho más que dar cumplimiento a la Ley. Es también impulsar la transparencia, defender nuestro régimen de libertades y trabajar por la regeneración democrática. Este Gobierno asume su compromiso con la ejemplaridad en su grado más alto. Y no va a escatimar esfuerzos en la lucha contra una lacra que ha hecho mucho daño a la imagen de España y, también, a las arcas públicas.
Señorías, alguien dijo que cuando un pueblo renuncia a la libertad en aras de la seguridad acabará perdiendo ambas: la seguridad y la libertad. Es una afirmación muy oportuna a la hora de hablar de la Ley Mordaza.
Ofrecemos consenso y voluntad de acuerdo frente a una reforma que debilitó nuestras instituciones, deterioró la calidad de nuestra democracia y atacó las libertades. Diálogo político en el seno de esta Cámara para alcanzar el equilibrio entre dos valores igualmente valiosos para este Gobierno.
Señorías, en materia de política de Defensa, quiero hacer referencia a cinco ejes prioritarios de actuación.
- El primero tiene que ver con el reforzamiento de nuestras propias capacidades de Defensa.
- El segundo tiene que ver con el fortalecimiento de la posición de España en el sistema de seguridad internacional.
- El tercero el impulso decidido de la Europa de la Defensa.
- El cuarto contribuir a la lucha contra el terrorismo internacional.
- Y el quinto potenciar la diplomacia de la Defensa.
Ayer tuvimos la ocasión, el Consejo de Ministros, de participar en la reunión del Consejo de Seguridad Nacional presidida por SM el Rey, algo que no sucedía desde el año 2015. Un órgano clave en la detección de nuevas amenazas y en la búsqueda de herramientas para combatirlas. Amenazas como la ciberseguridad y aquellas de naturaleza híbrida que constituyen fuentes de riesgo para todas las democracias, también la nuestra.
España es hoy un socio fiable en el mundo en materia de Defensa. Participamos en 15 misiones internacionales, en las que más de 2.400 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas desempeñan su labor con profesionalidad, dedicación y entrega. Y quiero hacer mención expresa a ello en esta intervención.
La política de Defensa es para este Gobierno una política de Estado. Así lo entendí en la oposición y así lo quiero manifestar también desde el Gobierno. El mandato es, por tanto, muy claro, el de la búsqueda del consenso.
España va a mantener sus compromisos internacionales y hará honor a su vocación en pos de la estabilidad y la paz mundial, promoviendo una cultura de seguridad nacional.
Tenemos retos importantes pendientes a la hora de facilitar la integración laboral, por ejemplo en el ámbito civil, y ustedes no son ajenos a ello porque también se han reunidos con ellos, de los integrantes de la escala de tropa y marinería con compromiso de larga duración que, al alcanzar los 45 años de edad, tiene que abandonar las Fuerzas Armadas. Y se encuentran con muchas dificultades para continuar trabajando.
Y en el mismo ámbito, y respondiendo una vez más a la transversalidad de la política de igualdad que este gobierno exhibirá, nos proponemos reforzar todas las medidas que favorezcan la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. En especial en lo referido a conciliación.
Y, finalmente, impulsar las medidas que doten de efectividad la garantía de igualdad de trato en el seno de las Fuerzas Armadas de las personas pertenecientes al colectivo LGTBI.
Un colectivo que, junto a otros muchos, espera de esta Cámara un gran consenso para sacar adelante una Ley importante para este Gobierno, para el Grupo Socialista, como es la Ley contra la discriminación y contra los delitos de odio que está en proceso de tramitación parlamentaria.
Señorías, el cuarto y último pilar de la Agenda del Cambio que les proponemos, es la definición y participación de España en la construcción europea y el papel que tenemos que desempeñar en el mundo.
Consenso y vocación de política de Estado, son condición indispensable para la defensa de los intereses de España en el exterior y la proyección de la imagen de nuestro país, llamado a tener una presencia mucho más activa en los foros multilaterales.
España puede y debe desempeñar un papel activo en las organizaciones internacionales de las que forma parte. Y lo hará otorgando prioridad a los asuntos humanitarios, a la Agenda 2030, a la Agenda de género, a la lucha contra el terrorismo y a la diplomacia preventiva.
Somos un país comprometido con el fomento y la protección de los Derechos Humanos. Una democracia avanzada que quiere seguir apostando por el multilateralismo y la defensa del proceso de integración europea, que ahora mismo está puesta en cuestión dentro y fuera de nuestro continente.
En este ámbito, quiero hacer referencia nuevamente a tres principios que estarán presentes en nuestra acción exterior: en primer lugar, la responsabilidad, en segundo lugar, la solidaridad y en tercer lugar, la empatía.
Tenemos, señorías, retos de enorme calado por delante en esta cuestión.
En primer lugar, tenemos que cerrar la negociación del proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea despejando incertidumbres y garantizando la defensa de los intereses de España. También en lo que concierne a Gibraltar.
En segundo término, defender los intereses de España en la negociación de las perspectivas financieras 2021-2027 y progresar en la construcción de la Unión Económica y Monetaria.
En tercer lugar, trabajar con los socios europeos y del sur en el reto migratorio que, como ya he reiterado, debe tener un alcance y dimensión europea en la aproximación y en la solución.
Y, en cuarto lugar, fortalecer y recuperar la política de cooperación al desarrollo como elemento definitorio de la política exterior de España.
En este sentido, quiero hacer una mención a la voluntad, defendida por España en el último Consejo Europeo de que la prioridad, en el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, la constituye, para este Gobierno, la defensa de los derechos nuestros ciudadanos en el Reino Unido.
Señorías, también quiero hacer una mención especial a la necesidad de impulsar una modificación de la legislación para acabar con el llamado "voto rogado" y hacerlo antes de que se produzcan los procesos electorales del próximo año en el mes de mayo.
Quiero subrayar la importancia que el nuevo Gobierno dará a Iberoamérica. Así, en la próxima Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Guatemala, en el mes de noviembre, junto al resto de países, vamos a seguir perfeccionando esta Comunidad que formamos compartiendo objetivos y valores, en especial el intercambio de nuestras sociedades civiles en todos sus ámbitos.
Y finalmente, quiero trasladarles en firme compromiso del Gobierno por liderar en los foros multilaterales y globales propuestas conjuntas a desafíos cruciales para el futuro del planeta. Empezando por el Debate General de la LXXIII Asamblea General de Naciones Unidas, en la que participaré activamente.
También, asistiré, con idéntico espíritu, a la decimotercera Cumbre del G-20 en Buenos Aires. Y en materia de Paz y Seguridad participaré, como hemos participado previamente, en todos los debates que se planteen en la OTAN para conseguir que la guerra, la inestabilidad y las violaciones de los Derechos Humanos retrocedan en el mundo.
Quiero hacer una mención especial en este punto, señorías, a la Agenda 2030. Una Agenda para el desarrollo sostenible, para la que he nombrado una Comisionada dependiente directamente de Presidencia del Gobierno, que ocupará una parte importante de la proyección de este Gobierno, de la acción de este Gobierno y también de la presidencia.
Esta Agenda que guiará el trabajo de Naciones Unidas en los próximos años, pone al ciudadano en el centro de su acción, con un enfoque de derechos, de libertades. Su carácter universal e indivisible con tres facetas interrelacionadas, fundamentales para este Gobierno: la económica, la social y la medioambiental, son, y van a ser, una gran oportunidad para revertir el rumbo del planeta en la dirección adecuada para su sostenibilidad.
Y finalmente, no quiero acabar el capítulo de la política exterior sin mencionar que nuestro propósito es continuar manteniendo contactos bilaterales con todos los países de la comunidad internacional, en especial con nuestros amigos de América Latina, de África, regiones con las que, impulsados por nuestra historia y geografía, hemos creado lazos indisolubles. Desde luego Marruecos es un país vecino y amigo, y va a ocupar un lugar destacado en estos contactos bilaterales.
Señorías, a lo largo de mi intervención hay una constante que quiero recuperar en este momento. El nuevo Gobierno quiere acompañar a la sociedad. Estar a su lado.
Haciendo posible una agenda del cambio basada en cuatro pilares: el crecimiento económico y la creación de empleo; la igualdad y la cohesión social; la regeneración y la cohesión territorial; y volver al corazón de Europa.
No hemos venido a gobernar a los españoles. Hemos venido a gobernar con los españoles. De ahí que mi compromiso sea gobernar con el Parlamento y no contra el Parlamento, como ha sido la tónica habitual durante los últimos siete años.
Soy consciente de las esperanzas que este Gobierno ha despertado en buena parte de la sociedad y de la necesidad de estar a la altura de expectativas despertadas.
Vivimos, señorías, tiempos de cambio en muchos ámbitos: en el ámbito de la economía, en el ámbito del trabajo o en el ámbito de la innovación tecnológica. Y en el cambio siempre hay oportunidad. Pero también hay amenazas para los más expuestos y vulnerables de la sociedad. Son quienes conviven con la incertidumbre de un tiempo en el que la precariedad lo inunda todo: trabajos precarios, sueldos precarios, vidas precarias.
Este Gobierno si hace algo es un llamamiento a todos los sectores, a todas las fuerzas políticas y a todas las administraciones para que el miedo al futuro no siga debilitando nuestra cohesión social.
Lo hará sabiendo que no tiene todas las respuestas, pero que tiene claras las preguntas que nuestra sociedad se plantea en este momento decisivo para definir cómo será nuestro país mañana.
Señorías, comencé mi intervención apelando a la memoria de lo ocurrido en este hemiciclo hace cuatro décadas. Les hablé de los 258 miembros de esta Cámara que votaron "sí" a la Constitución. De quienes abrieron un tiempo que cambió la historia, para bien, de nuestro país.
De entre quienes formaban esta Cámara en aquél momento, 21 eran mujeres. Y de todas ellas, sólo una pudo participar en la Comisión Constitucional. Hoy son 146, de 350, las mujeres que forman esta Cámara. Así que hay mucho territorio por ganar en favor de la igualdad de género
A las puertas de una nueva década, España ya ha cambiado.
El cambio lo escriben las hijas, los nietos y nietas, de aquellos que protagonizaron el primer gran cambio de nuestro país: El paso de la dictadura a la democracia.
Este año celebraremos el Cuarenta Aniversario de nuestra Constitución. Y lo más importante es volver a entender, como hicieron las generaciones precedentes, la necesidad de que la política no puede ir por detrás de la sociedad.
Llego el momento, señorías, de volver a poner el reloj de la política a la hora de España.
Muchas gracias, señora presidenta.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)