Conferencia de prensa del presidente del Gobierno tras el Consejo de Ministros

Intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

3.8.2018

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Presidente.- Buenas tardes a todos y a todas. Comparezco tras la celebración del Consejo de Ministros para dar cuenta de los acuerdos alcanzados y, también, para trasladarles la valoración de la actuación del Gobierno en estos dos meses de vida. Les diría que voy a ser breve, pero lo cierto es que me voy a extender más de lo habitual en una rueda de prensa. A cambio, van a poder preguntar todo lo que estimen oportuno, una vez termine esta introducción.

Lo he dicho en más de una ocasión y me gustaría reiterarme en ello en este principio de mi intervención. La moción de censura y la constitución del nuevo Gobierno han supuesto un cambio de época en la política española, y voy a dar tres motivos que lo explican, a mi parecer. El primero, porque con la moción de censura la democracia española se reivindicó a sí misma. El Poder Judicial definió las responsabilidades penales por un caso, por una trama de financiación irregular del entonces partido que gobernaba el país. Y el Poder Legislativo, ante la falta de asunción de responsabilidades políticas por parte del anterior Gobierno, asumió las suyas y decidió presentar una moción de censura y hacer prosperar por primera vez en la historia de nuestra democracia una moción de censura que abrió las puertas al cambio de gobierno.

La segunda razón de este cambio de época, este cambio de etapa en la política española, tiene que ver con que hoy los ciudadanos se reconocen en su Gobierno, y esto es importante. Hoy, tanto el Gobierno como la sociedad caminan al mismo ritmo y en la misma dirección, compartiendo los mismos objetivos que se pueden resumir en dos: el progreso de todos y la cohesión social. Con independencia de a quién se vote, hoy los ciudadanos y ciudadanas se reconocen en su Gobierno, tienen un Gobierno que les representa, que representa la España europeísta, ecologista, progresista -que, a nuestro juicio, es mayoritaria en la sociedad--, la España del talento --la política y la cualificación técnica no están reñidos y el Gobierno es una buena prueba de ello--; representa, también, este Gobierno la España plural que retoma la interlocución con los gobiernos autonómicos, con las reuniones que he mantenido con todos los presidentes autonómicos hasta la fecha y que, por supuesto, voy a culminar a finales de este año, o la activación de conferencias multilaterales, de conferencias sectoriales, que son muy importantes para el buen desempeño de políticas que tienen que ver con la cotidianidad de los ciudadanos y ciudadanas. Me estoy refiriendo a la sanidad pública, a la educación, o la financiación autonómica.

Un Gobierno que reivindica y que representa la España feminista, que salió a la calle el pasado 8 de marzo, con la masiva manifestación de mujeres a favor de la igualdad de género y que hoy se reconoce y se ve representada en el Gobierno con más ministras en un Consejo de Ministros de cualquier país de la OCDE. Un Gobierno que representa a la España abierta. Un Gobierno coherente, no partidista, dispuesto a forjar grandes consensos a base de diálogo. Un Gobierno que --como dije en la moción de censura--, aspira a gobernar con el Parlamento y no contra el Parlamento, por eso, hemos levantado todos los vetos a las iniciativas que --en buena medida--, eran vetadas por la anterior mayoría conservadora del Partido Popular y de Ciudadanos, no tanto por cuestiones económicas sino por cuestiones ideológicas. Y un Gobierno que representa a esa España honrada que demanda un ejecutivo ejemplar, que no solamente cumple con la legalidad sino que eleva los estándares de integridad que exige la ciudadanía.

El tercer motivo de este cambio de época, es que este Gobierno está dispuesto a hacer, a avanzar, a progresar en esa Agenda del Cambio que expuse ante los diputados y diputadas hace escasos días en el Congreso. Porque el cambio de época no solamente consistía en poner punto y final al anterior Gobierno, a la anterior falta de ejemplaridad que representaba clarísimamente la anterior administración, sino que ese cambio de época, también significa sacar a España de la parálisis, del letargo y, en consecuencia, de iniciar esas grandes transformaciones que necesita y necesitaba España.

Dijimos que el nuevo Gobierno llegaba para hacer y hacemos, avanzamos en esa Agenda del Cambio abriendo camino en las cuatro grandes transformaciones que necesita nuestro país: la económica, la social, la territorial y, también, la dimensión internacional, significativamente en Europa. En el territorio de lo económico el planteamiento básico, fundamental, central, era fijar como prioridad consolidar el crecimiento económico y, también, consolidar y fortalecer el ritmo de creación de empleo. Las previsiones económicas apuntan a que vamos a terminar el año con un vigoroso crecimiento económico del 2,7%, muy por encima de la media europea, muy por encima, también, de los grandes países de la Unión Europea, lo que nos va a llevar a la creación de 455.000 empleos a final de año. La inversión en estos primeros seis meses ha crecido casi un 5%, con unas cifras que superan ya los 130.000 millones de euros, nuestras exportaciones crecieron en el último año más de un 3,5%, lo que demuestra esa mayor competitividad de la economía española, y en un sector tan importante como es el turismo para la economía española, se ha batido un nuevo récord de entradas en el mes de junio con 8,5 millones de turistas.

La confianza en nuestra economía también se viene viendo certificada por el hecho de que en estos dos meses de gobierno la prima de riesgo se ha situado en torno de los 100 puntos básicos, por debajo -incluso--, de la media de estos últimos cuatro años que se situaba en el entorno del de 116 puntos básicos. Por tanto, crecimiento, competitividad, inversión, exportaciones, confianza.

Propusimos que el crecimiento debía distribuirse entre trabajadores y empresarios, así se lo trasladé a los agentes sociales con los cuales me he reunido, en poco más de dos meses, en dos ocasiones y, también, trasladamos desde el Ministerio de Trabajo y desde el conjunto del Gobierno nuestro respaldo a la mejora salarial y, también, del salario mínimo interprofesional.

Dijimos que nuestra prioridad era, y es, luchar por una calidad y una dignidad en el trabajo y, en consecuencia, luchar contra la explotación laboral, contra la precariedad laboral y hemos aprobado el Plan Director por el Trabajo Digno en el último Consejo de Ministros. Y en este Consejo de Ministros también hemos aprobado dos iniciativas importantes a este respecto. En primer lugar, un Real Decreto destinado a combatir el uso fraudulento de la figura del falso autónomo y que va a permitir aflorar en este año, solamente en este año, cerca de 40.000 empleos que se van a integrar en el Régimen General de la Seguridad Social y, por tanto, más derechos y mayor cobertura para el trabajo digno de miles de personas que hoy, lógicamente, se ven privadas de ello por el mal uso que se está haciendo de esta figura.

En segundo lugar, también a este respecto, el Consejo de Ministros celebrado hoy presenta y ha aprobado un Real Decreto que va a proporcionar cobertura a aquellos trabajadores desempleados, especialmente mujeres --el 75 por ciento de esta medida está vinculada con las mujeres desempleadas--, que están siendo especialmente vulnerables y que habían causado baja en el Programa Extraordinario de Activación para el Empleo. Nuestro compromiso no solamente se centraba y se centra en la creación de empleo, de trabajo digno, de luchar contra la precariedad laboral, de luchar contra la explotación laboral, nuestro compromiso también lo es con el empleo público de calidad que garantice unos servicios públicos que estén a la altura de las demandas que exige la ciudadanía, y así hemos cumplido el compromiso de subida salarial que ustedes conocen y, en el Consejo de Ministros del pasado viernes, con el acuerdo previo de los sindicatos, se aprobó la mayor oferta de empleo público de la década desde el año 2008, con un total de 30.844 nuevas plazas de empleo público.

Señalamos, también, como uno de los objetivos fundamentales en esta Agenda del Cambio que no habría progreso seguro sin conciliar crecimiento y ecología, sin impulsar la transición energética, y hemos sentado las bases para recuperar el autoconsumo energético, para impulsar de nuevo las energías renovables y comprometernos --aún más--, con la agenda 2030 marcada por Naciones Unidas. Dijimos que íbamos a apoyar a la ciencia y a la industria, también a la cultura y a la agroindustria para que sean también motores de crecimiento --no solamente de la construcción y el turismo, y, en este Consejo de Ministros, se plantean importantes ayudas para el avance de la ciencia y de la industria cinematográfica.

Y finalmente, hemos planteado al conjunto de la Cámara una senda de estabilidad que responde a un doble propósito: sanear nuestras cuentas públicas y reforzar nuestro Estado del bienestar. El Gobierno lo que propone a la Cámara es una senda de doble estabilidad, estabilidad económica pero también estabilidad social.

Esta es la propuesta del Gobierno, por la que estamos trabajando, y vamos a trabajar, y vamos a volver a ofrecer al conjunto de la Cámara a partir del mes de septiembre, y lo vamos a hacer entre otras cuestiones porque es una causa justa, no lo hacemos solamente por empecinamiento, sino porque consideramos que esta es una causa justa, que beneficia a la clase media trabajadora que necesita y exige un Estado del bienestar fuerte, con mejoras en la sanidad pública, en la educación pública, en la dependencia --que ha sido las grandes olvidadas durante estos últimos años de administración del Partido Popular--, servicios sociales, políticas activas de empleo, cumplimiento del pacto del Estado contra la Violencia de Género --que luego hablaré de ello-y, por supuesto, también, el impulso a la ciencia y a la transición ecológica.

Insisto, la propuesta del Gobierno es ofrecer a la Cámara, y al conjunto de los españoles allí representados, una doble estabilidad: la estabilidad económica y la estabilidad social; una senda que será -espero--, extensiva a los Presupuestos Generales que presentaremos para la consideración y la aprobación de la Cámara y que serán efectivos -esperamos--, en el año 2019. El Gobierno cree, a este respecto, que un crecimiento que no llegue a las capas medias y a los trabajadores no es útil, que hay que crecer para redistribuir y redistribuir para crecer y hay que, en consecuencia, blindar nuestro Estado del bienestar.

Esta filosofía --la de blindar nuestro Estado de bienestar--, es la que se explica y está detrás del Real Decreto de becas y de ayudas para el estudio para el curso 2018-2019, que fue aprobado en el pasado Consejo de Ministros, centrado en la necesidad de atender a los estudiantes procedentes de familias más desfavorecidas, sobre todo de familias o de hijos víctimas de violencia de género y en el incremento de las ayudas a becarios de familias con rentas bajas. Esta filosofía, la de blindar nuestro Estado del bienestar, es la que está detrás del Real Decreto-ley de Sanidad Pública Universal, que recupera la asistencia sanitaria para todos sin excluir a nadie, y esa, también, es la filosofía que está detrás de la aprobación del programa Veca para atender las urgencias de una dura e inaceptable realidad, que es la de la pobreza infantil, ahora, además, precisamente ahora que se han cerrado los colegios, para garantizar la alimentación y el ocio a nuestros niños, a nuestras niñas, a ese 29% de la población infantil que está en riesgo de pobreza infantil.

Hoy también, el Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto-ley, a nuestro juicio muy importante. Después de un año desde que la Cámara aprobara el pacto de Estado contra la Violencia de Género, --ustedes lo conocen perfectamente porque han seguido además la actualidad--, han sido los colectivos, sobre todo los feministas, los que han denunciado el incumplimiento del pacto de Estado por la Violencia contra la Violencia de Género. No solamente me refiero a los recursos económicos sino también a lo que representan todas las modificaciones legislativas que se tienen que articular y que son producto de ese acuerdo fundamental.

Bien, lo que hemos hecho ha sido hacer efectiva la transferencia de 120 millones de euros a Ayuntamientos y a Comunidades Autónomas para luchar contra esta lacra y hemos aprobado un Real Decreto-ley que adopta las medidas más urgentes para la implementación del Pacto de Estado alcanzado en las Cámaras el año pasado. Esto lo hemos hecho en tan sólo dos meses de vida. No solamente hemos realizado las modificaciones presupuestarias necesarias para explicitar con recursos económicos el compromiso de este Gobierno por cumplir y hacer cumplir el Pacto de Estado contra la Violencia de Género sino que, además, vamos a poner en marcha muchas de las modificaciones legislativas que venían también reflejadas y trazadas en ese pacto de Estado.

Les comentaba la idea principal, que es la de blindar nuestro sistema público de pensiones y nuestro sistema de dependencia. El pasado viernes 27 de julio, saben ustedes que se abonó una paga adicional de atrasos a cerca de 9 millones y medio de pensionistas. Con esta paga se compensa la diferencia entre la revalorización del 0,25% efectuada en enero de este año y la aprobada en los Presupuestos Generales del Estado del 1,6% para el conjunto de las pensiones y que alcanza al 3%, también, para las pensiones mínimas. Y, en este sentido, el sentido de explicitar el compromiso de este Gobierno con los pensionistas, con nuestros jubilados, con nuestras jubiladas, no quiero olvidar la mejora de las pensiones de viudedad que fue un compromiso largamente postergado por la anterior administración y que el nuevo Gobierno ha hecho efectivo en menos de dos meses de vida.

Por tanto, blindar. Éste va a ser el verbo, va a ser la acción, con la cual vamos a proteger a nuestro Estado del bienestar. Vamos a blindar la educación pública, vamos a blindar la dependencia, vamos a blindar las pensiones, y vamos a blindar, también, la sanidad pública.

Como les comentaba, el tercero de los ejes de la Agenda del Cambio es la cohesión territorial. Este es el tiempo de construir consensos, acuerdos como aquellos con los que nos comprometimos todos ante los ciudadanos. Si me permiten una digresión, este es el ánimo con el que el Gobierno afrontó la renovación del Consejo de la Radiotelevisión Española, logrando el apoyo parlamentario de buena parte de los grupos parlamentarios de la Cámara, con el nombramiento de Rosa María Mateo como administradora única de la Corporación hasta que culmine el proceso de renovación a través del concurso de ese nuevo Consejo de Administración. Y el Gobierno entiende algo que estoy convencido de que el conjunto de la ciudadanía española sabe, y acepta, y apoya, y es que es bueno que el prestigio administre instituciones públicas tan esenciales como la Radiotelevisión Española. Y Rosa María Mateo --a juicio del Gobierno--, tiene ese prestigio. Por tanto, a nuestro juicio, concluye ya una etapa negra y se abre la esperanza de que una institución que es, al fin y al cabo, patrimonio de todo el conjunto de la sociedad recupere ese prestigio perdido.

Y ese, también, --volviendo a la cuestión de la cohesión territorial--, es el ánimo, el del diálogo, el del consenso, que ha estado presente en el impulso de todos los encuentros que he mantenido hasta ahora con los presidentes y presidentas autonómicos, hasta la fecha: Euskadi, Cataluña, Galicia, Andalucía, Asturias, Cantabria, en una ronda que concluirá --antes de final de año--, con todos y cada uno de los presidentes y presidentas autonómicos. Ese es el espíritu, también, que ha estado presente en la celebración de 18 conferencias sectoriales, --y me parece importante subrayarlo, porque si uno compara lo que hicieron otros Gobiernos en cinco, en seis, en siete meses de vida, nunca antes se habían celebrado 18 conferencias sectoriales con todas y cada una de las Comunidades Autónomas para hablar los temas que les incumben a los ciudadanos en tan solo dos meses de vida--. Y ese es el espíritu que ha estado presente en la puesta en marcha de las comisiones bilaterales como la que al amparo del artículo 183 del Estatuto de Cataluña, reunió esta semana al Gobierno y al Govern de la Generalitat. Una comisión que --como saben ustedes, porque lo han reflejado los medios de comunicación-- no se reunía desde hace siete años, inexplicablemente. Trabajos que empiezan y que, esperemos, den sus frutos a lo largo de este semestre hasta finales del mes de diciembre, y que van a dar continuidad a la reunión mantenida ayer en Barcelona.

¿Qué les quiero decir con esto? Que tenemos los instrumentos para articular consensos, que existen los cauces y, lo más importante, que este Gobierno cuenta con la firme voluntad de dialogar para mejorar la cohesión territorial de nuestro país, una voluntad que se certifica --de nuevo-, en uno de los acuerdos que hemos alcanzado en el Consejo de Ministros para dar un nuevo impulso a la inversión del corredor del Eje Mediterráneo.

El cuarto de los ejes de la Agenda del Cambio lo resumía en el ámbito internacional, en el ámbito de la Unión Europea. Europa es también nuestra Patria, así lo entiende el Gobierno, y, aunque suene manido, y lo sepan los ciudadanos que nos estén viendo a través de las redes sociales y los medios de comunicación, sólo con una Europa fuerte vamos a poder resolver muchos de los desafíos que tenemos en el ámbito global.

Para el Gobierno, fortalecer Europa es darle instrumentos eficaces, equitativos, para mejorar --por ejemplo--, la gestión de los flujos migratorios. En este asunto lo que querría decir es que la acción del Aquarius, el masivo respaldo social que dio la ciudadanía a la decisión del Gobierno de ofrecer como puerto seguro para su llegada al Aquarius, no solamente demuestra la solidaridad del pueblo español, sino la concienciación del pueblo español de que estamos ante un desafío que nos trasciende, que trasciende las fronteras, que exige de una respuesta y una aproximación común por parte del conjunto de la Unión Europea.

Eso no significa que el Gobierno español no tenga una política migratoria, que la tiene. Y a este respecto, les anuncio que el Consejo de Ministros ha tomado una medida, una decisión muy importante: se va a crear un mando único para la coordinación operativa. Repito, se va a crear un mando único para la cooperación operativa de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la frontera y en el Estrecho. Un mando único operativo, porque las decisiones políticas -lógicamente--, las tomarán los responsables políticos. Este mando único centralizará la coordinación y el seguimiento de todas las actuaciones realizadas o vinculadas con la inmigración ilegal y los mecanismos necesarios para la utilización eficaz de todos los recursos humanos y materiales disponibles, y la rápida y oportuna transferencia de información relativa a la inmigración, optimizando los recursos y los resultados de todas las actuaciones en curso que permitan colaborar para impedir la salida de embarcaciones de inmigrantes en los países de origen, y evitar la llegada inadvertida de embarcaciones a España.

Esta autoridad única desarrollará sus actuaciones de acuerdo con la legislación nacional e internacional vigente, con los convenios suscritos en materia de seguridad marítima, de salvamento de la vida humana en el mar, protegiendo la vida de los migrantes y respetando su dignidad. Aparte, lógicamente, de la creación y la constitución de este mando único operativo -insisto--, que es un fiel reflejo de lo que ocurrió en el año 2006 cuando se sufrió la crisis de los cayucos en Canarias. Vamos a continuar estrechando nuestra cooperación y nuestro diálogo con el Reino de Marruecos, y vamos a impulsar un plan de choque de 30 millones de euros hasta final de año para el reforzamiento de la atención a pie de playa, la ampliación de las plazas de atención humanitaria, y un nuevo servicio de acogida, de emergencia, y derivación. Y en este punto, quiero agradecer --también porque hoy está de visita el comisario de estos asuntos en Madrid-- a la Comisión Europea y a las instituciones comunitarias el anuncio de desbloquear fondos para un país amigo de España, como es Marruecos, y que es fundamental, también, para el ordenamiento y el control de los flujos migratorios.

Volviendo a Europa, los otros dos grandes retos a los cuales quiere contribuir el Gobierno de España son: uno, la culminación de la Unión Económica y Monetaria --y así se lo hice saber a la canciller Merkel y al presidente Macron--; y, dos, la construcción del pilar social. Aquí comparecí además con el presidente de la República Francesa para hablar, también, del pilar social. Hay cinco importantes directivas ahora mismo en trámite en el Parlamento Europeo ligadas a la mejora de los estándares laborales en toda Europa. Y ayer, precisamente, en mi conversación con el presidente de turno de la Unión Europea --que saben que es el canciller austriaco--, le traslade la voluntad del Gobierno de España de que estas cinco importantes directivas vinculadas con la mejora de los estándares laborales de todos los trabajadores y trabajadoras de la Unión Europea, sean aprobadas antes de finalizar el año.

Dos cumbres que no quiero dejar de mencionar, y que son importantes para nuestro país, es la de las interconexiones en Lisboa, con Francia y con Portugal y, lógicamente, la cumbre OTAN-Unión Europea para impulsar una política de Defensa europea más estrecha.

En resumen, --voy concluyendo--: cambio de época. Esto es lo que significó la moción de censura y la construcción de un nuevo Gobierno. Cambio de época. Reivindicación de una democracia sana, de una democracia que debe ser más ejemplar. Una democracia --por cierto--, que debe consolidarse en todos y cada uno de los rincones de nuestro país y que debe llegar, también, al Valle de los Caídos. Y llegará. Pero, vamos, decía: cambio de época, reivindicación de una democracia sana, avanzar y sacar del letargo y la parálisis a nuestro país para poner en marcha esa Agenda del Cambio que propuse al Congreso de los Diputados y que está vinculado con la economía, con el territorio de lo social, con la cohesión territorial, y con la política internacional. Con un Gobierno abierto, no partidista, cualificado en lo técnico y político, representativo de una sociedad que mayoritariamente se siente feminista y ecologista, progresista y europeísta, liberal en la defensa y en la constitución de sus libertades, y socialista en la defensa y en la constitución de sus derechos. Tras siete años de letargo, España no tiene un minuto que perder, creo que los hechos avalan a este Gobierno. Este Gobierno avanza.

No es poco lo que hemos hecho en dos meses, pero nos queda mucho por hacer. Y nos queda mucho por hacer porque las causas que defiende este Gobierno son causas justas: es la causa del empresario, que lucha por ver crecer su negocio. Es la causa, también, del trabajador y de la trabajadora, que exigen dignidad y no discriminación en sus condiciones laborales y en sus condiciones salariales. Es la causa de los trabajadores públicos, y en esta cuestión, en este punto, me gustaría hacer un reconocimiento explícito por parte del Gobierno a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que están actuando ahora mismo en puntos calientes y están garantizando, lógicamente, la seguridad de todos y todas. Es la causa de los pensionistas, que reclaman blindar el sistema público de pensiones. Es la causa de nuestros hijos, de los maestros y las maestras que exigen, también, blindar la educación pública. Es la causa de nuestros profesionales de la salud, de los servicios sociales, que son tan importantes para detectar y anticiparse a los casos de violencia de género, tanto de las mujeres como de los hijos. Y es la causa de las próximas generaciones que exigen algo que no tienen garantizado, y es un planeta habitable y sostenible. Es la causa de nuestro sector pesquero, del sector agroalimentario. La causa de la repoblación. La causa de reivindicar nuestra cultura, la ciencia, y la industria. Y la causa de la cohesión social y territorial. Es la causa, en definitiva, de nuestros ciudadanos que tuvieron que salir de España por la falta de oportunidades y que ahora desean volver, especialmente los más jóvenes; es la causa de una Europa que se define por los valores revolucionarios franceses: la libertad, la igualdad, y la fraternidad, en especial, para aquellos que vienen de conflictos muy difíciles, muy duros y que necesitan, también, del abrigo y de la esperanza que le pueda otorgar Europa.

Estas son nuestras causas. La Agenda del Cambio del Gobierno, con una hoja de ruta clara y definida hasta el final de la legislatura. Una hoja de ruta clara --e insisto--, definida, hasta el final de la legislatura, a la que nos dedicamos con determinación pero también con humildad, con diálogo --porque sabemos que no podemos hacerlo solos--, y con el ánimo --en consecuencia--, de consenso, sin perder un minuto, siendo conscientes de que en la consecución de estos objetivos está también garantizado el bienestar y el progreso de nuestra sociedad.

Esto es lo que les quería comentar y, por supuesto, ahora quedo a disposición de sus preguntas. Si les parece el secretario de Estado de Comunicación ordena las preguntas de todos ustedes y, por supuesto, encantado de responderles todas y cada una de sus preguntas.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)