PEDRO SÁNCHEZ, presidente del Gobierno
Buenas tardes:
Cada día nos llegan a los responsables de todas las administraciones públicas peticiones y demandas de miles de personas. Llamadas que expresan, en su gran mayoría, una necesidad real y urgente. Exigencias y ruegos que se hacen desde la angustia, la preocupación o incluso el enfado, y que obedecen al mismo deseo que nos mueve a todos y a todas: que es superar esta situación lo más pronto y de la mejor manera posible.
Todos trabajamos para que ni una sola de esas demandas deje de ser escuchada y atendida. Comprendemos y asumimos todas y cada una de ellas. Las entendemos y las compartimos, porque el virus plantea un escenario en el que no caben intereses contrapuestos.
Hoy, como saben, he celebrado una segunda reunión de presidentes y presidentas autonómicos y quisiera informarles de los principales puntos que hemos tratado.
Como es sabido, hace una semana ya nos reunimos con el objetivo de coordinarnos, de cooperar y seguir colaborando con la mayor eficacia y solidaridad posible en un momento tan excepcional como el que está atravesando el mundo, Europa y nuestro país.
En aquella reunión acordamos mantener, en primer lugar, una comunicación fluida y eficaz sobre todos los acontecimientos que se están produciendo y reunirnos semanalmente, también lo están haciendo sectorialmente distintos consejeros y consejeras de los gobierno autonómicos con los ministros del gobierno de España, por ejemplo Sanidad, Educación, Economía y Hacienda, en definitiva, todos aquellos aspectos de la colaboración y la cooperación que estamos teniendo, no solamente al máximo nivel de presidentes y presidentas sino también sectorialmente se están realizando de manera regular; compartir todas aquellas iniciativas que puedan contribuir a controlar la expansión del virus; también reforzar la acción conjunta de todas las administraciones públicas, así como la de las organizaciones privadas, para afrontar con garantías, con las máximas garantías, las consecuencias sanitarias, peo también económicas y sociales de esta gravísima emergencia de salud pública que estamos sufriendo; y transmitir y esto me parece también muy importante, al conjunto de la opinión pública española, el convencimiento de que superaremos juntos esta situación.
La reunión de la pasada semana, y la de hoy pueden llamarse, en rigor, reuniones de Estado. Unas reuniones en las que los diferentes gobiernos, de España y de las CCAA, trabajan conjuntamente y, quiero subrayar lo de conjuntamente, para atender a toda la ciudadanía española.
De la reunión de hoy destaco, dos puntos muy importantes: el primero, que hemos repasado detalladamente todas las actuaciones que estamos llevando a cabo de manera coordinada y diaria entre el Gobierno de España y los gobiernos autonómicos. Y la evaluación del impacto de las medidas que se van aplicando constantemente por las autoridades competentes delegadas en sus respectivas áreas de responsabilidad y que ya les detallé ayer en mi comparecencia pública. En segundo lugar, continuar en la unidad de acción, con la unidad de acción como la mejor arma para ganarle al COVID19 porque será unidos como resistiremos y como venceremos al virus.
La guerra contra el coronavirus es permanente. Por eso, quiero comunicarles cinco nuevas órdenes y una decisión en respuesta a la crisis sanitaria, como continuación a las numerosas que ya se han aprobado: les anuncio, en primer lugar, que vamos a poner a disposición del conjunto de todas las CCAA todas las instalaciones y los medios materiales y humanos de las residencias privadas de mayores. Ya lo hicimos con la sanidad privada y hoy lo hacemos con las residencias de mayores privadas. Esta decisión tiene como objetivo paliar la saturación de las residencias públicas de mayores, y mejorar las condiciones de vida de nuestros mayores, así como reducir su nivel de riesgo de contagio. En segundo lugar, y de conformidad a lo acordado entre los países miembros de la UE en el Consejo Europeo para frenar la expansión del COVID-19, vamos a aplicar una restricción temporal de todos aquellos viajes que no sean imprescindibles y que se realicen desde terceros países. Inicialmente esta restricción la aplicaremos durante 30 días. Esta medida no se aplicará a los residentes en la Unión Europea y el espacio Schengen que se dirijan a su lugar de residencia, por tanto a los españoles que quieran regresar, a los trabajadores transfronterizos, a los transportistas de mercancías, al personal de vuelo, a los turistas que vuelvan a sus países de origen, a los profesionales sanitarios o de cuidado de mayores que se dirijan para realizar estas actividades, al personal diplomático, ni tampoco a aquellas personas que acrediten motivos de fuerza mayor. En tercer lugar, quiero anunciarles también que las Fuerzas Armadas van a ampliar significativamente sus actuaciones en tres ámbitos: realizando, por vía aérea o terrestre, el traslado de enfermos de centros hospitalarios saturados a centros próximos con recursos sanitarios disponibles, si así fuera necesario; garantizando, en consecuencia, la seguridad de las personas y en segundo lugar queremos garantizar las Infraestructuras Críticas, permitiendo así liberar personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para llevar a cabo otros cometidos; implementado apoyo logístico con medios militares en cuatro áreas: para el transporte logístico de material sanitario procedente del extranjero, para el transporte y distribución de material sanitario dentro del territorio nacional, para el transporte de personal clave entre la Península y los territorios extrapeninsulares y también para el transporte de personal nacional con dificultades para regresar a España.
En cuarto lugar, les adelanto que el Gobierno facilitará recursos a los entes locales, a los ayuntamientos, a los municipios, para el reparto a domicilio de comida, productos de primera necesidad y productos farmacéuticos a las personas que más lo necesitan que son las personas mayores, de manera que no tengan que salir de su domicilio para obtenerlos. Es una manera más de protegerles, facilitándoles la vida en su casa y evitando que tengan que salir de su hogar con el consecuente aumento del riesgo de contagio.
Y en quinto, les anuncio que, así como ya hemos decidido la fabricación nacional de productos, material sanitario y medicamentos para combatir al coronavirus, que les comenté ayer en la comparecencia, hemos decidido establecer una reserva estratégica de este tipo de productos para luchar contra futuras pandemias, si es que se produjeran en el futuro.
Y para finalizar, una decisión que he comunicado al conjunto de presidentes autonómicos y que posteriormente también trasladaré a los líderes de los diferentes partidos políticos y es el anuncio de que el Gobierno aprobará, tal y como está previsto en la Constitución y tras escuchar a los expertos científicos, en los próximos días ampliar el estado de alarma en todo el territorio nacional por otros 15 días.
A tal fin, de conformidad con el artículo 116 de nuestra Constitución, que ya prevé la autorización del Congreso de los Diputados para poder continuar en estado de alarma, el Consejo de Ministros del próximo martes acordará solicitar la ampliación de la declaración del estado de alarma hasta el 11 de abril.
Durante esta situación, el Gobierno está cumpliendo, como no puede ser de otra forma, con lo establecido en la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, y el artículo 116 de la Constitución, que regulan el estado de alarma, de manera que el Estado Social y Democrático de Derecho, las garantías de libertades y derechos que nos reconoce y ampara la Constitución, incluso en una situación tan excepcional como esta, siempre esté garantizado.
Estoy seguro de que el Congreso de los Diputados y las fuerzas políticas que lo componen comprenderán la situación de emergencia nacional que vivimos y apoyarán la prórroga del estado de alarma. Es imprescindible para vencer al virus seguir anticipándonos.
Sé, soy muy consciente, que es una medida drástica, de las más drásticas de las adoptadas por países de nuestro entorno. Sé que es incómoda para el conjunto de la ciudadanía estar 15 días más, hasta el 11 de abril, confinados y que está afectando por completo a la vida todas las familias que estarán viendo esta comparecencia. Pero los expertos coinciden en que es una medida efectiva en la lucha contra el coronavirus.
Como dije ayer y, desgraciadamente es así, se aproxima una ola más dura. Vienen los días más difíciles que pondrán al límite todas nuestras capacidades materiales y morales. También nuestro temple como sociedad.
Por eso, quisiera transmitirles que ojalá tuviéramos el poder de hacer algo extraordinario y que, al ejecutarlo, devolviéramos a la normalidad nuestras vidas de inmediato. Ojalá lo tuviéramos. Pero no lo tenemos. Reconozco con humildad nuestras limitaciones, como las del resto de países para afrontar esta pandemia.
Pero nos tenemos a nosotros mismos como sociedad. Como Comunidad. Tenemos el trabajo constante, el asesoramiento científico de los mejores profesionales, a los cuales quiero volver a rendir tributo y la absoluta determinación política por superarlas. Tenemos además el convencimiento de que lo conseguiremos, nuestra única opción es la victoria completa sobre el virus. Y tenemos, afortunadamente, unos profesionales y un sistema sanitario de los mejores del mundo.
Para ganarle al virus estamos poniendo al servicio del conjunto del país todos los recursos a nuestro alcance, no les quepa duda, para que esta emergencia dure lo menos posible, con el menor coste en vidas, también en empleos y en empresas que sea posible. Y trabajamos, además, para incrementar esos recursos en la mayor cantidad y calidad posible.
Esta emergencia se superará con esfuerzo con sacrificio, con todo el peso del Estado volcado en esta batalla. Y os garantizo que todos los esfuerzos y sacrificios merecen la pena para recobrar cuanto antes nuestra forma de vivir.
Así que os pido responsabilidad y disciplina. Repito. Os pido responsabilidad y disciplina social y cívica. Vamos a entrar en la segunda semana de estado de alarma. Por delante vamos a tener dos semanas además de la próxima semana. Sé que va a ser muy difícil y por eso necesitamos esa responsabilidad social y cívica. Porque la irresponsabilidad se lleva vidas por delante. Ya sabemos cosas del virus que antes no sabíamos. Por ejemplo, que hay personas en las que resulta asintomático y, sin embargo, pueden propagarlo. De modo que cada vez que cogemos un coche y viajamos, podemos estar poniendo en peligro nuestra vida y la de los demás.
Porque cada vez que quedamos con amigos, ponemos en riesgo nuestra vida y la de los demás.
Hoy como dije ayer, sabemos que dejar las bolsas de la compra en la puerta de nuestros padres o abuelos, y no abrazarlos y besarlos es la mejor forma de protegerlos. Contener ese abrazo es la garantía de poder darles otros muchos abrazos en el futuro.
Por esa razón el confinamiento, por esa razón la prohibición de abandonar la ciudad en la que se reside para ir a la segunda residencia. Porque no podemos estar seguros si en ese viaje, somos nosotros los que estamos transportando al virus cientos de kilómetros.
Hay que advertir a las personas que no pueden salir todos los días a hacer la compra, porque ponen en riesgo su propia vida y la vida de los demás.
Quien se crea al margen de la situación y pretenda seguir con su vida con normalidad, debe ser consciente de que se comporta como un aliado del virus y no como su vacuna.
Quienes difunden consejos contrarios a la autoridad científica, son también un aliado del virus.
Difundir falsas noticias solo por hacer daño y confundir. Jugar con las emociones de la ciudadanía en una situación tan crítica, de máxima fragilidad como estamos viviendo, difundiendo mensajes de odio y enfrentamiento, máxime si se hace desde una plataforma pública, es una amenaza más que se suma al peligro que supone el propio virus.
Puedo asegurarles que tanto el Gobierno como el conjunto administraciones locales y autonómicas conocemos la realidad. Y la vivimos con el mismo sentimiento que la ciudadanía. Con la misma convicción y esfuerzo con que los ciudadanos toman medidas y las asumen en primera persona. Con la misma preocupación. Con el mismo coraje. Con el mismo deseo de ser útiles y ayudar a quienes más lo necesitan.
Con la misma emoción ante la generosidad. Con la misma indignación hacia aquellos hechos o palabras puntuales que atacan miserablemente la convivencia y el bien común.
El Gobierno es también consciente de todo esto y de algo muy importante, de los efectos psicológicos del confinamiento y de lo que supone estar en casa, sumando sin cesar las horas de un mismo reloj. Por eso quiero mandar un mensaje de ánimo y agradecimiento a la población española. Porque los sacrificios de hoy son los beneficios de mañana. Gracias por vuestra comprensión. Gracias por vuestra paciencia, por vuestra determinación, por vuestra generosidad.
Cuanto mayor es el reto, más grande debe ser la ambición con la que se afronta. Seamos ambiciosos para superar esta crisis.
Porque en esta última y difícil semana no solo hemos sido capaces de mostrarnos unidos, sino también hemos visto la capacidad que tenemos de colaborar y de cooperar entre nosotros para ganar esta batalla.
Esta crisis nos está poniendo a prueba, es cierto, pero también está sacando lo mejor de nosotros mismos como país. Está haciendo aflorar nuestra solidaridad, nuestro civismo, nuestro sentido profundo de Estado y el enorme potencial de nuestras instituciones cuando trabajan unidas.
Está crisis está sacando lo mejor de España, y ahí lo estamos viendo a diario en múltiples ejemplos: Como los conciertos solidarios a través de las redes sociales. Como el cuidado de niños por parte de universitarios, que están haciendo también la compra a personas de riesgo. Son cientos de mensajes los que se ven en los ascensores ofreciendo ayuda a nuestros vecinos más mayores gracias a toda esa juventud ejemplar, a todas esas familias que ayudan a otras familias. Como los numerosos psicólogos que se han puesto a disposición de quien pudiera necesitarlos, especialmente sanitarios y familias golpeadas por la pandemia. Como las actividades fomentadas en las redes para los más pequeños de la casa. Como la iniciativa de varias editoriales para ofrecer libros electrónicos gratis durante el confinamiento. Como esos policías que se acercan a los hospitales con sus sirenas encendidas para rendir homenaje a tantos héroes anónimos. Como esos ingenieros que se han unido para fabricar respiradores con la máxima urgencia. O como esas academias de costura que se han puesto a hacer mascarillas para ofrecerlas a los hospitales.
Les damos las gracias a todos ellos y a todas ellas por su colaboración frente al virus. Y aplaudimos a toda la gente, no me cansaré de repetirlo, que se queda en casa. En estos días, permanecer en casa es un ejemplo de patriotismo y solidaridad.
La coordinación, la colaboración y la acción espontánea de tantos particulares, de tantas instituciones de la sociedad civil, es un ejemplo también para nosotros, para los responsables públicos.
Cuando la política refleja las virtudes de la sociedad, se engrandece y se vuelve más capaz.
Esto no va de territorios, de ideologías, ni de partidos, con ser importante todo esto, va de ganarle la partida al virus. Aquí los representantes no nos jugamos ni la imagen, ni la reputación, tampoco ningún titular en un medio de comunicación local o internacional.
Esta batalla va de algo mucho más capital, que es salvar vidas. Las vidas y la salud de los padres, abuelos, amigos, hijas e hijos de todos, también de los nuestros.
He pedido a las presidentas y presidentes autonómicos lo mismo que les he prometido y que yo también me impongo que es la coordinación, colaboración y solidaridad.
En esta situación no cabe el egoísmo.
Como presidente del Gobierno de la nación y último responsable del mando único, mi tarea fundamental es coordinar la acción a desarrollar por parte de las instituciones públicas. No suplantarlas, sino aprovechar al máximo la eficacia, utilidad y capacidad de cada organismo y de cada institución pública, evitando cualquier pérdida de tiempo, recursos y energía en la gestión de la crisis.
Como presidente del Gobierno de la nación, mi tarea también es la de liderar. Con prontitud, sin vacilaciones, como corresponde a la situación que afrontamos. Desde el conocimiento exhaustivo de las necesidades apremiantes y de los recursos disponibles, y desde el más profundo reconocimiento y respeto a las autoridades competentes. Así se lo he manifestado a los presidentes y presidentas autonómicos, de los cuales he recibido su apoyo y su comprensión.
No malgastemos esfuerzos en matices irrelevantes o en absurdas sospechas. De esta crisis podemos aprender dos cuestiones fundamentales: que nuestro modelo de Estado funciona para los propósitos para los que fue concebido y que ese funcionamiento es óptimo cuando la acción de cada nivel de gobierno se orienta a la colaboración en lugar de al enfrentamiento.
Cada necesidad que atendemos, cada problema para el que hallamos solución, es un paso más hacia la recuperación de nuestras vidas y la reconstrucción del progreso y del bienestar común.
El respeto a la autoridad puede obedecer al miedo, a la obligación o a la convicción. Pero solo esta última opción, la convicción, es asumible hoy en día por nuestra sociedad. Somos una sociedad democrática de hombres y mujeres libres. Lo que hacemos, encerrarnos en nuestras casas, es una decisión democrática, racional, que está pensada no para limitar nuestra libertad, sino para preservar el primero de nuestros bienes: la vida.
Para concluir quiero reiterar la gratitud toda la sociedad española y la mía como Presidente del Gobierno de España, a los profesionales sanitarios, transportistas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, , dependientes, agricultores, pescadores, al personal de limpieza, en suma a todos los movilizados para atendernos y socorrernos en este trance. Gracias. Gracias por dejaros la piel y por exponer vuestras vidas para salvar el corazón mismo de todo un país.
Gracias a toda la ciudadanía española por su paciencia, a los que estáis aquí y a los que esperáis fuera del país para regresar también, no os olvidamos.
Vamos a superar esta situación. Vamos a resistir, vamos a salir adelante. No es quepa duda.
Muchas gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)