Las reformas emprendidas han permitido que la economía española recupere la confianza de los mercados internacionales y gane en eficiencia, flexibilidad y capacidad de competir. Además, han llevado a España a crecer a tasas que la sitúan a la cabeza de las principales economías de la Unión Económica y Monetaria y siguen siendo el motor transformador de la economía española. Entre los resultados logrados podrían destacarse:
La economía española encadena casi cinco años de crecimiento tras aumentar el 0,6% el PIB en el segundo trimestre y el 2,7% en los últimos doce meses, según los datos de la Contabilidad Nacional publicados por el INE. Estos datos mantienen un diferencial de crecimiento favorable a España en relación a la media de la zona euro. Se trata de un crecimiento equilibrado, con una mejora de la aportación de la demanda nacional, mientras se mantiene la contribución del sector exterior.
Con datos de noviembre el desempleo se ha reducido un 6,1%, lo que supone la creación de 212.323 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en el último año.
Con estos resultados, la economía española ya ha superado el nivel de renta previo a la crisis; es decir, desde el máximo alcanzado en el segundo trimestre de 2008, aunque aún debe recuperar lo que se ha dejado de crecer durante los cinco años de recesión de la economía española, entre un 15% y un 20% más. Se mantiene además el diferencial positivo de España respecto de la media de la Unión Europea y de la zona euro. Una vez recuperado lo perdido en la crisis es necesario hacer llegar esta recuperación a los ciudadanos más golpeados con la misma; con medidas redistributivas y de potenciación del Estado de Bienestar.
España se ha consolidado como una economía atractiva para la inversión extranjera. En 2018 la inversión productiva extranjera en términos brutos en España superó los 8.400 millones en el primer trimestre, un crecimiento del 22,2%, continuando la tendencia de recuperación iniciada en 2013.
El crédito está mejorando, las empresas tienen acceso a préstamos a mejores tipos, los hogares tienen más financiación y sigue disminuyendo el coste de la financiación de la deuda pública.
Consolidación fiscal
La estabilidad presupuestaria continuará siendo un compromiso ineludible. Este epígrafe incorpora actuaciones en dos ámbitos: estrategia presupuestaria para lograr el objetivo de déficit del 2,7% del PIB este año y conseguir situarlo en el 1,8% 2018; saliendo del brazo correctivo del pacto de Estabilidad y Crecimiento y entrando en el brazo preventivo. Se potencia la lucha contra el fraude fiscal donde se avanzará en dos apartados: intensificar las actuaciones a nivel nacional y continuar desempeñando un papel activo en las distintas iniciativas internacionales (FMI, OCDE, etcétera) dirigidas a combatir el fraude y la evasión fiscal y se plantean medidas tributarias que mejoren y hagan más progresiva la recaudación.
Agenda europea
En el ámbito europeo, el Gobierno de España continuará trabajando para la consolidación del proyecto de integración europeo que complementa la agenda de reformas a nivel nacional. Para ello, se apoyarán e impulsarán las prioridades identificadas en Bratislava y que se reiteraron en la Declaración de Roma: (mercado interior; inversión; dimensión social: Estado de Bienestar, crecimiento y empleo; y política comercial abierta y basada en normas). Igualmente, se perseguirá una mayor y mejor integración a partir de la profundización de la Unión Económica y Monetaria, de manera que se asegure un funcionamiento eficiente del euro y que se asegure que sus beneficios lleguen a todos los ciudadanos.