Conferencia de prensa de la Vicepresidenta primera y Portavoz del Gobierno, y del Ministro de Defensa, después de la reunión del Consejo de Ministros

7.4.2006

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Madrid

Vicepresidenta.- Buenos días. Muchas gracias a todas y a todos.

Como ustedes ya conocen la noticia, me permitirán que, antes de darles cuenta de lo tratado en el Consejo de Ministros, comience con un agradecimiento muy especial a los dos miembros del Gobierno que hoy se han despedido del Consejo de Ministros, y, desde luego, al Ministro de Defensa, al Ministro Bono, que hoy aquí nos acompaña.

En algo menos de dos semanas se cumplirán dos años desde que este equipo de Gobierno comenzó a trabajar para cumplir los compromisos adquiridos con la ciudadanía. Ha resultado ser un tiempo tan intenso como apasionante, se lo aseguro; un tiempo en el que estoy segura de que todos los miembros del Gabinete han puesto lo mejor de sí mismos para desempeñar la tarea que les fue encomendada por el Presidente Rodríguez Zapatero. Éste es el caso, desde luego, del Ministro de Defensa y de la Ministra de Educación. Ambos dejan por razones personales el cargo pero, sin duda, su trabajo al frente de sus respectivos Departamentos perdurará por mucho tiempo porque han desempeñado su responsabilidad con honestidad y entusiasmo, con talento y con talante.

En definitiva, en nombre de todo el Gobierno quiero darles, y quiero darte, querido Pepe, las gracias por vuestro trabajo, un trabajo que sólo puede calificarse de excelente, y, por supuesto, dar la bienvenida a los nuevos Ministros, también a la nueva Ministra, de los que ya tendremos tiempo de hablar.

Ahora sí paso a darles cuenta de los acuerdos adoptados por el Consejo de Ministros.

Dadas las gravísimas imputaciones judiciales que pesan sobre parte de la Corporación Municipal de Marbella, en atención a la petición formulada por el Gobierno de Andalucía, en base a los criterios establecidos en la Ley y con el acuerdo favorable por unanimidad del Senado y el dictamen de la Comisión Nacional de Administraciones Locales, el Gobierno ha acordado hoy la disolución de la Entidad Local de Marbella. El Ayuntamiento quedará ahora en manos de una Comisión Gestora, tal como establece la Ley; Comisión que contará con la libertad y los límites que le confieren la propia Ley para tomar sus decisiones como estime pertinente. Pero, desde luego, el Gobierno sí quiere expresar y hacer constar su deseo de que estas decisiones se adopten con el mayor grado de consenso posible, pensando siempre en el interés general, por quienes tomen las riendas del Ayuntamiento.

Las nuevas autoridades municipales de Marbella tendrán ante sí la tarea de devolver al Ayuntamiento la dignidad y ponerse al servicio exclusivo de los ciudadanos. Estamos convencidos de que sabrán estar a la altura que las circunstancias demandan.

Como saben, el Gobierno comparte la preocupación con los ciudadanos por los casos de degradación ambiental y de especulación que vienen proliferando asociados al desarrollo urbanístico en España. Esta preocupación no debe, sin duda alguna, llevarnos a anatematizar el desarrollo urbano, íntimamente asociado al desarrollo económico y social; pero sí debe animarnos a hacer una apuesta decidida, más allá de las declaraciones, por un desarrollo territorial y urbano sostenible, y desarrollo sostenible quiere decir desarrollo racional y sensato, viable en el largo plazo. Ésta es la única manera de que la generación de riqueza sea duradera y de que pueda mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

La forma de combinar el desarrollo con la sostenibilidad debe ser no sólo una política prioritaria, sino debe ser una política de Estado, especialmente en un país que, como el nuestro, tiene una gran riqueza paisajística y ecológica y en el que una parte importante de la economía descansa en la construcción y el turismo. Por eso desde el primer momento el Gobierno se ha manifestado y se ha empeñado en afrontar estos problemas mediante un trabajo coordinado y global entre los distintos Departamentos ministeriales que venimos haciendo.

La acción de diversos Ministerios, como el de Defensa y el de Fomento, coordinada por el Ministerio de la Vivienda, está permitiendo, como ustedes ya saben, destinar importantes bolsas de suelo patrimonial del Estado a mejorar la calidad del medio urbano y, sobre todo, a vivienda protegida. Desde el Ministerio de Medio Ambiente se va a seguir invirtiendo en la adquisición de terrenos en el litoral con objeto de reforzar la protección de la costa y, de hecho, se han recuperado ya cerca de 800 kilómetros de costa para su incorporación al dominio público. En política fiscal se ha puesto en marcha un plan de prevención del fraude con medidas específicas para el sector inmobiliario y de la vivienda, pero ya venimos haciéndolo desde hace tiempo. Y en la Administración de Justicia fue ayer la Ley de Montes la que aprobó la creación de una Fiscalía Especial para la prevención del fraude para la persecución de los delitos relacionados con el medio ambiente y con el urbanismo.

Como me han oído decir en los últimos días, el compromiso de este Gobierno en la lucha contra la corrupción es firme y decidido, y precisamente a la prevención y a la lucha contra la corrupción se destinan las medidas que hemos acordado también hoy en el Consejo de Ministros, como son las plazas de fiscales, a las que hacía referencia con anterioridad, que tienen por objeto la puesta en marcha de esa Fiscalía Especial que se aprobó ayer por la Ley de Montes. Son veinticinco nuevas plazas de fiscales, que van a comenzar a trabajar en la persecución de delitos urbanísticos de forma inmediata: dos fiscales trabajarán directamente con el recién nombrado Fiscal de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo, diecisiete fiscales más serán destinados en cada una de las Fiscalías de los Tribunales Superiores de Justicia, así como otros seis reforzarán la Fiscalía Anticorrupción.

Vamos a dotar a estos fiscales, por supuesto, de los recursos necesarios para hacer su trabajo en las mejores condiciones y para ello adscribimos a la recién creada Fiscalía una Unidad de la Guardia Civil y otra de la Policía Nacional, tal y como estaban funcionando ya en la investigación de este tipo de delitos.

Hemos desarrollado también hoy la Ley del Catastro, abordando el Reglamento. Ésta es una medida que afecta a un gran número de ciudadanos, que les brindará mayor seguridad y mayor protección, que facilitará una mayor eficacia en la lucha contra el fraude inmobiliario y que, en definitiva, simplificará, modernizará y dotará de mayor transparencia y publicidad a la Ley vigente.

Lo sucedido en Marbella es, además de intolerable, realmente penoso, porque erosiona, en este caso con toda razón, la tarea de los servidores públicos. Pero debemos insistir en trasladar un mensaje claro a los ciudadanos: lo que allí sucede no es general, sino excepcional. La inmensa mayoría de nuestros Ayuntamientos, afortunadamente, trabajan con normalidad y sin que pendan sobre ellos sospechas de corrupción.

El Estado de Derecho en nuestro país funciona para evitar casos como el de Marbella y castigarlos. Especialmente, tenemos unas rentabilidades muy importantes desde el punto de vista de la Policía y de la Justicia; el Gobierno también, en lo que se refiere a sus competencias, como lo viene demostrando en la última semana, con el conjunto de decisiones e iniciativas que hemos venido adoptando.

En segundo lugar, el Consejo de Ministros ha adoptado hoy un muy importante Real Decreto por el que se establece una nueva organización y despliegue de la fuerza de los Ejércitos y de la Armada, así como de la recientemente constituida Unidad Militar de Emergencia. El Ministro de Defensa les va a dar más detalles de este importante Real Decreto que, como reza su propia exposición de motivos y como ha justificado el Ministro al informarnos de esta decisión, en el mundo en el que vivimos los riesgos y las amenazas son bien distintos a los que arreciaban hace décadas. Las Fuerzas Armadas se enfrentan hoy a nuevas misiones que requieren nuevas capacidades militares y estructuras distintas para adaptarse a las circunstancias y necesidades actuales. Las nuevas misiones de las Fuerzas Armadas requieren también nuevas respuestas y nuevos instrumentos.

Este Real Decreto es, por tanto, un paso más, un importante paso en el proceso de transformación de nuestras Fuerzas Armadas y establece la estructura orgánica y el despliegue de la Fuerza, es decir, los medios materiales y humanos de que disponen nuestros Ejércitos para conseguir la máxima eficacia en el cumplimiento de su misión. Como consecuencia de este proceso de transformación, se reestructuran y redimensionan las fuerzas actuales, se racionaliza el despliegue de unidades, se reducen niveles administrativos y se suprimen duplicidades.

En definitiva, se suma este acuerdo a las importantes medidas emprendidas ya por el Consejo de Ministros, e impulsadas por nuestro Ministro de Defensa, para modernizar nuestras Fuerzas Armadas.

En tercer lugar, el Consejo de Ministros ha dado luz verde a obras de Alta Velocidad. Les decía la semana pasada que es raro el viernes en el que no anunciemos kilómetros de vía nuevos de AVE. Pues bien, hoy hemos autorizado las obras de dos tramos en Asturias, que es una región que precisa de inversiones importantes en infraestructuras de transporte; en concreto, un tramo en el Puerto de Pajares de túneles de una gran longitud, de más de seis kilómetros, con un presupuesto de algo más de 216 millones de euros. También en las proximidades del Puerto de Pajares, otro tramo de cinco kilómetros, con un presupuesto de más de 95 millones de euros.

También ha visto el Gobierno el informe presentado por la Ministra de Educación y Ciencia sobre el calendario de aplicación de la nueva Ley Orgánica de Educación. Quiero aprovechar, al hilo de hacer referencia al informe que ha hecho la Ministra, para de nuevo agradecer, darle las gracias, en nombre de todo el Gabinete el magnífico trabajo que ha venido realizando a lo largo de estos dos años.

Ustedes saben que este Gobierno impulsa desde hace meses una Ley de Educación, que fue aprobada ayer en el Parlamento, la Ley Orgánica de Educación, que ha sido una ley muy trabajada, que ha sido una ley hablada con todos los sectores, que ha sido una ley muy trabada y que creemos que es una ley que da estabilidad a nuestro sistema educativo y que va mejorar las posibilidades de nuestros jóvenes.

Es una ley que establece criterios marcados para el año 2010, que recoge la Estrategia de Lisboa y que recoge y adapta los objetivos europeos y los hace compatibles con los objetivos de nuestro país. Las distintas etapas educativas se van a ir implantando paulatinamente, con la imprescindible colaboración de todas las Comunidades Autónomas, a partir del curso académico 2007-2008 y afectarán a todas las enseñanzas no universitarias.

No obstante, en la Referencia pueden ver algunos de los temas que ha contenido este informe que ha realizado la Ministra. Si quieren ver más detalles, pueden consultar esa misma Referencia.

Por último, hemos aprobado la contratación de las obras para la construcción de la nueva Comandancia de la Guardia Civil en Tarragona por un importe de más de quince millones de euros.

Antes de darle la palabra al Ministro, me gustaría decirles algo. Cuando venía caminando ahora hacia aquí, hacía la Oficina del Portavoz para compartir con el Ministro esta rueda de prensa, recordaba cómo juntos dimos los primeros pasos, la primera andadura, del primer Gobierno del Presidente Rodríguez Zapatero nada más tomar posesión aquí, en La Moncloa. Recordaba como con emoción contenida el Ministro y yo flanqueábamos al Presidente del Gobierno en aquel momento en que anunciaba a los españoles la retirada de las tropas de Iraq. Yo hoy, Ministro, casi con la misma emoción, he tenido la satisfacción de compartir contigo esta mesa y quiero públicamente agradecerte tu trabajo, tu generosidad y tu compromiso. Muchas gracias.

Sr. Bono.- Muchas gracias, querida Vicepresidenta. Con tu permiso, voy a llevar a cabo en esta comparecencia el trabajo que me habéis encomendado el Presidente y tú, y hasta el último momento vamos a anteponer la obligación a las emociones. Por ello les voy a dar cuenta del Real Decreto por el que se ha establecido hoy la organización y el despliegue de la Fuerza en los Ejércitos de Tierra, de Aire y de la Armada. Se trata de un Real Decreto importante y es un Real Decreto que viene a racionalizar y que viene a organizar la fuerza militar en los tres Ejércitos.

Nosotros nos hemos encontrado con cuarteles de cincuenta soldados, con regimientos de cinco vehículos; nos hemos encontrado, a veces, reiteraciones burocráticas que hacían que los Ejércitos hubiesen sido más bien pensados para la Administración que para la acción de combate. Hemos querido producir una transformación verdaderamente importante dentro de los tres Ejércitos. Fíjense, hace un año teníamos cinco mil soldados y marineros menos de los que tenemos hoy. En ocho o nueve años, de haber seguido el ritmo de pérdida de marinería que veníamos padeciendo hasta el año anterior, nos hubiésemos quedado con una Armada fantasma, con buques y sin marineros.

Nos habíamos encontrado una circunstancia que era indigna en los Ejércitos. He puesto muchas veces el ejemplo, pero voy a reiterarlo otra vez: un brigada con veintiún años de servicio cobraba menos que su hijo recién ingresado en una policía autonómica. Hemos querido dignificar a los Ejércitos, no a la antigua usanza de darles betún en un pecho artificialmente inflado por un coraje que tenía más de patriotero que de patriótico. Los socialistas, en vez de dar betún al pecho inflado falsamente, les hemos dado mejores salarios y hemos podido aprobar la subida de sueldos históricamente más alta que se ha producido en España.

Ayer, casi milagrosamente --con lo de "milagrosamente" me refiero por la fecha--, y ayer casi milagrosamente por la unanimidad se aprobó la Ley de Tropa y de Marinería. ¿Ustedes creen que no es un milagro laico que ayer votaran juntos Esquerra Republicana, Partido Popular, Convergència i Unió, Bloque Nacionalista Galego, Nafarroa-Bai y Partido Socialista? Todos los Grupos y diputados votaron a favor de la Ley de Tropa y de Marinería, que es un regalo a los Ejércitos.

Ayer estaba contento el Presidente del Congreso porque decía que madrugaban por empezar la sesión a las ocho. ¡Pues vaya madrugón, comparado con el de la Ley de Tropa y Marinería, que es la Ley madrugadora por excelencia! Antes de aprobarse ya empezó a surtir efectos: cinco mil soldados y marineros más tenemos ahora que teníamos el año pasado.

Teníamos un Ejército profesional, pero en el que los profesionales no eran los soldados, ni los marineros. No tenía sentido que los profesionales fueran los Oficiales o los Generales. Todos tenían que ser profesionales y la Ley ayer vino a resolverlo.

Y necesitábamos una estructura acorde con un Ejército que no está pensado para ocupar el territorio, y en un país que no está pensado para que haya un poder militar versus un poder civil, porque eso ya acabó. Los Capitanes Generales ya no existen en cuanto al mando que sobre un determinado territorio ejercen, porque es el Gobierno de España el que ejerce el mando civil y militar en todo el territorio nacional.

Ésa es la modernidad y a esa modernidad hay que adecuar la Armada, el Ejército del Aire y el Ejército de Tierra, y este Real Decreto de organización viene a simplificar, viene a modernizar y viene a suprimir duplicidades. A mí me produce una gran satisfacción presentarlo ante ustedes y, además, poder decir a mi sucesor que algún problema en lo que al Real Decreto de organización se refiere ha sido hoy resuelto con su voto y su apoyo como Ministro del Interior, al que saludo con especial afecto y cariño, porque creo que no puede estar el Ministerio de la Defensa en mejores manos que en las del Ministro Alonso.

Esto es algo que a estas alturas comprenderán que, si no lo sintiera y lo pensara, no lo diría, como hay otras cosas que no diré, pero sí hay algunas que voy a decir. Con el permiso de la Vicepresidenta y con el propio permiso de ustedes, que tienen la cortesía de escucharnos todos los viernes --me refiero especialmente a los periodistas y a aquellos ciudadanos y ciudadanas que a través de ustedes siguen las ruedas de prensa del Consejo de Ministros--, yo quiero aprovechar para, en el día en que me despido, hacer una declaración que nace más del corazón que de la reflexión. Les voy a trasladar mis emociones y mis sentimientos.

Empezaré diciéndoles que, cuando en el año 1969 entré en el Partido Socialista, no pude pensar que iba a ser Ministro, porque en el año 1969 para un socialista no era posible pensar en la cercanía de un Ministerio, ni de un Ayuntamiento. Lo único que teníamos cerca entonces los socialistas que hacíamos política era la cárcel y yo no podía pensar, por tanto, que muchos años después, un Viernes de Dolores, como es hoy, yo iba a comparecer para anunciar mi dimisión como Ministro de la Defensa.

Al hacerlo hoy les garantizo que lo hago con el corazón. Fíjense, después de cuatro años de Diputado a Cortes por la provincia de Albacete, la provincia en la que nací; de veintiún años de Presidente de una Comunidad Autónoma, la de Castilla-La Mancha, donde siempre obtuve el cariño y la confianza de los ciudadanos, y después de dos años de Ministro de Defensa abandono la actividad política para dedicarme, sobre todo, a mi familia. Es una decisión que, como les ha dicho esta mañana el Presidente, no se ha cocido hoy; es una decisión serena, meditada y difícil, que he tomado a favor de alguien, que es a favor de mi familia.

Muchos días, muchísimos días, mi carácter, que ya conocen, y la fuerza atractiva que la política tiene, al menos sobre algunos, me han impedido estar cerca de mis hijos y de mi familia. Yo he repetido muchas veces, me lo habrán escuchado, que la vida es más importante que la política. ¿No piensan que después de tantos años, que no son pocos, tenía que llegar un día en que, además de creerme que la vida es más importante que la política, lo llevase a la práctica? Pues hoy, el Viernes de Dolores, ha sido justamente el día en que llevo a la práctica la creencia de que la vida vale más que la política.

Les pido su comprensión y para los que no me quieran comprender o no me puedan comprender les pediría su respeto, el respeto para una decisión que me ha costado tomar mucho tiempo y algunos sacrificios, porque a mí la política me gusta y, además, creo que después de tanto tiempo es lo único que sé hacer. Tendré que empezar a aprender otras cosas, pero lo que no voy a dejar nunca es de ser político a la usanza de tener ideas, como decían en mi pueblo en tono casi despreciativo: "ten cuidado de ése, que tiene ideas". Pues yo quiero seguir teniendo ideas y teniendo principios, y en ese sentido me reclamo de la política, aunque deje la actividad política.

Hay una opinión bastante extendida y tantas veces editorializada en la que se afirma que los políticos solamente nos vamos cuando nos echan. Yo le agradezco al Presidente del Gobierno que esta mañana haya dicho: "si quisiera seguir, seguiría". Me lo ha dicho también en privado en muchas ocasiones. Se lo agradezco.

Yo me voy por mi propia voluntad y, además, no lo he hecho hasta que el Presidente no ha dado su conformidad; no ya presidencial, sino su conformidad personal. Yo le dije al Presidente hace unas semanas: "Presidente, no me voy a ir mientras no me digas que entiendes mis razones y mientras no estés convencido absolutamente de que no es un capricho y que, por supuesto, no se trata de ninguna maniobra que vaya en dirección contraria a lo que pienso y a lo que siento". Agradezco al Presidente que haya sabido comprender las razones personales de mi decisión, agradezco al Presidente Rodríguez Zapatero su confianza y, sobre todo, el afecto con el que me ha distinguido.

Esta mañana, en el Consejo de Ministros, me ha invitado a que dijera unas palabras. A mí me gustaría que lo que se pudiera retransmitir no sólo fuera esto, sino que se hubiese podido retransmitir lo que ha ocurrido en el Consejo de Ministros cuando, sin cámaras, he dicho y el Presidente ha dicho lo que sentimos, lo que pensamos y lo que queremos. Y yo he podido decirle que estaba perfectamente persuadido, y de verdad, de que aquel Congreso eligió, sin duda, al mejor. Si alguna vez lo dije como conveniencia política, hoy, que no me conviene la política en esa dirección, les digo que estoy plenamente convencido de ello.

Déjenme que le diga al equipo que me ha acompañado durante estos dos años una palabra de gratitud, muy singularmente al Secretario de Estado, aquí presente, que es y ha sido el alma del Ministerio. Yo me he dedicado a unos ámbitos de la política de la Defensa a sabiendas de que estaba la Defensa en buenas manos, en manos honradas, porque el Secretario de Estado es Licenciado en Derecho y sacó su carrera vendiendo fruta, por cierto, con un camión, junto con su padre, por Cataluña. Es un hombre decente, inteligente y no hay quien le gane a trabajador. Y con él, el equipo que ha formado, porque prácticamente lo ha hecho él, y con él el grupo de militares que más me han enseñado.

Conocer a las personas es quererlas y yo puedo decirles a los españoles que me crean si les digo que pueden estar tranquilos con los Ejércitos y con los militares que tenemos. Me han ayudado a sacar adelante una Ley de la Defensa Nacional, que no se llama de otra manera, Ley de la Defensa Nacional, que votó Esquerra Republicana de Catalunya y que, siendo orgánica, obtuvo 176 votos. No diré que es un milagro laico, el milagro es que nos hayamos olvidado ya de quien no la votó.

Hemos sacado adelante la Ley de Tropa y Marinería, con esos efectos más madrugadores que los propiamente enunciados por el Presidente Marín. Hemos tenido un incremento, como les decía, salarial que hoy, cuando presentaba el Presidente del Gobierno los Reales Decretos de ceses de los Ministros, ha preguntado en tono de broma: "señor Vicepresidente Segundo, ¿estos Reales Decretos tienen relevancia presupuestaria"? Y el Vicepresidente Solbes, en tono de broma, ha dicho: "el cese de Bono, sí". Me agrada y me alegra que tenga relevancia presupuestaria porque no ha pasado ni un Consejo en el que no haya peleado por los Ejércitos de España y por la defensa de los españoles, y de ello estoy orgulloso.

Cuando llegué al Ministerio, yo apenas sabía nada de los Ejércitos. Durante ese tiempo de dos años, y con la ayuda de los militares y con su lealtad, he aprendido algunas cosas. La principal que he aprendido es que, voten a quien voten, tengan las ideas que tengan --y las tienen--, son gentes de bien, que se han comprometido a entregar su vida, si fuera menester, en defensa de los españoles. Me agradaría que esa profesión estuviera mucho más valorada entre la sociedad; que se valorara a los militares, que han renunciado a pertenecer a un partido político, a un sindicato; que han renunciado a ser en sus expresiones no neutrales, pero eso es un tesoro.

Un país que no tiene Fuerzas Armadas como las que tenemos no saben lo que se pierden, pues un país que las tiene ha de saber lo que tiene. Y yo lo quiero poner en valor, especialmente a los que han muerto, de los que tengo recuerdo y presencia en mi mente actualmente, en este momento, y mientras viva. Estarán presentes ahora y siempre.

Al dejar la actividad de la política agradezco a los españoles la consideración que me han dispensado. Singularmente, permítanme, a los castellano-manchegos que, además, me otorgaron su cariño y su confianza durante veintiún años, incluso los de derechas, lo cual refuerza más mis sentimientos de gratitud en aquella tierra.

Quiero dar las gracias a mi partido, al PSOE, que es mi segunda familia y al que tanto debo, donde aprendí el valor de la igualdad, de la solidaridad y de la moderación, donde me enseñaron a trabajar por los que menos tienen y donde aprendí que aún no ha nacido ni va a nacer el ser humano que valga más que otro ser humano. Como decía Felipe González, no había visto él ningún grillo que pesara medio kilo más que otro grillo.

Quiero agradecer a Su Majestad el Rey el consejo acertado, su ayuda inteligente en momentos delicados para mí y el trato afectuoso que el Monarca me ha concedido. Decirlo no piensen que es mera cortesía, sino que es una obligación de justicia que cumplo con lealtad hacia el Rey.

Les pido perdón a quienes con mis palabras o mi conducta he ofendido. Y, como son ustedes los que ahora me rodean, los periodistas, y espero que no nos volvamos a ver nunca más en otra, sepan disculparme, si pueden. Yo no tengo memoria de agravio que haya recibido por parte de ustedes. He recorrido sus caras mientras hablaba la Vicepresidenta y, si quieren, echamos pelillos a la mar; se vive mejor de esa manera.

Les pido perdón si en alguna ocasión les he podido molestar u ofender. Estoy seguro de que sí y es que, a veces, en la política quienes tenemos este carácter como el mío le ponemos tal pasión que cometemos el error de creer que el adversario es el enemigo, y no tenemos aquella distinción latina tan hermosa de el "hostes" y el "inimicus". El "hostes" era el adversario y el "inimicus· era el enemigo personal. Yo no tengo ningún enemigo personal. Además, la pasión política, a veces, nos lleva a pensar que la razón la tenemos toda de nuestra parte y que el adversario no tiene ninguna o casi ninguna, y eso normalmente es falso.

De modo que perdón es mi penúltima palabra, aunque la última fue ayer también "perdón" en el Congreso, donde tuve la enorme oportunidad matutina de pedir perdón a los diputados y a una diputada que quería ser la palabra que un día diga a mis hijos: "si buscáis en el Diario de Sesiones, veréis que la última palabra de tu padre fue 'perdón'". Y no me avergüenza. Así somos los socialistas.

Ésa es mi penúltima palabra hoy, porque la última quiero que sea la expresión de otro sentimiento, de un sentimiento profundo. Hace años, dos, tuve la satisfacción de que el Presidente Rodríguez Zapatero me pidiera entrar a formar parte de su equipo. Me siento orgulloso de haber sido ministro de mi país, de España, a quien, como dijo Indalecio Prieto "a medida que la vida pasa por mí, me siento cada vez más profundamente español. Siento a España en mi corazón y la llevo hasta en el tuétano mismo de mis huesos".

El privilegio de servir a España como Ministro de Defensa se lo debo a quien me nombró, al Presidente del Gobierno, y por ello le voy a quedar agradecido mientras viva. Y a ustedes por la cortesía que siempre me han dispensado en estos ya casi cuarenta años de vida política, que ya está bien.

Muchas gracias.

P.- Tenemos que volver a la actualidad después de las palabras tan eufónicas del señor Ministro, pero yo quería hacer una pregunta muy concreta con respecto a ETA. Ayer las autoridades mexicanas, Vicepresidenta, dieron la aprobación para la extradición de seis terroristas de ETA. Quería saber cuál es su valoración y cómo se conjuga eso con la tregua permanente que hay en estos momentos.

Vicepresidenta.- El funcionamiento, como usted sabe muy bien, de las extradiciones en casi todos los países es un funcionamiento judicial. Las extradiciones que estaban en México estaban pendientes de algunos requisitos y, por tanto, cuando esos requisitos se han cumplido, las autoridades mexicanas han dado luz verde a esas extradiciones. Por lo tanto, yo creo que eso es un funcionamiento normal de lo que es la cooperación internacional y no hay nada que añadir porque creo que es, digamos, lo normal. ¿Que se produzca en estos momentos? Unas extradiciones se producen en estos momentos y muchas otras extradiciones se produjeron en momentos anteriores. Yo creo que no hay nada de particular.

P.- Quería preguntarle al Ministro de Defensa, don José Bono. Aparte de sus palabras de despedida y el argumento de su retorno a la vida familiar, nos gustaría saber si también hay algunos argumentos políticos, porque en un político como usted, que lleva tantos años, me imagino que también habrán pesado en su retirada. Por ejemplo, dado que usted alude a la declaración de Indalecio Prieto, que siente profundamente España, ¿a usted no le duele el nuevo Estatuto catalán? Y le pregunto más: ¿hay alguna discrepancia en torno a cómo se están llevando las cosas en el proceso de paz que está abierto en torno al País Vasco?

Finalmente, otra cuestión. Usted dice que ésta es una decisión meditada, pero es muy extraño que el Presidente del Gobierno tenga que suspender una cena en el Palacio Real con el Secretario General de la ONU para atender a esta crisis. ¿Podría usted explicar por qué?

Sr. Bono.- Yo les pido a todos ustedes que comprendan que les he dicho, creo que de una manera que cuando lo estaba explicando me parecía hasta sobrada en detalles y en sentimientos, toda la verdad; toda la verdad a corazón abierto.

Yo les diría que me respetaran respondiendo a la pregunta que ha hecho y en la respuesta pudiera incluir todas las demás que podrían formularse. Si a la Vicepresidenta le parece oportuno, me extenderé algo más en la respuesta y espero que me lo sepan aceptar. Pero, si no lo aceptaran, quedo a la orden de la Vicepresidenta, que para eso soy todavía Ministro de Defensa hasta el martes o el miércoles.

Le quisiera decir de una manera clara y contundente que a mí de la política no me echan las dificultades. Yo entré en política en 1969, en plena dictadura y la dictadura no me echó de la política. A mí el Estatuto de Cataluña no me echa de la política. Lo que piense de ese Estatuto es irrelevante que hoy se lo diga, sencillamente, porque ya lo he dicho en todos los lugares en los que se me ha solicitado opinión, cuando mi opinión tenía alguna relevancia como Ministro. Hoy soy un ciudadano, pero mi opinión queda dicha.

Además, ha sido una opinión autónoma, porque mi partido cuando el Presidente pregunta la hora no se le responde como al Rey Sol: "la que Su Majestad quiera". Yo he tenido la enorme suerte de contar siempre con la confianza de un Presidente, que no solamente me ha dejado decir lo que pienso, sino que me ha impulsado a que le dijera lo que pensaba incluso en los asuntos más delicados. No me voy, por tanto, por el Estatuto de Cataluña.

Por otra parte, esta mañana he mirado en un cuadro que hay en mi antedespacho que pone "Ministros de la Guerra y de la Defensa que lo han sido desde el año 1702", y los he contado, casi para tranquilizarme un poco. Soy el ministro 427. ¿Usted cree que esto es para darse importancia? 427 Ministros de Defensa que ha tenido España. Es que hay más que periodistas. Sinceramente, no hay que dramatizar. Es ley de vida. Todo tiene un comienzo y todo tiene un final. Cuando un ministro no dimite, dicen que llevamos el sillón atornillado y, cuando uno se va, parece como si hubiera que atornillarle el sillón.

Yo me voy a ir, si puedo, sonriendo; no haciéndole daño a nadie. Como he dicho, pidiendo disculpas a quien haya molestado, que sin duda habrá sido… Hoy me ha agradado mucho hablar con el señor Rajoy, o atender la llamada del señor Fraga, o de los portavoces de la oposición. Sí, claro, porque yo no voy a luchar en la actividad de la primera línea política y me agrada, como a todo el mundo, que me quieran. Y me quiero ir en paz; en primer lugar, conmigo mismo.

Pero a mí en estas ruedas de prensa, en cualquier otra que pueda haber o hasta que me muera, que no me busque nadie para atacar ni a mi partido, ni a mi Gobierno, ni a mi Presidente, porque no me van a encontrar.

Claro que tengo ideas, desde chico, en el pueblo, y claro que las tengo desde que entré en el Partido Socialista en el año 1969, y servidumbres y miserias. Pero hoy lo que quería trasladarles es eso: que el Ministro 427 de España se va y que viene el 428, y que eso no tiene que verse con ningún tipo de dramatismo.

Por lo demás, sí, no puedo dejar de decirle que no me siento apátrida; que quiero a mi país y no me da vergüenza; que me siento español hasta los tuétanos y que sentirme español hasta los tuétanos no significa sino trabajar por los españoles y por las españolas, sobre todo por los que menos tienen y más lo necesitan; y que me emociona la bandera y me emociona el himno nacional, porque para mí esa bandera significa libertad después de que acabó la dictadura y vino la Constitución. Esa bandera para mí significa lo que debió significar para quienes la pusieron en aquella rueda de prensa, al principio de la transición: significaba que nos íbamos a respetar, que nos íbamos a entender.

¡Claro que me emociona mi país! ¿Cómo no me va a emocionar una patria que, cuando otras patrias, hoy tan poderosas, estaban en los árboles, España ya había descubierto América? ¿Cómo no voy a sentir emoción por una patria que, indudablemente, dejaría al mundo incompleto si no fuera por el trabajo que ha hecho España, sí, en todos sus ámbitos? ¡Claro que hemos tenido aspectos y períodos miserables y períodos sublimes, como en todas nuestras vidas!

Sí, así es como pienso. Pero mi lealtad al Presidente del Gobierno, mi lealtad al Partido Socialista y mi amor a España es muy superior a mi discrepancia con tal o cual asunto de Gobierno concreto.

Vicepresidenta.- Quiero señalar, no por completar una pregunta anterior, en desvincular, desde luego, la no asistencia del Presidente del Gobierno a la cena de anoche del Secretario General de Naciones Unidas con esta cuestión. El Presidente del Gobierno estuvo ayer por la tarde con el Secretario General de Naciones Unidas; tuvo una larga reunión, una larga entrevista; luego hicieron una rueda de prensa conjunta y su no asistencia a la cena fue por otras razones. No está, en absoluto, vinculado porque estaba, además, anunciado de antes.

Sr. Bono.- Incluso, Vicepresidenta --se me olvidaba y este tema es importante para fijar la verdad--, el Presidente del Gobierno sabe de mi deseo de relevo desde hace, por lo menos, seis meses y tiene una carta de dimisión del Ministro de Defensa desde hace, por lo menos, tres meses. Lo que ocurre es que ser discreto no significa no ser político; se puede ser político y discreto, como el Presidente.

P.- Yo respeto la petición de respeto que ha hecho el señor Ministro, pero le voy a pedir también que respete nuestra obligación profesional de intentar conocer algunos detalles más. Como usted sabe, hay personas que se van pero se quedan, y quería saber si ése es su caso. Si me permite la terminología militar, ¿pasa usted a una situación de reserva o de segunda actividad?

Y, muy en concreto, si no me equivoco, usted sigue siendo Presidente del Partido Socialista en Castilla-La Mancha y miembro del Comité Federal. Quería saber si en su retirada se ha planteado también dejar estos cargos o, por el contrario, mantenerlos.

A la Vicepresidenta. Quería saber si nos puede concretar los trámites siguientes: es decir, si mañana o esta tarde habrá Boletín Oficial del Estado y si la toma de posesión será mañana mismo.

Vicepresidenta.- Empezando por lo último que usted me acaba de señalar, los Reales Decretos de cese y nombramiento aparecerán en el Boletín Oficial del Estado el martes, que será el día en que se produzca en La Zarzuela la toma de posesión. A continuación, ese mismo día se producirán las tomas de posesiones sucesivas en los distintos Ministerios.

Sr. Bono.- Me ha preguntado tres cosas. Dos de ellas son si voy a seguir en el Comité Federal y si voy a seguir en la presidencia del partido de Castilla-La Mancha. Probablemente, para quien no tenga un conocimiento exacto de qué es ser presidente del partido de una Comunidad, luego deberíamos explicarlo, pues no vayan a creer que es importante desde el punto de vista ejecutivo. Sobre esos dos aspectos haré lo que quiera el Presidente del Gobierno. Se lo preguntaré y haré lo que a él le parezca oportuno.

En cuanto a la reserva, a la segunda actividad o estas cosas que decía, mi decisión es la de dejar la vida política en cuanto a actividad política. Ésa es mi decisión. Pero hoy ha dicho el Presidente "me dedicaré a trabajar para que su retirada de la política no sea definitiva, sino simplemente temporal". Esto es lo que ha dicho el Presidente del Gobierno pero, para tranquilidad de los que se intranquilizan buscándome candidaturas, ya dije hace tiempo que no pienso presentarme a la Alcaldía de Madrid y tampoco a todos aquellos otros inventos que han ido circulando.

Mi decisión es la que les he dicho: jamás dejaré la política en lo que a las ideas, a los principios y al Partido Socialista se refiere; pero mi decisión de ahora es la de dejar la actividad política, sí. El Presidente ha dicho lo contrario. Yo soy muy respetuoso con lo que él dice, pero yo llevo muchos meses convenciéndole y hasta el momento he sido yo el que le he convencido a él.

P.- A mí, si me permite el hasta hoy el Ministro de Defensa, me gustaría insistir en este tema. Si el Presidente, como ha dicho precisamente que va a trabajar para que su retirada no sea definitiva, le ofreciera cualquier otro cargo, por ejemplo en una Embajada, ¿eso sería compatible con su vida familiar?

Sr. Bono.- No debería… Si me respetan, no me pregunten más, porque después de cada pregunta se abre un nuevo tajo. En los últimos meses me ha ofrecido muchas cosas. Muchas gracias.

P.- Al Ministro le preguntaría si de su gestión al frente del Ministerio estos dos años y de alguno de los temas que ha comentado, ¿desde el punto de vista político tiene algo que reprocharse hoy, en el día que deja el Ministerio?

A la Vicepresidenta. Quería saber, simplemente, en el momento que nos hallamos de verificación del alto el fuego de ETA, si el Gobierno va a mantener en su puesto al Director del CNI.

Vicepresidenta.- En cuanto a lo segundo, en principio no hay ninguna previsión de cambio.

Sr. Bono.- En cuanto a los reproches, si usted me conociera, sabría que podría fácilmente decirle algunos; pero, mire, yo aún soy Ministro y a mí me pagan por defender al Gobierno. Los reproches a la política de Defensa que los haga la oposición. Cada uno tiene que estar en su función y yo no quiero pasarme a la oposición.

Vicepresidenta.- Gracias.