Sr. Wert.- Lo que se ha aprobado hoy, como ha explicado en su introducción la vicepresidenta, respecto al cine son dos medidas: una, que va dentro del Real Decreto Ley en el que se articula una serie de créditos extraordinarios y suplementos de crédito, por un importe de dieciséis millones de euros, de los que diez de ellos van destinados a cubrir la insuficiencia de dotación del Fondo de Protección de la Cinematografía, cinco millones a cubrir también la insuficiencia respecto al prorrateo que se realizó en ese Fondo con cargo a los Presupuestos de 2014 y un millón a reponer el capital de la Sociedad de Garantía Recíproca, que con EGEDA tiene constituido para avalar los créditos concedidos.
Pero yendo a lo que es fundamental, el cambio del sistema de ayudas a la cinematografía, como todos ustedes saben, hasta ahora el grueso de ese Fondo de Protección a la Cinematografía lo consumía la llamada ayuda a la amortización, que era un conjunto de cantidades que se destinaban, en términos de cómo lo definía la Ley del Cine, la Ley 55/2007, a amortizar el crédito que el productor había utilizado para hacer la película. Como esa ayuda a la amortización dependía de dos factores que no eran susceptibles de ser conocidos a priori --uno, la inversión efectiva en la película y, en segundo lugar, su retorno en la taquilla, es decir, el hecho de que alcanzara un determinado número de espectadores--, se producían básicamente dos fenómenos: primero, que la producción tendía a acomodarse a aquellas condiciones que le permitían acogerse al Fondo; es decir, tanto en términos de gasto, como de búsqueda de número de espectadores, se buscaba estar en los límites a partir de los cuales se percibían esas cantidades.
Desde ese punto de vista, este sistema ha demostrado ser completamente inservible para dotar de músculo industrial a nuestro cine; es decir, se ha producido un número de películas claramente excesivo. Tengan ustedes como referencia lo que la Unión Europea sostiene acerca de lo que una cinematografía nacional debe producir en relación con su población: la Unión Europea habla de una película por cada millón de nacionales y, desde esa perspectiva, a España le tocarían 46 o 47 películas, que es mucho menos de lo que se está produciendo. Y, desde luego, en términos de capacidad, como decía antes, industrial del cine, no ha rendido los frutos que se esperaban de un instrumento como éste.
¿Qué es lo que cambiamos? Lo cambiamos radicalmente. Sustituimos estas ayudas de amortización por unas ayudas sobre el proyecto; ayudas sobre el proyecto que se conceden en régimen de concurrencia competitiva, pero atendiendo a una serie de parámetros objetivos que vienen definidos con claridad. Esos parámetros están todos ellos orientados a reforzar industrialmente el cine español. Es decir, se tiene en cuenta la viabilidad del proyecto, tanto en términos de guion, como de esquema de producción; la capacidad de los productores de distribuir y de producir un rendimiento económico importante, es decir, de tener espectadores; el impacto internacional que puede tener la producción; se le da valor a la coproducción y también se introduce, como un parámetro muy importante, el rodaje en España.
En lugar de ser unas ayudas a la amortización de los créditos que se han solicitado y, por tanto, ir destinadas en buena medida, teniendo en cuenta que no se cobran sino pasados como mínimo dos años desde el estreno, y normalmente se cobran tres años más tarde en función de cómo funcionaba el sistema, ahora estas ayudas sirven para la producción y no para pagar los intereses de los créditos que se han pedido para poder hacer las producciones.
Quiero decir que este nuevo sistema es, fundamentalmente, el resultado del trabajo en el que la llamada Comisión Mixta del Cine y el Audiovisual ha venido trabajando desde el año 2012, en la que han participado todos los Ministerios que tienen algún tipo de competencias sobre el cine y la audiovisual, y han participado todos los distintos sectores o subsectores de la industria cinematográfica: los productores, los distribuidores, los exhibidores y los profesionales.
Y quiero destacar especialmente la colaboración que hemos tenido en este sentido de FAPAE y de otras asociaciones de productores, que han sido esenciales a la hora de colaborar con nosotros en la determinación de este sistema.
Como es natural, este sistema tiene un período transitorio en los próximos tres años, en el que van a coexistir las ayudas de amortización, que se refieren a todas esas películas que ya han dado, en términos cinematográficos, su primera vuelta de manivela antes de que se apruebe este primer sistema; y el nuevo sistema de ayudas anticipadas, que comienza a aplicarse a partir de enero del año 2016.
Este sistema, que, como les he dicho, es no sólo el fruto de ese trabajo, sino también el fruto de unas laboriosas, prolongadas, pero finalmente fructíferas, conversaciones con el sector, va a permitir, primero, revitalizar la industria cinematográfica española; segundo, eliminar mucha conflictividad o muchos nichos problemáticos que el anterior sistema producía en términos, tanto de la certificación de los costes, como de la certificación del número de espectadores; y que nuestro cine pueda competir en mejores condiciones con el cine de otros países que disponen de sistemas de ayudas que son más eficientes desde el punto de vista industrial. Y, por supuesto, este nuevo sistema se hace coexistir con un sistema de ayuda al cine no comercial, es decir, al cine, digamos, de valor cultural, y también a los cortometrajes, a apoyar a la industria en la presencia en festivales, etcétera.
Tengo que decir que ésta no es la única medida de fomento de la cinematografía que ha abordado este Gobierno, y que hay que considerarla en el contexto de una política más amplia, que incluye la política fiscal y que, concretamente, en este caso se refiere a las modificaciones en la Ley de Sociedades, que han dado carácter permanente a las deducciones por producción cinematográfica y que han elevado en dos puntos esa deducción.
Como digo, tenemos que agradecer al sector, pero muy especialmente a FAPAE, su colaboración en el diseño de este nuevo sistema, y es voluntad del Gobierno seguir colaborando con el sector para potenciar ese mejor funcionamiento del cine español.