Rueda de Prensa posterior al Consejo de Ministros

Intervención de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez

10.2.2012

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Sra. Báñez.- Buenos días a todos los que están hoy aquí en esta rueda de prensa del Consejo de Ministros.

Quería decirles que estamos ante la tercera reforma estructural importante que ha puesto en marcha el Gobierno en su agenda reformista. Es una reforma para el empleo estable, pensando en los ciudadanos; pensando, fundamentalmente. en aquellos más de cinco millones de españoles que no tienen empleo, que están en el paro, y pensando también, sobre todo, en los jóvenes porque hoy uno de cada dos no tienen oportunidades.

Es una reforma que podemos considerar histórica, porque va a contribuir hoy con ella a un antes y un después en la legislación laboral de nuestro país. Va a atacar de raíz dos problemas graves que tiene nuestro mercado de trabajo: la fuerte dualidad entre contratos indefinidos y contratos temporales, y también la rigidez de la que adolece nuestro mercado de trabajo que hace que, cuando hay crisis en este país, el ajuste lo tengan que hacer las empresas vía despidos y no vía cambios y flexibilidad interna en la empresa.

Por tanto, partimos de un diagnóstico que tenemos delante: ante las profundas transformaciones hoy que tiene la economía global, nuestra posición de partida nacional siempre es menos competitiva por la poca capacidad que tienen las empresas para adaptarse a las circunstancias, por esa rigidez que les decía que tiene hoy nuestro mercado de trabajo, y porque, además, nuestra capacidad de competir se ve bastante mermada con esa rigidez a la que me refería.

Nuestra economía, la economía española, el ajuste lo hace siempre con un incremento muy importante del desempleo en función y en relación con otras economías europeas. El incremento del desempleo ante crisis similares en el resto de los países ha sido mayor en nuestro país, con muchísima diferencia. Por eso hoy tenemos el doble de tasa de paro que la media de la Unión Europea. El incremento del desempleo, desgraciadamente, en nuestro país ha sido para los menores de veinticinco años también mucho mayor que en el resto del contexto europeo. Hoy uno de cada dos jóvenes menor de veinticinco años que quieren trabajar no lo puede hacer, y tenemos la tasa de paro récord en la Unión Europea.

Además, el ajuste de la economía española se produce, desgraciadamente también, vía despidos y no a través de las modificaciones de las condiciones de trabajo, como ocurre en los países de nuestro entorno. En el momento de mayor profundidad de la crisis en España, en el año 2009, se produjeron incrementos salariales muy considerables con respecto a la etapa anterior. Es decir, nuestra economía no se ajusta como debe de ajustarse y, al final, se termina despidiendo a la gente por parte de los empresarios.

Además, hay una profundad dualidad en nuestro mercado laboral, de tal manera que el trabajador más vulnerable es siempre el que tiene un contrato temporal. Los trabajadores temporales son los que pierden su puesto de trabajo con mayor facilidad cada vez que tenemos una crisis.

Por tanto, esta reforma, que es una reforma completa e histórica, quiere romper, de una vez por todas, con esa rigidez de nuestro mercado de trabajo y con esa profunda dualidad que hace que los trabajadores temporales sean siempre los que paguen las consecuencias de las crisis en España.

Estamos ante una reforma que tiene principales objetivos. En un corto plazo, el Gobierno piensa que esta reforma ayudará, sobre todo, a frenar la fuerte sangría de destrucción de empleo que hoy todavía vive nuestro país. Los datos de paro registrado del mes de enero y de bajada de afiliación a la Seguridad Social así lo siguen poniendo de manifiesto, y las previsiones de crecimiento económico para este año del -1,5 por 100, como dice el Banco de España, o del -1,7 por 100, como dice el Fondo Monetario Internacional, auguran la dificultad de que se cree empleo en España; pero sí podemos ayudar, con la flexibilidad que va a meter en el mercado de trabajo esta reforma laboral, a que no se destruya más empleo del que ya se ha destruido.

Por otra parte, vamos a asentar con esta nueva reforma las bases para que se cree empleo estable cuanto antes; es decir, estabilidad en el empleo es el gran objetivo de esta reforma laboral. Apostamos por eso: por un empleo de calidad que rompa esa dualidad existente en el mercado de trabajo.

Además, queremos ahondar en los mecanismos de flexibilidad en la empresa. Creemos que, si una empresa pueda adaptarse con flexibilidad a las circunstancias de la realidad económica, los trabajadores y los empresarios superarán juntos la crisis y evitaremos despidos masivos, como está ocurriendo en la crisis que hoy sufre nuestro país.

En esa flexibilidad también va una modernización de la negociación colectiva en nuestro país para que, de verdad, se puedan adaptar las empresas a la realidad económica del país.

Otra gran novedad de esta reforma es que es una reforma que trae más derechos a los trabajadores: el derecho a la formación como un derecho individual del trabajador, que le va a acompañar durante toda su vida laboral.

También es una reforma que les da más oportunidades, como ha dicho antes la Vicepresidenta, a los jóvenes y a los parados de larga duración, que hoy son los que hoy tienen más problemas para la inserción en el mercado de trabajo.

Asimismo, pensamos en el empleo, en la empleabilidad. Cuando los servicios públicos de empleo hoy en nuestro país sólo colocan al 3 por 100 de las personas que están en paro, algo no funciona. Tenemos que ayudar a que se meta a todo aquel que está en el desempleo otra vez en el ciclo económico. Por tanto, más empleabilidad significa colaboración público-privada en la búsqueda de un empleo. Todo el que pueda ayudar a buscar empleo en este país tiene que tener el apoyo de este y de cualquier Gobierno.

Por otra parte, vamos a apoyar, sin duda, a las Pymes y a los autónomos en este país. Las pequeñas y medianas empresas y los autónomos, los emprendedores, son más del 95 por 100 de nuestro tejido productivo. En sus manos está el futuro de la salida de la crisis. Por tanto, un gran plan de apoyo a los emprendedores en esta reforma laboral

También vamos a reforzar los mecanismos de control y prevención del fraude; entre ellos, en el cobro de prestaciones por desempleo, para sacar a mucha gente de la economía sumergida y combatiremos también el absentismo injustificado a través de la colaboración de las mutuas.

Por tanto, ésos son los grandes objetivos de la reforma laboral y ahora empezaré a explicarles, uno a uno, cada uno con más detalle.

En primer lugar, como decía al principio, nuestro objetivo es que haya más empleo. Por eso vamos a sumar esfuerzos en la búsqueda del empleo, haciendo que las empresas de trabajo temporal puedan funcionar como agencias de colocación; es decir, que todo el que pueda buscar un empleo en este país ayude a hacerlo. Colaboración pública, pero también colaboración privada.

Más empleo significa también más y mejor formación. Por tanto, vamos a reformar el contrato para la formación y el aprendizaje para potenciar que haya una formación permanente en este país, ya que un trabajador mejor formado es un trabajador, sin duda, que tiene más oportunidades de encontrar empleo. La edad máxima para acceder a este contrato hoy está en los treinta años y nosotros lo mantenemos hasta, al menos, que la tasa de paro baje al 15 por 100. Cuando baje la tasa de paro en España al 15 por 100, la edad máxima para acceder a este contrato será de veinticinco años.

Además, el trabajador podrá utilizar esta modalidad de contratación para formarse. Piensen que hoy en este país, en determinados sectores, como el turismo o la construcción, hay muchos jóvenes que abandonaron sus estudios en una edad temprana y hoy no tienen trabajo; pero tampoco tienen una formación adecuada. Si hay un chico que se formó en la construcción en los tiempos de la bonanza económica, tenemos que permitir que esa persona se pueda formar, por ejemplo, en otro oficio, como ebanista o cualquier otra cosa, para que tenga otra orientación y otro futuro profesional.

El trabajador, además, podrá formarse en la propia empresa, y ésta es una novedad de la reforma que plantea el Gobierno. Así introduciremos lo que ya hay en Alemania de la formación dual.

Formación Profesional, sin duda, formación importante en la vida del trabajador. Vamos a hacer que la Formación Profesional sea una formación que sirva de verdad a la consecución del empleo. Los principios que van a regir los cambios en la Formación Profesional planteados por el Gobierno, y que, además, vamos a consensuar con los agentes sociales y los demás grupos políticos en una futura Ley de Formación Profesional, serán transparencia, libre concurrencia y evaluación de los resultados.

En este país nos gastamos muchos recursos públicos en formación y, a veces, no se traducen en empleabilidad, en colocación de las personas que se han formado en un puesto de trabajo. Nosotros vamos a hacer que, evaluando y acercando la necesidad de las empresas a la formación de los trabajadores, podamos conseguir mejores resultados. Para eso, una vez reconocido el derecho a la formación individual del trabajador, como les dije antes, pondremos en marcha la cuenta de formación, que será una cuenta similar a la cuenta de la Seguridad Social de cada trabajador, en la que irá toda la formación que el trabajador recibe a lo largo de su vida laboral, de tal manera que se puedan hacer más fáciles los itinerarios de formación para el empleo, que es el último objetivo de esta reforma.

El trabajador, con este nuevo derecho, tendrá la posibilidad de tener derecho a veinte horas al año de formación pagadas por el empresario en su empresa y se permite, por supuesto, la concurrencia de que haya centros que intervengan directamente en esta formación profesional para el empleo.

Más empleo estable, lo decía muy bien antes la vicepresidenta del Gobierno. Un nuevo contrato para emprendedores, contrato indefinido de apoyo a los emprendedores, es una de las nuevas medidas de esta reforma. Estamos intentando que los trabajadores autónomos y las pequeñas y medianas empresas, que son más del 95 por 100 del tejido productivo de este país, sean los grandes contratadores del futuro de este país.

Por tanto, creamos un nuevo contrato indefinido --y recalco que es indefinido--para evitar la temporalidad y la dualidad en el mercado del trabajo. Está destinado a empresas de menos de cincuenta trabajadores. La duración del período de pruebas de este contrato es de un año y tiene potentes ayudas para la contratación: la primera es una deducción fiscal de tres mil euros para aquellas empresas que contraten a un trabajador, si es su primer trabajador y tiene menos de treinta años. Ésta es una medida de impulso a la contratación de jóvenes en nuestro país.

De la misma manera, queremos también que se saquen personas, que hoy están en el desempleo, del desempleo y encuentren un puesto de trabajo. Por tanto, vamos a permitir, por primera vez en nuestro país, que se compatibilice el sueldo que recibe una persona con recibir una parte de la prestación por desempleo. La persona que tiene hoy una prestación por desempleo y que es contratada por una empresa con este nuevo contrato podrá compatibilizar el 25 por 100 de la prestación que venía percibiendo durante un año con el nuevo sueldo al que le da derecho este contrato.

Además, y para hacerlo atractivo a los empleadores, también les deduciremos en la cuenta fiscal a los empresarios el total del 50 por 100 por un año de lo que venía percibiendo por esa prestación por desempleo el trabajador. Es decir, intentamos potenciar que trabajador y empresario se beneficien de la incorporación de un desempleado de las listas del INEM a la empresa.

Más empleo estable también es reorientar las bonificaciones que hoy hay en nuestro país. Queremos que aquellas personas que tienen más problemas para la inserción en el mercado de trabajo tengan el apoyo real de las bonificaciones que hoy se hacen a través del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Fomentaremos la contratación indefinida de jóvenes, que es uno de los colectivos más afectados por la crisis, con bonificaciones hasta de 3.600 euros a la contratación de menores de treinta años, que se sumarán a las anteriores explicadas, y también la contratación de parados de larga duración, con 4.500 euros.

Por otra parte, vamos a ahondar en la ruptura de esa dualidad en el mercado de trabajo. Se acabaron los encadenamientos de contratos temporales de forma indefinida. A partir del 31 de diciembre de 2012 se recupera esa prohibición de encadenar contratos temporales más allá de veinticuatro meses.

Otra medida también de fomento de la contratación indefinida es, sin duda, la modificación del contrato estable a tiempo parcial. Vamos a hacer, con una mayor flexibilidad en su regulación, que se contrate en este país de forma temporal a los trabajadores y puedan compatibilizar su actividad personal y familiar con un puesto de trabajo. Con ello conseguiremos mayor conciliación de la vida laboral y familiar, y que los jóvenes, por ejemplo, y el resto de las personas que tienen responsabilidades familiares puedan compatibilizar mejor, con un empleo estable, repito, trabajo y cuidado de su familia.

Se regula también por primera vez en nuestro país, y ésta es una gran novedad, el teletrabajo, que, por supuesto, sigue teniendo derecho a la formación.

Por otra parte, les decía que uno de los problemas que tiene nuestro mercado de trabajo es la rigidez. Buscamos más flexibilidad interna en la empresa para evitar despidos en el futuro. Por eso vamos a avanzar en la movilidad y modificación de las condiciones de trabajo, y vamos a hacer posible que esa flexibilidad pueda llegar a la modificación de las funciones de los empleados dentro de la empresa; se facilita la modificación de jornada, de trabajo, de horario y de salarios con idea de que juntos, trabajadores y empresarios, con esa flexibilidad superen juntos la crisis y no haya más despidos.

Por otra parte, modernizaremos también, como les dije al principio, la negociación colectiva. El despido siempre tiene que ser el último recurso al que tengan que acudir las empresas en crisis. Por una parte, llevaremos parte del acuerdo de los agentes sociales de moderación salarial, flexibilidad y negociación colectiva a la Ley, reconociendo, como ellos ya señalaban en ese acuerdo, la prioridad del convenio de empresa frente al sectorial; facilitaremos la posibilidad de no aplicar el convenio colectivo en circunstancias de crisis, lo que se conoce comúnmente como "descuelgue". Nosotros respetamos los acuerdos que han llevado a cabo los trabajadores, a través de los sindicatos, con los empresarios en el itinerario de descuelgue, que lo pusieron de manifiesto en el pacto de moderación salarial, pero llegamos más allá al buscarles un final al descuelgue para que, realmente, una empresa tenga posibilidad de descolgarse, de no aplicar el convenio en situación de crisis, y no tenga que recurrir al despido de los trabajadores.

Por último, el plazo máximo de vigencia después de la denuncia de un convenio colectivo será también de dos años a partir de ahora.

Más eficacia. Más eficacia en la extinción de la relación laboral por causas empresariales. Queremos con esta reforma clarificar y racionalizar la restricción del contrato por causas empresariales. Objetivamos para ello, de mejor manera, las causas del despido. Esto da, por una parte, certidumbre a los trabajadores, pero también certidumbre a los empresarios. Más seguridad jurídica para todos y menos litigiosidad.

Se elimina, además, la autorización previa, en línea con la práctica de otros países europeos --hoy día sólo estaba vigente en España y en Grecia; por tanto, en eso también somos hoy algo más europeos-- y se regulan las extinciones de contrato de personal no funcionario del sector público, como antes señaló la Vicepresidenta.

La reducción de la dualidad del mercado de trabajo es hacer también la contratación indefinida más atractiva. A partir de esta reforma, el contrato indefinido tendrá una indemnización de 33 días por año trabajado y un máximo de veinticuatro mensualidades; el contrato procedente, como ustedes conocen, será de veinte días y doce mensualidades, y se respetarán, sin duda, los derechos adquiridos de todos los trabajadores.

Más control. Combatir el fraude, la economía sumergida y luchar contra el absentismo laboral. Los recursos son escasos y todo aquel que tenga que percibir una prestación lo tiene que hacer. No vamos a rebajar las prestaciones por desempleo en ningún caso, pero sí vamos a evitar que se produzcan situaciones de fraude en las prestaciones. Para eso vamos a hacer un estricto cumplimiento de la Ley, a través del Ministerio y de la inspección del Ministerio, y también impulsaremos, que hoy también está reconocido en la Ley, que los desempleados que estén cobrando una prestación por desempleo puedan realizar servicios de interés general a la comunidad, con convenios que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social pondrá en marcha con Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

En la lucha contra el absentismo vamos a tomar dos medidas fundamentales en esta Ley: desvincular el absentismo individual del trabajador a la media de la plantilla, pues un trabajador debe ser o no absentista en función de su comportamiento, no de la media que hagan los demás; por otra parte, en la lucha contra el absentismo para mejorar su eficacia vamos a contar con las mutuas de colaboración con el sector público. Por tanto, en una próxima Ley de Mutuas, que pondremos en marcha a final del primer trimestre de este año, se recogerán todos los controles de lucha contra el absentismo a través de las mutuas.

Éstas son, señoras y señores, las medidas más importantes que ponemos en marcha para reformar el mercado de trabajo. El objetivo principal de estas reformas es buscar el empleo estable. Piensa en la situación de los ciudadanos que hoy tiene nuestro país; piensa, fundamentalmente, en esos cinco millones de trabajadores que hoy están en el desempleo, y piensa, sobre todo, en los jóvenes, uno de cada dos en nuestro país, que no tienen oportunidades, porque no tienen trabajo.

Éste es el objetivo del Gobierno: luchar contra el paro; perseguir, sobre todo, la búsqueda de un empleo estable y, cuanto antes, parar la sangría de destrucción de empleo que hoy vivimos en nuestro país por la crisis.

Son objetivos a corto y a medio plazo, pero que estoy segura de que, sin duda, junto al resto de las reformas económicas, ayudarán a que cuanto antes volvamos al crecimiento económico y a la creación de empleo, que es lo que todos los españoles hoy desean y demandan de este Gobierno.