La Moncloa, Madrid
Sr. De Guindos.- Yo, antes de entrar en el escenario macroeconómico que acompaña al proyecto presupuestario que se va a remitir en los próximos días a Bruselas, quisiera hacer una breve referencia a un Real Decreto Ley de medidas financieras del que ha aprobado hoy su remisión a las Cortes el Consejo de Ministros.
Este Real Decreto Ley consta de tres puntos fundamentales. El primero es un préstamo que hace el Reino de España, el Tesoro español, a la Junta Única de Resolución; forma parte de nuestras obligaciones de la Unión Bancaria. Estábamos retrasados, porque no lo podíamos haber hecho con un Gobierno en funciones; teníamos que haberlo realizado antes de septiembre de este año y es, fundamentalmente, una especie de línea de crédito que se pone a disposición del Fondo de Resolución. El Fondo de Resolución es una aportación que tienen que hacer los bancos del 1 por 100 del total de depósitos. Tiene un importe de algo más de 5.200 millones de euros y lo que se hace es para cubrir --todos los Estados miembros lo tienen que hacer-- hasta que, efectivamente, el Fondo de Resolución está completamente dotado y alcance ese 1 por 100 de los depósitos bancarios si se pudieran producir problemas en el ínterin.
Por lo tanto, ésa es la primera cuestión. Como decía anteriormente, me parece que únicamente quedábamos nosotros por aprobarlo y Grecia, y en este momento con el Real Decreto Ley ya se ha aprobado.
La segunda cuestión que incluye este Real Decreto Ley de medidas financieras es una modificación del régimen contable de SAREB. En SAREB todos los años hay que hacer una valoración de sus activos y lo que se hace con esta nueva regulación es definir cuál va a ser el impacto de dicha modificación de los precios de los activos sobre los estados patrimoniales y sobre la cuenta de resultados de SAREB.
En tercer lugar, y por último, este Real Decreto Ley incluye un alargamiento de dos años más con respecto a los límites que teníamos para la privatización, tanto de Bankia, como de BMN. Eran límites temporales que nos habíamos autoimpuesto en el año 2012, cuando el rescate bancario, el rescate financiero, y no tiene sentido en estos momentos que estemos constreñidos por estas circunstancias. Fueron acordados por el Gobierno español, no formaban parte de los planes de reestructuración ni de los acuerdos con la Comisión Europea y con el Banco Central Europeo, y lo que hacemos es alargarlos en dos años; es decir, me parece que es a finales del año 2019 en el caso de Bankia y en marzo del año 2020 en el caso de BMN.
Estas son las tres cuestiones fundamentales, las tres únicas, que se incluyen en este Real Decreto Ley de medidas financieras, que ha sido, lógicamente, hablado con otros Grupos Parlamentarios y que son cuestiones fundamentales desde el punto de vista de poner al día las obligaciones de España con la Unión Bancaria.
Entrando ya en lo que es el proyecto presupuestario, el cuadro macroeconómico, simplemente un recordatorio: España presentó a mediados de octubre un proyecto presupuestario a Bruselas con las características de ser un proyecto presupuestario sin cambios de política. Éramos un Gobierno en funciones y nuestras obligaciones, de acuerdo con el código de conducta de la Comisión Europa, eran básicamente que teníamos que mandar un proyecto presupuestario sin cambios de política. Ahí había un cuadro macroeconómico y hacíamos una proyección inercial en función del crecimiento económico sin tener en consideración ningún tipo de medida.
Lo que hacemos hoy --y después lo explicará, lógicamente, el ministro de Hacienda-- es complementar y modificar, en la parte del cuadro macroeconómico que yo voy a continuación a desarrollarles, lo que era este proyecto presupuestario provisional que habíamos mandado a mediados de octubre y que, además, la propia Comisión Europea nos había pedido, una vez que tuviéramos un Gobierno en plenas funciones, que lo actualizáramos. Eso es lo que estamos haciendo hoy, y no solamente el cuadro presupuestario o el proyecto presupuestario, sino también a través de las medidas que después comentará el ministro de Hacienda, que se desarrollan a través de los Reales Decretos Leyes y de otro tipo de normas al respecto.
Lo que hacemos es, en primer lugar, actualizar el cuadro macroeconómico. Como saben ustedes, nosotros teníamos una proyección, en el cuadro que se mandó a mediados de octubre, de un crecimiento económico del 2,9 por 100 y del 2,3 por 100, respectivamente, para este año y para el año próximo, y aquí lo que hacemos es ya, en función de la información más reciente, tanto de la EPA, como la reciente de la Contabilidad Nacional, es actualizar para este proyecto presupuestario el cuadro macroeconómico.
El cuadro macroeconómico, como saben ustedes, siempre empieza por una especie de hipótesis sobre las principales variables macroeconómicas que se van a incluir posteriormente: tipos de interés, precio del petróleo, crecimiento de la economía mundial, crecimiento de la economía europea, tipo de cambio, etc., etc. Son siempre proyecciones prudentes y, de alguna forma, lo que intentamos siempre es que, posteriormente, la realidad sobrepase para bien lo que son las proyecciones que nosotros incluimos en el cuadro macroeconómico y, como ha venido ocurriendo, como saben ustedes, en los últimos años.
Si vamos ya al cuadro macroeconómico, el cuadro macroeconómico cubre, no solamente el año 2017, sino que cubre hasta el año 2019. Ahí ustedes lo que tienen, fundamentalmente, es la revisión al alza de las proyecciones de crecimiento económico: en el año 2016, en el año en curso, en que pasamos del 2,9 al 3,2 por 100, y el año que viene pasamos del 2,3 por 100 al crecimiento del 2,5 por 100.
Son cifras prudentes. De alguna forma, ven ustedes que se sustentan en una evolución moderada del consumo privado, en una evolución positiva de la formación bruta de capital fijo. Son, además, cifras que resaltan los equilibrios macroeconómicos de la economía española --hay aportación positiva del sector exterior al crecimiento-- y, además, se ponen de manifiesto con una inflación muy reducida, con un deflactor del consumo privado que está en el entorno del 1,5 por 100, y, sobre todo, con un mantenimiento de un superávit externo de la balanza de pagos por cuenta corriente, que alcanza el 2 por 100 en el año 2016 y que se mantiene en valores próximos a este 2 por 100 y una capacidad de financiación del resto del mundo.
Es decir, es un crecimiento económico, como les decía anteriormente, estable, próximo al crecimiento potencial de la economía española, del 2,5 por 100 y que, además, se obtiene con una situación de baja inflación y de superávit externo de, como decía anteriormente, la cuenta corriente. Para los años 2018 y 2019 lo que proyectamos es una tasa de crecimiento también prudente, perfectamente realizable, del 2,4 por 100.
Y déjenme ya, finalmente, porque creo que es lo más importante, hablar de cuál es la evolución del empleo en términos de EPA, en términos de Encuesta de Población Activa, implícita en este cuadro macroeconómico. Simplemente aquí lo que les resaltaría es: el empleo que teníamos en el cuarto trimestre del año 2015, estaba en aproximadamente 18.100.000 ocupados y la proyección que tenemos para 2019, con base en todas hipótesis prudentes y cautas, es que acabaremos con un empleo por encima de los veinte millones de ocupados en el cuarto trimestre del año 2019, en 20.068.000, lo cual supone un incremento de la ocupación prácticamente de medio millón de personas al año, que es el objetivo que, como saben ustedes, marcó el presidente del Gobierno.
Es decir, es perfectamente factible acabar con un nivel de ocupación a finales del año 2019 de más de veinte millones de personas, concretamente 20.068.000, lo cual supone un incremento, en números redondos, de dos millones de ocupados.
El desempleo, también en la proyección que hacemos de la Encuesta de Población Activa, y comparando también lo que es la situación del cuarto trimestre del año 2015 con el cuarto trimestre del año 2019, se reduce en 1.841.000 personas; es decir, el paro caería también a un ritmo ligeramente por encima de los 420-430.000 personas al año.
Pero tal vez lo más reseñable, y creo que es una de las cuestiones fundamentales teniendo en cuenta que el principal problema de la economía española es la tasa de paro, es la propia evolución de la tasa de paro. La tasa de paro en el cuarto trimestre del año 2105, según la EPA, estaba próxima al 21 por 100, en el 20,9 por 100, y la proyección que realizamos implícita en el cuadro macroeconómico que sirve de base al proyecto presupuestario es que acabaremos con una tasa de paro del 12,8 por 100; es decir, es una caída de más de ocho puntos de la tasa de paro. Simplemente, quiero recordarles que España llegó a tener una tasa de paro del 26,9 por 100 a principios del año 2013.
Es decir, lo que se está viendo aquí, a pesar de que todavía queda mucho, pues estamos en estos momentos, según la Encuesta de Población Activa, con una tasa de paro ligeramente por debajo del 19 por 100, el 18,9 por 100, en el tercer trimestre; sin embargo, la trayectoria de la economía española y la evolución de la economía española permiten llevar a cabo un avance importante en términos de mejora, tanto de ocupación, como de reducción del desempleo. Creo que ése es el mensaje fundamental, con tasas de crecimiento moderadas, en el 2,5 por 100, y aquí lo básico y lo más importante es que, de algún modo, se mantengan estos equilibrios macroeconómicos, porque el empleo, que es el objetivo último de la política económica, es consecuencia, fundamentalmente, del mantenimiento del crecimiento económico y del mantenimiento de los equilibrios macroeconómicos que en estos momentos muestra la economía española.