Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros

Intervención de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez

5.9.2014

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Sra. Báñez- Como decía antes en su intervención la vicepresidenta, todas las reformas de este Gobierno están orientadas al crecimiento económico, pero sobre todo, a la creación de empleo y, además, a la creación de empleo de calidad.

Estamos en un momento económico muy diferente al que iniciamos la Legislatura. Hasta ahora no se había producido una estabilización clara de nuestro mercado de trabajo. Podemos, con cifras interanuales de agosto, señalar, que desde el inicio de la crisis, por primera vez desde el año 2006, hay crecimiento sostenido en el empleo y, a la vez, caída en el desempleo: 320.000 personas se han incorporado al mercado de trabajo y 270.000 han abandonado las listas del paro registrado. Por tanto, estamos en un momento económico distinto.

Además, los datos publicados en agosto señalan algo importante, que es el mejor arranque del año en términos de empleo. En cifras enero-agosto, hay 291.881 personas más afiliadas a la Seguridad Social, en términos positivos que no se producían desde el año 2007; y también en datos de paro registrado, podemos decir que estamos con una caída del desempleo en 273.408 personas, en el mejor dato de baja del desempleo en términos, insisto, de cifras enero-agosto --por tanto, arranque del año--, desde el año 1998.

Pero lo más importante es lo que les señalamos ahora. Como saben muy bien, el objetivo de la reforma laboral que impulsamos en febrero del año 2012 era que con crecimientos moderados de la economía se tradujera cuanto antes en crecimiento neto del empleo. Por primera vez en el segundo trimestre de 2014, tras veintitrés trimestres de caída consecutiva, el crecimiento del PIB se equipara al crecimiento del empleo.

Les quiero subrayar como los conocidos como "brotes verdes" de los años 2010 y 2011 no se tradujeron en crecimiento del empleo y ahora la tasa de crecimiento del PIB se alinean con el crecimiento del empleo. Ésa es la verdadera revolución de la reforma laboral, la transformación estructural de nuestro mercado de trabajo.

Si eso es bueno para todos nosotros, somos conscientes de que tenemos un gran desafío y un reto por delante. Son muchos los españoles que todavía en cifras de los registros del mercado de trabajo, del MEYSS, más de cuatro millones de españoles, están en las listas de desempleo. Nuestro mayor reto, como decía hace pocos días el presidente del Gobierno, es dar la batalla sin cuartel por el empleo y trasladar lo más rápidamente a esos trabajadores desempleados e insertarlos en el mercado de trabajo.

Sabemos que tenemos ya más del 60 por 100 de los desempleados como parados de larga duración y sabemos que contamos con evidentes problemas, porque hay personas que tienen más dificultad para entrar en el mercado de trabajo, porque son colectivos especialmente vulnerables. Me estoy refiriendo a los mayores de 55 años, me estoy refiriendo también a los jóvenes, cómo no, y me estoy refiriendo también a las personas con peor preparación, a los trabajadores menos cualificados. Por tanto, dar respuesta a ese desafío es dar una respuesta de país.

Quiero decir que desde la Conferencia de Presidentes de octubre de 2012, la V Conferencia de Presidentes, el compromiso del presidente del Gobierno Mariano Rajoy con los presidentes de las Comunidades Autónomas fue avanzar en esta dirección: analizar, evaluar, poner orden y modernizar las políticas activas de empleo. Eso es lo que traemos hoy en este amplio paquete de medidas, ese compromiso, que fue un compromiso claro de todas las Comunidades Autónomas con el Gobierno y que ha sido también un compromiso en el que han participado, de forma activa, coordinada y responsable, los interlocutores sociales, las organizaciones empresariales y sindicales; todos a favor del empleo.

Quiero decir que durante toda nuestra reciente historia democrática, también en la crisis, no hemos tenido problemas de recursos a la hora de contar con políticas activas de empleo; hemos tenido problemas de eficacia, de evaluación, de seguimiento y de resultados de esas políticas. Por tanto, el reto que tenemos es que los recursos de verdad se transformen en resultados.

Como les decía, el marco competencial que tenemos es una competencia compartida en materia de empleo entre Estado y Comunidades Autónomas, que requiere la mayor colaboración y la mayor coordinación para ser eficaces, y es importantísimo el diálogo social comprometido con las necesidades reales de trabajadores y empresas del tejido productivo. En esa línea hemos venido trabajando desde entones y en esa línea queremos presentar hoy el paquete de medidas por el empleo.

¿Lo más importante? Hemos avanzado mucho en coordinación y colaboración para mejorar entre todos esa respuesta a los ciudadanos; pero, sobre todo, hemos puesto en marcha algo que es revolucionario también en nuestro país: no sólo la evaluación de políticas de manera progresiva, y que hoy se va a intensificar, sino el reparto de fondos de las políticas activas del empleo a resultados, a objetivos concretos puestos en común entre el Estado y las Comunidades Autónomas a través de la Conferencias Sectoriales de Empleo.

Hemos contado también, y vamos a contar, con herramientas novedosas. Por una parte, hicimos ya una racionalización y modernización de las bonificaciones para, de verdad, ponerlas a disposición de los colectivos más vulnerables y a disposición del empleo de calidad. Les recuerdo la última: la tarifa plana de cien euros a favor del empleo indefinido.

Hemos hecho de la colaboración público-privada en la intermediación un nuevo instrumento. Tenemos por primera vez en nuestro país, con todas las Comunidades Autónomas, un portal único de empleo donde están todas las ofertas de empleo de los medios públicos, de las Administraciones Públicas, y al que se han incorporado los grandes portales privados en nuestro país. Salimos en julio con más de 85.000 vacantes, algo que no tenía precedente en nuestro país.

Hemos impulsado la Formación Profesional Dual y también hemos vinculado las políticas activas y pasivas de empleo para hacer más eficaz la inserción. Y, como saben muy bien, hemos trabajado conjuntamente, no sólo con las Comunidades Autónomas y los interlocutores sociales, sino también con la sociedad, los planes específicos de empleo para los jóvenes, la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, que está dando magníficos resultados, y también estamos implantando junto la Garantía Juvenil.

Lo que presentamos hoy se esa Estrategia Española de Activación para el Empleo, que cuenta por primera vez con un escenario plurianual orientando recursos a resultados en la distribución de fondo de todos los años, con unos objetivos a corto plazo que nosotros llamamos estratégicos: jóvenes, colectivos especialmente vulnerables, que son los parados de larga duración, los beneficiaros del Plan PREPARA y los mayores de 55 años; una formación de calidad adaptada a las necesidades de trabajadores y empresas; la vinculación de políticas pasivas de empleo y el impulso del emprendimiento, que está siendo también una manear de incorporación de muchos desempleados al mercado de trabajo.

Pero cuenta también con objetivos estructurales, con objetivos a largo plazo, veintinueve objetivos entre los cuales, por destacarles uno, figura la atención personalizada de cada desempleado para mejorar sus capacidades de empleabilidad y de vuelta al mercado de trabajo. Es un modelo de modernización de las políticas activas de empleo que se equipara a los países de nuestro entorno que están en la vanguardia, como es el modelo alemán o el modelo holandés, o, más lejos de nuestras fronteras, como el modelo australiano de evaluación y seguimiento de estas políticas.

Pero quiero decir algo más: con este modelo de vinculación de recursos, de fondos, a resultados nosotros como españoles damos un paso más y nos situamos a la vanguardia europea. Ningún país de nuestro entorno europeo, ni siquiera Alemania, vincula después de esa evaluación los fondos del año siguiente a resultados; nuestro país, España, lo está haciendo progresivamente y lo va a hacer intensivamente a partir del año próximo.

Dentro de esa Estrategia están los Planes Anuales de Empleo y presentamos el de 2014, que tiene 422 actuaciones y 26 indicadores concretos que hemos acordado con las Comunidades Autónomas --ellas se someten a unos indicadores con los que evaluaremos los fondos del año siguiente-- y que tienen seis ejes de actuación concreta, que son la orientación, la formación, las oportunidades de empleo, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres al acceso al empleo, el emprendimiento y la mejora modernización de ese marco institucional del Sistema Nacional.

Es todo un impulso de la transparencia claro con esos controles.

También presentamos hoy el Acuerdo de Consejo de Ministros que reparte los fondos para la ejecución de estas políticas para el año 2014, que son 1.251,92 millones de euros, de los cuales el 60 por 100 se reparten con criterios tradicionales, pero para 2014 el 40 por 100 se hace en función de los resultados de esos indicadores que establecimos con las Comunidades Autónomas en el año anterior, después de la evaluación.

Quiero decir que, por primera vez, para el año próximo se superará ese 40 por 100 e iremos al 60 por 100 de fondos por objetivos, y algo que también es importante es el compromiso claro de las Comunidades Autónomas. Por ponerles un ejemplo, en el año pasado, con los fondos del año anterior, la diferencia entre el que más recibía en función de resultados y el que menos era de ocho puntos porcentuales; este año sólo es de cuatro, porque las Comunidades Autónomas también están aprendiendo con esta manera de vincular fondos a resultados.

¿Los nuevos pasos? Lo ha dicho también la Vicepresidenta: estamos trabajando juntos en la Cartera Común de Servicios de Empleo con todas las Comunidades Autónomas para acercarnos mejor en lo que tiene que ser el mínimo que tiene que recibir un trabajador como derecho en cada una de las Comunidades Autónomas, para mejorar su capacidad de empleabilidad y de volver al mercado de trabajo.

Los servicios de empleo que estamos trabajando se agrupan en cuatro grandes grupos: la orientación profesional, que pasa desde el perfil del trabajador, cómo se hace, hasta la divulgación de las tendencias que hay en el mercado, las oportunidades o ese seguimiento personalizado del trabajador hasta que alcanza su entrada en el mercado de trabajo.

Por otro lado, otra gran parte de esta Cartera de Servicios serán la atención a las empresas en esa intermediación y colocación de las necesidades de los trabajadores y del tejido productivo; la formación y cualificación que se requiere para los nuevos nichos de mercado, y, por supuesto, también el asesoramiento en el emprendimiento y en autoempleo.

Hay principios rectores comunes, que podrán ver en la información que se sacará en la nota de prensa, y también desarrollaremos protocolos específicos porque, como les decía, tenemos que homogeneizar unos mínimos en todo el territorio nacional, sin perjuicio de la flexibilidad y el margen que tengan luego las Comunidades Autónomas de actuación en función de las circunstancias propias de su territorio, de su tejido productivo y de las necesidades propias de sus propios trabajadores.

Por último, completando esta reforma integral de las políticas activas de empleo, presentamos los ejes básicos de lo que va a ser el nuevo modelo de Formación Profesional para el empleo. Llevamos más de seis meses trabajando con los interlocutores sociales, con las organizaciones empresariales y sindicales, en un modelo que tenga calidad, que sea lo que el tejido productivo necesita y que, además, dé oportunidades reales a los trabajadores.

Daré algunos datos simplemente para que vean la evaluación de lo que hemos hecho. Hasta ahora, las políticas de Formación Profesional no tenían resultados en términos de calidad, porque seis de cada diez de los beneficiaros de esta formación no adquirieron nuevas habilidades o destrezas según las necesidades del mercado de trabajo, según se saca de las encuestas de los propios beneficiarios; siete de cada diez no pudieron insertarse en el mercado de trabajo por estas políticas y solamente el 17 por 100 tuvo un empleo directamente vinculado a la formación que recibieron. Por tanto, claramente teníamos que cambiar el modelo.

A veces tampoco los contenidos se adecuaban realmente a las necesidades del tejido productivo. Adolecía el modelo de demasiadas competencias estructurales y no, de verdad, de competencias esenciales y especificas del tejido productivo de cada zona española. Y luego, lo que había era una escasa competencia en el mercado de la formación, de tal manera que se limitaba y se encarecía la oferta formativa

Todo eso se ha traducido también en pérdida de empleabilidad para los trabajadores. Les daré un dato: desde el año 2007 hasta el año 2013, es decir, toda la crisis, se fueron en más de un 50 por 100 al desempleo los trabajadores que no habían superado la Educación Primaria; sin embargo, entre aquellos trabajadores con estudios superiores subió la ocupación durante la crisis un 2 por 100. Claramente, la formación es capacitación y empleabilidad para los trabajadores. Tenemos un reto, y lo quiero decir con claridad, que lo hemos trabajado juntos con los interlocutores sociales y Comunidades Autónomas: hay un millón de desempleados hoy en nuestro país sólo con Estudios Primarios y, de ellos, 145.000 son jóvenes menores de veinticinco años; por tanto, darles una formación de calidad es darles oportunidades reales en el mercado de trabajo.

Como les decía, hemos trabajado con los interlocutores sociales en la reforma del modelo que estará en vigor el 1 de enero de 2015. Va a ser un cambio integral del modelo. Va a ir a libre concurrencia el 100 por 100 de los fondos. Contaremos con algo específico, que es la cuenta de formación que aprobamos en la reforma laboral, que es que los trabajadores tendrán, como hay hoy asociado un número de Seguridad Social a cada trabajador, una cuenta- formación donde se certificará y se sumará toda la formación que recibe un trabajador a lo largo de su vida. Con ello conseguiremos dos cosas: la posibilidad de que tenga un mejor empleo y un mejor salario a lo largo de su vida, y que se reenganche fácilmente y en mejores condiciones pronto al mercado de trabajo. La evaluación será continua, como se imaginan; y aumentaremos también los controles del sistema para que sean ágiles y evitemos el fraude.

En este tema quiero decir que hemos acordado establecer y crear una unidad especializada de Inspección de Trabajo para la formación, con el fin de que podamos ser más eficaces en la lucha de las malas prácticas. Además, vamos hacer un régimen sancionador más severo; por ejemplo, les pongo que una empresa o un proveedor de la formación que cometa irregularidades y fraude con el sistema, con las Administraciones Públicas, no volverá a ser proveedor, como mínimo, hasta los cinco años siguientes. Por tanto, en este tema también vamos a ser muy poco tolerantes.

También contaremos con esas nuevas herramientas: el portal único de empleo e, incluso, el cheque-formación para el desempleado. Los desempleados tendrán la oportunidad de que tengan un cheque, irán al proveedor de formación que más les guste y será la Administración, una vez certificada la formación, la que directamente pague a los centros acreditados a los que el trabajador se pueda presentar.

Contaremos para ello con un sistema integrado de formación, de tal manera que en tiempo real conoceremos todas las Administraciones Públicas los cursos que se están haciendo, los trabajadores que se están formando y la trazabilidad desde que se entra en el sistema formativo hasta que se certifica esa formación. Es un impulso decidido renovador que estoy segura que les va dar muchas oportunidades a tantos trabajadores que hoy tienen la esperanza de que trabajemos todos juntos --Comunidades Autónomas, interlocutores sociales y Gobierno-- por darles esa pronta activación, por ese corto tiempo de pasar de las listas del paro al empleo cuanto antes.