Sra. Báñez.- Hoy hemos presentado un informe al Consejo de Ministros en línea con lo que está siendo esta Legislatura, una legislatura de más oportunidades y más derechos y protección social para las mujeres en el ámbito laboral y de Seguridad Social; el primero, el derecho al empleo. Hoy podemos decir que hay casi noventa mil mujeres que trabajan en España que no lo hacían en el año 2011; por tanto, más empleo para las mujeres, que es el primero de todos los derechos por la igualdad.
El segundo, mayor conciliación y poder compatibilizar la vida laboral y la vida familiar. Hemos tomado en el ámbito del Ministerio de Empleo y Seguridad Social muchas medidas; entre ellas, una nueva regulación del contrato a tiempo parcial, que permite compatibilizar el trabajar y el hacerse cargo del cuidado de los hijos, si así se desea por parte de las madres; el teletrabajo, como una fórmula que también está ayudando a esa compatibilidad, y la reducción de jornada hasta doce años, equiparando lo que ya existía en el sector público, que ahora también tienen derecho a hacerla las madres que trabajan en el sector privado. También, por primera vez en España, permitimos que se concilie mejor por parte de las autónomas; un derecho muy reivindicado por las mujeres autónomas en nuestro país.
Por tanto, más derechos en el ámbito del empleo y también más protección social.
Quiero recordar aquí que uno de los grandes logros en el ámbito de la Seguridad Social en esta Legislatura ha sido la mejora de los derechos de las mujeres en el ámbito de aquellas que tienen un contrato a tiempo parcial, para los que se equipara su protección al régimen general. Ése fue un acuerdo de todos los grupos políticos y de los interlocutores sociales con el Gobierno, y ha sido también un avance importante en el ámbito de la Seguridad Social en esta Legislatura.
Pues bien, con ocasión de la presentación del Plan de Ayuda a la Familia, ya el ministro de Sanidad pudo presentar en el Consejo de Ministros, y ahora volvemos a presentar el informe definitivo que se remitirá la próxima semana al Pacto de Toledo, el complemento de pensión contributiva para reconocer, no sólo la contribución económica en nuestro país, sino también la contribución demográfica. Por primera vez España reconoce a las mujeres la contribución que han hecho por el número de hijos que aportan a la sociedad y, con ello, al sistema de pensiones.
El diagnóstico sobre este ámbito de Seguridad Social es claro: en nuestro país desciende la natalidad: de los 700.000 nacimientos que existían en 1976 a los 425.000 que tenemos en el año 2015; la tasa de fertilidad también ha disminuido: 1,27 hijos por mujer, cuando la tasa de reposición generacional es de 2,18; la edad de inicio de la maternidad es cada día más tarde: la media última está en 30,4 años; y el envejecimiento de la población también es evidente. La buena noticia es que cada día en España vivimos más --eso sí, viven más las mujeres, 90 años de media, frente a los hombres, con 85--; pero también es una realidad que el 30 por 100 de la población tendrá más de 65 años en el entorno de 2060, cuando hoy representan el 18 por 100.
Pero existe en nuestro país algo que queremos también poner de manifiesto en este informe, que es la brecha de género: siete de cada diez personas que trabajan a tiempo parcial son mujeres; las excedencias para el cuidado de hijos mayoritariamente la ocupan las mujeres en un 95 por 100 y, sin embargo, las mujeres son el 46,4 por 100 de los cotizantes, pero sus carreras de cotización son claramente inferiores a las de los hombres: las de los hombres están en una media de 40,6 y las de las mujeres, en 31,3 años.
Por eso, la pensión medida de todo el sistema es un 38 por 100 inferior para la mujer. En las nuevas altas en el sistema, la diferencia está en un 26 por 100 de pensión, en el ámbito de las mujeres, inferior al de los hombres. La pensión media de las nuevas altas para los hombres está cercana a los 1.500 euros, cuando las mujeres están en 1.099.
Por tanto, presentamos al Pacto de Toledo un complemento de la pensión para las trabajadoras, que reconoce lo que ya en 2011 quería el Pacto de Toledo, que es reconocer la maternidad y la dimensión de género en el sistema de Seguridad Social, y que, además, ha sido una recomendación del Consejo Europeo en su Estrategia para la Igualdad 2011-2020; por cierto, tema que se aprobará definitivamente en el Consejo de Luxemburgo del 18 de junio, al que asistirá también el Gobierno de España.
Por tanto, España se adelanta a la recomendación europea en políticas de igualdad en los sistemas de pensiones. Vinculado a las pensiones de jubilación, de incapacidad y de viudedad, a todas las pensiones, lo que pretendemos es un complemento del 5 por 100 por haber tenido dos hijos, un 10 por 100 por tener tres hijos y un 15 por 100 por haber tenido o tener cuatro o más hijos. La aplicación que va en la propuesta es a partir del año 2016.
Como les decía, el complemento reconoce esa aportación demográfica al sistema, además de la contribución económica, y va a beneficiar, sobre todo, a las mujeres que tienen salarios medios, que pertenecen a las clases medias, y, por tanto, tendrán jubilaciones medias, no a las que tienen más alta jubilación.
¿Potenciales beneficiarias? Para el año próximo estamos hablando de 123.357 mujeres que se podrían beneficiar y de aquí a 2019 el acumulado supera las 450.00 mujeres. Por tanto, ésos son los datos preliminares que tenemos.
Es una medida que en algunos países, sobre todo en Francia, existe de manera más similar: es el complemento del 10 por 100 de pensión, en este caso, de jubilación y viudedad, por haber tenido tres o más hijos. Existe algún otro complemento, como en Luxemburgo, que se puede añadir a la pensión de jubilación, que se concede a la madre, al padre o a la persona que lo sustituye, en el momento de la educación de los hijos. Y en Alemania hay algo similar, pero no es exactamente esto: se reconocen a todas las madres los períodos por educación de hijos, hayan cotizado o no, como períodos obligatorios de cotización.
Por tanto, estamos favoreciendo lo que es el gran principio de la Seguridad Social, ese contrato o ese pacto generacional que garantiza su funcionamiento, y en este caso la contribución demográfica, y no sólo la económica, en el ámbito de esa contributividad a futuras generaciones, y, con eso, la sostenibilidad a medio y a largo plazo del sistema porque, de verdad, lo que necesita el sistema, aparte de recursos económicos, son cotizantes en el futuro.