El Consejo de Ministros ha recibido un informe sobre el Marco Estratégico de Atención Primaria de Salud, que responde a la necesidad de afrontar y dar soluciones a los problemas y retos actuales de la Atención Primaria.
El Marco Estratégico para la Atención Primaria es el resultado de un proceso de reflexión y consenso iniciado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en noviembre de 2018 destinado dar un nuevo impulso a la Atención Primaria de Salud (APS) para que renueve su liderazgo como eje del sistema sanitario público.
Con ello se pretende dar respuesta a los nuevos retos asistenciales derivados del actual contexto sociodemográfico, epidemiológico, de evolución tecnológica, así como de las demandas de los profesionales y de la propia ciudadanía.
En este proceso de consenso han participado, a través de tres grupos de trabajo, los expertos designados por las consejerías de sanidad de las comunidades autónomas, profesionales sanitarios y usuarios.
El texto presentado en el Consejo de Ministros establece seis líneas estratégicas, 23 objetivos y 100 medidas para alcanzar una Atención Primaria de calidad, orientada a la ciudadanía, a hacer frente a la cronicidad, con alta capacidad de resolución y que potencie la continuidad asistencial.
Las medidas a corto plazo se iniciarán a lo largo de este año, las de medio plazo en 2020 y las de largo plazo en 2021.
La Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud (RedETS) será la encargada de trazar el mapa para evaluar la implementación e impacto del Marco Estratégico.
Las líneas estratégicas plasmadas en el documento pasan por reforzar el compromiso del Ministerio con el liderazgo de la Atención Primaria; consolidar una política presupuestaria y de recursos humanos que garantice la efectividad y la calidad de la APS; y mejorar la calidad de la atención y la coordinación con el resto de los ámbitos asistenciales, servicios e instituciones.
Además, establece reforzar la orientación comunitaria, la promoción de la salud y prevención en Atención Primaria; potenciar el uso de las tecnologías de la información; e impulsar la formación y la investigación.
Para ello, plantea una veintena de objetivos. Entre ellos, constituir una estructura operativa estable en el Ministerio para la coordinación y seguimiento del Marco Estratégico para la Atención Primaria de Salud; actualizar la cartera de Servicios; mejorar la financiación y la estabilidad en el empleo de la APS; fomentar el abordaje biopsicosocial desde la consulta de Atención Primaria y la promoción de la salud; y promover la mejora continua de la Historia de Salud Digital.
Entre las medidas que se pondrán en marcha este mismo año, el documento establece garantizar que las demandas de atención no urgente se atiendan en menos de 48 horas. Además, se actualizará la Estrategia de Cronicidad del Sistema Nacional de Salud y el impulso a otras Estrategias ya en marcha como la Promoción de la Salud y Prevención en el SNS o el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos.
Desde el punto de vista profesional, el Marco Estratégico determina para este mismo año el aumento del número de plazas acreditadas para formación de profesionales de APS y la oferta del 100% de las plazas acreditadas en las convocatorias anuales de acceso a plazas de formación sanitaria especializada.
Asimismo, el Marco Estratégico para la Atención Primaria establece una serie de medidas a iniciar a lo largo de 2020. Entre ellas, la aprobación de ofertas públicas de empleo con convocatoria y resolución, al menos bienal, con el objetivo de alcanzar progresivamente y mantener una tasa de temporalidad inferior al 8%.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, comunidades autónomas, profesionales y usuarios fijan el año 2022 como horizonte temporal para lograr que los cupos se sitúen en 1.500 pacientes en atención a adultos y 1.000 en pediatría. Las cifras pueden variar en función de distintos criterios (territoriales, demográficos, epidemiológicos o socioeconómicos).
El plan contempla además dimensionar las plantillas de los equipos de Atención Primaria y el impulso del uso de tecnologías que permitan el registro de datos clínicos en el domicilio del paciente y su volcado a la Historia de Salud Digital.