El Consejo de Ministros ha aprobado las normas de calidad de las aceitunas de mesa, las harinas, sémolas y otros productos de la molienda de los cereales, así como de la cerveza y las bebidas de malta.
Se actualiza, de este modo, la normativa nacional en materia de calidad alimentaria en estos sectores, teniendo en cuenta la legislación nacional e internacional, los intereses del sector y la nueva normativa sobre información alimentaria facilitada al consumidor.
Aceitunas de mesa
Su objetivo es fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico del sector, y contempla, en el caso de las aceitunas de mesa, la recolección mecanizada, los nuevos productos y las nuevas formas de elaboración, así como la indicación voluntaria de la variedad en el etiquetado.
Harinas, sémolas y otros productos de molienda de cereales
En la norma de harinas, sémolas y otros productos de la molienda de cereales se establece un marco que regula las condiciones que deberán reunir los productos destinados, tanto al consumidor final, como los vendidos de empresa a empresa para la preparación de productos.
También se incluye la actualización de las definiciones y la incorporación de nuevas denominaciones, destacando la "harina de trigo flor" y la "harina de trigo morena".
Cerveza y bebidas de malta
En la norma de la cerveza y de las bebidas de malta se establece la definición de la cerveza como alimento elaborado a partir de materias primas naturales. Se incorporan nuevos conceptos (mosto cervecero) y productos consagrados por el uso, pero no definidos hasta este momento (clara y bebida de malta).
Además, se actualizan las definiciones de los productos preexistentes, de los requisitos de la información alimentaria facilitada al consumidor y de los métodos analíticos aplicables a los distintos tipos de cerveza y bebidas de malta. Destaca la incorporación del concepto de "fabricación artesana" y la posibilidad de incorporar nuevos ingredientes, tales como frutas o especias.
Con la actualización de la normativa de calidad se consigue mejorar la competitividad del sector, garantizar la competencia leal entre los operadores y dotar de las mismas condiciones a todos los productores. Al mismo tiempo, se actualiza la normativa, adaptando las definiciones y denominaciones a las actuales tendencias de consumo, y se amplían los productos regulados.
De esta manera, el Gobierno continúa con su labor de modernización de las normas alimentarias, con objeto de crear un marco idóneo para la mejora de la competitividad de la industria alimentaria española y de diversificar la oferta de productos alimenticios en el mercado.