Sra. Calviño.- Sí, muchísimas gracias. Como todos los años en estas fechas el Gobierno ha actualizado su cuadro macroeconómico para la remisión del borrador de Plan Presupuestario para el año 2019 a la Comisión Europea.
Como bien saben, el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado todavía no se ha presentado, pero el trabajo está avanzado, y eso nos ha permitido proporcionar un gran grado de detalle en esta remisión a la Comisión Europea sobre las medidas acordadas.
Antes de entrar en el cuadro macroeconómico, sí me gustaría reforzar algunos de los mensajes que ha enviado ya la ministra portavoz, porque, en estos días estamos conmemorando, en efecto, el Décimos Aniversario del inicio de la crisis. Una crisis que ha tenido un alto coste, en términos de Cuentas Públicas, Estado de Bienestar, desigualdad y nivel de vida de una buena parte de nuestra sociedad, y las medidas que se incluyen en el borrador de Plan Presupuestario acordado hoy por el Gobierno suponen un punto de inflexión en el mensaje que se quiere trasladar desde la política económica.
En nuestra opinión, la acción del Gobierno puede y debe contribuir al bienestar de los ciudadanos y a construir una sociedad más justa. Se puede hacer una política económica responsable que conjugue disciplina fiscal con lucha contra la desigualdad. En otras palabras, la disciplina fiscal por sí sola, y, sobre todo, en un momento positivo del ciclo como en el que venimos viviendo, no justifica políticas que ahonden en la desigualdad o restrinjan derechos.
Y el borrador de Plan Presupuestario que hemos acordado hoy en el Consejo de Ministros cumple con los tres objetivos fundamentales de la política económica de este Gobierno.
En primer lugar, cumple con la disciplina fiscal. Por primera vez desde hace cuatro años, el déficit público va a bajar no sólo por la buena coyuntura económica, sino porque el Gobierno adopta políticas responsables, sentando las bases para un saneamiento permanente de nuestras cuentas públicas que no sólo se apoye en la situación cíclica. Y, por supuesto, en línea con los compromisos comunitarios.
En segundo lugar, cumple con los ciudadanos de nuestro país, porque este borrador de Plan Presupuestario recupera la función redistributiva de la política fiscal, con medidas de gasto que no son sólo socialmente justas, sino que también son económicamente productivas, como muy bien han señalado. Y ello, financiado con una estructura impositiva más progresiva. En definitiva, más justa.
Y en tercer lugar, cumplen con la sostenibilidad a largo plazo de nuestra economía. Este borrador de Plan Presupuestario supone que por primera vez desde 2007, España en 2019 va a registrar un superávit fiscal primario. Esto es excluyendo los costes de la deuda pública. Y esto implica que la deuda pública va a comenzar a reducirse por fin a un ritmo significativo, lo que nos va a permitir recuperar margen fiscal y crear un colchón de ahorro, para estar mejor preparados para cuando vengan tiempos más difíciles.
Hace diez días comparecí ante ustedes para analizar la evolución de los indicadores más recientes de actividad económica, y estos elementos que expuse en detalle, junto con el impacto de las medidas de política económica hoy acordadas, cristalizan en el nuevo cuadro macroeconómico del Gobierno que presento a continuación.
Como recordarán, de mi reciente comparecencia, aquí, ante ustedes, presenté las previsiones de crecimiento de la economía española de los principales organismos económicos nacionales e internacionales.
Las previsiones se sitúan, de forma consensuada, en una horquilla de aumento del Producto Interior Bruto entre el 2,6 y el 2,8% para 2018, y entre el 2,2 y el 2,5% para 2019.
Como verán, las nuevas previsiones de crecimiento del Gobierno de 2,6% para 2018 y el 2,3% para 2019 suponen una ligera revisión a la baja, con respecto a lo que preveíamos en el mes de julio, dentro de la horquilla que ya veníamos manejando.
Nuestro cuadro macro está regido por el principio de prudencia de las previsiones. Como ven, en esta diapositiva, tanto para 2018 como para 2019 nuestras previsiones están en los límites inferiores de los rangos de previsión que manejan los principales organismos nacionales e internacionales.
Y esta prudencia es importante porque las previsiones macroeconómicas prudentes acompañarán a previsiones fiscales prudentes, y, por tanto, una mayor probabilidad de cumplir los objetivos de déficit público sobre los que estamos trabajando.
La siguiente diapositiva nos permite poner las previsiones de crecimiento económico en un contexto temporal más amplio, y como he venido explicando en reiteradas ocasiones, y como se recoge en los informes de los organismos internacionales --el más reciente de ellos ha sido el del Fondo Monetario Internacional-- España se encuentra en una fase positiva del ciclo, que alcanzó su punto máximo de crecimiento en 2015. Desde entonces, se han venido manteniendo tasas de crecimiento robustas por encima de la media de los países de nuestro entorno y de la media de la Unión Europea, con unas tasas de crecimiento, como decía, robustas, pero que se han ido progresivamente moderando. De forma absolutamente coherente con la madurez del ciclo económico e integrando, por supuesto, las previsiones de menor crecimiento mundial de los principales organismos internacionales.
De hecho, como ven en la siguiente diapositiva, en la siguiente tabla, la revisión a la baja del crecimiento, tanto en este año como en el año próximo, se asocia principalmente al comportamiento menos favorable de lo inicialmente previsto de la demanda externa, que pasa de tener una contribución negativa en 2018, frente a la contribución positiva que habíamos previsto en el mes de julio.
También, para 2019 nuestras previsiones de contribución de la demanda externa se han ajustado a la baja. Esto se deriva del menor crecimiento de los mercados españoles de exportación. No en vano, el Fondo Monetario Internacional --como señalaba-- acaba de publicar en su "Informe sobre Perspectivas Globales", una revisión a la baja del crecimiento global, del crecimiento mundial, de dos décimas para este año y el que viene, situándolo en el 3,7% en ambos casos.
De nuevo, con una aproximación prudente, por nuestra parte, nuestra estimación actual es que en 2018 los mercados españoles de exportación estarían creciendo en el entorno del 3,6%, frente a la previsión del 4,5% que teníamos en nuestras previsiones de julio.
También hemos incorporado hipótesis más duras sobre el precio del petróleo y el crecimiento en la Unión Europea.
Además del impacto de los mercados mundiales, también hemos integrado los cambios en las cifras de contabilidad nacional trimestral publicada por el INE el pasado 28 de septiembre y sobre las que informé de forma detallada la última vez aquí en esta misma sala. Como saben, la tasa de crecimiento intertrimestral del primer trimestre de 2018 se ha revisado a la baja ligeramente, y eso repercute negativamente en las previsiones de crecimiento de la economía española para el ejercicio en curso. Y estos dos elementos son los que explican la revisión de las previsiones que incluimos en este nuevo cuadro macroeconómico para 2018 y 2019.
Dos apuntes finales sobre el cuadro, teniendo en cuenta la inflación: la tasa de expansión del PIB nominal se prevé que sea del 3,9% este año, y 4,1% el año próximo.
Y, finalmente, quiero señalar que estimamos que las medidas incluidas en el borrador de Plan Presupuestario, que detallará la ministra de Hacienda en un momento, tendrán un impacto neutro en el crecimiento real de 2019. Estas estimaciones del Gobierno han sido trasladadas, naturalmente, a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, que publicará su valoración del cuadro macroeconómico a lo largo del día de hoy.
Un último apunte con respecto a la discusión que hemos tenido en el Consejo de Ministros esta mañana, son los principales parámetros presupuestarios. Los principales elementos del borrador del Plan Presupuestario que enviaremos en el curso del día a las instituciones comunitarias.
El cuadro macro, prudente y realista, como he señalado, recoge las medidas de política económica adoptadas por el Gobierno, la mayoría de las cuales tiene un impacto fiscal, pero no todas. El impacto fiscal se resume en esta diapositiva. El Gobierno prevé una reducción del déficit público en nueve décimas, hasta el 1,8% del PIB en 2019. Este objetivo de déficit no pone en peligro ni el crecimiento económico, ni la creación de empleo. De hecho, como he explicado hace un momento, el impacto es neutral, sobre nuestras previsiones de crecimiento real del Producto Interior Bruto en el ejercicio 2019.
Es un mensaje muy importante, dado que esta es la prioridad fundamental de este Gobierno, mantener la senda de creación de empleo, como ha señalado ya la ministra portavoz.
Además, este objetivo de déficit permite acelerar el ritmo de reducción de la deuda pública, --voy a dar un poco más de detalle en un momento--, y la composición del ajuste que se ha diseñado supone que cae levemente el ratio de gasto público sobre el PIB del 41,2% al 40,9% en 2019. Es decir, que el gasto aumenta, pero de manera controlada, y, en todo caso, por debajo del crecimiento previsto del PIB nominal. Y de la misma manera, sube la ratio de ingresos sobre el PIB del 38,5% en 2018 al 39,1% en 2019. Aproximándose, poco a poco, a la media comunitaria.
Dentro del Gasto es importante señalar el esfuerzo en los ámbitos de educación y ciencia fundamentales para aumentar el capital humano y la productividad, claves, por tanto, para la convergencia real de nuestra economía, y la sostenibilidad del crecimiento a medio plazo. La ministra dará más detalles en este ámbito.
Reducir el déficit hasta el 1,8% del PIB en 2019 supondrá que España logrará un superávit primario --como les he indicado-- excluyendo los costes de la deuda en 2019 de en torno a 0,5 puntos porcentuales del PIB, por primera vez desde el año 2007. Y esto implica que la deuda no va a bajar solo por efecto del ciclo económico, sino que los esfuerzos de la política económica se van a sumar a la buena coyuntura para acelerar el ritmo de reducción de nuestra deuda pública.
Como consecuencia de ello, la deuda pública bajará en los años 2018 y 2019 prácticamente el doble que lo que ha venido haciendo en 2015, 2016 y 2017. La bajada previstas en 2019 es de un punto porcentual y medio; es decir, que bajaríamos desde el 98,1% de finales de 2017, hasta el 95,5% a finales de 2019. Y esto es absolutamente fundamental, porque como indico en cada una, todas y cada una de mis intervenciones públicas, sanear nuestras cuentas públicas pasa de manera inexorable por reducir nuestros elevados niveles de endeudamiento público.
Además, el déficit del 1,8% en 2019 supone un esfuerzo estructural en el entorno del 0,4 puntos porcentuales del PIB, lo cual significa, de nuevo, que el déficit público se va a corregir, no sólo por la buena marcha de la economía, sino también porque desde el Gobierno vamos a tomar medidas responsables para que el saneamiento sea permanente, y, por tano, aumentar la sostenibilidad y la solidez de nuestras cuentas públicas para el futuro.
Y, finalmente, el ajuste estructural que subyace al objetivo de déficit da cumplimiento a las obligaciones de España, dentro del brazo preventivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
El Gobierno prevé que el déficit público cierre en 2018 en el 2,7% del PIB, por debajo de la referencia del 3% del brazo correctivo del Pacto de Estabilidad, y esto implica que a partir del año próximo España estará sujeta al brazo preventivo de ese mismo pacto cuyos requerimientos son de ajuste estructural y cuyos requerimientos se ven satisfechos con el objetivo del 1,8% de déficit que he explicado.
En suma, el borrador del Plan Presupuestario que ha sido hoy formalmente presentado al Consejo de Ministros es responsable, realista, alineado con los compromisos asumidos con nuestros socios europeos, y enmarca una política económica orientada a mejorar la vida de las personas.
Muchas gracias.