Muchas, muchas gracias, ministra, y muchas gracias a todos. Buenos días, buenas tardes ya.
Voy a introducir algunos de los asuntos que hemos tratado en el Consejo de Ministros esta mañana, que tienen particular incidencia en dos ámbitos, sensibles, clave, determinantes, no solamente para el bienestar de las personas y de la economía, también para la consolidación de lo que podríamos llamar autonomía estratégica de España, en relación con, quizá, los dos elementos sistémicos más importantes desde el punto de vista de la realidad del día a día. Agua y energía.
Empiezo, en primer lugar, por darles cuenta de la aprobación, por parte del Consejo de Ministros, del Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica en el Horizonte 2026.
La planificación de redes, que marca la hoja de ruta de inversiones de red eléctrica de España, la planificación que representa la columna vertebral del Sistema Eléctrico Nacional para los próximos años.
Una planificación que es vinculante, que es fundamental para ordenar el crecimiento respetuoso de la energía renovable en nuestro país y permitir el desarrollo de actividades económicas tan importantes como el transporte ferroviario.
Quizá son los dos elementos que explican aquellos aspectos que determinan el mapa de donde irán, donde se ubicarán los despliegues más importantes de la red eléctrica, junto con el impulso a los centros de datos de telecomunicaciones, que son, también, un factor clave y novedoso en el despliegue de esta nueva Planificación.
Fue lanzada por el Gobierno en marzo de 2019, se han incorporado las referencias más importantes, como son el respeto al entorno natural como principio básico, desde el mismo inicio de los trabajos preparatorios, de hecho, la evaluación ambiental estratégica ha avanzado en paralelo a su elaboración para hacer más rápida la aprobación definitiva del texto, contando con una participación pública muy importante, más allá de lo exigido por la legislación.
La aprobación representa, por tanto, la culminación de meses, de años de trabajo, cuyo fruto ya fue presentado en la Comisión para la Transición Ecológica del Congreso el pasado mes de febrero.
Incluye dos criterios novedosos en relación con los anteriores planes de inversión de red eléctrica.
En primer lugar, dar prioridad a la generación renovable en áreas óptimas, con elevados recursos y menor impacto ambiental, como señalaba antes.
En segundo lugar, maximizar el uso de las redes existentes, renovando y ampliando su capacidad, gracias a nuevas tecnologías como son las baterías. Pensemos que el almacenamiento, las baterías. son determinantes para una buena gestión, una buena integración de la energía renovable en nuestro sistema eléctrico.
Así que, no solo planteamos nuevas redes de transporte, cuando la ampliación y adaptación de las líneas existentes no sea capaz de dar respuesta a las nuevas necesidades, se convierte en una necesidad, pero, sobre todo, partimos de una premisa fundamental, aprovechar al máximo las redes existentes.
Se mejorarán 8000 kilómetros de redes, frente a los 2700 de nuevas líneas y 700 kilómetros de conexiones submarinas, en virtud de una inversión de casi 7 mil millones de euros, repartido por todo el territorio, con especial énfasis en los dos archipiélagos, que están comprometidos con ser islas 100% renovables, en un horizonte temporal alejado, pero que requieren de infraestructuras fundamentales para poder gestionar adecuadamente este compromiso.
La inversión recalará, sobre todo, en bienes y servicios de la industria eléctrica nacional, lo que permitirá crear más de 78 mil puestos de trabajo cualificados y de calidad, y entre las actuaciones previstas destacan también varias interconexiones eléctricas con los países vecinos. Las más importantes, obviamente, son las interconexiones con Francia, cruzando las aguas del Golfo de Vizcaya, culminar alguna interconexión, todavía en camino, en Portugal y el crecimiento de la interconexión con Marruecos.
Gracias a la planificación, el peso de las energías renovables en nuestro país pasará del 46% actual, que ya nos coloca en la cabeza de los países de la Unión Europea, hasta cerca del 70% en 2026, reduciendo la generación con centrales de gas, que están sometidas, como saben ustedes, a la volatilidad de las cotizaciones internacionales en este momento tan tenso, tan complicado y tan estresado para la energía.
En conjunto, el ahorro que proporcionará al sistema eléctrico, en un contexto normal, no excepcional como el que estamos viviendo, se estima en 1600 millones de euros anuales ahorrados.
En un contexto como este, que esperamos no se prorrogue demasiado en el tiempo, supondría un ahorro adicional mucho más importante.
El segundo elemento que quiero presentar es la hoja de ruta del biogás, otra herramienta fundamental para la planificación energética, en este caso, de carácter indicativo, que prevé multiplicar por casi cuatro la producción de gas de origen renovable en nuestro país, hasta el final de la década, y la situación actual, en la que Europa sufre el impacto de la dependencia del gas ruso, la apuesta por el biometano, por los gases renovables, cobra particular importancia. El biogás puede sustituir al gas de origen fósil, y requiere una mezcla, en estos momentos, también en la conducción, en el transporte, que nos permite el poder reducir la importación de gas natural.
La hoja de ruta plantea aprovechar el biogás para producir electricidad y calor útil para la industria, para el transporte pesado y para ser inyectado en los gasoductos, una vez transformado en biometano.
Ya hay en tramitación, de hecho, una orden ministerial que regula las bases de las convocatorias para otorgar 150 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a proyectos singulares de biogás, algo, por tanto, que esperemos sea una realidad cada vez más presente en nuestro día a día.
El tercer elemento que quería introducirles es de la sesión del Consejo de Ministros de hoy, que coincide con el Día Mundial del Agua, es la aprobación del Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica, que permite que el ciclo hidrológico, que el ciclo del agua, cuente con un mayor grado de digitalización.
El PERTE de digitalización del ciclo del agua es fundamental, es clave. Decía antes que el agua y la energía son elementos determinantes de nuestro bienestar, con alto contenido económico, en lo que representan una parte muy importante del conjunto de las actividades, también desde el punto de vista de la industria, los servicios, el bienestar de los hogares y las ciudades.
El agua es tan importante y sistémica, y la gestión del ciclo del agua integral en todos sus aspectos es tan determinante en nuestro bienestar, que se calcula que incide en alrededor de 1/3 del Producto Interior Bruto de nuestro país.
Este es el tercer programa, Plan Estratégico que presenta el Ministerio de Medio Ambiente, en tres aspectos absolutamente claves para la modernización de la estructura económica del país: renovables, almacenamiento de hidrógeno, economía circular y agua digital.
Nace de la constatación del creciente impacto del cambio climático en nuestro país y su incidencia en los recursos hídricos y la disponibilidad de agua en los próximos años, se estima que sufriremos una reducción de alrededor del 25% de los recursos hídricos, debido, precisamente, al calentamiento y a la alteración del régimen pluviométrico.
Este proyecto, por tanto, implica una completa modernización del ciclo del agua, que es clave para la mejor gestión de estos recursos, para avanzar en una gestión eficiente y sostenible, que nos permita adaptarnos, con garantías, a los efectos del cambio climático, en el conjunto de la sociedad y de la economía.
Hay tres herramientas fundamentales, la digitalización, la innovación y la formación de los profesionales, y se apoya sobre la capacidad que tienen nuestros sectores industriales en el ámbito del agua, para poder aportar soluciones enormemente eficientes. Junto con algunos otros países de la cuenca mediterránea, somos, quizá, una de las potencias más importantes en materia de industria y servicios del agua.
El PERTE cuenta con una dotación pública de 1940 millones de euros con cargo a Fondos Europeos y con cargo al presupuesto ordinario del Ministerio, así como con la capacidad de movilizar otros 1000 millones de euros adicionales de capital privado, de modo que la inversión total, en mejorar la gestión y la calidad del agua, estará alrededor de los 3 mil millones de euros, que se repartirán entre los distintos usos del agua.
Cuenta con cuatro grandes objetivos.
En primer lugar, mejorar el conocimiento real de los usos del agua por sectores, por tipo de recurso, para lograr una gestión más integrada y eficiente.
En segundo lugar, facilitar una gestión más transparente, modernizando la capacidad de gestión de los organismos de cuenca, pero también ofreciendo una mayor información para los usuarios finales.
En tercer lugar, ayudar a cumplir los objetivos ambientales, fijados para las distintas masas de agua, hacer un seguimiento cercano, próximo, a la calidad de cada una de las masas de agua.
Y en cuarto lugar, evidentemente, generar empleo de alta cualificación técnica, propiciando la inversión en I+D+I y las oportunidades de negocio, dentro y fuera de España.
Y en este sentido, el impacto de las industrias asociadas, desde los gestores del ciclo del agua, públicos y privados, hasta las ingenierías, las telecomunicaciones y los productores de infraestructuras, rondan los 3500 empleos de alta cualificación técnica adicionales a los que hoy trabajan, las personas que hoy trabajan en el ámbito del agua.
El ciclo urbano, el regadío, los usos industriales, el seguimiento hidrológico, las entidades colaboradoras de la administración hidráulica, se verán beneficiados de estas líneas en este programa de digitalización integral del ciclo del agua.
Nos permitirá reducir los consumos y las pérdidas de volúmenes hídricos intolerables en un horizonte de creciente escasez, por tanto, favoreciendo una mayor equidad y una mayor eficiencia en un recurso que siempre, por definición, es escaso.
Los contadores inteligentes, internet de las cosas, los análisis de Big Data, la sensorización, la modelización, son herramientas clave para facilitar el monitoreo del consumo, prevenir y detectar roturas, fugas, ineficiencias en las redes, el control de la humedad y la conductividad del suelo, que permitirán dosificar mucho mejor el uso de fertilizantes y aumentar la producción agrícola, o a las autoridades de cuenca, facilitarles la tarea de gestión, pero también de vigilancia con respecto a la disciplina del agua.
Este PERTE comprende actuaciones en cuatro líneas de actuación clave.
Por un lado, mejorar la gobernanza en materia de gestión de los usos de agua, donde destaca la creación del Observatorio de Gestión del Agua en España y el sello de Gestión Transparente.
En segundo lugar, la digitalización de los organismos de cuenca, con la implantación de registros de aguas electrónicos, la creación de un portal de avisos, la conectividad con los avisos y la modelización de la Agencia Estatal de Meteorología y los programas específicos, para digitalizar todo el ciclo de seguridad de presas y embalses.
En tercer lugar, el acompañamiento a los usuarios, para facilitar el ciclo urbano, en primer lugar, pero también, evidentemente, a usuarios finales tan importantes como son los regantes, pensemos que la factura de media al año en el ciclo urbano del agua, en la gestión del ciclo urbano del agua, supera los 7600 millones de euros, y las pérdidas de agua potable ya tratada en nuestras redes de distribución están alrededor del 23% en promedio.
De hecho, nos parece que un país amenazado por los impactos de una menor disponibilidad de recursos hídricos, no puede permitirse el lujo de perder el 23% del agua potable en su red urbana. Por lo tanto, reducir estas pérdidas en al menos un 10% para el año 2030, es un objetivo que consideramos indispensable, y la digitalización de las infraestructuras nos ayudará a ello.
Y, por último, creemos que es capital facilitar la formación, la innovación en las competencias digitales, en la vigilancia, en la gestión, en el mejor uso de la administración del agua.
Creo que este PERTE, junto a las reformas en la planificación en materia de energía y electricidad que aprobamos, expresa la vocación transformadora de este Gobierno, prestando particular atención, como decía, a aquellos recursos estratégicos escasos, pero, además, gestionados por profesionales y con un sector industrial y económico enormemente potente, con una cualificación profesional en nuestros jóvenes, que ofrece un horizonte de empleo sumamente interesante, y que sienta las bases sólidas y efectos positivos a corto, medio y largo plazo en beneficio del conjunto de la sociedad española. Muchas gracias.