Buenas tardes.
La mejor forma de constatar la gran ambición de la Reforma Laboral que acaba de describir la vicepresidenta Yolanda Díaz, es revisar las disfuncionalidades que tiene y que ha tenido singularmente en nuestro mercado de trabajo y que han afectado negativamente a tantos españoles durante tanto tiempo.
La primera disfuncionalidad es tasas de desempleo permanentemente muy elevadas, y una de las causas de ese desempleo elevado es el desajuste entre lo que ofrece el mercado de trabajo y las capacitaciones de los trabajadores y las trabajadoras.
Y aquí, en esta reforma, se pone un énfasis particularmente grande en la formación, la formación y sobre todo la formación dentro de la empresa, es una asignatura pendiente en nuestro mercado de trabajo, en gran medida, y en muchas de las disposiciones de esta norma se pone el énfasis en la formación, ya ha hecho referencia a la vicepresidenta, por ejemplo, en el contrato que ahora se pone de manifiesto para el sector de la construcción, es un ejemplo, pero otro ejemplo es utilizar los periodos de inactividad, cuando los trabajadores están en las distintas modalidades de ERTE, para que esos periodo de negatividad se utilicen para formarse. Hay que invertir más en formación. Las empresas tienen que invertir más en la formación de los trabajadores y los trabajadores en ellos mismos.
La norma contiene incentivos públicos para que eso sea así, en distintas disposiciones y en distintos elementos de la norma que invito a seguir.
Y esta es, de hecho, es la mejor forma de conseguir mejores empleos, los mejores empleos hay que conseguirlos a través de conseguir mejor cualificación, y eso da lugar a mejores trabajos, a trabajos más productivos y a mejores salarios.
Y ahora hay que dejar atrás la idea de que España tiene que competir a través de la devaluación salarial, tiene que trabajar a través de tener trabajadores más cualificados y con mayor capital humano, y esta norma contiene muchos elementos en esta dirección.
La segunda anomalía o disfuncionalidad de nuestro mercado de trabajo, que se ha referido a la vicepresidenta, es la precariedad.
La precariedad se aborda de una forma extensísima, con una reforma muy ambiciosa de todas las modalidades contractuales en España. Pero además hay una segunda dimensión de la precariedad, que tiene que ver con los contratos de altísima frecuencia, dentro de los contratos temporales.
Piensen ustedes que el 40% de los contratos tienen 5 o menos días en España.
El modelo de desincentivos para que eso ocurriera no funcionaba bien, lo hemos examinado y en la norma se contienen en un nuevo rediseño, con una tasa fija, que estamos convencidos, tiene que crear los incentivos adecuados para que este recurso a contratos de altísima frecuencia, que es una anomalía en España, deje de ocurrir.
La tercera disfuncionalidad de nuestro mercado de trabajo, bien conocido, es el exceso de recurso al despido. El despido tiene que ser la última opción y tenemos que tener un marco laboral para que eso sea así. Y eso lo hemos ido demostrando entre todos durante la pandemia, durante la pandemia, frente a la expectativa de todos, recuérdese aquellas tasas de paro del 25% que nos anticipaban todos los organismos internacionales, todos los especialistas económicos, simplemente, trasladaron la idea de que España lo que va a hacer es despedir masivamente ante una perturbación de esta dimensión.
No ha sido así, no ha sido así. Y la tasa de desempleo ahora está a los niveles prepandemia y los niveles de empleo están a niveles prepandemia. Y eso ha sido así porque, con el acuerdo permanente con los agentes sociales, hemos ido desarrollando unos mecanismos de flexibilidad interna, que han funcionado extraordinariamente bien, y lo han ido haciendo cada vez mejor a medida que los hemos ido mejorando.
Pues bien, todo eso que hemos ido aprendiendo durante la pandemia con los agentes sociales, se advierte en esta norma, se moderniza todos los mecanismos de flexibilidad interna y se profundiza mucho más.
A nivel de empresa, los llamados, los ERTEs a nivel de empresa, se simplifican los procedimientos para que se puedan poner en marcha a nivel de empresa. En el caso de la fuerza mayor y en el caso también de que se produzca una insuficiencia temporal de demanda.
Y después tenemos lo que hemos venido a llamar el mecanismo RED, que es un mecanismo que, de alguna forma, traslada lo que hemos estado haciendo durante la pandemia y que es que, ante una perturbación ya mucho más sistémica a nivel macroeconómico, tengamos un mecanismo que crea los mimbres para que se protejan las rentas salariales y se proteja el tejido productivo, mientras dura la perturbación.
La norma lo desarrolla con detalle y con la involucración de los agentes sociales y por supuesto, del Consejo de Ministros, que es lo que tiene que establecer las exoneraciones, se establecen exoneraciones de partida, de referencia, en las distintas modalidades.
Y también introduce una novedad, que es lo que hemos llamado el ERTE sectorial.
Puede producirse, en determinadas circunstancias, en algún sector, como resultado de la necesidad, una reestructuración de un cambio tecnológico, una situación transitoria en la cual haya que proteger también el tejido productivo y los trabajadores e intentar que el recurso al despido sea de nuevo el último recurso y por lo tanto, desarrollamos el ERTE sectorial, adicionalmente al ERTE que hemos llamado cíclico, y a los ERTEs a nivel de empresa.
Y por terminar, la última característica, la disfuncionalidad del mercado de trabajo que es común a las tres anteriores, es que nos desenvolvemos un entorno de enorme incertidumbre. La incertidumbre la produce la precariedad, la incertidumbre la produce el alto desempleo, la precariedad la produce el recurso excesivo al desempleo, pero también la incertidumbre la ha producido el hecho de que hemos tenido marcos laborales que no se han consensuado con los agentes sociales.
Este es el primer acuerdo que se alcanza desde hace 15 años, desde el año 2006. Igual que hemos hecho con las pensiones, que hemos invertido 10 años para que hubiera un acuerdo en el Pacto de Toledo, y para que hubiera un acuerdo con los agentes sociales, como ocurrió en julio, han tenido que pasar 15 años para tener un nuevo marco de relaciones laborales, acordado completamente con los representantes de los sindicatos, y con los representantes de los trabajadores, los sindicatos y los representantes de las empresas.
Me uno al agradecimiento a estos representantes, a los sindicatos y a Comisiones Obreras, a UGT, a la CEOE y CEPYME, por la amplitud de miras que han tenido durante toda esta negociación, por su generosidad, por su dedicación para abordar una reforma que, como todos ellos han reconocido, es de una extraordinaria complejidad, ambición y extensión. Y también me uno, por supuesto, como ha hecho la vicepresidenta, a los equipos de los distintos ministerios dentro del Gobierno, que han trabajado también con una abnegación, con una dedicación extrema para que esto pueda haber visto la luz hoy. Muchas gracias.
Portavoz.- Gracias, ministro. Ministro, cuando quieras.