Intervención de Teresa Ribera

19.1.2021

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Muchas gracias, querida ministra por esta introducción.

Yo quisiera empezar mi intervención subrayando lo excepcional de la situación que hemos vivido estas dos semanas. 2021 ha comenzado con dos fenómenos meteorológicos adversos consecutivos que han hecho historia al ser tomados en consideración conjuntamente, Filomena la sexta borrasca de gran impacto de la temporada 2020-2021 que a su paso ha dejado nevadas excepcionales, inmediatamente seguida por una ola de frío récord.

La nieve caída en Madrid del 8 y el 9 de enero ocasionada por Filomena es la peor en cien años por intensidad en 24 horas y espesor acumulado. Son los datos que maneja la Agencia Estatal de Meteorología. Oscilaron entre los 25 y 45 centímetros en función de los distritos con mayor acumulación, en los distritos del sureste de la capital y la ola de frío posterior transformó buena parte de la nieve en hielo y dio paso a temperaturas mínimas muy destacadas, especialmente el día 12 de enero, momento de máxima afectación del episodio de frío extremo y dejó algunas efemérides que nos quedarán marcadas. Por ejemplo, La noche más fría en la comunidad de Madrid desde 1963, ocho capitales de provincia con temperaturas mínimas por debajo de -10º o la temperatura más baja de -25,4º en la localidad turolense de Bello.

A partir de mañana, la llegada de sucesivos frentes atlánticos traerá, viento, lluvia y un aumento de temperaturas, provocando una progresiva fusión de la nieve acumulada durante estos días y, por tanto, debiendo prestar particular atención al caudal de los ríos, especialmente en aquellos en las cuencas del Tajo, el Duero y el Ebro. El Ministerio, a través de los sistemas automáticos de información hidrológica y en estrecha colaboración con Protección Civil, va haciendo un seguimiento para paliar esta incidencia.

Este episodio refuerza la inquietud por los efectos del cambio climático. Es congruente con las advertencias de los climatólogos sobre la intensidad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos adversos y, sobre todo, nos enseña la importancia de contar con un buen sistema de observación, predicción y alerta, y la importancia de estar preparados, de ser resilientes, de tener capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático.

¿Qué ha supuesto Filomena? Muchas cosas, hemos venido informando al respecto y la ministra acaba de hacer un relato pormenorizado de algunas de las conclusiones y respuestas que hemos dado desde el Consejo de Ministros. Ha supuesto daños en equipamientos, ha supuesto daños en zonas verdes y en el arbolado, con roturas y daños parciales e incluso pérdida de muchos ejemplares, lo que supone un deterioro de la infraestructura verde urbana. Va a requerir nuestra atención. Son infraestructuras capitales para mitigar el efecto isla de calor, tan frecuentes, tan terrible en verano.

Pero no solamente ha supuesto esto. Otra de las alarmas más extendida en estas dos semanas ha sido el incremento del precio de la luz. Por ello, es importante que entendamos que es lo que ha ocurrido, qué incidencia tiene en nuestras facturas, qué coberturas hay para las personas más vulnerables y qué más podemos hacer a partir de esta situación.

Déjeme que empiece compartiendo con ustedes qué ha pasado desde el punto de vista físico, qué ha pasado desde el punto de vista de los suministros. Me gustaría destacar, en primer lugar, que la reacción del operador del sistema de gas, facilitando la activación inmediata de las reservas del sistema gasista, facilitando la incorporación de nuevos suministros en un momento de demanda récord de gas en nuestro país y en otros mercados mundiales, ha permitido el poder cubrir toda la demanda de nuestros hogares y de los sistemas industriales o el sistema eléctrico. El operador del sistema eléctrico ha estado atento 24 horas al día para mitigar al máximo, prevenir incidentes. Lo sabía, pero es importante destacar que en pequeña medida y no en proporción a lo que ha sido la incidencia meteorológica de estos días.

Los datos más significativos con respecto a la incidencia de gas tienen que ver, por un lado, con la lenta incorporación de la demanda, perdón, de la oferta de gas procedente de Argelia en relación con el incremento acelerado de la demanda en nuestro país o la alta demanda de los mercados asiáticos. Se trata de una materia prima demandada, dependiente de mercados internacionales y esto ha generado tensiones importantes en precios, pero también incluso, en el desvío de barcos metaneros con destino, en principio en nuestro país y que fueron desviados a países asiáticos.

Hemos visto como en relación con la garantía de suministro eléctrico en nuestros hogares entre el 8 y el 12 de enero se han documentado alrededor de 15.000 episodios de corte, sobre todo en Madrid, Toledo y en menor medida en Aragón y Cataluña. Y la duración de esos Cortes de suministro ha dependido fundamentalmente de la dificultad de acceso a los puntos de recuperación y ha requerido el instalar generadores de emergencia en algunas ocasiones.

También tuvimos un pequeño incidente, que afortunadamente no fue a más, en la interconexión con Francia a mediodía del día 8 de enero. Como digo, afortunadamente, gracias al trabajo de los técnicos pudo recuperarse rápidamente y no tuvo más trascendencia.

La segunda reflexión tiene que ver con cómo se forman los precios. En nuestro mercado eléctrico, como ocurre en el mercado eléctrico de todos los países europeos, con arreglo al derecho europeo, con arreglo al mercado interior de electricidad, el precio lo fija, en este mercado mayorista, el megavatios marginal, el último que entra en el sistema y a partir de ahí todas las ofertas que se fijan hora a hora, reciben la misma retribución que coincide con el coste marginal de ese último megavatios del sistema.

Importa, por tanto, los eventos puntuales, pero, sobre todo, a la hora de entender qué significan nuestra factura, importa entender cómo evoluciona en un período de tiempo un poco más amplio que cada hora o cada día. Cómo evoluciona ese coste marginal a lo largo de meses, es el dato que nos debe llamar particularmente la atención, porque es el que nos da una indicación clara de qué va a significar en nuestros hogares.

Puede haber fluctuaciones de un día para el otro. Puede haber horas en las que el precio es más alto o es más bajo que la hora inmediatamente anterior o posterior, o de un mes a otro, puede haber modificaciones, pero lo importante, como digo, es poder ver la tendencia, poder distanciarse para poder apreciar qué significa, cuál es la incidencia real en nuestra factura.

Es imprescindible tomar como referencia la evolución en el trimestre o en las anualidades. Un dato aislado, importante, significativo, que nos genera preocupación, es un dato que, sin embargo, puede distorsionar la foto de conjunto de lo que debemos pagar o aquello a lo que debemos prestar atención.

Si hacemos este ejercicio de tomar una cierta distancia, vamos a encontrarnos otras variables muy importantes. Vamos a encontrarnos datos tan importantes como el hecho de que la progresiva incorporación en nuestro sistema energético de tecnologías con costes variables bajos, próximos a cero, o la reducción del consumo, que evidentemente debe ser debido al ahorro y a la eficiencia, aunque en el año 2020 la reducción del consumo haya alcanzado una caída adicional del 6% como consecuencia de la demanda hacia abajo asociada al COVID, nos vamos a encontrar con datos significativos, con datos importantes que debemos poner de manifiesto.

En poco más de dos años, el precio de la energía, entre 2018 y 2020, ha caído un 40%. Este no es el único elemento que se incluye en nuestra factura, junto al precio de la energía, debemos sumar los costes fijos del transporte, de la distribución de los contadores. Debemos sumar los impuestos. Debemos sumar los costes históricos que se han ido acumulando en nuestra factura y que el Gobierno ha propuesto, hace escasas semanas, sacar de la factura y crear un Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico que pueda reducir de forma significativa la factura final del consumidor eléctrico.

El impacto real de este episodio, de estos primeros 15 días de enero, muestra una incidencia en nuestra factura en una horquilla entre 4 y 10 euros para aquellos usuarios acogidos a la tarifa regulada de precio voluntario para el pequeño consumidor. Esto es 10,7 millones de hogares. Es la tarifa más competitiva, la más estable. Es la que ha permitido que aquellos consumidores que han contratado este tipo de tarifa para poder recibir el suministro de luz hayan visto una reducción en su factura final próxima al 17% en dos años, han ahorrado más de 120 euros en 2020 con respecto a 2018. A ello aspiramos a sumar una reducción adicional importante, una vez esté operativo el Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, que ciframos en torno al 13% de la factura final. Para el resto de los hogares, aquellos que no están acogidos a esta tarifa PVPC, sino que reciben su suministro eléctrico en el mercado libre, el precio de estas dos semanas les es indiferente.

¿Qué coberturas tenemos para los más vulnerables? Esta es una cuestión fundamental, importante, porque vivimos en un país donde todavía hay situaciones de pobreza y fragilidad que se ven agravadas en cualquier crisis. Este gobierno no sólo no quiere ver incrementada la desigualdad, sino que desde junio de 2018 tiene marcada como prioridad absoluta en su agenda la reducción de estas brechas y la respuesta adecuada a las causas que las originan. Más aún, todavía, con ocasión de la crisis de la pandemia del COVID19.

Una de nuestras líneas de trabajo protagonista desde junio de 2018 ha sido la lucha contra la pobreza energética. Desde hace dos años venimos trabajando en el marco legislativo que desarrolla las medidas que permitan reducir el número de hogares vulnerables. En 2019 aprobamos la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética, en la que se incluyen medidas necesarias para lograr que los hogares que sufren pobreza energética se vean reducidos al menos en un 25% en el año 2025.

La aprobación de esta estrategia supone un hito importante en nuestro país. Sitúa a España como uno de los pocos países de la Unión Europea en contar con un instrumento sistémico de estas características, que incluye una definición del fenómeno, una tabla de indicadores, objetivos, concretos, con fecha concreta y una descripción exhaustiva de las medidas a desarrollar. En 2018 reformamos y optimizamos el bono social eléctrico, consolidando un descuento de la factura de la luz de los beneficiarios y establecimos un nuevo bono social antes inexistente, el bono social térmico, introduciendo una ayuda directa a consumidores vulnerables en lo que respecta a la energía destinada a la calefacción, al agua caliente sanitaria o a la cocina, cuya gestión y pago desde 2020 corresponde a las comunidades autónomas con cargo al presupuesto del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Precisamente los presupuestos recién aprobados para 2021 han incrementado en un 16% esta dotación.

Ambos bonos permiten aliviar en el corto plazo la situación en la que se encuentran los consumidores. No son medidas definitivas. Necesitamos invertir en eficiencia energética, necesitamos reducir la factura, necesitamos facilitar medidas adicionales y combatir las causas que originan la pobreza. Pero paliar esta situación es clave, es determinante, no solamente en momentos puntuales, en momentos concretos, sino con carácter estructural, de manera general y estable, facilitando el pago de las facturas de los hogares vulnerables.

Se trata de medidas que están operando de manera efectiva. A finales de 2018, el bono social eléctrico contaba con alrededor de un 1.077.000 beneficiarios, a 10 de enero de 2021 tiene 1.218.863 hogares recibiendo este bono social. Es decir, en dos años hemos logrado llegar a más hogares necesitados.

A la vista de la pandemia, decidimos ampliar la cobertura a más personas, a personas incluidas en ERTEs, en situación de desempleo, en reducción de actividad por cuidados. Decidimos facilitar la acreditación del cumplimiento de los requisitos y el acceso a los beneficios. En el caso del bono social térmico contamos en 2020 con un total de 1.270.897 beneficiarios, incrementando en un 16% los hogares protegidos con respecto a 2019.

¿Qué más podemos hacer? Durante dos años hemos adoptado más de 50 medidas de reforma del mercado de planificación y de estrategia para acelerar la integración de renovables, el almacenamiento, el autoconsumo, la eficiencia energética. Todo ello capital para la reducción progresiva de la factura de los consumidores. Esta tendencia decreciente de precios no se va a ver interrumpida este mes de enero, después de cumplir, después de cubrir este pico que hemos vivido. De hecho, ya estamos dejando atrás los efectos de este pico que tanta alerta, tanta alarma ha generado. Y volvemos a la senda descendente de precios que, según las mejores previsiones disponibles, nos permitirá que mañana se reduzca un 36% el precio con respecto a lo que ha sido el precio medio durante estos días del episodio, del fenómeno meteorológico adverso. Para febrero calculamos que una estimación prudente es que se reduzca por debajo de los precios previos a Filomena y un 37% con respecto al precio medio durante el episodio Filomena-Ola de frío y las estimaciones es que para el segundo trimestre esta reducción alcance el 45%.

De hecho, lo más importante, los cálculos son que entre 2022 y 2023, por fin los precios de mercado energético español estarán por debajo de mercados tradicionalmente más baratos, como el alemán o el francés. Consolidar y acelerar el avance hacia un sistema renovable y eficiente, con capacidad de almacenamiento interconectado es la respuesta que necesitamos, porque será predecible, estable y con costes de generación de energías bajas. Este es un trabajo constante en el que no podemos desfallecer, del que no nos podemos desviar, porque, de hecho, las renovables son ya la forma más barata de generación de energía y en ocasiones permiten que se oferte ese precio del mercado mayorista, llegue a cero o a negativo.

Nuevo sistema de subastas, el autoconsumo, las comunidades locales de energía, la voluntad de democratizar el sistema energético para poder contrastar, para poder competir, para poder facilitar la mejor protección de los consumidores, la mayor confianza de inversores distintos es fundamental. Junto a esto sabemos que tenemos que seguir avanzando en la plena operatividad y en las mejoras de la estrategia de pobreza energética con nuestros compañeros de gabinete que trabajan en la protección del consumidor, en los derechos sociales y en la protección de las personas con mayor dificultad para considerar la plena inclusión en todos los beneficios que puede ofrecer la economía y el país.

Estos son los comentarios quizá más significativos con respecto a la situación energética, pero permítanme que, por último, exprese mi agradecimiento a todos los ciudadanos y a los servidores públicos que han contribuido a mantener los servicios públicos durante estos momentos tan duros y a recuperar la normalidad en estos días. Y en particular, me gustaría expresar mi agradecimiento a un colectivo al que con frecuencia se nos olvida expresar nuestra gratitud, a los integrantes de las brigadas de refuerzo contra los incendios forestales por su colaboración en las tareas de limpieza de nieve y eliminación de árboles y ramas derribadas en distintos puntos de España, muy ajeno a lo que suele ser su trabajo habitual. Ha supuesto movilizar en total casi 400 bomberos forestales profesionales y más de 100 vehículos todo terreno en 51 localidades distintas desde el lunes 11 de enero. Lo han hecho para ayudar en la accesibilidad a colegios, en centros de referencia o a poder paliar los daños ocasionados en zonas arboladas con riesgo de desprendimiento y caída. Es la primera vez en la historia que se ha desplegado de manera general a estas BRIF sobre el conjunto del territorio y para llevar a cabo tareas en una emergencia distinta a la de los incendios forestales. Su generosidad y su apoyo ha sido algo que, a mi juicio, merecen el reconocimiento y agradecimiento de la sociedad en su conjunto y desde luego, de este Gobierno. Muchas gracias.