Estamos hablando de un Proyecto de Ley de Formación Profesional que bien justifica una legislatura.
Como decía la ministra portavoz, estamos delante de un proyecto de formación profesional que es un proyecto de país, un proyecto transformador, modernizador, pero fundamentalmente un proyecto que va a posibilitar mejorar la vida de muchas personas, de la sociedad en su conjunto. Por tanto, es satisfactorio poder compartir con todos ustedes la aprobación y el desarrollo de este Proyecto de Ley.
Conocen perfectamente que la primera lectura de este anteproyecto de ley se produjo el pasado 15 de junio, además, la exposición la realizó mi antecesora, la ministra Isabel Celaá, y me permitirán que en esta comparecencia reconozca y agradezca el trabajo que realizó la ministra también, en materia de Formación Profesional.
Quiero plantearles una cuestión fundamental a la hora de poner en marcha este proyecto de ley, y es que desde el primer momento, nace desde una negociación y un diálogo intenso, no solamente, por supuesto, con el Consejo Escolar del Estado, con el Consejo Económico y Social, con el propio Consejo de Estado o con el Consejo General de Formación Profesional. Me estoy refiriendo, por ejemplo, también, al importante papel de las comunidades autónomas.
Quiero decirles que desde que empezamos a trabajar ese anteproyecto, hasta la fecha de hoy, de la aprobación de este proyecto de ley, han sido 19 las reuniones que hemos tenido con todas las comunidades autónomas. Nos han hecho llegar, aproximadamente, 400 aportaciones y prácticamente todas ellas han sido incluidas en este proyecto de ley que, por supuesto, lo mejora.
Además, importante y fundamental, destacar ese diálogo que ha surgido, que ha sido siempre la tónica habitual, dentro de esa mesa de diálogo social con los sindicatos y con los empresarios, ya digo, ha sido siempre, ha reinado, esa tónica de diálogo y acuerdo general.
Y, además, fundamentalmente, y gracias a las aportaciones que nos han hecho, fundamentalmente los sindicatos y los empresarios, hemos podido perfeccionar ese modelo dual de la formación profesional. ¿Cómo lo hemos hecho?, pues acercando ese modelo a la realidad de nuestro tejido productivo, para que la formación profesional sea un modelo de éxito.
En definitiva, estamos hablando de un trabajo intenso, de diálogo intenso, en negociación y esperemos y deseemos que esa tónica habitual se traduzca también ahora en el Congreso de los Diputados, y podamos aprobar una ley con el mayor consenso posible.
Fundamentalmente porque nuestro país no puede permitirse no tener éxito en esta tarea. Y es que tenemos una oportunidad fundamental que no debemos perder. Y me refiero que debemos una oportunidad a una generación de jóvenes de un empleo de calidad y digno, y la formación profesional se la va a dar. Por tanto, vamos a seguir trabajando por concitar esas alianzas y esos apoyos a este Proyecto de Ley.
Si les parece, pasaré ahora desarrollarla en 10 aspectos básicos y fundamentales que recoge este Proyecto de Ley que me parecía importante trasladárselos a ustedes.
El primero, vamos a conseguir una integración de toda la oferta formativa de la formación profesional.
¿Esto qué quiere decir? Que va dirigida a toda la ciudadanía. Es decir, tanto a estudiantes como a trabajadores. Estamos hablando de tanto empleados como a ocupados, para que de una forma sencilla puedan adquirir formación, siempre siendo conscientes de sus propias necesidades.
En definitiva, terminamos con ese doble modelo que existía hasta ahora nuestro país de una formación profesional educativa y una formación profesional para el empleo, y dotamos a nuestro país de un sistema único de formación profesional sin apellidos, mucho más flexible y mucho más accesible.
Vamos a hacer también posible que las empresas puedan obtener los perfiles profesionales que están demandando, y además ese trabajo tan inmediato que estamos teniendo con CEOE, CEPYME, con un UGT, con Comisiones, pero también con un número muy importante de empresas de nuestro país, nos permiten hacer un trabajo prospectivo, para conocer de antemano cuáles serán esas necesidades que nuestro tejido productivo nos va a demandar en los próximos años.
Aspecto fundamental, toda la formación profesional va a tener carácter dual, es decir, se garantiza que todos los estudiantes de formación profesional van a tener posibilidad de un periodo de formación de prácticas en la empresa, dependiendo de la intensidad, irán a una formación general, es decir, un periodo de prácticas, de un 25 o un 35% de su tiempo, con una formación profesional intensiva, de un 35% a un 50% el periodo de prácticas en empresa, y siempre, en esta modalidad, habrá además una figura contractual del estudiante con la empresa y, por supuesto, en un contrato remunerado.
Hablamos en este Proyecto de Ley de la necesidad de plantear una oferta formativa atractiva y competitiva. Lógicamente, una oferta vinculada con la digitalización, con la internacionalización, con el emprendimiento y con la sostenibilidad. A lo largo de estos dos años hemos puesto ya en marcha por parte del Gobierno de España 25 nuevas titulaciones, acorde, por supuesto, a los propios sectores emergentes.
¿Qué vamos a conseguir con esto?, que sea la primera opción formativa por parte de nuestros estudiantes, como está pasando en la mayoría de los países europeos, y, además, estamos comprobando un incremento que está sufriendo la matriculación en formación profesional en los tres últimos años, ha habido un incremento de más del 20% en estudiantes matriculados en formación profesional. Pero, por otro lado, también atendemos a los trabajadores y a las trabajadoras de nuestro país, que necesitan actualizar sus cualificaciones para mantenerse o para poder promocionar en su empleabilidad.
Un aspecto también fundamental que aborda este Proyecto de Ley es que hablamos de una formación a lo largo de la vida, es decir, desde las llamadas microformaciones, hasta los títulos de formación profesional. En el ministerio lo hemos denominado como las mochilas formativas de cada una de las personas. Cada ciudadano, en su mochila, irá aportando la formación que vaya adquiriendo, para poder así también dirigirse entre los distintos itinerarios que plantea la formación profesional, y para poderlo hacer de una manera adecuada, todos los estudiantes, en los distintos centros, contarán con un servicio de orientación profesional.
Otro aspecto fundamental y que, por supuesto, fue debatido con las comunidades autónomas, es permitir adaptar la formación profesional a las comunidades autónomas y a la propia realidad del tejido productivo de cada uno de los territorios y por tanto, las comunidades autónomas podrán introducir complementos formativos que les demande su propia realidad de tejido productivo en sus distintos territorios.
Y un aspecto fundamental y necesario es que se mejora esa relación entre el entorno universitario y la formación profesional. Se crean esos vasos comunicantes, esa porosidad, para que puedan hacer ese tránsito más fluido entre los distintos estudios, como también poder trabajar en proyectos conjuntamente.
Y otro aspecto que quería también resaltarles y que estamos consiguiendo es mejorar la acreditación, ser más ágiles a la hora de acreditar las competencias profesionales, es decir, reconocer la experiencia profesional de nuestros trabajadores y de nuestras trabajadoras, por un aspecto fundamental, porque de esta manera conseguimos que nuestros trabajadores sean menos vulnerables a la hora de cambiar, frente a un trabajo o por supuesto, tener una mejor acreditación a la hora de aspirar a un nuevo empleo.
Simplemente les recordaré, el modelo que se utilizaba en este momento en nuestro país para acreditar las competencias profesionales fue aprobado en el año 2009 y en estos 10 años se han acreditado solo a 300 mil trabajadores.
Con el nuevo modelo, que pone en marcha este Gobierno, solo en un año se están acreditando más de 500 mil trabajadores. 300 mil en una década, 500 mil en un año. Y el objetivo es poder acreditar a más de 3 millones de trabajadores y trabajadoras en los próximos tres años.
Cuestión también importantísima. Saben que este Proyecto de Ley lleva anexado una memoria económica de 5.474 millones de euros, de los cuales 1.550 provienen de los Fondos de Recuperación y Residencia europeos.
Otro aspecto vital y fundamental es ese compromiso que tiene nuestro Gobierno de España a la hora de poner en marcha nuevas plazas de formación profesional. Adquirimos un compromiso que nos lleva a poner en marcha 200 mil plazas en estos cuatro años. De hecho, ya hemos financiado prácticamente 120 mil plazas, las destinadas en el curso 2020 2021. En este nuevo curso 2021 2022 van otras 60 mil y el resto, como digo, se pondrán en marcha antes del curso 2023.
De nuevo vuelvo un poco al principio, cuando hablamos de formación profesional, estamos hablando de esa palanca que ayuda a hacer realidad esa transformación de nuestro sistema, de nuestro país y que desde luego, como decía la propia ministra, nos va a permitir mejorar la educación de nuestros jóvenes, de nuestros trabajadores, fundamentalmente con esa cualificación intermedia y superior que por otro lado, es la que nos van a demandar en los próximos años.
De esta manera atendemos a las demandas que nos llegan desde el tejido productivo y que lógicamente va a redundar en la mejora de la competitividad de nuestras empresas.
Y por supuesto, hay algo fundamental que no se les escapa.
Con este proyecto de formación profesional vamos a reducir las tasas de desempleo de nuestro país y con especial interés la tasa de desempleo juvenil. Saben que en este momento está en el 35% y somos conscientes que con la implantación de este nuevo modelo de formación profesional conseguiremos reducir esta tasa de desempleo.
Basta simplemente con mirar la realidad. Simplemente les daré un dato. Todos aquellos estudiantes que tienen una formación profesional el desempleo les afectan en seis veces menos que a los jóvenes en general, con lo cual es el camino que tenemos que seguir explorando. En definitiva, porque impulsar la formación profesional es la mejor manera de invertir en modernización, economía y sobre todo a la hora de reducir el desempleo juvenil.
Estamos, por tanto, frente a un proyecto de país, un proyecto además que nos europeíza, porque nos equipara a los mejores modelos de otros países europeos y en definitiva, una oportunidad que no podemos perder.
Les decía al principio de mi intervención que este Proyecto de Ley nace de un importante debate, de un importante consenso y un tiempo largo de escucha activa, y, espero y deseo que esa tónica habitual se vea también reflejada en el Congreso de los Diputados.
Muchísimas gracias y a su disposición.
Portavoz.- Muchas gracias, ministra.