Consejo de Ministros

Intervención de Luis Planas

7.4.2020

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Sr. Planas

Muchas gracias Ministra portavoz. Buenas tardes. Quisiera, en primer lugar, también transmitir mi más sentido pésame a todos los familiares y amigos de los fallecidos y a todos aquellos que se encuentran hoy hospitalizados o luchando contra esta terrible enfermedad. Un mensaje de cariño y solidaridad también personal por mí parte.

La cadena alimentaria está funcionando de forma correcta en este período. Está claro que hemos conseguido que el abastecimiento alimentario sea un abastecimiento regular en cantidad y en calidad de alimentos y lo hemos conseguido gracias al buen trabajo de nuestros agricultores, nuestros ganaderos, nuestros pescadores, de todos los trabajadores de las empresas cooperativas agroalimentarias y de la industria agroalimentaria y asimismo, por supuesto, de todos los trabajadores de empresas y trabajadores de la distribución agroalimentaria. Por tanto, la situación se puede calificar de práctica normalidad.

Pero, dicho esto, existen, sin duda, problemas derivados de la situación del decreto de alarma y su aplicación, en la que nos encontramos actualmente, y de la necesidad de restringir la movilidad para luchar eficazmente contra esta pandemia, contra esta enfermedad. Por tanto, esa restricción de movimientos afecta muy seriamente a la actividad del mundo agrario, del sector primario, fundamentalmente porque hay tareas que son claramente de carácter estacional. Ahora desde la segunda parte, de la segunda quincena del mes de marzo hasta final del mes de septiembre, numerosas tareas agrícolas se llevan a cabo en primavera y en verano, tareas relativas tanto al mantenimiento, como tareas ordinarias, como muy particularmente las tareas de aclareo y las tareas de recogida o de manipulado de la fruta de hueso o de las fresas o de frutas y hortalizas. Todo esto se hace en base a la disponibilidad de trabajadores para ese trabajo que se hace manualmente y de una forma, yo diría, que en un trabajo muy duro y que, en el cual, claramente disponemos como ocurre con otros países europeos de una necesidad de mano de obra procedente de países terceros comunitarios y no comunitarios.

Tal posibilidad este año está claramente restringida. Nos encontramos exactamente la misma situación en la que se encuentra Francia, Alemania o Italia a este respecto y, por tanto, hemos tenido que adoptar decisiones para responder a esa situación desde el punto de vista claramente de responder proveyendo de trabajadores y de actividad a este sector que lo necesita en este momento porque: primero hay una necesidad, nos lo han solicitado las organizaciones profesionales agrarias ASAJA, COAG, UPA, Unión de Uniones pero también esa necesidad significa que si no se efectuara esa recogida de productos, los finales del trabajo agrario, disminuiría el abastecimiento a los mercados y de esa forma la disminución de la oferta podría suponer un incremento de precios y un menor abastecimiento, lo cual ciertamente no sería deseable. Y hay un segundo aspecto muy importante: Dos tercios de nuestra producción va a los mercados europeos, a los mercados de la Unión Europea. Y como ustedes saben el tráfico de mercancías, la exportación e importación de mercancías continúa fluyendo afortunadamente con normalidad y, por tanto, debemos abastecer a esos mercados porque son también para nosotros una fuente de renta muy importante para nuestro sector agrario y para el conjunto de la sociedad española. Por tanto, esa necesidad implica la adopción de medidas. Cada país europeo lo ha hecho en función de sus necesidades y en función de su estructura y de la respuesta que fuera a darle. En el caso español este Decreto Ley aprobado hoy por el Consejo de Ministros pretende responder a las características y necesidades del sector y, evidentemente, a todas las limitaciones que tenemos vinculadas a la aplicación de esta situación extraordinaria de alarma en que nos encontramos para luchar contra la epidemia. Esto supone, en primer lugar, que hemos establecido unas normas en materia de proximidad respecto de la contratación extraordinaria de trabajadores que a continuación describiré. Pero primero quisiera hacer una mención: La semana pasada indiqué en esta misma sala que probablemente esta necesidad se situaba entre 100.000 y 150.000 trabajadores. Es una cantidad muy inferior a la del resto de los países europeos. Después del contacto que hemos mantenido con las organizaciones profesionales agrarias en cada una de nuestras comunidades autónomas y también de los datos que poseemos con las propias comunidades autónomas podemos establecer la cifra final en aproximadamente entre 75.000 y 80.000 trabajadores porque, efectivamente, la cifra de esa horquilla amplia a la que me refería la semana pasada se refería a la situación de contratos, no de trabajadores y es evidente que un trabajador en el curso de una campaña puede tener más de un contrato, cosa que se puede plantear en esta situación.

Por tanto, primero, proximidad. Los trabajadores contratados deben serlo en el mismo término municipal o términos municipales colindantes para facilitar el trabajo y la recogida y, evidentemente, limitar los desplazamientos que tan nocivos son desde el punto de vista de la seguridad sanitaria y la lucha contra la epidemia. A quién nos dirigimos: En primer lugar, a los trabajadores en situación de paro, los trabajadores desempleados. En segundo lugar, a los trabajadores que se encuentran actualmente cobrando un subsidio agrario o una renta agraria o una prestación por desempleo, que podrán compatibilizar con el trabajo agrario efectuado en este periodo extraordinario. En tercer lugar, los trabajadores residentes legalmente en España extranjeros, pero cuyo permiso de trabajo pueda concluir antes del día 30 de junio. Se les renovará. E, igualmente, los jóvenes extranjeros de 18 a 21 años a los cuales se podrá facilitar el permiso de trabajo para que puedan incorporarse a estas tareas.

Por tanto, se establece claramente que de forma absolutamente excepcional en el periodo desde la publicación de este Decreto-Ley hasta el 30 de junio se podrá compatibilizar de forma absolutamente excepcional y extraordinaria estas prestaciones sociales con también la posibilidad de obtener ingresos por un salario efectuado en estas tareas agrarias. Tareas agrarias que afectan y que interesan normalmente a población joven o de mediana edad, no más allá de 40-45 años dada su particular dureza y en relación con las cuales, evidentemente, queremos dar respuesta.

En cuanto se refiere al propio contrato de trabajo, lo tendrá que ser por escrito. Tendrá que, lógicamente, ser el salario recogido en el convenio colectivo correspondiente o, en todo caso, el salario mínimo interprofesional y, a los efectos de dar mayor transparencia en relación con la posible percepción de prestaciones sociales, se hará mediante transferencia bancaria.

Quiero indicar una importante excepción a esta compatibilidad respecto de las prestaciones sociales o las prestaciones por desempleo y la actividad profesional. La actividad profesional agraria que se refiere a aquellos trabajadores que fueran beneficiarios de un ERTE, de una prestación por desempleo vinculada a un ERTE o de una disminución de actividad vinculada a los trabajadores por cuenta propia. Entendemos que aquello que está vinculado al coronavirus no debe ser efectivamente aplicable en este contexto.

Y un elemento final que me parece muy importante, que es la gestión de todo este sistema. La gestión la va a llevar a cabo, evidentemente, por una parte, el propio sector, las empresas agrarias de la solicitud de trabajadores en relación con los servicios autonómicos de empleo, también el SEPE y las Delegaciones y Subdelegaciones del Gobierno, que se encargarán de hacer un seguimiento próximo para que queden, por supuesto, garantizadas todas las posibilidades desde el punto de vista de las necesidades de trabajo pero, al mismo tiempo, también garantizadas todas las condiciones y requisitos y normas sociales que son de aplicación en nuestro país. Las que me he referido hace un momento y también particularmente las referentes a la cuestión relativa a los medios de protección individual y a la protección frente a esta epidemia que estamos padeciendo. Y, evidentemente, esta consideración lo será también, en su caso, aunque estamos hablando de trabajadores de proximidad en relación con los temas relacionados con la residencia o con el desplazamiento al lugar de trabajo.

Por tanto, concluyo, respondemos de esta forma a una demanda del sector agrario, una demanda necesaria en relación con la estacionalidad del trabajo. Y lo hacemos de una forma, yo creo, que mesurada y concreta, dando en el ámbito espacial territorial próximo la posibilidad de recurrir a estos trabajadores que esperemos lo sean en cantidad suficiente y, en todo caso, evidentemente, y en relación con las organizaciones agrarias de todos los demás interlocutores tendremos ocasión de hacer un seguimiento próximo del tema. Con ello aseguramos abastecimiento, aseguramos que no haya un incremento de precios de cara al conjunto de los ciudadanos y, además, damos una oportunidad de empleo y de salario, de conseguir un ingreso o complementar un ingreso a quienes trabajen en el campo en esta situación.

Y quisiera aprovechar también esta comparecencia para darles unos últimos datos cerrados a fecha de ayer en relación con el consumo alimentario en la tercera semana del decreto de alarma. Un consumo alimentario que se ha incrementado respecto de la misma semana del año anterior en un 17,6% y un 16,8% si lo hacemos en intersemanal de acuerdo con las cifras de la semana anterior. Quisiera, más allá de las cifras, darles la impresión que tiene el Gobierno y que tiene este Ministro, que es de normalidad, de normalidad en el abastecimiento, de normalidad en las compras, que han disminuido en el número de visitas a las tiendas y supermercados pero que, evidentemente, se mantienen. Esta semana la gran novedad, yo creo que las primeras dos semanas fueron de constitución de stocks, básicamente de arroz, de pastas y otros productos de primera necesidad. Aquí ha habido un incremento claro del consumo de productos frescos, por ejemplo, de carne en un 29 %, lo cual es muy importante. 31% en el caso del ovino a la cual me refería hace unos días por su importancia en relación con el cierre del Canal Horeca. Y aprovecho para, de nuevo, reiterar la importancia del consumo tanto del cordero como lo es también de los quesos de cabra o de oveja o también del pescado fresco, sectores que necesitan evidentemente de nuestro apoyo.

En el caso del pescado, el pescado fresco se ha mantenido en una disminución ligera de un menos 4%, un incremento del consumo de pescado congelado un18%, un incremento notable que se vincula con la presentación que hacía hace un momento del decreto ley de la compra de frutas y hortalizas y patatas. Son tremendamente importantes los consumos de productos frescos desde el punto de vista del equilibrio alimentario en una situación en la que nos encontramos. Y finalmente quizás sea el dato anecdótico pero es un dato real: se ha multiplicado por cuatro el consumo de harina y, por tanto, de eso deducimos que prácticamente los hogares en esta situación excepcional pues tanto la fabricación de pan como la fabricación de repostería está siendo una actividad habitual. Si ustedes han visitado los lineales verán cómo es uno de los raros productos donde se repone, pero muchas veces falta en los mismos. Por tanto, una conclusión positiva en una situación dolorosa y extraordinaria que estamos afrontando con determinación porque saldremos, sin duda, de ella y saldremos de ella, entre otros, gracias al excelente trabajo que realizan nuestros profesionales sanitarios, que realizan sin duda también las fuerzas y cuerpos de seguridad, que llevan a cabo las Fuerzas Armadas y que llevan a cabo nuestros agricultores, nuestros ganaderos, nuestros pescadores y todos los actores y trabajadores del mundo agroalimentario. Muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)